Pensamientos sobre el silencio de la madre teresa de calcuta ( 3 )
Pensamientos sobre el silencio de la madre teresa de calcuta. Encuentra docenas de pensamientos sobre el silencio de la madre teresa de calcuta con fotos para copiar y compartir.
La vida es un juego; participa en él. La vida es demasiado preciosa; no la destruyas.
Madre Teresa De Calcuta
Si usted quiere un mensaje de amor a ser oído, que tiene que ser enviado. Para mantener una lámpara encendida, tenemos que seguir poniendo aceite.
Madre Teresa De Calcuta
Nuestra vida de pobreza es tan necesaria como la propia obra. Solo en el cielo veremos cuánto le debemos a los pobres por ayudarnos a amar más a Dios por ellos.
Madre Teresa De Calcuta
La mayor enfermedad hoy en día no es la lepra ni la tuberculosis, sino el sentimiento de no ser querido.
Madre Teresa De Calcuta
Veamos más insistimos en la recaudación de fondos de amor, de bondad, de comprensión, de la paz. El dinero vendrá si buscamos primero el Reino de Dios - se le dará el descanso.
Madre Teresa De Calcuta
He descubierto la paradoja, que si amas hasta que duele, no puede haber más dolor, solo más amor.
Madre Teresa De Calcuta
Tengamos siempre encontramos uno al otro con una sonrisa, la sonrisa es el comienzo del amor.
Madre Teresa De Calcuta
La gente es todo lo vieja que quiera ser. He visto algunas muchachas con 20 años y estar totalmente envejecidas, por el contrario, conozco a una muchachita con 83 años, Teresa de Calcuta, que nos enseña a vivir todos los días
Facundo Cabral
Illien. Me gusta esa idea ?dijo mi madre?. Vendrían reyes de muy lejos a oír tocar a mi pequeño Kvothe.
?Su música pararía las riñas de taberna y las guerras de fronteras ?dijo Ben sonriendo.
?Mujeres salvajes ?añadió mi padre, entusiasmado? posarían los pechos en su cabeza.
Hubo un silencio atónito. Entonces mi madre dijo, despacio y con tono amenazante:
?Querrás decir «Bestias salvajes posarían la cabeza en su regazo».
?Ah, ¿sí?
?Su música pararía las riñas de taberna y las guerras de fronteras ?dijo Ben sonriendo.
?Mujeres salvajes ?añadió mi padre, entusiasmado? posarían los pechos en su cabeza.
Hubo un silencio atónito. Entonces mi madre dijo, despacio y con tono amenazante:
?Querrás decir «Bestias salvajes posarían la cabeza en su regazo».
?Ah, ¿sí?
Patrick Rothfuss
Un adiós sin despedida...
Un silencio entre voces...
Una mirada sin ser vista...
UN HASTA PRONTO MI NIÑA
Un beso a través de la brisa...
Una presencia sin cuerpo...
Una caricia que arropa mi alma...
Un recuerdo dulce...
Una sonrisa jamás olvidada...
Un amor con lazos eternos...
Un hasta pronto MI NIÑA...
Un silencio entre voces...
Una mirada sin ser vista...
UN HASTA PRONTO MI NIÑA
Un beso a través de la brisa...
Una presencia sin cuerpo...
Una caricia que arropa mi alma...
Un recuerdo dulce...
Una sonrisa jamás olvidada...
Un amor con lazos eternos...
Un hasta pronto MI NIÑA...
Maria Teresa Merelas
Cuando el corazón llora...
El alma entristece...
Y el amor...
En el eterno silencio...Duerme
El alma entristece...
Y el amor...
En el eterno silencio...Duerme
Maria Teresa Marrujo Alvarez
Vacio de ti...
Llegò ese dìa, llegò el temor, la tristeza, la soledad
y un largo silencio en nuestras almas...
Voy hacia ti, quiero sentir que vuelo sobre tu sombra...
Mirando como tus pasos hacen mas largo el camino...
Aùn siento el olor de tu cuerpo impregnarse en mi ser...
Quiero seguir tu mismo sendero, entre sabanas blancas y perfumadas flores
Respirar el aire que dejaste en cada suspiro...
Pero es solo un sueño, todo se tornò gris, porque no estas mas aqui... Còmo seguir tus pasos si en la oscura noche no esta mas tu luz...
Còmo decir te amo, te extaño, còmo decirte que mi cuerpo quedò vacìo...
No hay mas brillo en mis ojos, ni calor en mi piel...
Còmo decirte que me quedo con las manos vacìas...
Vacìas de ti, de tu presencia, de tu amor.
