Perder una batalla
Perder una batalla. Encuentra docenas de perder una batalla con fotos para copiar y compartir.
Si un amigo te pide dinero, reflexiona bien cual de los dos quieres perder, sí el amigo o el dinero.
Es cierto que la cuestión política no penetra profundamente en los detalles de la guerra; no se colocan los centinelas, no se conducen las patrullas según las consideraciones políticas. Pero la influencia del elemento político es tanto mayor, cuando se hace el plan de toda la guerra, de la campaña y a menudo también de una batalla.
Carl Von Clausewitz
El sueño pesa sobre mis hombros y me acerca de nuevo a vos, al huequito de tu brazo, a tu respiración, a una continuación infinita de la batalla de sábanas y almohadas que empezamos y que pone risa y energía a nuestro cansancio.
Gioconda Belli
El mayor crimen es preferir la vida al honor y, por vivir la vida, perder la razón de vivir.
Juvenal
Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de todo.
John Ruskin
Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen.
Eduardo Galeano
¡Y LLEGÓ LA HORA!
No, y no. Yo no te quiero perder...
Sin tus llamados, sin tus enojos;
no será lo mismo.
Hermano Santo, cuánto me duele
Que tus consejos no tenga yo.
Te juro que aquí en mi pecho
me duele.
Siento mucha desesperación.
No, no y no quiero que partas.
También se muere el alma de todos
con tu partida.
No importa que tomes, te enojes,
Que hagas corajes.
¡que no vuelvas temprano!
No eres mal agradecido.
Eres todo un profesional.
Dios te perdona todo.
Nosotros no tenemos nada
que perdonarte.
Es la realidad.
Hermano, hermano, mío
No nos equivocamos contigo.
Llegaste y después de tantos años
de tantas alegrías logramos formar
una gran familia...
Gran excepción que formes
parte de nosotros.
Tu voz, tu risa y hasta tus gritos
se metieron en nuestras mentes
como un puñal... y duele.
Duele mucho recordarte.
Ya me cansé de busca y no hay
quien llene ese hueco que dejaste.
Unidos todos... siempre te recordamos.
Qué cadena tan hermosa provocaste.
Con que placer te recordamos.
Pero cada quien -a su manera singular-
Te inmortalizamos...
Ese 24 de Junio de 2003
Desde que te fuiste somos otros.
Es la triste realidad.
Ahora todos estamos tristes,
Lo reconocemos.
Les suplicamos a los doctores,
Les rogamos a las enfermeras,
Les pedimos a los practicantes de
Medicina y hasta a los intendentes
Del seguro social... y nada...
Todo fue en vano... nos miraban
Con desprecio y hasta hartos de
tanto suplicarles.
El cáncer ganó la batalla.
Te rogué que te quedaras
carnal...
Querías, pero no pudiste.
Ya no escuchaste y...
Simplemente te marchaste.
Nos dejaste viéndote a nuestra
querida madre, ¡estupefacta!, a nuestra
cuñada Verónica -atónita-, a Alejandra y
a mí perplejos.
Llegando ese momento al que todos
le sacamos la vuelta:
¡la hora de la muerte!
Ya llegaban nuestros demás hermanos:
El otro cuate, Camerina, César, Ana...
Todos con el llanto, si no en silencio
con poco murmullo... confusos.
Es cierto, desde que te fuiste
No es lo mismo.
Tu ausencia nos volvió a todos
a la realidad de la vida.
Tu proceder -en vida- tal vez,
No fue el idóneo, pero sí
el satisfactorio para ti.
Pero..
No hay duda supiste ser
Un buen hermano, un buen
Primo, tío, trabajador...
Tus cuentas, todas...
Las dejaste saldadas..
Descansa en paz...
Así sea.
No, y no. Yo no te quiero perder...
Sin tus llamados, sin tus enojos;
no será lo mismo.
Hermano Santo, cuánto me duele
Que tus consejos no tenga yo.
Te juro que aquí en mi pecho
me duele.
Siento mucha desesperación.
No, no y no quiero que partas.
También se muere el alma de todos
con tu partida.
No importa que tomes, te enojes,
Que hagas corajes.
¡que no vuelvas temprano!
No eres mal agradecido.
Eres todo un profesional.
Dios te perdona todo.
Nosotros no tenemos nada
que perdonarte.
Es la realidad.
Hermano, hermano, mío
No nos equivocamos contigo.
