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Palabras para un hombre estupido

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Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber.


George Bernard Shaw


Para el estúpido el ocuparse en conducta relajada es como un juego, pero la sabiduría es para el hombre de discernimiento.


Salomón




En toda mi vida he visto a un hombre más tímido; es tímido hasta la estupidez, y él lo sabe, naturalmente, porque de estúpido no tiene nada.


Fiódor Dostoyevski


El hombre más irremediablemente estúpido es aquel que ignora su sabiduría


Isaac Asimov




La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco.


Es una reflexión penosa para un hombre considerar lo que ha hecho, comparado con lo que debió hacer.


Samuel Butler




Un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.


Gabriel García Márquez


Lo peor que puede pasarle aun hombre es llegar a pensar mal de sí mismo.


Johann Wolfgang Von Goethe


En lugar de ser un hombre de éxito, busca ser un hombre valioso: lo demás llegará naturalmente.


Albert Einstein




Soy un militante incorregible del optimismo. Para no ser un estúpido, el optimista debe saber que el mundo puede ser un sitio muy triste. Solo un pesimista encuentra cada día lo más nuevo. ¿Puede un hombre sensato darse el lujo de ser pesimista? Eso era un lujo para tiempos menos complicados.


Peter Ustinov


Véase la preocupación de uno de esos salteadores políticos en obtener a ruegos el asentimiento de la mayoría para, en cualquier momento, poder alienar la responsabilidad. Pues ésta una de las principales razones por las que esa especie de actividad política es despreciable y odiosa a todo hombre de sentimientos decentes y, por tanto, también de valor, al tiempo que atrae a todos los caracteres miserables - aquellos que no quieren asumir la responsabilidad de sus acciones, sino que antes procuran huir, no pasando de cobardes villanos. Las consecuencias se dejarán sentir tan pronto como tales mediocres formen el gobierno de una Nación. Faltará entereza para obrar y se preferirá aceptar las más vergonzosas humillaciones antes de erguirse para adoptar una actitud resuelta, pues nadie habrá allí que por sí solo esté personalmente dispuesto a arriesgarlo todo en pro de la ejecución de una medida radical. Existe una verdad que no debe ni puede olvidarse: es la de que tampoco en este caso una mayoría estará capacitada para sustituir a la personalidad en el gobierno. La mayoría no sólo representa siempre la estupidez, sino también la cobardía. Y del mismo modo que de cien cabezas huecas no se hace un sabio, de cien cabezas no surge nunca una decisión heroica. Cuanto menos grave sea la responsabilidad que pese sobre el Jefe, mayor será el número de aquellos que, dotados de ínfima capacidad, se crean igualmente llamados a poner al servicio de la Nación sus "imponderables fuerzas". Con impaciencia esperan que les llegue el turno; forman una larga fila y cuentan, con doloridos lamentos, el número de los que esperan delante de ellos y casi calculan la hora sobre cuándo, posiblemente, alcanzarán su deseo. De ahí que sea para ellos motivo de regocijo el cambio frecuente de funcionarios en los cargos que ellos apetecen y que celebren todo escándalo que reduzca la fila de los que por delante esperan. En el caso de que uno de ellos no quiera dejar la posición alcanzada, casi se considera eso como una quiebra de una combinación sagrada de solidaridad común. Entonces es cuando ellos se vuelven intrigantes y no descansan hasta que el desvergonzado, al final vencido, pone su lugar nuevamente a disposición de todos. Por eso mismo, no alcanzará él tan pronto esa posición. Cuando una de estas criaturas es forzada a desistir de su puesto, procurará inmediatamente entrometerse de nuevo en la hilera de los que están a la expectativa, a no ser que lo impidan, entonces, los gritos y las injurias de los demás. La consecuencia de todo esto es la espeluznante rapidez con que se producen modificaciones en las más importantes jefaturas y oficinas públicas de un organismo estatal semejante, con un resultado que siempre tiene influencia negativa y que muchas veces llega a ser hasta catastrófico, porque no sólo el estúpido y el incapaz son lesionados por esos métodos de proceder, sino incluso los verdaderos jefes, si algún día el Destino los sitúa en esas posiciones de mando. Después que se verifica la aparición de un hombre excepcional, inmediatamente se forma un frente cerrado de defensa, sobre todo si una cabeza tal, no saliendo de las propias filas, osara penetrar en esa sublime sociedad. Lo que ellos quieren fundamentalmente es permanecer entre sí, y es considerado enemigo común todo aquél que pueda sobresalir en medio de tales nulidades. En este sentido, el instinto es tanto más agudo cuanto es inoperante en otros aspectos. El resultado será siempre un creciente empobrecimiento espiritual de las clases dirigentes. Cualquiera, desde el momento que no pertenece a ese clan de `jefes", puede juzgar cuáles serán las consecuencias para la Nación y para el Estado.


