Pesa
Pesa. Encuentra docenas de pesa con fotos para copiar y compartir.
Conoces lo que tu vocación pesa en ti. Y si la traicionas, es a ti a quien desfiguras; pero sabes que tu verdad se hará lentamente, porque es nacimiento de árbol y no hallazgo de una fórmula.
Antoine de Saint-Exupéry
La fatalidad no pesa sobre el hombre cada vez que hace algo; pero pesa sobre él, a menos que haga algo.
Gilbert Keith Chesterton
Un hombre inútil es gravoso al estado, en que se pesa el mérito de los miembros por la utilidad que de ellos se saca.
Séneca
La adversidad pesa a veces muy duramente; pero por un hombre que pueda resistir la prosperidad se encuentra un centenar que resistirá la desgracia
Thomas Carlyle
La hora del amanecer es aquella en que el crimen pesa, la orgía se halla extenuada y hasta la desolación encuentra un albergue.
BenjamÃn Disraeli
Tienes una piedra en el corazón, y hay días en que pesa tanto que no se puede hacer nada. Pero no deberías pasarlo solo. Deberías haberme avisado. Yo lo entiendo.
Patrick Rothfuss
Cuando me despierto del todo.. me pesa todo el cuerpo, como si me corriese plomo líquido por las venas.
Suzanne Collins
25
?Muchacho, ¿por qué tienes esta mirada enloquecida?
?Debí de beber algún zumo de adormidera para que los ojos se me llenaran de esta locura.
?¡Avergüénzate, pues!
?Hay prudentes y hay locos, previsores y despreocupados. Hay ojos que sonríen y ojos que lloran, y mis ojos están llenos de locura.
?Muchacho, ¿por qué estás tan quieto a la sombra de este árbol?
?Mi corazón pesa en mis pies y descanso a la sombra de este árbol.
?¡Avergüénzate, pues!
?Unos andan por el camino, otros pasean, algunos son libres, otros están encadenados, y mi corazón pesa en mis pies.
?Muchacho, ¿por qué tienes esta mirada enloquecida?
?Debí de beber algún zumo de adormidera para que los ojos se me llenaran de esta locura.
?¡Avergüénzate, pues!
?Hay prudentes y hay locos, previsores y despreocupados. Hay ojos que sonríen y ojos que lloran, y mis ojos están llenos de locura.
?Muchacho, ¿por qué estás tan quieto a la sombra de este árbol?
?Mi corazón pesa en mis pies y descanso a la sombra de este árbol.
?¡Avergüénzate, pues!
?Unos andan por el camino, otros pasean, algunos son libres, otros están encadenados, y mi corazón pesa en mis pies.
Rabindranath Tagore
A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿qué tono tiene su voz? ¿qué juegos prefiere? ¿le gusta coleccionar mariposas?, pero en cambio preguntan: ¿qué edad tiene? ¿cuántos hermanos? ¿cuánto pesa? ¿cuánto gana su padre?. . . Solamente con estos detalles creen conocerle.
Antoine de Saint-Exupéry
Un Día
Este cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por caminos ignorados
hacia un cielo abierto.
Este cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por caminos ignorados
hacia un cielo abierto.
AlaÃde Foppa
El sueño pesa sobre mis hombros y me acerca de nuevo a vos, al huequito de tu brazo, a tu respiración, a una continuación infinita de la batalla de sábanas y almohadas que empezamos y que pone risa y energía a nuestro cansancio.
Gioconda Belli
Fecundación
Y si yo te toco, tú eres lo que eres;
y si no te toco,
tú, tranquila, duermes.
Tú, conmigo, todo;
tú, sin mi, perdida;
tú, mujer conmigo,
nada si no nombro.
Y si yo te toco,
palmera que crece,
sonrisas abiertas
que, meciendo, envuelven.
Y si no te toco,
dulzura que pesa,
caes en tu silencio
densamente lenta.
