Autores

Populares

Recientes

Temáticas


Frases para Facebook

frases de amor

frases romanticas

frases cortas de amor

frases de desamor

te extraño

frases de despedida

poemas de desamor

frases para enamorar

frases tristes

frases de reflexion

frases de agradecimiento

frases lindas

frases de amistad

frases de aliento

frases para pensar

Palabras para consolar a un amigo ( 19 )

Palabras para consolar a un amigo. Encuentra docenas de palabras para consolar a un amigo con fotos para copiar y compartir.


Es difícil amar ana persona y que esa persona temire como
un amigo


brayan


un verdadero amigo no es el que te dice te quiero bro, un verdadero amigo es aquel que te dice: ¡en las buenas y en las malas cabrón!


emmanuel




ME ENREDE CONTIGO

Compañeros de escuela todos fuimos
Los tres crecimos en cercanas veredas
Después no se cuando con el te enredas
Durante el tiempo que lejos estuvimos

De esos ayeres que los tres compartimos
atrás nuestra niñez sola de todo queda
A esa etapa no hay quien regresar pueda
pero no importa si de nuevo nos vimos

Es el presente por lo que ahora hicimos
el que como espina aguijona mi existencia
por estas aventuras a las cuales nos dimos

Sin meditar tu esposo es mi mejor amigo
pero analizando me acusa la conciencia
al no entender como me enrede contigo


jureme


en aquel campo sombrio
donde la tristeza aguarda;
existio un buen amigo
con cabeza de balon y sus ojos de plumon.
con su mal melancolia
solo se sentia;
pues un día encontro a su alma querida. como todo lo que empieza tiene que acabar,
su almaa querida la luna
le dejo de hablar.
solo en su soledad
el espantapajaros de pena morira.


maria fernanda sotelo maya


Andando caminos: Rumbo a lo desconocido
en busca de los regalos de la vida.
la amistad es una luz


Poema. ¡A mi amiga especial!






Poema: ¡Por tu amistad!
lucero
Cuando le preguntaron: Qué es la amistad?, él respondió: “Es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que palpita en dos almas. (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

lucero
¡Para ti amiga!
Para ti amiga son estas palabras que hoy escribo
Palabras del alma que con sentimiento,
hoy ensamblan en versos
La pasión, que vive en mí.
lucero
Hoy me alcanza la virtud
Y ya puedo comprender,
Que amigas como tú
No se encuentran por doquier.
lucero
Eres humilde y sencilla, eres, todo un amor
Sabes, cuando yo te llamo Amiga.
Me sale del corazón.
lucero
Es difícil en la vida,
Conseguir una amistad,
Que comparta recelos temores,
sentimientos y todo lo demás.
lucero
Con el corazón abierto
Y mis brazos extendidos,
Esto que te digo es cierto
Aquí tienes, a un buen amigo velezano.
lucero
De mi alma de aprendiz de poeta
Ha salido lo que de verdad quise expresar.
Palabras sinceras que transformadas
en versos un día mas te quise dedicar.
lucero
Para ti amiga por tu humilde y sencilla amistad.


Diego Torrente


Ojalá tengas siempre un ángel a tu lado. Que te guarde en todo lo que haces. Que te de confianza en el amanecer que viene. Que te guíe hacia los bellos parajes de tus sueños. Que te de esperanza brillante como el sol. Y la fuerza embellezca tu vida. Y ojalá siempre tengas un ángel a tu lado...Alguien que te levante si tropiezas. Que te de la valentía de afrontar a tus sueños. Y la sabiduría de gozar de todo. Guiándote con su mano segura en el camino. Días tras días, la vida trae cambios. Lágrimas un momento, felicidad el otro. Ojalá tu camino sea alegre, sin sentir soledad. Ojalá recibas regalos que siempre te acompañen: Alguien a quien amar, un amigo leal. Ojalá el arco iris te sonríe después de la tormenta. Ojalá esperanzas te entusiasmen el alma. Ojalá siempre tengas un ángel a tu lado.


