Palabras para insultar a una mujer ( 3 )
Palabras para insultar a una mujer. Encuentra docenas de palabras para insultar a una mujer con fotos para copiar y compartir.
Dos cosas quiere el hombre de verdad: el peligro y el juego. Por eso quiere la mujer, que es el juguete más peligroso.
Friedrich Nietzsche
En esta industria, todos sabemos que detrás de un buen guionista hay siempre una gran mujer, y que detrás de ésta está su esposa.
Groucho Marx
Es mejor ser hombre que mujer, porque hasta el hombre más miserable tiene una mujer a la cual mandar.
Isabel Allende
Llamar a las mujeres el sexo débil es una calumnia; es la injusticia del hombre hacia la mujer.
Mahatma Gandhi
La mujer que hace un mérito de su belleza, declara por sí misma que no tiene otro mayor.
Julie de Lespinasse
La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?
Sigmund Freud
Cómo tener confianza de una mujer que le dice a uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto es capaz de decirlo todo.
Oscar Wilde
INSOMNIO
Ya habían pasado dos horas desde que decidí acostarme en mi angosta cama de plaza y media y aún no podía conciliar el sueño. Solo daba vueltas sobre ella sin poder pegar un solo ojo, las piernas me hormigueaban por la desesperación, estaba inquieto pensando en el momento en que me quedaría dormido; pero nada de nada, seguía con los ojos abiertos y sin lograr el ansiado placer del dormir.
No sé a qué hora me dormí, pero en algún momento lo pude hacer. Eran ya casi las tres de la mañana cuando me volví a levantar pegando un grito que estremeció la habitación en la que me había instalado. Mi cuerpo estaba temblando, sudoroso, agitado y desesperadamente temeroso. Las cosas que me habían sucedido en el anhelado sueño que perseguía fueron desastrosas, en él me vi observando la persecución de una bella mujer a la que acusaban las mujeres del pueblo de haberse metido con sus esposos, ella corría despavorida intentando no ser atrapada por la enardecida turba y así lograr escapar de una paliza segura.
_ ¡Maldita mujerzuela!_ le gritaban desaforadamente.
Mientras que ella solo atinaba a temblar y a pedir perdón: _ ¡Por favor, perdónenme!, lo siento mucho.
Sin embargo la turba descontrolada no escuchaba las súplicas de Fiorela, ese era el nombre de la infortunada, y en ese momento empecé a recordarla; con razón su cara se me hacía conocida, ella era la hermana de mi compañera del colegio, Sofía. Esta chica, unos años mayor que yo, se había ido del pueblo a trabajar a la provincia, ya hace un buen tiempo que no la veía, pero supe que se había vuelto un poco creída y arrogante porque estaba ganando una buena plata.
Volviendo al tema, yo estaba atónito por lo que sucedía, ella me miraba fijamente a los ojos como interrogándome por no ayudarla a salir de ese problema en el que se había metido…de pronto la mujer de los cabellos rubios logra subir por los techos de las casas y en su intento por seguir su huida, cae pesadamente sobre el pavimento, pero en su descenso pude ver que su mirada seguía clavada mí; esa mirada quedó grabada en mi mente como una pintura imborrable. En ese instante me retiré haca mi casa y sin saber cómo aparecí caminando por el lomo de una pared de adobes, ésta era lo suficientemente ancha como para poder caminar, sin darme cuenta ella apareció detrás de mí. Venía volando hacia donde estaba yo, era su alma, sí su alma tétrica y fantasmal que se reía emitiendo grandes carcajadas; luego pude divisar que en su mano derecha llevaba un filoso cuchillo de grandes proporciones. Me empezó a insultar y a lanzarme amenazas:
_ Te voy a matar infeliz, tú dejaste que me pasara esto, por tu culpa yo ahora estoy muerta._
Las palabras ahogadas por la desesperación quedaron atrapadas en mi garganta y por más que intentaba gritar, pedirle perdón o clamar por ayuda no lograba hacerlo, sin embargo ella se acercaba más y más, sus ojos echaban chispas, sus labios exageradamente pintados parecían los de un pobre payaso; ya estaba muy cerca y seguía vociferando:
_ Maldito, eres un maldito. Te voy a clavar este cuchillo en el centro de tu corazón y te voy a ver morir desgraciado… ¡Muérete…!
