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Percibe

Percibe. Encuentra docenas de percibe con fotos para copiar y compartir.


Lo que percibe el sentido y conoce el espíritu nunca tiene su fin en si mismo. Sin embargo, el sentido y el espíritu quisieran hacerte creer que son el fin de todas las cosas; tal es su soberbia.


Friedrich Nietzsche


El hombre que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología, y tendría que tenderse en la camilla y dejarse curar.


Carl Gustav Jung




Cada vez que el análisis quiere asir el arcano de amor, no percibe sino contradicciones.


Soren Kierkegaard


No tengo fidelidad estilística. Es por eso que la gente percibe me cambiando todo el tiempo. Pero hay una continuidad real en mi tema. Como artista de artificio, yo creo que tengo más integridad que cualquiera de mis contemporáneos.


David Bowie


Quiero decir que hay gente que hace cosas tan malas que desgarran la urdimbre del mundo, y hay gente tan dulce y bondadosa que percibe ese desgarrón. Ve cosas, sabe cosas, pero es tan pura y bondadosa que no entiende lo que están viendo.


Orson Scott Card


La originalidad del contexto colonial es que las realidades económicas, las desigualdades, la enorme diferencia de los modos de vida, no llegan nunca a ocultar las realidades humanas. Cuando se percibe en su aspecto inmediato el contexto colonial, es evidente que lo que divide al mundo es primero el hecho de pertenecer o no a tal especie, a tal raza.


Frantz Fanon




Si su jefe percibe que usted se preocupa por el balance de la empresa lo apreciará como a ninguno


Donald Trump


La buena educación es como el perfume de las rosas, se percibe desde lejos. 1987.


Ignacio Manuel Altamirano


Un alemán seguro de sí mismo es el peor de todos, el más impasible y el más repugnante, porque imagina que conoce la verdad por medio de una rama de la ciencia que es una pura invención suya, aunque el la percibe como una verdad absoluta


León Tolstoi




La gente siente por mí una extraña predilección. Porque percibe en mí la invalidez, la soledad, y entonces me quiere de una manera especial, de una manera protectora


Antonio Gala


Yo doy a los personajes un lugar preponderante entre todos los elementos que se conjugan en una novela. Unos personajes que vivan de verdad relegan, hasta diluir su importancia, la arquitectura novelesca, hacen del estilo un vehículo expositivo cuya existencia apenas se percibe y son suficientes para hacer verosímil el más absurdo de los argumentos.


Miguel Delibes


No he recibido del cielo un temperamento optimista. Nadie percibe en mayor grado que yo lo miserable que es la condición de la vida. No creo en nada, ni en mí siquiera, lo que no es corriente.


Gustave Flaubert


No veo una separación entre lo que me imagino y lo que se percibe que me imagino. Como la música es un artificio, es como estar adentro de las canciones. Cada vez me doy más cuenta de que uno quiere admitir algo que no se puede admitir.


Charly García




Parte Cuarta ( Y Lo Hermoso )

1. Viento, lluvia y un paraguas

De negro va, pero llega tardía
como siempre, es una imagen cotidiana
verla acercarse a las lindes de todo
como si el centro fuese un lado, y
teme mucho que la contradigan cuando
sin estar cobijada, el tiempo apremia.


2. El aire de un vaivén

Mirar la maravilla deletreando
un momento de ella, lo demás
ocurre sin sinsabor. Álgido
anochece muy enorme por lo que
tuvo de bueno. La vida se nombra
a veces. Un olvido también es
un sueño. El ocultamiento
me hace renacer, el oculto
carácter del brillo que sólo
se percibe intentando la felicidad.
Brote del brote, ramas equilibradas
en el aire de un vaivén.


3. De cómo Verónica hace un gesto para ser feliz

En esa, ciertamente, cansina mirada
un monólogo interior arde quemando los extremos,
se iza suavemente apagando paradojas
y, al final del trayecto, apunta una sola forma
la retina. Es brillante su punta, transparente
el cuerpo del objeto, lo llena de un líquido
blanquecino y lo mira ansiosamente.

1990


Concha García


QUIERO.

Quiero que mis manos si te llegan a tocar
sientas cual si fuera la brisa matutina y perfumada
que se percibe al despertar.

Yo quisiera mis labios perfumar
con nardos, con jazmines
con gardenias y azahar.