R. Santos




un amigo es el que siempre esta a tu lado, sea en los momentos buenos o en los malos


lidia88mola


En esta vida he aprendido dos cosas :
1 _ Nadie es amigo de nadie ..
2 _ Si te dejas caer y demuestras que te rindes pierdes..

¡TRIUNFRAR ES UN RETO!


DannyG


Cuando mires a una persona a los ojos y le confíes lo mas profundo de tu ser. Amigo, has cometido un gran error, no confíes en nadie mas que no sea en ti mismo.


Yadhira Gutiérrez Chávez




un amigo no es el que esta atulado en las buenas si no el que esta en las buenas y en las malas el que te apolla y el que te defiende


santiago perez


PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


Mas vale tener un enemigo sabio que un amigo estúpido.




Dar siente bien, pero también es bueno para el resultado final. La caridad es una estrategia de crecimiento viable para muchas empresas. Nuestros clientes se emociona ser parte de lo que estamos haciendo. Si le preguntas a cualquiera que llevara Toms cómo se enteraron acerca de nosotros, la mayoría no hablar de la publicidad, que va a decir a un amigo que nuestra historia que se cuenta.


Blake Mycoskie




Yo tendría que decir que la persona con la que estoy más en el amor es sin duda, mi hijo, Everly oso. A pesar de que soy su padre, yo también soy su amigo.


Anthony Kiedis


Si Joy Behar y Sherri Shepherd era un amigo, que estaría fuera de la televisión. No son lo suficientemente divertido para los tipos. ¿Qué pasa si Roseanne Barr era un amigo? ¿Crees que sabríamos quién era ella?


Adam Carolla


Querido amigo: ¿usted no ve como todo lo que sucede es siempre un comienzo? ¡Y comenzar, en sí, es siempre tan hermoso! Deje que la vida le acontezca. Créame: la vida tiene razón en todos los casos


Rainer Maria Rilke


Falleció un humorista amigo en la mayor indigencia y entonces con otros colegas decidimos hacer una colecta para enterrarlo. Me dirigí a un señor y le pedí 10 pesos para enterrar a un humorista, el hombre me dio 30 y me dijo: Tome, entierre tres


Juan Verdaguer


Tres cosas necesita el hombre para ser feliz: la bendición de Dios, libros y un amigo


Henri Lacordaire


El español es poco amigo de pensar, pero si piensa no hay otro pensamiento más que el suyo


Julio Camba


Mi amigo Mario Moncelli tiene una teoría: mueren solo los capullos, claro que un momento de capullismo lo tiene todo el mundo en la vida, pero yo intentaré estar atento


Vittorio Gassman


Aunque mi amigo Rafael Azcona sostiene la teoría de que los premios han de ser secretos y fuertemente dotados, este es distinto y especialmente agradable, porque es uno de los que podré presumir ante mis hijas y mis paisanos: ya saben que a los catalanes no hay cosa que nos guste más que ganar en Madrid


Joan Manuel Serrat


Quiero dedicar este premio a Tito Vilanova. Esto va por ti, Tito. Desde el fondo de mi corazón quiero dedicarle este trofeo a él, que es mi amigo, mi asistente, y que siempre está con nosotros


Josep Guardiola


PSICOLOGÍA SOCIAL, LA AMISTAD ES VIDA
AMISTAD Y SILENCIO
La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.

Asistir al desvelamiento de un secreto, al desvelamiento de la intimidad de las personas, produce en el ser humano un enmudecimiento del espíritu, un sentimiento de gratitud por lo que se percibe como un don o regalo inmerecido, una impresión de estar pisando terreno sagrado. De hecho, todos podemos remitirnos a alguna ocasión en la que, en conversación íntima con un amigo, al acabar de escuchar, no hemos encontrado palabras adecuadas para decir nada. En esos casos, quizá la prueba de mayor gratitud o de "correspondencia" sea precisamente el silencio; un silencio, eso sí, cuajado de respuesta.