Y si yo te toco, tú eres lo que eres;
y si no te toco,
tú, tranquila, duermes.
Tú, conmigo, todo;
tú, sin mi, perdida;
tú, mujer conmigo,
nada si no nombro.
Y si yo te toco,
palmera que crece,
sonrisas abiertas
que, meciendo, envuelven.
Y si no te toco,
dulzura que pesa,
caes en tu silencio
densamente lenta.
Gabriel Celaya
Desierto Sájara
Sí. Yo tuve un mar sobre mi arena.
Un mar grande sin límites, compacto.
La tierra de oro que abrasa soledades
estuvo henchida augusta del mar que ya no soy.
Picaban gaviotas mi cuerpo remeciente,
movíanse las naves arriba de mis olas.
Pues yo era el mar que hervía sobre la arena rubia,
la arena saturada que hoy clama por su agua.
¡Oh el mar aquí fantasma, el mar que finge el viento,
desmelenando dunas, al aventar mi arena!
¡Ay mar del agua espesa, la que corpórea y dura
ansían caminantes de mi desierto blando!
¿Qué arcángeles de fuego evaporar pudieron
tanto mar que hube, llevándolo a un abismo?
Es mi arena abrasada la más sedienta boca
que clama por un agua que le bebieron dioses.
Los hombres me caminan, soñándome poblado
de aquel mar que fue mío, el mar sobre el desierto.
Yo les mullo mi carne, les recibe mi arena
y se quejan de sed junto a mi sede sin huelgo.
¡Ay mar de mi génesis, el mar que me escurrieron
a una zanja de llamas: cuánto pesa la arena!
Sí. Yo tuve un mar sobre mi arena.
Un mar grande sin límites, compacto.
La tierra de oro que abrasa soledades
estuvo henchida augusta del mar que ya no soy.
Picaban gaviotas mi cuerpo remeciente,
movíanse las naves arriba de mis olas.
Pues yo era el mar que hervía sobre la arena rubia,
la arena saturada que hoy clama por su agua.
¡Oh el mar aquí fantasma, el mar que finge el viento,
desmelenando dunas, al aventar mi arena!
¡Ay mar del agua espesa, la que corpórea y dura
ansían caminantes de mi desierto blando!
¿Qué arcángeles de fuego evaporar pudieron
tanto mar que hube, llevándolo a un abismo?
Es mi arena abrasada la más sedienta boca
que clama por un agua que le bebieron dioses.
Los hombres me caminan, soñándome poblado
de aquel mar que fue mío, el mar sobre el desierto.
Yo les mullo mi carne, les recibe mi arena
y se quejan de sed junto a mi sede sin huelgo.
¡Ay mar de mi génesis, el mar que me escurrieron
a una zanja de llamas: cuánto pesa la arena!
Carmen Conde
Tu Zapato
Pesa tan poco tu zapato leve,
que finge ser, cuando tu pie reposa,
más que un zapato, un pétalo de rosa
hecho para pisar copos de nieve.
Si ágil orquesta sus compases mueve
y a la danza te entregas jubilosa,
simula el giro de tu planta breve
ir posado sobre una mariposa.
¿Con qué nervioso andar guió la exquisita
angustia infiel de tu primera cita?
¿Qué secretos de amor lo han hechizado?
Barca de raso en que tu pie navega,
él te condujo desalada y ciega
a la Citeres del primer pecado.
Pesa tan poco tu zapato leve,
que finge ser, cuando tu pie reposa,
más que un zapato, un pétalo de rosa
hecho para pisar copos de nieve.
Si ágil orquesta sus compases mueve
y a la danza te entregas jubilosa,
simula el giro de tu planta breve
ir posado sobre una mariposa.
¿Con qué nervioso andar guió la exquisita
angustia infiel de tu primera cita?
¿Qué secretos de amor lo han hechizado?
Barca de raso en que tu pie navega,
él te condujo desalada y ciega
a la Citeres del primer pecado.
