Pizarnik mirada alcantarilla ( 3 )
Pizarnik mirada alcantarilla. Encuentra docenas de pizarnik mirada alcantarilla con fotos para copiar y compartir.
Un viajero no ve nada a fondo: su mirada resbala sobre los objetos sin penetrarlos
Honoré de Balzac
Desde hace algunos años practico a mi manera el arte de lo poco. Trato de transformar la pasividad en acción. Camino menos, pero miro mejor. A falta de actuar, pienso. Ya no doy brincos con las piernas, sino con la mirada. Me gustaría transformar el déficit en cualidades; al dejar de ser actor, convertirme en un espectador privilegiado
Pierre Sansot
Tu sonrisa inolvidable me hizo tanto, tanto bien, tanto bien y me marche... Y te soñé, y te pensé, en bibliotecas, en hoteles desvarié. No conocí otra mujer con esa diáfana mirada y esa piel.
Fito Páez
Para mí la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor en las penas como en las alegrías.
Santa Teresa de Jesús
La política se ha llenado de individuos que se reconocen y se promocionan mutuamente con una simple mirada, es la mirada del poder.
Fernando Savater
Aun antes de que la música empiece se ve ya esa mirada aburrida en los rostros del público. Una forma educada de autotortura, el concierto.
Henry Miller
¡Vamos! ¡En pie! ¡Surge! ¡Escucha!¡Escucha! ¡Despierta! Rompe tus cadenas; sé. Sal de las sombras. Arráncate de la noche; emerge; ¡En pie! ¡En pie! ¡Endurécete! que aparezca tu fuerza.Y que tus ojos sean una corona de los más claros ojos. Corónate. Compón tu mirada. Siéntete todo el instrumento de este día que empieza y del acto que te llama.
Paul Valéry
¿Imagináis como es el tiempo que transcurre lejos del ser amado? ¿En el que no se puede oír su voz, en el que no se puede gozar de su mirada? ¿No es pedir a un hombre que exista separado de su alma?
Marqués de Sade
Nada resulta más sorprendente para el que examina los asuntos humanos con mirada filosófica que la facilidad con que la mayoría es gobernada por la minoría
David Hume
Su mirada era como la mirada de los pájaros nocturnos, intensa, luminosa y más siniestra por el contraste obscuro de sus grandes cejas, por la elasticidad y sutileza de sus párpados sombríos, que en la obscuridad se dilataban mostrando dos pupilas muy claras. Estas, además de ver mucho, parecía que iluminaban lo que veían. Esta mirada anunciaba la vitalidad de su espíritu, sostenido a pesar del deterioro del cuerpo, el cual era inclinado hacia adelante, delgado y de poca talla.
Benito Pérez Galdós
No pretendas haber explorado la esencia de la vida si no has amado. El oído, la vista, el gusto, la seriedad, la diversión, el amor y el triunfo son alegrías que se elevan en aquel cuyo corazón está colmado de amor, desde la primera mirada.
Naguib Mahfouz
Ella mira el mar, es lo que puede hacer. Y su mirada está limitada por la línea del horizonte, es decir, por su incapacidad humana de ver la curvatura de la Tierra.
Clarice Lispector
Triste país en donde todos los hombres son graves y todas las mujeres displicentes, en donde en la mirada de un hombre que pasa vemos la mirada de un enemigo.
PÃo Baroja
No hallo palabras para describir toda la voluptuosidad que aquel ser encantador me reservaba. Ella fue quien se acercó a mí. Sin hablarnos, se confundieron nuestros besos y caricias. Dejaba vagar mi mirada por aquel hermoso rostro, animado del más tierno amor.
Giacomo Casanova
Pensando tanto, diciendo nada, sintiendo cada mirada, minada por la costumbre, seca con la escasez por la sed de deseos que no se cumplen.
Nach
Quién pudiera ostentar, como una brida, el arco iris sin par de tu mirada desde tu luz a mi negror caída
Antonio Gala
Se sabe cuan poco dura en la mujer la ardiente llama del amor, cuando la mirada y la mano, no son capaces de avivarla de continuo
Dante Alighieri
En el día de hoy, después de los avatares de la política, de los problemas que hubo en mi partido, lo que tengo es una mirada mucho más comprensiva, incluso hacia los que han sido mis adversarios
Santiago Carrillo
No esperes que aquellos que violan las disposiciones de Dios sean veraces o sinceros en la fe que profesan. Evítalos y mantén guardia estricta sobre ti, no sea que sus maquinaciones y maldades te dañen. Apártate de ellos y fija tu mirada en Dios, tu Señor, el Todoglorioso, el Más Generoso.
Bahá'u'lláh
El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante, mismo supo que era inmortal; porque la muerte solo existe en la mirada del otro
Alejandro Jodorowsky
El verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente
Marguerite Yourcenar
Húmedo le estrechó la mano y, en lugar de la zarpa aplastante que esperaba, sintió el apretón firme de manos de un hombre honorable y contempló la mirada tranquila, honrada y tuerta de Asidor D'Oropel.
