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Pensamiento de porfirio

Pensamiento de porfirio. Encuentra docenas de pensamiento de porfirio con fotos para copiar y compartir.


El Hijo de Mi Amor

El hijo de mi amor, mi único hijo,
lo engendré sin mujer y es hijo mío;
me escribe a la distancia: estoy tan triste;
me faltas tú. Te miro en el esfuerzo
por mí, por ti, por el retorno
del polluelo a su sombra familiar,
no tengo un pan ni un techo que me cubra;
hoy habito en los muros de la mar...


Porfirio Barba Jacob


Canción de La Hora Feliz

Yo tuve ya un dolor tan íntimo y tan fiero,
de tan cruel dominio y trágica opresión,
que a tientas, en las ráfagas de su huracán postrero,
fui hasta la Muerte... Un alba se hizo en mi corazón.

Bien se que aún me aguardan angustias infinitas
bajo el rigor del tiempo que nevará en mi sien;
que la alegría es lúgubre; que rodarán marchitas
sus rosas en la onda de lúgubre vaivén.

Bien sé que, alucinándome con besos sin ternura,
me embriagarán un punto la juventud y Abril;
y que hay en las orgías un grito de pavura,
tras la sensualidad del goce juvenil.

Sé más: mi egregia Musa, de hieles abrevada,
en noches sin aurora y en llantos de agonía,
por el fatal destino de dioses engañada
ya no creerá en nada... ni aún en la poesía...

¡Y estoy sereno! En medio del oscuro "algún día",
de la sed, de la fiebre, de los mortuorios ramos
-¡el día del adiós a todo cuanto amamos!-
yo evocaré esta hora y me diré a mí mismo,
sonriendo virilmente: -"Poeta, ¿en qué quedamos?"

Y llenaré mi vaso de sombras y de abismo...
¡el día del adiós a todo cuanto amamos!


Porfirio Barba Jacob




Elegía Platónica

Amo a un joven de insólita pureza,
todo de lumbre cándida investido:
la vida en él un nuevo dios empieza,
y ella en él cobra número y sentido.

Él, en su cotidiano movimiento
por ámbitos de bruma y gnomo y hada,
circunscribe las flámulas del viento
y el oro ufano en la espiga enarcada.

Ora fulgen los lagos por la estría...
Él es paz en el alba nemorosa.
Es canción en lo cóncavo del día.
Es lucero en el agua tenebrosa...


Porfirio Barba Jacob


Desamparo de Los Crepúsculos

Huyo de aquel dolor que me hizo un día
bajo el misterio incógnito del cielo
sangrar el alma silenciosamente...
¿A qué desde las áridas riberas
tender la vista al horizonte? -El claro
beso de luz en la extensión naufraga-
y antes de que la sombra me circuya,
apagaré mi espíritu intranquilo
en el fulgor violeta de la tarde...

Ya sobre el mar en gira tumultuosa
no veré más la convulsión enorme
que templó mi vigor, ni en la propicia
madurez halagüeña de los trigos
espaciaré los moribundos ojos;
ya no he de uncir las manos temblorosas
al tronco de los robles, cual solía
para trepar hasta el follaje ameno,
ni más sobre el fervor de la pradera
repicará la esquila de mis cantos;
no veré más el rayo de la luna
que se quebraba en los azules montes...
¡no veré más los ojos de los niños!

Tú, perfume y rumor del campo umbrío,
hacecillo de rosas ideales,
ánfora de virtud enaltecida
-tú- la maga de veinte primaveras,
lánguida novia de pupilas hondas
que cruzas bajo el árbol del ensueño,
¡perdóname! -la lumbre que redime
sobre los montes del confín no viene,
la fe desmaya, la ilusión desmaya,
la fuerza languidece y se desmaya...
y antes de que las sombras me circunden,
¡apagaré mi espíritu intranquilo
en el fulgor violeta de la tarde!


Porfirio Barba Jacob


Elegía Del Marino Ilusorio

Pensando estoy... Mi pensamiento tiene
ya el ritmo, ya el color, ya el ardimiento
de un mar que alumbran fuegos ponentinos.
A la borda del buque van danzando,
ebrios del mar, los jóvenes marinos.