Alberto Angel Montoya
Desnudo En Sombra
Volverse a enamorar.
Besar una piel que sabe distinto,
no encontrar puntos de referencia
que indiquen el momento justo,
la caricia perfecta,
la mano compañera.
Retornar a un cuerpo nuevo
sin los huecos del anterior,
no poder palpar una nuca excitada,
una espalda con escalofríos conocidos.
Qué pobre se queda el intento de amar igual a la primera vez.
Cómo pesa una boca tan sabida,
tan llena de humo compartido
ante la desconocida tan poco explorada, tan miedosa.
Cuánto cuesta abandonarte, lavarme de tu olor,
quitarme las huellas de tu peso,
desdoblarme en otra Almudena
y comenzar a hacer mía una figura
de la calle que me asusta y que ¿quiero?
poseer, pero... tú, ahí estás tú,
traspasando con tu desnudo mi sombra,
consolándome pesaroso de mi dolor al terminar,
tu sonrisa y tu cigarrillo,
ese brazo moreno rodeando mi cintura
y llevándome a un lecho desordenado...
y tus manos de violinista
volando y enredándose en mis senos.
Volverse a enamorar.
Besar una piel que sabe distinto,
no encontrar puntos de referencia
que indiquen el momento justo,
la caricia perfecta,
la mano compañera.
Retornar a un cuerpo nuevo
sin los huecos del anterior,
no poder palpar una nuca excitada,
una espalda con escalofríos conocidos.
Qué pobre se queda el intento de amar igual a la primera vez.
Cómo pesa una boca tan sabida,
tan llena de humo compartido
ante la desconocida tan poco explorada, tan miedosa.
Cuánto cuesta abandonarte, lavarme de tu olor,
quitarme las huellas de tu peso,
desdoblarme en otra Almudena
y comenzar a hacer mía una figura
de la calle que me asusta y que ¿quiero?
poseer, pero... tú, ahí estás tú,
traspasando con tu desnudo mi sombra,
consolándome pesaroso de mi dolor al terminar,
tu sonrisa y tu cigarrillo,
ese brazo moreno rodeando mi cintura
y llevándome a un lecho desordenado...
y tus manos de violinista
volando y enredándose en mis senos.
Almudena Guzmán
Igual Que El Licor Entre Las Alas
Igual que el licor entre las alas
del cántaro, pesa entre tus hombros
mi corazón; tras tus costillas.
Gozo del río que no pasa,
del ramaje en paz, encandecido
hoja por hoja, y reparado.
El presente, ingrávido de años
idos y por venir, clarea
en traje de augurios conquistables.
Licor entre alas navegante,
barco dichoso, joya eterna
en llameante engarce de olas.
Igual que el licor entre las alas
del cántaro, pesa entre tus hombros
mi corazón; tras tus costillas.
Gozo del río que no pasa,
del ramaje en paz, encandecido
hoja por hoja, y reparado.
El presente, ingrávido de años
idos y por venir, clarea
en traje de augurios conquistables.
Licor entre alas navegante,
barco dichoso, joya eterna
en llameante engarce de olas.
Rubén Bonifaz Nuño
Este Cuaderno Pesa
Este cuaderno pesa
Es pura luz
Es pura sombra:
es mi sangre total cargada de sentido.
Escribo este desorden
"Cuadernos contra el ángel" 1987
Este cuaderno pesa
Es pura luz
Es pura sombra:
es mi sangre total cargada de sentido.
Escribo este desorden
"Cuadernos contra el ángel" 1987
EfraÃn Bartolomé
LOU DE BOUVOIR: "ser bella es un feliz alumbramiento cada despertar, pues no pesa ni teme al primer rayo de sol venidero frente al espejo"
Lou de Bouvoir
Penélope
Kabul
Pajarillo enjaulado, me han quitado los ojos
y tengo una cuadrícula
calcada sobre el mundo.
