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Para un amigo que se va al cielo ( 3 )

Para un amigo que se va al cielo. Encuentra docenas de para un amigo que se va al cielo con fotos para copiar y compartir.


Si un día para mi mal viene a buscarme la parca... Empujad al mar mi barca con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas y a mí enterradme sin duelo, entre la playa y el cielo. Mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos y amarillo a la genista. Cerca del mar porqué yo nací en el Mediterráneo


Joan Manuel Serrat


Necesito de un amigo, que reciba con gratitud mi auxilio, mi mano extendida, aún cuándo eso sea muy poco para sus necesidades


Charles Chaplin




La moderación es la mejor virtud para gobernar a los hombres y servir al cielo.


Lao-Tse


No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Solo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida.


Alexandre Dumas


Nací para amarte con cada latido de mi corazón...Sí, nací para cuidar de ti, cielo, cada día de mi vida.


Freddie Mercury


Cuando os separéis de un amigo no sufráis. Porque lo que más amáis en él, se aclarará en su ausencia, como la montaña es más clara desde el llano para el montañés


Khalil Gibran




Las ruinas son a menudo las que abren las ventanas para ver el cielo.


Viktor Frankl


El mejor servicio que pueden prestar al cielo y al bienestar y felicidad de los pueblos, es preocuparse día y noche en educar niños para Dios, para sus padres y para la sociedad...


Jerónimo Usera


Para mí la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor en las penas como en las alegrías.


Santa Teresa de Jesús




La fortuna llovida del cielo corrompe y arruina. Es común la idea falsa de que la agricultura y la industria exigen para desenvolverse fuertes capitales. Lo contrario es lo cierto. Lo que dura y prospera y perdura es lo que nació humildemente y se fue nutriendo de su propia sustancia.


Rafael Barrett


Para mí, como amigo de la razón, toda pregunta tiene que tener una respuesta; Y como sacerdote, todo ser humano tiene el derecho de ser atendido.


Benedicto XVI


Un Jefe en el Cielo es la mejor excusa para un jefe en la tierra, es por eso que si un Dios existiera, tendría que ser abolido


Mijaíl Bakunin


El corazón que no ama es una cisterna tenebrosa, un depósito inmóvil que no recibe ni da. El corazón que ama es el remanso a cielo abierto, donde las mil corrientes del mundo descansan un instante para partir otra vez.


Rafael Barrett




La conciencia, amigo, es uno de esos bastones que todo el mundo coge para apalear a su vecino, pero que nunca nadie hace servir para sí mismo.


Honoré de Balzac


Vivir no merece la pena para quien no tiene ni siquiera un buen amigo.


Demócrito


Quien quiera tener un amigo también debe querer hacer la guerra por él; y para hacer la guerra hay que saber ser enemigo.


Friedrich Nietzsche


Allí se levantaría enseguida, para su ronda matinal: pisar la tierra húmeda todavía del relente nocturno, respirar aire recién nacido, ver ensancharse la aurora por el cielo, escuchar los pájaros... Allí sí, pero aquí...


José Luis Sampedro


Dios ha construido un circuito en el cielo y se ha llevado a Senna para que corra con él.




Mira, me interesa mucho tener un amigo marciano, pero el interés no siempre se asocia con la confianza. Hace falta hablar más a fondo para convertir el interés en confianza.


Kobo Abe


Mi amistad no es más que circunspecta si el peligro de mi amigo me deja los ojos abiertos para el mío.


Denis Diderot


En el crepúsculo de la memoria volveremos a reunirnos, volveremos a hablar juntos, y cantaréis para mí un canto más profundo: y si vuestras manos vuelven a encontrarse en otro sueño, construiremos otra torre en el cielo


Khalil Gibran


Se necesita un amigo para dejar de llorar. Para no vivir de cara al pasado, en busca de memorias perdidas. Que nos palmee el hombro, sonriendo o llorando, pero que nos llame amigo, para tener la conciencia de que aún estamos vivos


Vinicius de Moraes


¡Cuántas variaciones! ¡Cuántas cosas! Me parece que el cielo solo me ha dado un corazón sensible para ponerlo a prueba en los más rudos combates...


Marqués de Sade


Lo que más estorba para adquirir un buen amigo es nuestro empeño de tener muchos.


Plutarco


Si invocan el cielo, es para usurpar la tierra


Maximilien de Robespierre


Es feliz, por tanto, el que tiene un juicio recto; es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que quieran, y es amigo de lo que tiene; es feliz aquel para quien la razón es quien da valor a todas las cosas de su vida


Séneca




Un buen amigo de mi hijo es un hijo para mí.


Lois McMaster Bujold


Alma mía, toma la cruz con gran consuelo, que ella sola es el camino para el cielo.