Hay veces en las que no se puede decir nada... porque las palabras lo estropean todo. Hay cosas que la única contestación que merecen o que exigen es el silencio; hay cosas con las que solo puede mantenerse conversación en silencio. Porque o el lenguaje es limitado, o uno es limitado, o ambas cosas. Pero algunas cosas, si se expresan, se profanan. Así ocurre en las experiencias de encuentro: con un amigo, con un paisaje, una obra de arte. En esos momentos, pronunciar algo es mancharlo; hablar es romperlo. Algunas veces la comunicación con las cosas y también con las personas requiere como condición que haya silencio; solamente silencio. Y no un silencio para llenar, sino como medio de entendimiento.

Cuando se tiene la suerte de topar con alguien que tiene algo -poco o mucho- que decir; cuando se tiene la suerte de que esas personas te abran sus puertas y dejan que te asomes y penetres en su mundo interior, en la mayor parte de los casos solo se puede contestar enmudeciendo. Y ese silencio quiere ser entonces un homenaje: la mayor muestra de agradecimiento y de admiración. Porque no se trata de un silencio vacío sino pletórico de contenido: no significa carencia sino plenitud.

El silencio es importante en la amistad. Estar con un amigo es también poder estar en silencio sin miedo a que éste tenga que romperse y sin sentir la necesidad perentoria de tener que llenarlo con palabras. No hay verdadera amistad entre dos amigos si no saben disfrutar y valorar su silencio. El silencio es en sí mismo un espacio y un tiempo para compartir. Rico de contenido y esencialmente valioso porque supone una íntima comunión de espíritus.

LA INTERIORIDAD
La amistad está también muy relacionada con la interioridad. Entre dos amigos ésta es más rica y sólida cuanta mayor sea la intimidad, la interioridad de cada uno de ellos. Hay quienes tienen un gran mundo interior; tienen mucho que decir porque son personas que integran en sí todo lo que hay a su paso: una frase que ha dicho en clase el profesor, la actitud de tal o cual persona, la satisfacción de haber llegado al pico de la montaña, la crisis que le produce una situación difícil de trabajo, un libro que ha leído, los tirones de la madurez.

Así es como las personas se van enriqueciendo por dentro y como su interioridad cobra cada vez mayor volumen: integrando la experiencia, la vivencia personal y las de las otras personas. Aprendemos también a través de las vivencias de los demás, de la experiencia ajena. Quien está atento a su alrededor aprovecha todo intensamente.

Se puede aprender a sentir de un modo distinto al propio; se puede aprender a pensar de manera diferente a la que uno piensa; se puede aprender a valorar cosas que yo no valoro. Escuchar a las personas y tratar de ser ellas, nos permite conocer el mundo desde mil perspectivas diferentes a las nuestras. Y eso conlleva ampliación personal, crecimiento, enriquecimiento, altura, perspectiva y profundidad. La interioridad rica hace que la relación entre los amigos se amplíe. Una amiga me decía hace poco -hablando de otra persona-la satisfacción que le producía tratar con ella "porque es de esas personas que tienen algo que aportar".

El conocimiento que alimenta la intimidad es-una vez más-el que sabe mirar, sabe escuchar, sabe estar. La sola convivencia con las personas, o el mero estar junto a las cosas o entre las cosas (junto al mar rodeado de un bellísimo paisaje, o entre las obras magníficas del Louvre) no basta. Más de una vez las ratas habrán correteado por los pasillos del Louvre; sin embargo, todavía no hemos tenido ocasión de encontrarlas embelesadas frente a la Venus de Milo, tras haber pasado frente a ella toda la noche. Para las personas, las que son capaces de ello, las cosas tienen una historia que contar, la naturaleza tiene algo que transmitir y todo lo que encuentran es capaz de darles un mensaje.

