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Pòema blanco azul y rojo

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Yo cada vez que oigo hablar de la libreta azul de Aznar, del Libro Blanco, del Libro Rojo... es que enfermo: los libritos de colores me huelen todos a catecismo


Pablo Castellano


Boca que arrastra mi boca. Boca que me has arrastrado: boca que vienes de lejos a iluminarme de rayos. Alba que das a mis noches un resplandor rojo y blanco. Boca poblada de bocas: pájaro lleno de pájaros


Miguel Hernández




Cada vez que el régimen blanco se estabiliza temporalmente en una o varias provincias, las clases dominantes de allí inevitablemente se alian y hacen lo imposible por destruir el Poder rojo.


Mao Zedong


El que quiera celeste que mezcle azul y blanco.


Les Luthiers


El que en un país existan por largo tiempo una o varias pequeñas zonas bajo el Poder rojo, completamente cercadas por el régimen blanco, es un fenómeno nunca antes conocido en ningún otro país del mundo.


Mao Zedong


Murió de Nuevo Un Día...

Murió de nuevo un día... yo la amaba,
mas sin remedio se murió ese día...
-¡Vuelve, Rabino, vuelve!... - yo clamaba -
pero el Rabino rubio no volvía.

Pasó la niña veinte siglos muerta,
murió Cafarnaún de Palestina
y el alma mía, inútil y desierta,
lloraba de inmortal sobre las ruinas.

¡Y la amaba, la amaba... Su blancura
la buscaba en la blanca nebulosa,
su cabellera entre la noche oscura
y en el Poniente su color de rosa...

Y al fin la hallé... Escondida entre los tules
de una puesta de sol, estaba Ella;
su carne inmóvil entre dos azules
inauguraba la primera estrella...

Y la encontré más blanca todavía,
flotando en el azul, sin vestidura,
¡qué blanca estaba así!... la niña mía
tenía veinte siglos de blancura...

Clamé al Amor entonces... Voces buenas
dijeron a lo lejos: - Te ha escuchado! -
clamé al eterno Amor... y a mi lado
la blanca niña era una nube apenas...

Llegó el Amor. Los cielos fueron mudos,
su leve paso silenció la esfera,
llegó el eterno amor de pies desnudos,
maduro el trigo de la cabellera...

"No es muerta... duerme!... y le ordenó:
-¡Levanta!
y Ella se alzó, delgada de martirio,
y una voz le subió por la garganta
como una abeja que abandona un lirio.

Y ha vuelto a mí... su cabellera oscura,
su misma voz... pero en la mano fría
con veinte siglos de amasar blancura,
persiste el miedo de morirse un día....


Andrés Eloy Blanco




Regreso Al Mar

Siempre es el mar donde mejor se quiere,
fué siempre el mar donde mejor te quise;
al amor, como al mar, no hay quien lo alise
ni al mar , como al amor, quien lo modere.

No hay quien como la mar familiarice
ni quien com la ola persevere,
ni el que más diga en lo que vive y muere
nos dice más de lo que el mar nos dice.

Vamos de nuevo al mar;quiero encontrarte
la hora más azul para besarte
y el lugar más allá para quererte,
donde el agua es al par agua y abismo,
en la alta mar, en donde el aire mismo
se da un aire al amor y otro a la muerte.


Andrés Eloy Blanco


Versos

Como no sabes lo que pasa
te parece la noche más oscura
dentro del vaso de cristal
y ya no tienes miedo
a que salgan los sueños a morderte,
que están seguros en su puesto.

Como no sabes lo que pasa
no quieres ver lo que te ronda
sobre el giro del día
y ya no temes ni la flecha,
ni el color, ni la llaga
de la luz que nos pesa.

Y como pues no sabes
ni lo que pasa ni lo que se queda
no te angustia la flor
que allí en su rama temblorosa
lejos de ti, puesto que no la miras,
se está quedando de ti sola.

No sabes lo que pasa
porque de ti no sabe nada nada.

Como no se sabe qué color tiene Dios
-¿será blanco y azul como este libro,
o rojo y púrpura como el ocaso,
o amarillo y rosado de la aurora,
verde tal vez como este mar,
como la cinta, como son las hojas?-
Ay, que Dios sin color se me desliza
y se me queda gris como ceniza.