Ni mi propio sudor me pertenece.
Espera en la antesala, me dicen, y entrelazo
mis manos mientras cubro de envidia
las cabras que en el monte ramonean.
Ciega de historia y lino
me pierdo entre las sombras
y a tientas voy contando
la luz del mediodía.
Noche mía del fardo
que sin luces me arroja
la esperanza del tiempo
engastado en la letra. Noche mía, mi luz
cuadriculada en negro, cómo pesa
mi manto y su bordado, cuánto tarda
la paz negra del cielo, cuánto tarda.
De El extranjero, Rialp, Madrid 2000
Kabul
Pajarillo enjaulado, me han quitado los ojos
y tengo una cuadrícula
calcada sobre el mundo.
Ni mi propio sudor me pertenece.
Espera en la antesala, me dicen, y entrelazo
mis manos mientras cubro de envidia
las cabras que en el monte ramonean.
Ciega de historia y lino
me pierdo entre las sombras
y a tientas voy contando
la luz del mediodía.
Noche mía del fardo
que sin luces me arroja
la esperanza del tiempo
engastado en la letra. Noche mía, mi luz
cuadriculada en negro, cómo pesa
mi manto y su bordado, cuánto tarda
la paz negra del cielo, cuánto tarda.
De El extranjero, Rialp, Madrid 2000
Juana Castro
Si supiera en realidad lo que quisiera, estaria al pie de tu pena pero no me pidas que te espere,
pues mas no quisiera que estes en mis arterias de dolor,
el sufrimiento pesa mucho en mi
y ese adios enmudecido
en silencio yo te sigo, pero no te espero,
pues deseo de ti auqnue no estes conmigo esa dicha que DIOS ha creado en este mundo, aun ser humano el DON de ser feliz,como yo se que no pude hacerte feliz,otra persona lo hara en mi lugar con destellos y esperanzar te vere feliz en el regazo de otra persona que realmente te haga sentir un hombre, hombre ...
pues mas no quisiera que estes en mis arterias de dolor,
el sufrimiento pesa mucho en mi
y ese adios enmudecido
en silencio yo te sigo, pero no te espero,
pues deseo de ti auqnue no estes conmigo esa dicha que DIOS ha creado en este mundo, aun ser humano el DON de ser feliz,como yo se que no pude hacerte feliz,otra persona lo hara en mi lugar con destellos y esperanzar te vere feliz en el regazo de otra persona que realmente te haga sentir un hombre, hombre ...
Paloma
Apunte Para Una Oda
Desnuda soledad sin gesto ni palabra,
transparente en el huerto y untuosa por el monte;
soledad silenciosa sin olor ni veleta
que pesa en los remansos, siempre dormida y sola.
Soledad de lo alto, toda frente y luceros,
como una gran cabeza cortada y palidísima;
redonda soledad que nos deja en las manos
unos lirios suaves de pensativa escarcha.
En la curva del río te esperé largas horas,
limpio ya de arabescos y de ritmos fugaces.
Tu jardín de violetas nacía sobre el viento
y allí temblabas sola, queriéndote a ti misma.
Yo te he visto cortar el limón de la tarde
para teñir tus manos dormidas de amarillo,
y en momentos de dulce música de mi vida
te he visto en los rincones enlutada y pequeña,
pero lejana siempre, vieja y recién nacida.
Inmensa giraluna de fósforo y de plata,
pero lejana siempre, tendida, inaccesible
a la flauta que anhela clavar tu carne oscura.
Mi alma como una yedra de luz verde y escarcha
por el muro del día sube lenta a buscarte;
caracoles de plata las estrellas me envuelven,
pero nunca mis dedos hallarán tu perfume. (....)
Desnuda soledad sin gesto ni palabra,
transparente en el huerto y untuosa por el monte;
soledad silenciosa sin olor ni veleta
que pesa en los remansos, siempre dormida y sola.