Teresa de Jesús


Mi mejor amigo en el internado era un chaval de ojos penetrantes y temperamento nervioso que insistia responder a las siglas JF (...) Era de constitución débil y bastaba con mencionar la palavra microbio en un radio de 1km a la redonda para que él creyese que había pillado una infección. Una vez busqué en un diccionario el término hipocondríaco y le saqué una copia.
-No sé si lo sabías, pero tu biografía viene en el diccionario de la Real Academia - le anuncié.
Echó un vistazo a la fotocopia y me lanzó una mirada de alcayata.
-Prueba a buscar en la "i" de idiota y verás que no soy el único famoso - replicó JF


Carlos Ruiz Zafón


Sólo un recelo chiquito y fastidioso, como el grano de tierra que en un ojo se nos mete y nos hace sufrir tanto, me estorba para la felicidad absoluta. Y es la sospecha de que todavía no me quieres bastante, que no has llegado al supremo límite del querer, ¿qué digo límite, si no lo hay?, al principio del último cielo, pues yo no puedo hartarme de pedir más, más, siempre más; y no quiero, no quiero sino cosas infinitas, entérate... todo infinito, infinitísimo, o nada... ¿Cuántos abrazos crees que te voy a dar cuando llegues? Ve contando. Pues tantos como segundos tarde una hormiga en dar la vuelta al globo terráqueo. No; más, muchos más. Tantos como segundos tarde la hormiga en partir en dos, con sus patas, la esferita terrestre, dándole vueltas siempre por una misma línea... Con que saca esa cuenta, tonto.


Benito Pérez Galdós


Pero ¿cómo se manifiesta el Amor a Dios? Amando a la humanidad. Para encontrar la paz en el cielo, hay que encontrar el Amor en la Tierra. Sin él, no valemos nada.


Paulo Coelho


La cosa más necesaria de que el cortesano tiene necesidad es tener en la corte un fiel y verdadero amigo, no para que le lisonjee, sino para que le reprenda.


Antonio de Guevara


«Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras»


Elvira Lindo


He sido un necio ?dijo con una voz tan temblorosa como sus manos.
- Desde luego que sí ?dijo Cuthbert-, ya lo creo. ?Cayó de rodillas sobre el polvo, de cara a Roland-. Ahora ya puedes empezar a pegarme si quieres. Todas las veces y con la fuerza que te dé la gana. No te devolveré los golpes. He hecho todo lo que he podido para despertar tu sentido de la responsabilidad. Si sigues durmiendo, que así sea. En cualquiera de los dos casos, te quiero.
Bert apoyó las manos en los hombros de Roland y besó brevemente la mejilla de su amigo.
Roland se echó a llorar.
En parte eran lágrimas de gratitud. Pero sobre todo una mezcla de rabia y desconcierto; había incluso una pequeña y oscura parte de sí mismo que odiaba a Cuthbert y siempre lo odiaría. Aquella parte odiaba a Cuthbert más por el beso que por el puñetazo en la mandíbula; más por el perdón que por el despertar.


Stephen King


Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus... Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad.


Viktor Frankl


Cada uno, sin dejar de andar, se volvía para escuchar el fantasma de la incertidumbre, que murmuraba a su oído: - Trabaja cuanto puedas, amigo mío; levántate temprano y no descanses hasta bien entrada la noche, robes con habilidad o sirvas fielmente, jamás llegarás a conocer la seguridad! Rico hoy, mañana puedes volver a ser poblre. En vano dejarás millones a tus hijos, jamás podrás estar seguro de que tu hijo no llegará a ser el criado de tu criado, o que tu hija no tenga que venderse por un trozo de pan


Edward Bellamy


No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.


Luis Cernuda


¿Vuestra Reverencia hace de mí un luterano? -preguntó el filósofo con débil sonrisa.
-No, amigo mío, temo que no tengáis bastante fe para ser un hereje.


Marguerite Yourcenar


He aceptado el rol del ángel Caído. Siempre me identifiqué con Lucifer porque él quería ser Dios y no iba a aceptar las reglas de otro. Entonces, lo echaron del Cielo y creó sus propias reglas. Si la otra parte hubiera escrito la Biblia, Lucifer sería nuestro salvador. Es mi trabajo limpiar al mundo de todos sus pecados. Me estoy ofreciendo como un sacrificio para que el mundo recupere su inocencia?.


Marilyn Manson


Nadie se atreve ya a parecer lo que es; y en esta coacción perpetua, los hombres que conforman el rebaño llamado sociedad, situados en las mismas circunstancias, harán todos lo mismo si no se lo impiden motivos de fuerza mayor. Por lo tanto, nunca sabremos muy bien con quién nos enfrentamos; para conocer a un amigo será necesario esperar las grandes ocasiones, es decir, esperar el momento en que ya sea tarde, puesto que para esas mismas ocasiones habría sido esencial conocerlo.


Jean-Jacques Rousseau