Ceniza gris, Dios gris me gusta:
gris de pensar lo permanente,
gris de llover, de transitar palabras,
gris de pasar la rueda,
gris de torcer el hilo de las tardes
y de mirar lo que nos queda.

Y como no se saben los colores
que aquí y allí nos dejan en la mano
temblorosos de fines los adioses.

Pero es que ni tú, ni yo, ni aquél,
ni nadie, ni cualquiera
sabemos lo que pasa o lo que queda.


Eugenio Florit


Veteranos y tropas de Estados Unidos que sirven en el extranjero lucharon hoy difícilmente para preservar nuestra acción del Congreso rojo, blanco y azul, de la Guerra de la Independencia a la Guerra Global contra el Terrorismo de hoy, y hoy en día es apropiado para uno de nuestros símbolos más sagrados.


Bill Shuster




Los políticos hablaban ellos mismos rojo, blanco y azul en la cara.


Clare Boothe Luce


Tengo algunos amigos maravillosos del Medio Oriente que son el rojo, blanco y azul, como cualquiera sabe, que han sido hostigados, y yo creo que es una cosa terrible, terrible.


Phil McGraw


La pobreza es un problema de todos. Corta a través de cualquier línea que usted puede nombrar: la edad, la raza, sociales, geográficas o religiosas. Tanto si eres negro o blanco, rico, de clase media o pobres, todos somos tocados por la pobreza.


Kathleen Blanco


pero cuando llegó el momento de hacerlo, la piel de mi muñeca parecía tan blanca e indefensa que no pude. era como si lo que yo quería matar no estuviera en esa piel ni en el ligero pulso azul que saltaba bajo mi pulgar, sino en alguna parte, más profunda, más secreta y mucho más difícil de alcanzar.


Sylvia Plath




Me considero un rojo sin diminutivos. No soy un rojillo, soy un rojo, un rojazo. Y eso no quiere decir comunista, ni socialista, ni anarquista, quiere representar esa hermosísima ideología de hace unos años, que hacía creer que esta infamia de mundo podía cambiar de alguna manera.


Joaquín Sabina


La Cita

¡Adiós, amigo, adiós! ¡El sol se esconde,
la luna sale de la nube rota,
y Eva me aguarda en el estanque, donde
el cisne nada y el nelombo flota!

Voy a estrechar a la mujer que adoro.
¡Cuál me fascina mi delirio extraño!
¡Es el minuto del ensueño de oro
de la cita del ósculo en el baño!

¡Es la hora en que los juncos oscilantes
de la verde ribera perfumada
se inclinan a besar los palpitantes
pechos desnudos de mi dulce amada!

¡Es el momento azul en que la linfa
tornasolada, transparente y pura,
sube hasta el blanco seno de la ninfa
como una luminosa vestidura!

¡Es el instante en que la hermosa estrella
crepuscular se asoma con anhelo
para ver a otra venus que descuella
sobre el húmedo esmalte de otro cielo!

¡Es ya cuando las tórtolas se paran
y se acarician en los mirtos rojos,
y los ángeles castos se preparan
a ponerse las manos en los ojos!


Salvador Díaz Mirón


Sé Que Estoy Vivo...

Sé que estoy vivo en este bello día
acostado contigo. Es el verano.
Acaloradas frutas en tu mano
vierten su espeso olor al mediodía.

Antes de aquí tendernos, no existía
este mundo radiante. ¡Nunca en vano
al deseo arrancamos el humano
amor que a las estrellas desafía!

Hacia el azul del mar corro desnudo.
Vuelvo a ti como al sol y en ti me anudo,
nazco en el esplendor de conocerte.

Siento el sudor ligero de la siesta.
Bebemos vino rojo. Esta es la fiesta
en que más recordamos a la muerte.


Jorge Gaitán Durán


Curriculum

El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente

usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica

usted ama
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros

usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío

entonces
usted muere.


Mario Benedetti


Bandera ecuatoriana mi estandarte de tres colores.
Al viento de la mañana, ya flameas con honores.
El amarillo simboliza la abundancia y fertilidad de los cultivos y la tierra.
El azul representa el color del cielo y el mar.
El rojo representa la sangre derramada de nuestros héroes.
¡Qué bonita es mi Bandera que bonitos su colores
no hay Bandera más hermosa que mi Bandera ecuatoriana!


Kary Escalante


La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en quien menos lo espera.


