Piropos para enfermos ( 14 )
Piropos para enfermos. Encuentra docenas de piropos para enfermos con fotos para copiar y compartir.
Uno siente que ciertas palabras son terribles para todos los demás, salvo para nosotros mismos.
Elias Canetti
Cuando nace un niño, como de costumbre, se enciende una estrella, para que lo alumbre.
Eladia Blazquez
El pecho está lleno de muchas cosas para decirte. Hay momentos en que me parece que el idioma no es nada.
Ludwig Van Beethoven
La brisa viene fresca y perfumada, no sé qué pasa en mí, la noche tiene para mi corazón todas las lágrimas, y yo siento un vacío sobre el pecho y una paz infinita sobre el alma.
Rafael Lasso de la Vega
Los genios son peligrosos para los talentos jóvenes, pues no hacen más que reproducirlos creyendo reproducirse a sí mismo.
Johann Wolfgang Von Goethe
El ajedrez procura una suerte de inteligencia que sirve únicamente para jugar al ajedrez.
Miguel De Unamuno
Para el hombre, como para el pájaro, el mundo ofrece muchos sitios donde posarse, pero nidos solamente uno: su hogar.
Oliver Wendell Holmes
Un artista no tiene necesidad de expresar directamente su pensamiento en la obra para que ésta refleje la calidad de aquél.
Marcel Proust
Se podrá hacer economía en cualquier circunstancia, pero a los enfermos provéaseles de cuanto les sea necesario.
Don Bosco
La venganza solo sirve para eternizar las enemistades en el mundo; el placer fútil que nos causa, va siempre seguido de eternos arrepentimientos.
Barón De Holbach
La Cita
¡Adiós, amigo, adiós! ¡El sol se esconde,
la luna sale de la nube rota,
y Eva me aguarda en el estanque, donde
el cisne nada y el nelombo flota!
Voy a estrechar a la mujer que adoro.
¡Cuál me fascina mi delirio extraño!
¡Es el minuto del ensueño de oro
de la cita del ósculo en el baño!
¡Es la hora en que los juncos oscilantes
de la verde ribera perfumada
se inclinan a besar los palpitantes
pechos desnudos de mi dulce amada!
¡Es el momento azul en que la linfa
tornasolada, transparente y pura,
sube hasta el blanco seno de la ninfa
como una luminosa vestidura!
¡Es el instante en que la hermosa estrella
crepuscular se asoma con anhelo
para ver a otra venus que descuella
sobre el húmedo esmalte de otro cielo!
¡Es ya cuando las tórtolas se paran
y se acarician en los mirtos rojos,
y los ángeles castos se preparan
a ponerse las manos en los ojos!
¡Adiós, amigo, adiós! ¡El sol se esconde,
la luna sale de la nube rota,
y Eva me aguarda en el estanque, donde
el cisne nada y el nelombo flota!
Voy a estrechar a la mujer que adoro.
¡Cuál me fascina mi delirio extraño!
¡Es el minuto del ensueño de oro
de la cita del ósculo en el baño!
¡Es la hora en que los juncos oscilantes
de la verde ribera perfumada
se inclinan a besar los palpitantes
pechos desnudos de mi dulce amada!
¡Es el momento azul en que la linfa
tornasolada, transparente y pura,
sube hasta el blanco seno de la ninfa
como una luminosa vestidura!
¡Es el instante en que la hermosa estrella
crepuscular se asoma con anhelo
para ver a otra venus que descuella
sobre el húmedo esmalte de otro cielo!
¡Es ya cuando las tórtolas se paran
y se acarician en los mirtos rojos,
y los ángeles castos se preparan
a ponerse las manos en los ojos!
Salvador DÃaz Mirón
Erguida Flor
De ti se nutren todas mis raíces:
me nutro de tu voz, de tu mirada
y de ti, porque vivo enamorada
de lo que piensas y de lo que dices.
La carne triste y los cabellos grises
iremos al final. La llamarada
de nuestra gran verdad, será olvidada
cuando yo muera o cuando tú agonices.
El tallo, la raíz, la flor, el fruto,
fueron savia de amor que en un minuto
para nosotros maduró la vida.
Sin sombra, sin frescura, al sol y al viento,
porque en tu propia savia me sustento,
soy una flor al infortunio erguida.
De ti se nutren todas mis raíces:
me nutro de tu voz, de tu mirada
y de ti, porque vivo enamorada
de lo que piensas y de lo que dices.
La carne triste y los cabellos grises
iremos al final. La llamarada
de nuestra gran verdad, será olvidada
cuando yo muera o cuando tú agonices.
El tallo, la raíz, la flor, el fruto,
fueron savia de amor que en un minuto
para nosotros maduró la vida.
Sin sombra, sin frescura, al sol y al viento,
porque en tu propia savia me sustento,
soy una flor al infortunio erguida.
Dora Castellanos
En cada encrucijada del sendera que lleva al futuro, la tradición ha colocado diez mil hombres para custodiar el pasado.
Maurice Maeterlinck
Las conferencias deben ser como las faldas de las mujeres: suficientemente largas para contener algo y suficientemente cortas para despertar el interés.
Carlos Fisas
¿beso? un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superflúas.
Ingrid Bergman
Tanto trabajando, leyendo, pensando, viviendo para hacer. El curso de la vida no es suficientemente largo.
Sylvia Plath
Los juicios son un asunto demasiado importante como para dejarlo en manos de meros abogados.
Georges Clemenceau
Nunca me retiraré. Tendrán que quitarme la cámara para que deje de hacer películas. Moriré haciendo películas.
Billy Wilder
El poder arbitrario constituye una tentación natural para un príncipe, como el vino o las mujeres para un hombre joven, o el soborno para un juez, o la avaricia para el viejo, o la vanidad para la mujer.
Jonathan Swift
Yo mismo me transformé en un 'autogenio'. Tenía un bajón con el tango, lo había abandonado por completo y en cambio, era compositor de sinfonías, de oberturas, de conciertos para piano, música de cámara, sonatas. Vomitaba un millón de notas por segundo.
Ãstor Piazzolla
Después de tantos años estudiándo la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir.
Fernando Savater
¡Tu tienes, para mí todo lo bello; yo tengo para ti, todo lo que ama; tú, para mí, la luz que resplandece, yo, para ti, sus llamas!.
Almafuerte
Ahora una vez más en la noche apagada como plantas crecen murallas de clausura, murallas fronterizas para custodiar los campos de mi amor.
Forugh Farrojzad
En estos pensamientos he puesto un rayo de sol, para la noche infinita que me espera.
Valeriu Butulescu
El honor y el premio son los resortes para que no se adormezca el espíritu del hombre.
Manuel Belgrano
Cien profundas soledades forman juntas la ciudad de Venecia -ésa es su magia. Una imagen para los hombres del futuro.
Friedrich Nietzsche