Marytere
Llegò ese dìa, llegò el temor, la tristeza, la soledad
y un largo silencio en nuestras almas...
Voy hacia ti, quiero sentir que vuelo sobre tu sombra...
Mirando como tus pasos hacen mas largo el camino...
Aùn siento el olor de tu cuerpo impregnarse en mi ser...
Quiero seguir tu mismo sendero, entre sabanas blancas y perfumadas flores
Respirar el aire que dejaste en cada suspiro...
Pero es solo un sueño, todo se tornò gris, porque no estas mas aqui... Còmo seguir tus pasos si en la oscura noche no esta mas tu luz...
Còmo decir te amo, te extaño, còmo decirte que mi cuerpo quedò vacìo...
No hay mas brillo en mis ojos, ni calor en mi piel...
Còmo decirte que me quedo con las manos vacìas...
Vacìas de ti, de tu presencia, de tu amor.
Marytere
Maria Teresa Marrujo Alvarez
Madre de madres, eres mi mundo entero
eres la inspiracion de este hermoso verso
me tuvistes de brazos, me cuidastes y amastes
y te agradesco mi madre, Madre de Madres
eres la inspiracion de este hermoso verso
me tuvistes de brazos, me cuidastes y amastes
y te agradesco mi madre, Madre de Madres
Maria Rondon Madre
Admiro a los padres que tienen la capacidad de amar a todos sus hijos por igual
Olivia Teresa Fernandez Astorga
¡MUJER! Eres novia, eres esposa, eres... Amante, eres madre... ¡MUJER!... Eres una rosa roja para la vida!
Y... un clavel para el amor.
Y... un clavel para el amor.
Jackselins Arteaga
Yo te amaré en silencio... como algo inaccesible, como un sueño que nunca lograré realizar y el lejano perfume de mi amor imposible rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.
José Angel Buesa
Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hemano complaciente.
Confucio
Un padre puede darle la espalda a su hijo, hermanos y hermanas pueden convertirse en inveterados enemigos, los maridos pueden abandonar a sus esposas, pero el amor de una madre dura para siempre.
Washington Irving
Cuesta más responder con gracia y mansedumbre, que callar con desprecio. El silencio es a veces una mala respuesta, una respuesta amarguísima.
Gar Mar
El Animal Que Llora, Ése Estuvo En Tu Alma Antes de Ser Amarillo;
el animal que lame las heridas blancas,
ése está ciego en la misericordia;
el que duerme en la luz y es miserable,
ése agoniza en el relámpago.
La mujer cuyo corazón es azul y te alimenta sin descanso,
ésa es tu madre dentro de la ira;
la mujer que no olvida y está desnuda en el silencio,
ésa fue música en tus ojos.
Vértigo en la quietud: en los espejos entran sustancias
corporales y arden palomas. Tú dibujas juicios y tempestades
y lamentos.
Así es la luz de la vejez, así
la aparición de las heridas blancas.
* * *
Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el
silencio de las últimas ramas.
Esto era el destino:
llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.
el animal que lame las heridas blancas,
ése está ciego en la misericordia;
el que duerme en la luz y es miserable,
ése agoniza en el relámpago.
La mujer cuyo corazón es azul y te alimenta sin descanso,
ésa es tu madre dentro de la ira;
la mujer que no olvida y está desnuda en el silencio,
ésa fue música en tus ojos.
Vértigo en la quietud: en los espejos entran sustancias
corporales y arden palomas. Tú dibujas juicios y tempestades
y lamentos.
Así es la luz de la vejez, así
la aparición de las heridas blancas.
* * *
Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el
silencio de las últimas ramas.
Esto era el destino:
llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.
Antonio Gamoneda
Alguien Pasa
Alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
Y yo guardo silencio.
Las palabras no acuden
en mi ayuda, se esconden
en el fondo del pecho, por no subir vestidas
de luto hasta mi boca,
y derramarse luego
en un río de lágrimas.
No sé si tú recuerdas
los días aún tempranos
en que ibas como un ángel
por el jardín, y dabas
a los lirios y rosas
su regalo de agua,
y las hojas marchitas
recogías en esa
tu manera tan suave
de tratar a las plantas
y a los que se acercaban
a tu amistad perfecta.
Yo sí recuerdo, madre,
tu oficio de ser tierna
y fina como el aire.
Una tarde un poeta
recibió de tus manos
un jazmín que cortaste
para él. Con asombro
te miró largamente
y se llevó a los labios,
reverente, la flor.
Se me quedó en la frente
aquel momento, digo
la frente cuando debo
decir el corazón.
Y se me va llenando
de nostalgia la vida,
como un vaso colmado
de un lento vino pálido,
si alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
Alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
Y yo guardo silencio.