El hombre con interioridad es capaz de ver sentido a todas las cosas; y en cierto modo de darles él mismo el sentido puesto que es él quien lo capta, lo descubre y -en ese sentido lo crea, lo recrea. Por eso, forma parte del "tesoro" de la amistad tener amigos con un gran mundo interior.

La amistad de las personas es un regalo. El regalo es mayor cuanta mayor sea la interioridad y la intimidad compartida. Esta debe cuidarse y en ella juega un papel muy importante el saber mirar porque puede franquearnos el paso al alma del amigo.
Una vez dentro, el mundo se abre ante nosotros de un modo desconocido y luminoso que provoca en nosotros muy diversos sentimientos (admiración, compasión, respeto, etc.), pero siempre el de "desear el bien del amigo, por el amigo mismo" (Aristóteles).


Diego Torrente


¡Qué dulzura se deja en la vida, si le quitas la amistad? Robar la vida de la amistad es como robar el mundo del sol. Un verdadero amigo es más que ser estimado de parientes.


Cicerón


La vida —escribió un amigo mío— es un recital público de violín en el cual uno va aprendiendo a tocar el instrumento mientras va interpretando.


Edward Morgan Forster


Siento mucho la irreparable pérdida de su amigo/a. Siempre he podido contar contigo en situaciones difíciles, ahora quiero que sepas que puedes contar conmigo.






Aprecio la numerosa y selecta concurrencia en la que se destaca la prestigiosa y recia personalidad de mi antiguo amigo Alfonso Grados Bertorini que forma parte de esa lúcida y aguerrida minoría, que con brillo y valentía salva el prestigio del Congreso. Minoría que mañana será mayoría, porque el pueblo no olvidará a quienes supieron defender la democracia y constitucionalidad


Javier de Belaúnde Ruiz de Somocurcio


Digo que es mi amigo, aunque, en el último año, parece una palabra demasiado suave para explicar lo que Gale significa para mí.


Suzanne Collins


Que yo me voy pa' la Guajira, porque aquí tengo mala suerte. Y si no puedo volver, porque en la Guajira muero, solo quedara el recuerdo, de aquel amigo que se fue


Rafael Escalona


La amistad es una ocupación a tiempo completo, si usted es realmente amigo de alguien. No se puede tener demasiados amigos porque entonces no sería realmente amigo de ninguno.


Truman Capote


Un amigo es aquel, que cuando estas contento, le llamas para celebrarlo. Cuando triste, acude sin ser llamado.




La palidez de mi amigo no era insólita. Con los años, la piel de su rostro se unió al hueso y cuando movía las manos delgadas la luz las atravesaba sin pena.


Carlos Fuentes


Nos gustaría contar con regímenes amigos, con amplia participación suficiente de sus poblaciones para mantener la estabilidad a largo plazo, por lo que tendríamos no solo el acceso a la riqueza de la región, pero nos gustaría ser capaces de garantizar la seguridad de nuestro buen amigo Israel.


Frank Carlucci


Gris es toda teoría, mi caro amigo, y verde el áureo árbol de la vida.


Johann Wolfgang von Goethe


Fue genial estar allí con un buen amigo


LeBron James


Se fiel a tu amigo y nunca te abandonará.




Aquí ya hemos terminado amigo mío, se acabó. Acércate dame un abrazo que este infierno remitió; esperadme aquí un momento y cuidad de esta posición. Comprobaré que hemos terminado la misión


Amaia Montero


Mi perro estaba conmigo todo el tiempo. Hablé con mi perro. Ella era mi mejor amigo. Compartí todos mis secretos con ella, pero yo no creo que todos los que realmente intenté bromas con el perro.


Cathy Guisewite


Por caminar a mi lado, por emprender y querer, por haberme ayudado, porque cuando estoy triste tú me sabes alegrar y, cuando no, tú me sabes perdonar, porque sabes que te quiero y siempre estaré contigo, todo lo que te escribo es por ser mi mejor amigo.




Un amigo es el que entra cuando todo el mundo sale.