Pensando estoy... Yo, cómo ceñiría
la cabeza encrespada y voluptuosa
de un joven, en la playa deleitosa,
cual besa el mar con sus lenguas el día.
Y cómo de él cautivo, temblando, suspirando,
contra la Muerte
su juventud indómita, tierno, protegería.
Contra la Muerte,
su silueta ilusoria vaga en mi poesía.

Morir... ¿Conque esta carne cerúlea, macerada
en los jugos del mar, suave y ardiente,
será por el dolor acongojada?
Y el ser bello en la tierra encantada,
y el soñar en la noche iluminada,
y la ilusión, de soles diademada,
y el vigor... y el amor... ¿fue nada, nada?

¡Dame tu miel, oh niño de boca perfumada!


Porfirio Barba Jacob


Momento

Yo fuerte, yo exaltado, yo anhelante,
opreso en la urna del día,
engreído en mi corazón,
ebrio de mi fantasía,
y la Eternidad adelante...
adelante...
adelante...


Porfirio Barba Jacob




El amor te siega, pero los celos te hacen ver cosas que no existen.


porfirio L


Oaxaca
Veo tus playas de vida llena
y las nubes caprichosas como se evaden del mar
con sus simientes de aguas puras,
para posarse en el umbral
de tus montañas majestuosas y llanuras.
Veo a Oaxaca vestida con la semblanza del pasado,
de sus monumentos y joyas arqueológicas,
y el arraigo fervoroso,
de sus costumbres amorosas.
Veo a sus mujeres trabajadoras
y sus hombres emprendedores,
que se nutren de esas tierras,
bendecidas por sus dioses.
La de las entrañas de rojo oro
y del barro negro brillante
La que viste de verde jade
sus fachadas y sus calles.
La que desprende del corazón del agave
el licor ardiente y mezcalino de sus goces.
Y en las velas dedicadas a sus santos se constata,
la raíz de su espiritualidad sobria y puritana.
Veo a Oaxaca la del corazón autóctono
mostrada con pinceladas de blanco negro y amarillo
Sobre el lienzo bronceado de su piel indiana.
Oaxaca la que muestra
el poderío cultural
y la fuerza ancestral
de su Raza única e irrepetible
en la Guelaguetza,
en que subsisten
en el color de sus vestidos,
la magia que copia con hilos
los símbolos de los códices,
y la figura y colorido
de los prados y sus flores,
que se combinan con el universo
de los armoniosos sonidos
de las flautas y tambores.
Hombres y Mujeres que danzan
con la fuerza gravitacional
de los sentidos,
con los ritmos de las bandas,
entonando el son costeño,
y la vibrantes marimbas
con el ritmo sandungueño.
Veo a la mujer decorada,
con la singular orfebrería,
con monedas de oro y plata
y alamares de fantasía,
Veo A la Heroica Oaxaca
la de Don Porfirio y Juárez
ejemplos que te demandan,
A ser siempre los mejores.
Veo a Oaxaca desgarrada
por la ambición inconsciente,
y a los hombres que se afanan
por defender a su gente.
Veo a Oaxaca la Sureña
a la ístmica Tehuana
Veo a Oaxaca La Antequera,
Veo a Oaxaca con el alma.


Efren Romero Acuña


Cárdenas se convirtió en el nuevo Porfirio Díaz. Imposible que se moviera una hoja de papel sin su autorización, y sin embargo pasó a la historia como el salvador


Francisco Martín Moreno




Investigarme ni me digas la palabra, el otro día un periodista desde su gran prestigio me dijo: "quisiera hacerte una biografía" y me pareció bien; tantas biografías chafas me han hecho y tantas que no he permitido y bien tuvimos citas, tuvimos grabaciones, tuvimos visitas, nos encuatachamos en esta historia de la biografía para que a un momento dado esta persona me diga "ya no puedo hacer tu biografía por que ya fui tu amiga ya me siento tu amiga ya no te quiero investigar" y la palabra me llenó: por qué me vas a investigar si yo no soy Porfirio Díaz o Emiliano Zapata por qué me vas a investigar a esos se les investiga, a una actriz se le inventa, una actriz es sueño.


María Félix