Llegaste y después de tantos años
de tantas alegrías logramos formar
una gran familia...
Gran excepción que formes
parte de nosotros.
Tu voz, tu risa y hasta tus gritos
se metieron en nuestras mentes
como un puñal... y duele.
Duele mucho recordarte.
Ya me cansé de busca y no hay
quien llene ese hueco que dejaste.
Unidos todos... siempre te recordamos.
Qué cadena tan hermosa provocaste.
Con que placer te recordamos.
Pero cada quien -a su manera singular-
Te inmortalizamos...
Ese 24 de Junio de 2003
Desde que te fuiste somos otros.
Es la triste realidad.
Ahora todos estamos tristes,
Lo reconocemos.
Les suplicamos a los doctores,
Les rogamos a las enfermeras,
Les pedimos a los practicantes de
Medicina y hasta a los intendentes
Del seguro social... y nada...
Todo fue en vano... nos miraban
Con desprecio y hasta hartos de
tanto suplicarles.
El cáncer ganó la batalla.
Te rogué que te quedaras
carnal...
Querías, pero no pudiste.
Ya no escuchaste y...
Simplemente te marchaste.
Nos dejaste viéndote a nuestra
querida madre, ¡estupefacta!, a nuestra
cuñada Verónica -atónita-, a Alejandra y
a mí perplejos.
Llegando ese momento al que todos
le sacamos la vuelta:
¡la hora de la muerte!
Ya llegaban nuestros demás hermanos:
El otro cuate, Camerina, César, Ana...
Todos con el llanto, si no en silencio
con poco murmullo... confusos.
Es cierto, desde que te fuiste
No es lo mismo.
Tu ausencia nos volvió a todos
a la realidad de la vida.
Tu proceder -en vida- tal vez,
No fue el idóneo, pero sí
el satisfactorio para ti.
Pero..
No hay duda supiste ser
Un buen hermano, un buen
Primo, tío, trabajador...
Tus cuentas, todas...
Las dejaste saldadas..
Descansa en paz...
Así sea.
Rafael Michel
En una batalla de todo lo necesario para que se lucha es un poco de sangre caliente y el conocimiento de que es más peligroso que perder que ganar.
George Bernard Shaw
Los avances en la tecnología de la información y medios de comunicación globalizados significan que el ejército más poderoso de la historia del mundo puede perder una guerra, no en el campo de batalla de polvo y sangre, sino en el campo de batalla de la opinión mundial.
Timothy Garton Ash
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Sun Tzu
Preferiría perder a mi mejor amigo antes que a mi peor enemigo. Ya sabe usted que para tener amigos solo se necesita ser bondadoso; pero cuando a un hombre no le queda un enemigo es que debe de haber en él algo mezquino.
Oscar Wilde
Cuando te encuentres en el campo de batalla. sigue hacia adelante y si no has dejado a nadie atras entonces estas cumpliendo con tu mision
Daneuris Restituyo
Un libro hermoso es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento humano.
Honoré de Balzac
El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.
Aldous Huxley
El hombre ha nacido para morir.¿Qué quiere decir eso? Perder el tiempo y esperar. Esperar el colectivo. Esperar que canten los ratones.Esperar que a las serpientes le crezcan alas. Perder el tiempo.
Charles Bukowski
Soy ateo y punto. No tengo evidencia para probar que dios no existe, pero sospecho tanto que no existe que no quiero perder el tiempo.
Isaac Asimov
Perder nuestro nombre es como perder nuestra sombra; ser solo nuestro nombre es reducirnos a ser sombra.
Octavio Paz
Las riñas amorosas raramente acaban en una paz verdadera; normalmente se trata de un simple armisticio que se conceden mutuamente las paces para enterrar a sus muertos. Luego, cuando se reanuda la batalla, vuelven a sacar a la luz hasta a los muertos, y continuan luchando envueltos en vapores de descomposicion.
Arthur Schnitzler
El matrimonio es como la vida real; un campo de batalla y no un lecho de rosas.
Robert Louis Stevenson
No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias.
Mahatma Gandhi
Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.
Napoleón Bonaparte
Hay personas que no saben perder su tiempo solas y se convierten en el flagelo de las personas que trabajan.
Jules Renard
Tal vez suceda que una vez cada siglo la alabanza eche a perder a un hombre o lo haga insufrible. Pero es seguro que una vez cada minuto algo digno y generoso muere por falta de elogio.
John Masefield