Adolf Hitler


Me consumo de aburrimiento. Esto es muy estúpido, por mi parte; como si no supiera que la rutina es, precisamente, lo que permite separar al tiempo muerto del tiempo vivo. Yo me empecino en que TODO el tiempo sea tiempo vivo, y, como es de suponer, sólo recojo cenizas. La bebida me hace ahora mayor efecto. No debe uno disminuir el caudal de alcohol, luego es muy doloroso volver a alcanzarlo. Las variaciones juveniles sobre la pureza (dejar de fumar, ducharse con agua fría, levantarse al alba, leer a Popper) son comprensibles como preparación a la vejez, pero en un hombre corrupto son repugnantes. ¿Qué lección pretenden dar, esos conservadores de sí mismos?


Félix de Azúa


El hombre más estúpido que he conocido, tenía un dicho favorito. Era: "¿Qué te crees que soy: estúpido... o qué?


Idries Shah




A los veinte años un hombre es un pavo real; a los treinta, un león; a los cuarenta, un camello; a los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un perro; a los setenta, un mono; a los ochenta, nada.


Baltasar Gracián


El problema, cuando se busca a la mujer perfecta, es que ella probablememte está buscando al hombre perfecto.


Peter Ustinov


Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.


Friedrich Nietzsche


El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.


María Zambrano


El mayor de todos los misterios es el hombre.


Sócrates


¡Oh amor poderoso¡ Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia.


William Shakespeare


El hombre tiene miedo a la pérdida del poder, le asustan las mujeres que saben lo que quieren y están seguras de si mismas.


Amparo Larrañaga


El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber.


José Martí


Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla.


Paulo Coelho


El hombre a quien el dolor no educó siempre será un niño.


Nicolàs-Sebastien Roch


La no violencia es la fuerza más poderosa que hay a disposición de la humanidad. Es aún más poderosa que el arma más compleja de destrucción ideada por la ingenua capacidad del hombre.


Mahatma Gandhi


Un hombre tiene que escoger. En esto reside su fuerza: en el poder de sus decisiones.


Paulo Coelho


Me parece que me matan un hijo cada vez que privan a un hombre del derecho de pensar.


José Martí




Lo que las ideologías dividen al hombre. . . El amor con sus hilos los une en su nombre.


Ricardo Arjona


El que confía sus secretos a otro hombre se hace esclavo él.


Baltasar Gracián


Y el hombre, en su orgullo, creó a dios a su imagen y semejanza.


Friedrich Nietzsche


Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.


Oscar Wilde


Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.


Mark Twain


Nada resulta más atractivo en un hombre que su cortesía, su paciencia y su tolerancia.


Cicerón


La mujer actual tiene una obsesion por ser igual que el hombre, y no se por que, si el hombre es un pobre diablo desorientado.


Antonio López


También a un gran hombre lo puede exasperar una miserable mosca.


José Martí


Los hombre jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los hombres viejos quieren ser infieles y no lo logran.


Oscar Wilde


El hombre que escucha la razón está perdido. La razón esclaviza a todos los que no son bastante fuertes para dominarla.


George Bernard Shaw


No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.


Biblia


De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: De la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra.


Mario Benedetti


Al hombre le interesa lo real, como tal, aunque no sea deseable. Al niño le importa lo deseable, como tal, aunque no sea real.


Armando Montiel


No se puede enseñar nada a un hombre; solo se le puede ayudar a descubrirlo en su interior.


Galileo Galilei