Para cuando te acerques mi aliento a beber
mis labios a probar
sepas que quien te quiere es toda una mujer
y su cariño por ti es una radiante
y hermosa realidad.


Milagros Villegas Orozco.
Julio de 1954.


Ignacio Rivas Castro


¡SI USTED, ES CABALLO NO LEA ESTO!,
¡SI ES UN PUERCO, LE CONVENDRÁ¡

EL CABALLO Y EL PUERCO:
Un hacendado coleccionaba caballos y solo le faltaba una determinada raza, un día se dio cuenta que su vecino tenia este determinado caballo.
Así el trato día tras día de convencer a su vecino
de que se lo vendiera hasta convencerlo.
Un mes después el caballo enfermo y el llamó al
Veterinario quien le dijo: "Bien su caballo esta
con un virus y es necesario que tome este medicamento por tres días consecutivos, luego de los tres días veremos si ha mejorado, si no lo ha hecho Entonces no-queda más remedio que sacrificarlo".
En ese mismo momento el puerco escuchaba la Conversación. Al siguiente día le dieron el medicamento y se fueron, el puerco se acerco y le dijo "fuerza amigo! Levántate de ahí sino vas a ser
Sacrificado !!!".
Al segundo día le dieron nuevamente el medicamento y se fueron, el puerco se acerco y le dijo "vamos mi
gran amigo ! Levántate sino vas a morir, vamos Yo te Ayudo!!".
Al tercer día le dieron el medicamento y el
veterinario dijo "probablemente vamos a tener que sacrificarlo mañana porque puede
Contagiarle el virus a los demás caballos".
Cuando se fueron el puerco se acerco y le dijo "vamos amigo es ahora o Nunca!!! Animo... fuerza...
Yo te ayudo. Vamos... un, dos, tres...Despacio...
ya casi...eso...eso...ahora corre despacio...mas
Rápido...fantástico...corre...corre... Venciste campeón!!...
En eso llega el dueño del caballo y ve al caballo
Corriendo y dice "Milagro!! El caballo mejoro...
Hay que hacer una fiesta!!... vamos a

Matar al puerco para festejarlo!!
Moraleja:
Eso acontece con frecuencia en el ambiente de trabajo, pocas veces se percibe quien es el que realmente tiene los méritos por el suceso.
Saber vivir y ser reconocidos es un arte... y no todos somos artistas.
Si algún día alguien te dice que no eres un
profesional, acuérdate que...
AMATEURS CONSTRUYERON EL ARCA DE NOE Y PROFESIONALES
EL TITANIC... ???Cual de los dos se hundio???


ERICKA ALEJANDRA CAMPOVERDE CAVIEDES


Papito lindo:

Camino silente entre la lluvia que no me percibe,

la nostalgia es el abrigo que arropa mi soledad,

las piedras que me encuentro me vuelven insensible,

pero iré aprendiendo a soportar que ya no estás.

Mojando mis emociones es como morirse en cada paso,

con las caricias de la lluvia siento luto, pena y muerte,

es increíble que a tu lado descubriera mi ocaso,

cuando en ti pensaba que tenía el mejor presente.

Quisiera en medio de la lluvia quedarme estancada,

el agobio de tanta tristeza transfigura el agua en sangre,

ya no disfruto del sol, del viento, ni de la luna plateada,

perderte significó callar mi pluma para marcharme.

Te amo...


DIBI


PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


El tiempo no es en absoluto precioso, porque es una ilusión. Lo que usted percibe como precioso no es el tiempo sino el único punto que está fuera del tiempo: el ahora. Este es ciertamente precioso. Cuanto más se enfoque en el tiempo –pasado y futuro- más pierde el ahora, lo más precioso que hay.


Eckhart Tolle


Percibe las diferencias de talento, el genio de la unidad.


William Butler Yeats


Cuando alguien se convierte en éxito o ricos y famosos, la gente percibe que la persona como ser diferente. Pero yo soy la misma persona que siempre he sido.


Barry Zito


El ingenio es el matrimonio repentino de ideas que antes de que su sindicato no se percibe que tienen alguna relación.


Mark Twain


Me considero una buena persona. Y creo que la gente percibe que sea, 'Oh, ella está bien ', pero es una buena persona, conociendo sus fortalezas y trabajar hacia esos puntos fuertes, y el fomento de los que te rodean a hacer lo mismo, que es una buena persona.