_ ¡Noooooooooooooooooooo!_
Fue un grito profundo y horroroso, sentí el filo del brillante cuchillo, introducirse en mi pecho frágil y agitado. Aún temblando por esa indeseable experiencia, me senté en el borde de la cama, mis latidos acelerados galopaban desbocados en mi cuerpo. Luego me levanté, fui al baño, lavé mi cara, miré alrededor y regresé a la cama; solo había sido un mal sueño convertido en una malísima escena de terror.
Ya habían pasado dos horas desde que decidí acostarme en mi angosta cama de plaza y media y aún no podía conciliar el sueño. Solo daba vueltas sobre ella sin poder pegar un solo ojo, las piernas me hormigueaban por la desesperación, estaba inquieto pensando en el momento en que me quedaría dormido; pero nada de nada, seguía con los ojos abiertos y sin lograr el ansiado placer del dormir.
No sé a qué hora me dormí, pero en algún momento lo pude hacer. Eran ya casi las tres de la mañana cuando me volví a levantar pegando un grito que estremeció la habitación en la que me había instalado. Mi cuerpo estaba temblando, sudoroso, agitado y desesperadamente temeroso. Las cosas que me habían sucedido en el anhelado sueño que perseguía fueron desastrosas, en él me vi observando la persecución de una bella mujer a la que acusaban las mujeres del pueblo de haberse metido con sus esposos, ella corría despavorida intentando no ser atrapada por la enardecida turba y así lograr escapar de una paliza segura.
_ ¡Maldita mujerzuela!_ le gritaban desaforadamente.
Mientras que ella solo atinaba a temblar y a pedir perdón: _ ¡Por favor, perdónenme!, lo siento mucho.
Sin embargo la turba descontrolada no escuchaba las súplicas de Fiorela, ese era el nombre de la infortunada, y en ese momento empecé a recordarla; con razón su cara se me hacía conocida, ella era la hermana de mi compañera del colegio, Sofía. Esta chica, unos años mayor que yo, se había ido del pueblo a trabajar a la provincia, ya hace un buen tiempo que no la veía, pero supe que se había vuelto un poco creída y arrogante porque estaba ganando una buena plata.
Volviendo al tema, yo estaba atónito por lo que sucedía, ella me miraba fijamente a los ojos como interrogándome por no ayudarla a salir de ese problema en el que se había metido…de pronto la mujer de los cabellos rubios logra subir por los techos de las casas y en su intento por seguir su huida, cae pesadamente sobre el pavimento, pero en su descenso pude ver que su mirada seguía clavada mí; esa mirada quedó grabada en mi mente como una pintura imborrable. En ese instante me retiré haca mi casa y sin saber cómo aparecí caminando por el lomo de una pared de adobes, ésta era lo suficientemente ancha como para poder caminar, sin darme cuenta ella apareció detrás de mí. Venía volando hacia donde estaba yo, era su alma, sí su alma tétrica y fantasmal que se reía emitiendo grandes carcajadas; luego pude divisar que en su mano derecha llevaba un filoso cuchillo de grandes proporciones. Me empezó a insultar y a lanzarme amenazas:
_ Te voy a matar infeliz, tú dejaste que me pasara esto, por tu culpa yo ahora estoy muerta._
Las palabras ahogadas por la desesperación quedaron atrapadas en mi garganta y por más que intentaba gritar, pedirle perdón o clamar por ayuda no lograba hacerlo, sin embargo ella se acercaba más y más, sus ojos echaban chispas, sus labios exageradamente pintados parecían los de un pobre payaso; ya estaba muy cerca y seguía vociferando:
_ Maldito, eres un maldito. Te voy a clavar este cuchillo en el centro de tu corazón y te voy a ver morir desgraciado… ¡Muérete…!