Soledad de lo alto, toda frente y luceros,
como una gran cabeza cortada y palidísima;
redonda soledad que nos deja en las manos
unos lirios suaves de pensativa escarcha.
En la curva del río te esperé largas horas,
limpio ya de arabescos y de ritmos fugaces.
Tu jardín de violetas nacía sobre el viento
y allí temblabas sola, queriéndote a ti misma.
Yo te he visto cortar el limón de la tarde
para teñir tus manos dormidas de amarillo,
y en momentos de dulce música de mi vida
te he visto en los rincones enlutada y pequeña,
pero lejana siempre, vieja y recién nacida.
Inmensa giraluna de fósforo y de plata,
pero lejana siempre, tendida, inaccesible
a la flauta que anhela clavar tu carne oscura.
Mi alma como una yedra de luz verde y escarcha
por el muro del día sube lenta a buscarte;
caracoles de plata las estrellas me envuelven,
pero nunca mis dedos hallarán tu perfume. (....)
Federico GarcÃa Lorca
Versos
Como no sabes lo que pasa
te parece la noche más oscura
dentro del vaso de cristal
y ya no tienes miedo
a que salgan los sueños a morderte,
que están seguros en su puesto.
Como no sabes lo que pasa
no quieres ver lo que te ronda
sobre el giro del día
y ya no temes ni la flecha,
ni el color, ni la llaga
de la luz que nos pesa.
Y como pues no sabes
ni lo que pasa ni lo que se queda
no te angustia la flor
que allí en su rama temblorosa
lejos de ti, puesto que no la miras,
se está quedando de ti sola.
No sabes lo que pasa
porque de ti no sabe nada nada.
Como no se sabe qué color tiene Dios
-¿será blanco y azul como este libro,
o rojo y púrpura como el ocaso,
o amarillo y rosado de la aurora,
verde tal vez como este mar,
como la cinta, como son las hojas?-
Ay, que Dios sin color se me desliza
y se me queda gris como ceniza.
Ceniza gris, Dios gris me gusta:
gris de pensar lo permanente,
gris de llover, de transitar palabras,
gris de pasar la rueda,
gris de torcer el hilo de las tardes
y de mirar lo que nos queda.
Y como no se saben los colores
que aquí y allí nos dejan en la mano
temblorosos de fines los adioses.
Pero es que ni tú, ni yo, ni aquél,
ni nadie, ni cualquiera
sabemos lo que pasa o lo que queda.
Como no sabes lo que pasa
te parece la noche más oscura
dentro del vaso de cristal
y ya no tienes miedo
a que salgan los sueños a morderte,
que están seguros en su puesto.
Como no sabes lo que pasa
no quieres ver lo que te ronda
sobre el giro del día
y ya no temes ni la flecha,
ni el color, ni la llaga
de la luz que nos pesa.
Y como pues no sabes
ni lo que pasa ni lo que se queda
no te angustia la flor
que allí en su rama temblorosa
lejos de ti, puesto que no la miras,
se está quedando de ti sola.
No sabes lo que pasa
porque de ti no sabe nada nada.
Como no se sabe qué color tiene Dios
-¿será blanco y azul como este libro,
o rojo y púrpura como el ocaso,
o amarillo y rosado de la aurora,
verde tal vez como este mar,
como la cinta, como son las hojas?-
Ay, que Dios sin color se me desliza
y se me queda gris como ceniza.
Ceniza gris, Dios gris me gusta:
gris de pensar lo permanente,
gris de llover, de transitar palabras,
gris de pasar la rueda,
gris de torcer el hilo de las tardes
y de mirar lo que nos queda.
Y como no se saben los colores
que aquí y allí nos dejan en la mano
temblorosos de fines los adioses.
Pero es que ni tú, ni yo, ni aquél,
ni nadie, ni cualquiera
sabemos lo que pasa o lo que queda.
Eugenio Florit
Tengo Triste La Boca
Tengo triste la boca. El cuerpo. Todo.