Konrad Adenauer


Ante el crisantemo blanco Las tijeras Dudan un instante.


Yosa Buson


Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano.


Walt Whitman


Candor

Azul... azul... azul estaba el cielo.
El hálito quemaste del estío
comenzaba a dorar el terciopelo
del prado, en donde se remansa el río.

A lo lejos, el humo de un bohío,
tal de una novia el intocado velo,
se alza hasta perderse en el vacío
con un ondulante y silencioso vuelo.

De pronto me dijiste: -El amor mío
es puro y blando, así como ese río
que rueda allá sobre el lejano suelo-

y me miraste al terminar, tranquila,
con el alma asomada a tu pupila.
Y estaba azul tu alma como el cielo.


Julio Florez


Miedo

La sombra de una duda sobre mí se levanta
cuando llega el arrullo de tu voz a mi oído;
miedo de conocerte; pero en el miedo hay tanta
pasión, que me parece que ya te he conocido.

Yo adiviné el misterio cantor de tu garganta.
¿Será que lo he soñado? Tal vez lo he presentido:
mujer cuando promete y nido cuando canta;
mentira en la promesa y abandono en el nido.

Quizá no conocernos fuera mejor; yo siento
cerca de ti el asalto de un mal presentimiento
que me pone en los labios una emoción cobarde.

Y si asoma a mis ojos la sed de conocerte,
van a ti mis audacias, mujer extraña y fuerte,
pero el amor me grita: -¡si has llegado muy tarde!...


Andrés Eloy Blanco


Primera Estación

Ya rindió una jornada la fiebre de mis brazos
y aún están los leones de mi numen erguidos:
los músculos alertas para nuevos zarpazos
y firmes los pulmones para nuevos rugidos.


Andrés Eloy Blanco


Luna de Abril

Luna de abril, descotada,
con aguazal circunscrito,
desnuda, con desnudez
pura de pecho con niño.
Luna llena, ubre de vaca,
con lucero becerrillo;
¡qué puro se pone el pecho
cuando se le cuelga el niño!

Esta noche yo no siento
ni sombra de odio por nadie
ni pena de verme preso,
ni ganas de que me quiten
los grillos que me pusieron.

Nada hay más impuro, nada,
que el pecho de las mujeres,
pero no hay nada más puro
ni mejor para mirarlo
que un pecho fuera del pecho
y un niño al lado.


Andrés Eloy Blanco


A Florinda En Invierno

Al hombre mozo que te habló de amores
dijiste ayer, Florinda, que volviera,
porque en las manos te sobraban flores
para reírte de la Primavera.

Llegó el Otoño: cama y cobertores
te dio en su deshojar la enredadera
y vino el hombre que te habló de amores
y nuevamente le dijiste: -Espera.

Y ahora esperas tú, visión remota,
campiña gris, empalizada rota,
ya sin calor el póstumo retoño

que te dejó la enredadera trunca,
porque cuando el amor viene en Otoño,
si le dejamos ir no vuelve nunca.


Andrés Eloy Blanco




La eternidad ignora las costumbres, le da lo mismo rojo que azul tierno, se inclina al gris, al humo, a la ceniza.


Eliseo Diego


Confidencias

Una flor por el suelo,
un cielo de hojas empapado en lloro
y encima de ese cielo, el otro cielo
lleno de luna y de brillantes y oro...
Un arroyo que el aura acariciaba;
un banco... sobre el banco
así, como quien flota, se sentaba;
y vestida de blanco,
bella como un arcángel, me esperaba.
Aún flotan en mis noches de desvelo
con la luz de una luna como aquélla,
el verde y el azul de cielo y cielo,
y aura y arroyo y flor y banco y ella.

¿No te acuerdas, mujer, cuántos delirios
yo me forjaba, junto a ti de hinojos,
al resplandor de los celestes cirios,
al resplandor de tus celestes ojos?
¿Te acuerdas, alma mía?
¡Entonces inocente
me jurabas amor y yo podía
besar tu corazón sobre tu frente!

¡Ayer, unos tras otros,
mil delirios así pude fingirme;
hoy no puede haber nada entre nosotros,
hoy tú vas a casarte... y yo a morirme!
¡Y tanto sol y porvenir dorado,
tanto cielo soñado,
en una inmensa noche se derrumba!
¡Hoy me dijiste tú: no hay esperanza;
hoy te digo: en paz goza; y, en mi tumba,
mañana me dirás: en paz descansa!