_ ¡Noooooooooooooooooooo!_
Fue un grito profundo y horroroso, sentí el filo del brillante cuchillo, introducirse en mi pecho frágil y agitado. Aún temblando por esa indeseable experiencia, me senté en el borde de la cama, mis latidos acelerados galopaban desbocados en mi cuerpo. Luego me levanté, fui al baño, lavé mi cara, miré alrededor y regresé a la cama; solo había sido un mal sueño convertido en una malísima escena de terror.
Juancho
La mujer es más como la noche. Te rodea, te envuelve, te ahoga, sin ofenderte, sin ni siquiera tocarte.
Osho
En la vida conyugal, la pareja unida no tiene que formar más que una sola persona moral, animada y gobernada por el entendimiento del hombre y por el gusto de la mujer.
Immanuel Kant
La música debe hacer saltar fuego en el corazón del hombre, y lágrimas de los ojos de la mujer.
Ludwig Van Beethoven
En su primera pasión, la mujer está enamorada del ser amado; en todas las demás, solo está enamorada del amor.
Lord Byron
Hay para cada hombre una mujer, una sola, que reúne todas las virtudes que ese hombre sueña....Pero el destino ha decidido que nunca jamás se crucen los caminos de ningún hombre con la mujer que para él fue concebida.
Alejandro Dolina
El amor en la mujer está siempre mezclado con una admiración involuntaria, y cesa cuando cree convencerse de que el hombre le es inferior.
Christian Friedrich Hebbel
El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.
Noel Clarasó
Sobre una torre había una mujer, de túnica blanca, peinándose la cabellera, que le llegaba a los pies. El peine desprendía sueños, con todos sus personajes: los sueños salían del pelo y se iban al aire.
Eduardo Galeano
Mi madre fue la mujer más bella que jamás conocí. Todo lo que soy, se lo debo a mi madre. Atribuyo todos mis éxitos en esta vida a la enseñanza moral, intelecutal y física que recibí de ella.
George Washington
Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida, lo cual no dice mucho en su favor.
Groucho Marx
Los senos de la mujer son la única persistencia del hombre; los coge al nacer y ya no los suelta hasta morir de viejo.
Enrique Jardiel Poncela
¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú.
Groucho Marx
Hay amor donde una mujer nunca obtiene lo que espera y un hombre nunca espera lo que obtiene.
Jana Sue
Saben quien fue que hizo pecar al hombre?
Fue la serpiente satanas, pero la mujer en ese momento fue un instrumento de satanas, (que el señor lo reprenda),
A beses las mujeres cuando no son de Dios se dejan usar por él haciendo pecar al hombre de muchas maneras, como por ejemplo: Seduciendolo sin el hombre ser su esposo sino de otra... No todas son Así por que yo entiendo que hay mujeres que se dejan usar por Dios y otras se dejan usar del Diablo. y a ti si eres mujer te digo no te dejes usar del D... si no de Dios. Pero...
en fin... algunas mujeres son instrumentos del Diablo.
no seas tu una de ellas!!!
Fue la serpiente satanas, pero la mujer en ese momento fue un instrumento de satanas, (que el señor lo reprenda),
A beses las mujeres cuando no son de Dios se dejan usar por él haciendo pecar al hombre de muchas maneras, como por ejemplo: Seduciendolo sin el hombre ser su esposo sino de otra... No todas son Así por que yo entiendo que hay mujeres que se dejan usar por Dios y otras se dejan usar del Diablo. y a ti si eres mujer te digo no te dejes usar del D... si no de Dios. Pero...
en fin... algunas mujeres son instrumentos del Diablo.
no seas tu una de ellas!!!
El interrogante
DIOS TIENE PENSADO UN PRINCIPE PARA TI PERO ESO NO SIGNIFICA QUE NO SEAS YA UNA REINA...
¡¡¡ FELIZ DIA DE LA MUJER!!!
¡¡¡ FELIZ DIA DE LA MUJER!!!
GABRIELA ORNELAS
La Mujer verdaderamente inteligente es la que se hace pendeja, frente a una pendeja queriendo hacerse la inteligente #TwitterLatino
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