Nada cambia en la tierra sin embargo.
El lodo amarillento siempre es lodo
y el camino mas largo es el más largo.
Duele mucho encontrarse uno tan triste
y que nada comparta la tristeza...
Parece que la voz no nos existe
para escupir todo esto que nos pesa.
Uno mira la tierra y le parece
que se ha vuelto estropajo de agonía.
Que todo, hasta la vida palidece...
Sin embargo uno sabe que no existe
sino lo que ha existido día con día...
Y entonces es más triste el estar triste!
Tengo triste la boca. El cuerpo. Todo.
Nada cambia en la tierra sin embargo.
El lodo amarillento siempre es lodo
y el camino mas largo es el más largo.
Duele mucho encontrarse uno tan triste
y que nada comparta la tristeza...
Parece que la voz no nos existe
para escupir todo esto que nos pesa.
Uno mira la tierra y le parece
que se ha vuelto estropajo de agonía.
Que todo, hasta la vida palidece...
Sin embargo uno sabe que no existe
sino lo que ha existido día con día...
Y entonces es más triste el estar triste!
Jorge Debravo
"He amado y me han amado; el amor es mi mejor múscia, sin él, hubiera sido una eterna desafinada en el inmenso coro de la humanidad."
"El tiempo pasa, pesa y pisa y cómo pisa el desgraciado".
"Sobre el mantel que mis manos tejiera, he servido exquisitos manjares, saboreados por el rédito de mis literaria inspiración."
"Cuando del cielo me caen limones, hago limonada que me beneficia con sus cítricas propiedades; cuando me llueven frutas jugosas, preparo néctares que endulzan mi existencia."
"Comola vida es acción, es movimiento, hecelebrado victorias de batallas libradas con estoicismo, febril vehemencia y hasta en soledad, en los que se ha impuesto el triunfo de la perseverancia."
"Resolví no quejarme para no espantar. Si los problemas tiene solucion, hay que obrar pronto, sin demora; de lo contrario, a convivir con ellos, sin que sean obstáculos
en las prioridades".
"Procuro convertir cada debilidad e fortaleza y cada amenza en oportunidad, traducidas en valores agregados de crecimiento personal".
"Escogí el noble apostolado de la Docencia, como un pacto con Dios y la naturaleza que obliga enormemente a mi alma".
"El tiempo pasa, pesa y pisa y cómo pisa el desgraciado".
"Sobre el mantel que mis manos tejiera, he servido exquisitos manjares, saboreados por el rédito de mis literaria inspiración."
"Cuando del cielo me caen limones, hago limonada que me beneficia con sus cítricas propiedades; cuando me llueven frutas jugosas, preparo néctares que endulzan mi existencia."
"Comola vida es acción, es movimiento, hecelebrado victorias de batallas libradas con estoicismo, febril vehemencia y hasta en soledad, en los que se ha impuesto el triunfo de la perseverancia."
"Resolví no quejarme para no espantar. Si los problemas tiene solucion, hay que obrar pronto, sin demora; de lo contrario, a convivir con ellos, sin que sean obstáculos
en las prioridades".
"Procuro convertir cada debilidad e fortaleza y cada amenza en oportunidad, traducidas en valores agregados de crecimiento personal".
"Escogí el noble apostolado de la Docencia, como un pacto con Dios y la naturaleza que obliga enormemente a mi alma".
PAKITTA KRAVAROVICH VELASQUEZ
Vas Creciendo Sombra A Sombra...