Miranda Kerr


PSICOLOGÍA SOCIAL, LA AMISTAD ES VIDA
AMISTAD Y SILENCIO
La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.

Asistir al desvelamiento de un secreto, al desvelamiento de la intimidad de las personas, produce en el ser humano un enmudecimiento del espíritu, un sentimiento de gratitud por lo que se percibe como un don o regalo inmerecido, una impresión de estar pisando terreno sagrado. De hecho, todos podemos remitirnos a alguna ocasión en la que, en conversación íntima con un amigo, al acabar de escuchar, no hemos encontrado palabras adecuadas para decir nada. En esos casos, quizá la prueba de mayor gratitud o de "correspondencia" sea precisamente el silencio; un silencio, eso sí, cuajado de respuesta.

Hay veces en las que no se puede decir nada... porque las palabras lo estropean todo. Hay cosas que la única contestación que merecen o que exigen es el silencio; hay cosas con las que solo puede mantenerse conversación en silencio. Porque o el lenguaje es limitado, o uno es limitado, o ambas cosas. Pero algunas cosas, si se expresan, se profanan. Así ocurre en las experiencias de encuentro: con un amigo, con un paisaje, una obra de arte. En esos momentos, pronunciar algo es mancharlo; hablar es romperlo. Algunas veces la comunicación con las cosas y también con las personas requiere como condición que haya silencio; solamente silencio. Y no un silencio para llenar, sino como medio de entendimiento.

Cuando se tiene la suerte de topar con alguien que tiene algo -poco o mucho- que decir; cuando se tiene la suerte de que esas personas te abran sus puertas y dejan que te asomes y penetres en su mundo interior, en la mayor parte de los casos solo se puede contestar enmudeciendo. Y ese silencio quiere ser entonces un homenaje: la mayor muestra de agradecimiento y de admiración. Porque no se trata de un silencio vacío sino pletórico de contenido: no significa carencia sino plenitud.

El silencio es importante en la amistad. Estar con un amigo es también poder estar en silencio sin miedo a que éste tenga que romperse y sin sentir la necesidad perentoria de tener que llenarlo con palabras. No hay verdadera amistad entre dos amigos si no saben disfrutar y valorar su silencio. El silencio es en sí mismo un espacio y un tiempo para compartir. Rico de contenido y esencialmente valioso porque supone una íntima comunión de espíritus.

LA INTERIORIDAD
La amistad está también muy relacionada con la interioridad. Entre dos amigos ésta es más rica y sólida cuanta mayor sea la intimidad, la interioridad de cada uno de ellos. Hay quienes tienen un gran mundo interior; tienen mucho que decir porque son personas que integran en sí todo lo que hay a su paso: una frase que ha dicho en clase el profesor, la actitud de tal o cual persona, la satisfacción de haber llegado al pico de la montaña, la crisis que le produce una situación difícil de trabajo, un libro que ha leído, los tirones de la madurez.

Así es como las personas se van enriqueciendo por dentro y como su interioridad cobra cada vez mayor volumen: integrando la experiencia, la vivencia personal y las de las otras personas. Aprendemos también a través de las vivencias de los demás, de la experiencia ajena. Quien está atento a su alrededor aprovecha todo intensamente.

Se puede aprender a sentir de un modo distinto al propio; se puede aprender a pensar de manera diferente a la que uno piensa; se puede aprender a valorar cosas que yo no valoro. Escuchar a las personas y tratar de ser ellas, nos permite conocer el mundo desde mil perspectivas diferentes a las nuestras. Y eso conlleva ampliación personal, crecimiento, enriquecimiento, altura, perspectiva y profundidad. La interioridad rica hace que la relación entre los amigos se amplíe. Una amiga me decía hace poco -hablando de otra persona-la satisfacción que le producía tratar con ella "porque es de esas personas que tienen algo que aportar".

El conocimiento que alimenta la intimidad es-una vez más-el que sabe mirar, sabe escuchar, sabe estar. La sola convivencia con las personas, o el mero estar junto a las cosas o entre las cosas (junto al mar rodeado de un bellísimo paisaje, o entre las obras magníficas del Louvre) no basta. Más de una vez las ratas habrán correteado por los pasillos del Louvre; sin embargo, todavía no hemos tenido ocasión de encontrarlas embelesadas frente a la Venus de Milo, tras haber pasado frente a ella toda la noche. Para las personas, las que son capaces de ello, las cosas tienen una historia que contar, la naturaleza tiene algo que transmitir y todo lo que encuentran es capaz de darles un mensaje.