Nueva York, 1876


Salvador Díaz Mirón


Quiero Apenas

Presto cesó la nieve, como música.
Pájaros y verdes cruzan por el frío.
Vas a morir, me dicen. Tu enfermedad
es incurable. Solo puede salvarte
el milagro que niegas.
Mas quiero apenas
arder como un sol rojo en tu cuerpo blanco.


Jorge Gaitán Durán


Canción A La Cadena Del Blanco Amor

Ayer te volví a ver, barrio de mis once años
y encontré la mitad de mi nostalgia
apoyada en una clara cruz de malva,
custodiando una sal de blanca usanza,
sobre el delgado muro de tu casa.

Miré tu monasterio en la colina,
con tres siglos de paz en los aleros
y con palomas que abren en el cielo
su corazón de musical garbanzo.

Oí cantar los gallos, como entonces,
con sus sombreros de oro y hojas frescas;
miré la casa en que moría siempre
por hambre, por olvido y por decoro,
caballero macilento y solo.

Y vi un copo de lana que nevaba
en la biografía de la abuela.
El ángel de la rueca tenía sueño
y en sus alas de pana, la tristeza
había doblado en dos la antigua rueda.

Cómo te recordé dulce Lucía muerta,
con tu cesto de pan fuera de tiempo,
llorando de vacío en la vereda...
Desde entonces estás blanca de enero,
perdida en la salud azul del cielo
y para ya no despertarte... sueño.


César Dávila Andrade


Ciudad En Llamas

Entrando en la ciudad por alta mar
la grande bestia vi: su rojo ser
Entré por alta luz por alto amor
entréme y encontréme padecer
Un sol al rojo blanco en mi interior
crecía y no crecía sin cesar
y el alma con las hordas del calor
templóse y contemplóse crepitar
Ardiendo el más secreto alrededor
mi cuerpo en llamas vivas vi flotar
y en medio del silencio y del dolor
hundióse y confundióse con la sal:
entrando en la ciudad por alto amor
entrando en la ciudad por alta mar


Oscar Hahn


El Mar

El hecho de arrojar a un mismo tiempo
las cenizas al mar de todos los cadáveres
que vagan por la bruma de la Historia;
aun toda esa ceniza
unánime, ya digo, en nada alteraría
su continuo fluir:
lentas mareas,
alado oleaje bronco,
y las leyendas graves de su furia.

Errabundo y cautivo, pero siempre
con una disciplina
perfecta: misteriosa y calculada,

óyelo cómo ruge:

el mar narcotizado por las lunas,
homérico, cambiante y maquinal,
con ensenadas de peces
de ojos aterrados que lo exploran
como los pensativos peces de colores
exploran una vez y otra vez y una vez más
el acuario cuajado de palmeras
y cofres de pirata en miniatura.

Igual de fluctuante
que nuestro pensamiento,
míralo,
angustiado de azul indefinible,
asmático, grandioso y teatral,
él,
que huye e invade
según un raro método que tiene
algo que ver quizás con nuestros ciclos
de razón y locura, esas dos caras
de una misma moneda que cae de canto siempre.

Refugio de los seres silenciosos,
inagotable mar de vaivén blanco,
tan dado a todo tipo de metáforas
que suelen recordarnos ciertas veces
en lo mucho que somos como el mar.


Felipe Benítez Reyes


Azul, rojo, verde, negro, morado y rosa.
Colores de la paleta del pintor. Pincel en mano,
la imaginación y la chispa, el arte crea.
Coraje, ímpetu, esfuerzo, entrega, pasión.
Paleta del hombre. Su interior recrea.


Francis Aragón


Estrofas En Torno de Un Amor Menguante

Luna impoluta que miré de niño
rodar entre el verdor de la arboleda;
verso primero escrito sin aliño
amor primero del que nada queda.

Sueños de gloria y esperanza incierta,
viajes absurdos de la fantasía
y penetrar al cielo por la puerta
estrecha del dolor, sin alegría.

Confín violáceo del venusto monte,
fogata temblorosa que agoniza,
neblina que confiere al horizonte,
grises de perla o grises de ceniza.