VAS CRECIENDO sombra a sombra
abril se desvanece en tus cabellos
papeles sin sueño habitan en los parques
el día negro es una estrella acuática
La iluminación tiene alas del camino
en los muros no pesa el aire
el rostro de la noche en la ventana
es un ser dormido que despierta
Hay un tiempo desvelado que te esconde
y un fantasma que te hace recordar
La primavera oficia en secreto
un diálogo de niños
y en el cuenco de tus manos
pueden volar los pájaros
El mundo es gris en tus pupilas
es un cuerpo desnudo
que se apoya en los párpados
Elástica la luz se cumple en otro asombro
Solo tu voz rompe la bruma
Vas creciendo sombra a sombra
VAS CRECIENDO sombra a sombra
abril se desvanece en tus cabellos
papeles sin sueño habitan en los parques
el día negro es una estrella acuática
La iluminación tiene alas del camino
en los muros no pesa el aire
el rostro de la noche en la ventana
es un ser dormido que despierta
Hay un tiempo desvelado que te esconde
y un fantasma que te hace recordar
La primavera oficia en secreto
un diálogo de niños
y en el cuenco de tus manos
pueden volar los pájaros
El mundo es gris en tus pupilas
es un cuerpo desnudo
que se apoya en los párpados
Elástica la luz se cumple en otro asombro
Solo tu voz rompe la bruma
Vas creciendo sombra a sombra
Homero Aridjis
LA VIDA SE COMPRENDE MIRANDO EL PASADO, PERO SE VIVE Y DISFRUTA MIRANDO EL PRESENTE, YA Q SI LLEGO A MORIR EL MUNDO SEGUIRA SU RUMBO, AL FINAL LA VIDA PASA Y A VECES NOS PESA…
Alessandro Mazariegos
Arte Menor
1
Su boca es como un verso.
Es de música y viene
desde el recuerdo.
2
Es falso que el recuerdo
sea la vida.
La vida es otra cosa
más retorcida.
3
En la calle del Olvido
me prometía
una noche a su vera.
Aún espero ese día.
4
La niña del joyero
no se desnuda
si a traducir a César
no se le ayuda.
La tarde aquella
La guerra de las Galias
libré con ella.
5
Se quitaba las medias
mientras decía
que su novio era alférez
de Infantería.
6
Olvera de atardecida.
Por sus calles vagan galgos
como fantasmas. Y la vida
tiene un algo de galgo
fantasmal, crepuscular,
en la Olvera atardecida.
7
En el amor vale menos
el presente que el pasado,
y el mismo amor pesa menos
que los celos.
8
Pero valen
más que el pasado y los celos,
pesan más que el mismo amor,
las noches en el recuerdo.
9
Calle del Conde Negro,
fui sin navaja.
Me asaltaron los otros.
Perdí la plata.
10
La miraba en el bar
y me miraba
con ojos que decían
«No me haces falta»
Porque es artista
y además tiene un novio
surrealista.
De «Vidas improbables»
("Miguel Fonseca, poeta tradicional")
1
Su boca es como un verso.
Es de música y viene
desde el recuerdo.
2
Es falso que el recuerdo
sea la vida.
La vida es otra cosa
más retorcida.
3
En la calle del Olvido
me prometía
una noche a su vera.
Aún espero ese día.
4
La niña del joyero
no se desnuda
si a traducir a César
no se le ayuda.
La tarde aquella
La guerra de las Galias
libré con ella.
5
Se quitaba las medias
mientras decía
que su novio era alférez
de Infantería.
6
Olvera de atardecida.
Por sus calles vagan galgos
como fantasmas. Y la vida
tiene un algo de galgo
fantasmal, crepuscular,
en la Olvera atardecida.
7
En el amor vale menos
el presente que el pasado,
y el mismo amor pesa menos
que los celos.
8
Pero valen
más que el pasado y los celos,
pesan más que el mismo amor,
las noches en el recuerdo.
9
Calle del Conde Negro,
fui sin navaja.
Me asaltaron los otros.
Perdí la plata.
10
La miraba en el bar
y me miraba
con ojos que decían
«No me haces falta»
Porque es artista
y además tiene un novio
surrealista.
De «Vidas improbables»
("Miguel Fonseca, poeta tradicional")
Felipe BenÃtez Reyes