Terry Pratchett
Era demasiado tarde para reencontrarnos. Lo comprendimos desde la primera mirada. Ya no había nada que reencontrar (El amante).
Marguerite Duras
Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro.
George Orwell
¡oh armadores de Nantucket! ¡Cuidado con alistar en vuestras vigilantes pesquerías a ningún muchacho de frente descarnada y mirada profunda, dado a tan inoportuna meditatividad, y que se ofrece para embarcarse llevando en la cabeza el «Fedón» en vez del Bowditch! Cuidado con semejante persona
Herman Melville
1 Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y *perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la *derecha del trono de Dios.3 Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.
Pablo de Tarso
Por entonces había muchas serpientes en la aldea. Desde el bosque atravesaban el río hasta los campos, de los campos pasaban a los huertos, de los huertos a los patios y de los patios a las casas. Allí se ovillaban de día tras las escaleras, y de noche se bebían la leche fría de los cubos.
Las mujeres llevaban consigo a sus hijos pequeños cuando salían a trabajar al patio o al huerto. Los metían en canastas de mimbre, entre mantas, y dejaban las canastas a la sombra de los árboles. Arrancaban manojos de hierba de los bancales con raíz y terrón incluidos. Tomaban aliento, volvían a escardar y sudaban.
Ella vivía a la orilla del pueblo. Aquel día estaba en el huerto y había dejado al niño en la canasta de mimbre, bajo el árbol. Junto a la canasta había una botella de leche. Estaba escardando la hierba del bancal de patatas. Olía a sudor. De pronto miró hacia el sol, puso a un lado el azadón y se dirigió al árbol.
La mirada se le vació, la ropa se le pegó a la piel. Se quedó paralizada. Levantó bruscamente al niño, sollozó y gritó, y mientras se tambaleaba sobre la hierba, la serpiente salió de la canasta arrastrándose lenta y perezosa por el suelo, y la mujer encaneció en cuestión de segundos.
En el huerto se quedaron el azadón y la canasta de mimbre bajo el árbol. La serpiente se había bebido la leche de la botella.
El pelo le quedó blanco a la mujer y la gente del pueblo tuvo por fin la prueba de que era una bruja.
Las mujeres llevaban consigo a sus hijos pequeños cuando salían a trabajar al patio o al huerto. Los metían en canastas de mimbre, entre mantas, y dejaban las canastas a la sombra de los árboles. Arrancaban manojos de hierba de los bancales con raíz y terrón incluidos. Tomaban aliento, volvían a escardar y sudaban.
Ella vivía a la orilla del pueblo. Aquel día estaba en el huerto y había dejado al niño en la canasta de mimbre, bajo el árbol. Junto a la canasta había una botella de leche. Estaba escardando la hierba del bancal de patatas. Olía a sudor. De pronto miró hacia el sol, puso a un lado el azadón y se dirigió al árbol.
La mirada se le vació, la ropa se le pegó a la piel. Se quedó paralizada. Levantó bruscamente al niño, sollozó y gritó, y mientras se tambaleaba sobre la hierba, la serpiente salió de la canasta arrastrándose lenta y perezosa por el suelo, y la mujer encaneció en cuestión de segundos.
En el huerto se quedaron el azadón y la canasta de mimbre bajo el árbol. La serpiente se había bebido la leche de la botella.
El pelo le quedó blanco a la mujer y la gente del pueblo tuvo por fin la prueba de que era una bruja.
Herta Müller
Al encontrar la puerta con el cartel de CERRADO, empezó a golpear el cristal con los puños. Fermín y Daniel intercambiaron una mirada.
- Para que luego digan que en este país la gente no tiene ganas de comprar libros.
- Para que luego digan que en este país la gente no tiene ganas de comprar libros.
Carlos Ruiz Zafón
Tenia unos ojos muy verdes y una mirada inteligente y cálida que me recordaba a otra, más lejana.
Osvaldo Soriano
Levantó la mirada y vio millones de estrellas, luces frías en la oscuridad. Nunca en la vida las estrellas le habían hecho sentirse tan pequeño, infinitesimal, insignificante.
Stephen King
Esto parece haber dado a entender la divina escriptura en los proverbios de Salomón: El Rey que está sentado en el solio del juicio disipa todo mal con su mirada?
Rex, qui sedet in solio judicii, dissipat omne malum in tuitu suo
Rex, qui sedet in solio judicii, dissipat omne malum in tuitu suo
Bartolomé de las Casas
Mi mejor amigo en el internado era un chaval de ojos penetrantes y temperamento nervioso que insistia responder a las siglas JF (...) Era de constitución débil y bastaba con mencionar la palavra microbio en un radio de 1km a la redonda para que él creyese que había pillado una infección. Una vez busqué en un diccionario el término hipocondríaco y le saqué una copia.
-No sé si lo sabías, pero tu biografía viene en el diccionario de la Real Academia - le anuncié.
Echó un vistazo a la fotocopia y me lanzó una mirada de alcayata.
-Prueba a buscar en la "i" de idiota y verás que no soy el único famoso - replicó JF
-No sé si lo sabías, pero tu biografía viene en el diccionario de la Real Academia - le anuncié.