El hombre con interioridad es capaz de ver sentido a todas las cosas; y en cierto modo de darles él mismo el sentido puesto que es él quien lo capta, lo descubre y -en ese sentido lo crea, lo recrea. Por eso, forma parte del "tesoro" de la amistad tener amigos con un gran mundo interior.

La amistad de las personas es un regalo. El regalo es mayor cuanta mayor sea la interioridad y la intimidad compartida. Esta debe cuidarse y en ella juega un papel muy importante el saber mirar porque puede franquearnos el paso al alma del amigo.
Una vez dentro, el mundo se abre ante nosotros de un modo desconocido y luminoso que provoca en nosotros muy diversos sentimientos (admiración, compasión, respeto, etc.), pero siempre el de "desear el bien del amigo, por el amigo mismo" (Aristóteles).


Diego Torrente


Un montón de chicos están muy intimidado por una mujer atractiva, y su deshumanizar porque nuestra cultura percibe hermosas mujeres como mercancías. Pero creo que si eres capaz de subir a una persona y llegar a conocerlos, y ver sus defectos y sus impurezas, y te das cuenta de que son como usted, entonces usted puede humanizar de nuevo.


Neil Strauss


La gente gorda es tan rara vez incluyen en la cultura visual que la grasa se percibe como una mancha en el paisaje de la elegante y delgado.


Susie Orbach




El espíritu de la época es que la reducción del gasto y el equilibrio del presupuesto. Pero yo no quiero que el Partido Republicano que se percibe como la introducción del presupuesto por delante de la gente, el empleo y la educación.


Jack Kemp


En la sociedad afgana, los padres juegan un papel central en la vida de sus hijos, la relación entre padres e hijos es fundamental para lo que eres y lo que te conviertes y cómo se percibe a sí mismo, y es cargado de contradicciones, con la tensión, la ira, de amor, de odio, de angustia.


Khaled Hosseini


No sé cómo la gente percibe la vida de los actores, pero mi vida es bastante normal. Voy a trabajar, llego a casa, me puse mis niños a la cama. Si estoy en casa a tiempo para cenar, tengo la cena y, a continuación, es hora de dormir.


Steve Carell


Todo el mundo como que me percibe como estar enojado. No es la ira, que es la motivación.


Roger Clemens


La premisa básica de la Constitución fue la separación de poderes y un sistema de controles y equilibrios, porque el hombre se percibe como una criatura caída y siempre anhelan más poder.


Roy Moore


Al principio, tenía miedo de mostrar miedo, porque nunca se puede estar seguro de cómo la gente percibe. Pero me atrevía yo a hacer eso, se destaque. Ahora voy a hablar de ser golpeado o robado o tomar una decisión estúpida por una chica o lo que sea.


Kendrick Lamar


No creo que una mujer corriendo de una casa es un problema, una família rota. Se percibe como una causa de la idea de que un jefe es un hombre.


Toni Morrison


Los medios sociales son su propio tipo de cosas: Twitter y Facebook han cambiado la forma de todo el mundo percibe todo.


Steve Kazee


El negocio de la televisión es más feo que la mayoría de las cosas. Normalmente se percibe como una especie de trinchera dinero cruel y superficial a través del corazón de la industria del periodismo, un pasillo largo de plástico donde ladrones y proxenetas corren los hombres libres y de buenas mueren como perros, sin una buena razón.


Hunter S. Thompson


Gracias en parte a la clase de poetas que ahora tenemos y en parte a la financiación, ha habido un cambio enorme en la forma en que la poesía se percibe... Poemas en el metro, poetas en escuelas, clubes de fútbol, ??parques zoológicos.


Andrew Motion


La inteligencia de los pocos percibe lo que ha sido cuidadosamente escondido en lo más recóndito de la mente.


Phaedrus


Es el corazón que percibe a Dios y no la razón. Esa es la fe: Dios percibido por el corazón, no por la razón.


Blaise Pascal


Y si te quedas atrapado en el peinado de la Internet por lo que la gente piensa de usted o de cómo la gente te percibe, creo que es una pendiente resbaladiza.


Adam Scott


Belleza, moral o natural, se siente, más bien que percibe.


David Hume