Las palabras no acuden
en mi ayuda, se esconden
en el fondo del pecho, por no subir vestidas
de luto hasta mi boca,
y derramarse luego
en un río de lágrimas.
No sé si tú recuerdas
los días aún tempranos
en que ibas como un ángel
por el jardín, y dabas
a los lirios y rosas
su regalo de agua,
y las hojas marchitas
recogías en esa
tu manera tan suave
de tratar a las plantas
y a los que se acercaban
a tu amistad perfecta.
Yo sí recuerdo, madre,
tu oficio de ser tierna
y fina como el aire.
Una tarde un poeta
recibió de tus manos
un jazmín que cortaste
para él. Con asombro
te miró largamente
y se llevó a los labios,
reverente, la flor.
Se me quedó en la frente
aquel momento, digo
la frente cuando debo
decir el corazón.
Y se me va llenando
de nostalgia la vida,
como un vaso colmado
de un lento vino pálido,
si alguien pasa y pregunta
por los jazmines, madre.
Meira Delmar
Maniquí Negra
Un sol nocturno bruñó con su óleo tus largas piernas.
Donde el hueso se junta a la piel, brilla con blancura de acero.
Tu risa de granizo repica en el pandero de la luna,
que exhala la música tejida por la dulzura de tus pies.
Cisne sombrío que resbala por las teclas de un lago dormido.
Hogueras de tinieblas, mujer de humo y sueño, que brotas
con el misterio enrollado a tu regazo, boa de ondulantes anillos;
con el amor ceñido a tus caderas, velo de tibio rugir;
con el paraíso echado sobre tus ropas, estola de florido fuego.
Tu madre aúlla en la selva -nidos de muertos en los árboles-
mientras caen las granadas alrededor de su choza.
Tu hermana grita en el asfalto -las pancartas caídas, los perros-
mientras los gases lacrimógenos hinchan sus párpados.
Tu prima de la manigua¹ agita los pechos locos
mientras canta la rumba de ronca voz.
tu cuñada de la sabana estremece la grupa
picada por el tábano del tam-tam.
Todas son estruendo y relámpago, cohetes de amor y dolor.
Pero tú solo resbalas en silencio, das vuelta y te mueves
con líquido avanzar,
lujosísimo tulipán para la fiesta del dorado jardín.
¹Terreno de la isla de Cuba cubierto de maleza.
De "Salterio de Fingoi"
Un sol nocturno bruñó con su óleo tus largas piernas.
Donde el hueso se junta a la piel, brilla con blancura de acero.
Tu risa de granizo repica en el pandero de la luna,
que exhala la música tejida por la dulzura de tus pies.
Cisne sombrío que resbala por las teclas de un lago dormido.
Hogueras de tinieblas, mujer de humo y sueño, que brotas
con el misterio enrollado a tu regazo, boa de ondulantes anillos;
con el amor ceñido a tus caderas, velo de tibio rugir;
con el paraíso echado sobre tus ropas, estola de florido fuego.
Tu madre aúlla en la selva -nidos de muertos en los árboles-
mientras caen las granadas alrededor de su choza.
Tu hermana grita en el asfalto -las pancartas caídas, los perros-
mientras los gases lacrimógenos hinchan sus párpados.
Tu prima de la manigua¹ agita los pechos locos
mientras canta la rumba de ronca voz.
tu cuñada de la sabana estremece la grupa
picada por el tábano del tam-tam.
Todas son estruendo y relámpago, cohetes de amor y dolor.
Pero tú solo resbalas en silencio, das vuelta y te mueves
con líquido avanzar,
lujosísimo tulipán para la fiesta del dorado jardín.
¹Terreno de la isla de Cuba cubierto de maleza.
De "Salterio de Fingoi"
Ricardo Carballo Calero
Mi silencio les estorba. Yo era como botella al revés cuya agua no puede salir porque la botella está demasiado llena.
León Tolstoi
La superstición es a la religión lo que la astrología es a la astronomía, la hija loca de una madre cuerda.
Voltaire
Di a cada uno: tienes razón. Porque tiene razón. Pero condúcelos más alto en su montaña; pues el esfuerzo de escalar, que rehusarían por ellos mismos, exige tanto de los músculos como del corazón. . . ¿cómo conocerán los hombres sus actos si no han escalado trabajosamente la montaña, en soledad, para trasmutarse en silencio?.
Antoine de Saint-Exupéry
La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.
Friedrich Nietzsche
Tenemos que aprender a no asombrarnos de habernos encontrado, de que la vida pueda estar de pronto en el silencio o la mirada.
Julia Prilutzky