Echó un vistazo a la fotocopia y me lanzó una mirada de alcayata.
-Prueba a buscar en la "i" de idiota y verás que no soy el único famoso - replicó JF
Carlos Ruiz Zafón
En una cruz a Cristo vi Cuando Él por mí sufrió; Los ojos Él fijó en mí Cuando Él allí murió. Y su mirada triste allí Jamás olvido yo; Sentí que me acusaba a mí, Mas Él jamás me habló. Sus males luego mi alma vio, Pesares mil sufrí; Fue mi maldad que le causó Morir allí por mí. Y luego Cristo así me habló: «Ya perdonado estás; Mi corazón por ti sangró Y en mí vivir podrás». ¡Oh cuánto amor el Salvador Allí por mí mostró! Amor sentí al ver que allí Jesús por mí murió20. Los himnos como este, y muchos coros contemporáneos también, si están centrados en la cruz, pueden ayudarle a hacer del evangelio la banda sonora de su día.
C.J. Mahaney
La Guía del autoestopista galáctico tiene varias cosas que decir respecto a las toallas. Dice que una toalla es el objeto de mayor utilidad que puede poseer un autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico: uno puede envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de jaglan Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V, mientras aspira los vapores del mar embriagador; se puede uno tapar con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo sobre el desierto de Kakrafun; se puede usar como vela en una balsa diminuta para navegar por el profundo y lento río Moth; mojada, se puede emplear en la lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la Voraz Bestia Bugblatter de Traal (animal sorprendentemente estúpido, supone que si uno no puede verlo, él tampoco lo ve a uno; es tonto como un cepillo, pero voraz, muy voraz); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia.
Douglas Adams
Ann Deveriá la miró -pero con una mirada para la que mirar es ya una palabra demasiado fuerte ?mirada maravillosa que es ver sin preguntarse nada, ver y basta ?algo como dos cosas que se tocan? los ojos y la imagen ?una mirada que no toma sino que recibe, en el silencio más absoluto de la mente, la única mirada que de verdad podría salvarnos ?virgen de cualquier pregunta, aún no desfigurada por el vicio de saber ?única inocencia que podría prevenir las heridas de las cosas cuando desde fuera penetran en el círculo de nuestro sentir ?ver ?sentir ?porque no sería más que un maravillosos estar delante, nosotros y las cosas, y en los ojos recibir el mundo entero ?recibir ?sin preguntas, incluso sin asombro ?recibir ?sólo ?recibir ?en los ojos? el mundo.
Alessandro Baricco
El viento cesó, la lluvia se fue, se fue con el brillo del sol en tu piel. Y fue en ese instante en que yo te crucé, fue en tu mirada que volví a nacer. Desde tus brazos todo alrededor se ve distinto.
RBD (band)
Se esfuerza en sonreírme, pero percibo que su rostro lleva el peso de las terribles impresiones que en él ha grabado la reflexión, constantemente inclinada sobre las esfinges que desconciertan, con sesgada mirada, las
grandes angustias de la inteligencia de los mortales.
Viendo la inutilidad de sus manejos, aparta los ojos, tasca su freno terrestre con la baba de la rabia, y mira el horizonte que huye cuando nos acercamos. A mi vez, me esfuerzo por recordarle su dorada juventud, que sólo pide entrar, como una reina, en los palacios de los placeres, pero advierte que mis palabras brotan con dificultad de mi demacrada boca y que los años de mi propia primavera pasaron, tristes y glaciales, como un sueño implacable que pasea, por las mesas de los banquetes y los lechos de raso, donde dormita la pálida sacerdotisa del amor, pagada con la reverberación del oro, las amargas voluptuosidades del desencanto, las pestilentes arrugas de la vejez, los terrores de la soledad y las antorchas del dolor. Viendo la inutilidad de mis manejos, no me
asombra no poder hacerle feliz; el Todopoderoso se
me aparece revestido con sus instrumentos de tortura,
en toda la resplandeciente aureola de su horror.
grandes angustias de la inteligencia de los mortales.
Viendo la inutilidad de sus manejos, aparta los ojos, tasca su freno terrestre con la baba de la rabia, y mira el horizonte que huye cuando nos acercamos. A mi vez, me esfuerzo por recordarle su dorada juventud, que sólo pide entrar, como una reina, en los palacios de los placeres, pero advierte que mis palabras brotan con dificultad de mi demacrada boca y que los años de mi propia primavera pasaron, tristes y glaciales, como un sueño implacable que pasea, por las mesas de los banquetes y los lechos de raso, donde dormita la pálida sacerdotisa del amor, pagada con la reverberación del oro, las amargas voluptuosidades del desencanto, las pestilentes arrugas de la vejez, los terrores de la soledad y las antorchas del dolor. Viendo la inutilidad de mis manejos, no me
asombra no poder hacerle feliz; el Todopoderoso se
me aparece revestido con sus instrumentos de tortura,
en toda la resplandeciente aureola de su horror.
Conde de Lautréamont