Turbia serenidad que otrora tuve,
perdida ya para fortuna mía.
Desgarradora condición de nube
ardida al rojo blanco, pero fría.

Marino afán de corregir el rumbo
que Dios imprime a la perdida barca,
y quedar a merced de viento y tumbo
sobre la inmensa superficie zarca.

Cándida confesión que no hice nunca,
amor buscado y nunca conseguido,
poema nunca escrito, vida trunca,
vuelo en el acto de arrancar, fallido.

Discreta como usted, como usted blonda,
la media luz de los atardeceres.
Menguante amor prendido de la honda
noche con diamantinos almeres.

Todo el candor que nos quitó la vida,
toda la fuerza que nos dio el dolor,
todo es ahora luz desvanecida,
tibieza, soledad, último amor...

De "Algunos poemas deliberadamente románticos
y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933


Renato Leduc


Fanal

Roja dulzura, flor de miel y fuego,
sapiencia al rojo-blanco de tu boca;
lámpara alimentada con la loca
combustión de mi sangre y de tu ruego.

Fulva ensenada a cuyo fondo ciego
se lanza nuestro ser desde la roca
del sueño trunco... porque en vano invoca
piedad celeste o terrenal sosiego.

Cuando en la sombra pasional tu blanco
desnudo cuerpo fosforezca al roce
de mi beso -cantárida en tu flanco-

darás, ardida del fragor nocturno,
a la pradera lívida del goce
tu fulgor de maléfico Saturno.


Carlos López Narváez


¡oh Triste Coche Viejo...!

¡Oh triste coche viejo, que en mi memoria ruedas!
¡Pueblo, que en un recodo de mi alma te pierdes!
¡Lágrima grande y pura, lucero que te quedas,
temblando en la colina, sobre los campos verdes!

Verde el cielo profundo, despertaba el camino,
fresco y fragante del encanto de la hora;
cantaba un ruiseñor despierto, y el molino
rumiaba un son eterno, rosa frente a la aurora.

-Y en el alma, un recuerdo, una lágrima, una
mano alzando un visillo blanco al pasar un coche...
la calle de la víspera, azul bajo la luna
solitaria, los besos de la última noche

¡Oh triste coche viejo, que en mi memoria ruedas!
¡Pueblo, que en un recodo de mi alma te pierdes!
¡Lágrima grande y pura, lucero que te quedas,
temblando, en la colina, sobre los campos verdes!


Juan Ramón Jiménez


Me torno de rojo pasión que envenena,
Me torno de negro elegancia que quema,
Me torno de verde vida que enreda,
me torno de azul frescura pasajera


Jordan Cortes


Oaxaca
Veo tus playas de vida llena
y las nubes caprichosas como se evaden del mar
con sus simientes de aguas puras,
para posarse en el umbral
de tus montañas majestuosas y llanuras.
Veo a Oaxaca vestida con la semblanza del pasado,
de sus monumentos y joyas arqueológicas,
y el arraigo fervoroso,
de sus costumbres amorosas.
Veo a sus mujeres trabajadoras
y sus hombres emprendedores,
que se nutren de esas tierras,
bendecidas por sus dioses.
La de las entrañas de rojo oro
y del barro negro brillante
La que viste de verde jade
sus fachadas y sus calles.
La que desprende del corazón del agave
el licor ardiente y mezcalino de sus goces.
Y en las velas dedicadas a sus santos se constata,
la raíz de su espiritualidad sobria y puritana.
Veo a Oaxaca la del corazón autóctono
mostrada con pinceladas de blanco negro y amarillo
Sobre el lienzo bronceado de su piel indiana.
Oaxaca la que muestra
el poderío cultural
y la fuerza ancestral
de su Raza única e irrepetible
en la Guelaguetza,
en que subsisten
en el color de sus vestidos,
la magia que copia con hilos
los símbolos de los códices,
y la figura y colorido
de los prados y sus flores,
que se combinan con el universo
de los armoniosos sonidos
de las flautas y tambores.
Hombres y Mujeres que danzan
con la fuerza gravitacional
de los sentidos,
con los ritmos de las bandas,
entonando el son costeño,
y la vibrantes marimbas
con el ritmo sandungueño.
Veo a la mujer decorada,
con la singular orfebrería,
con monedas de oro y plata
y alamares de fantasía,
Veo A la Heroica Oaxaca
la de Don Porfirio y Juárez
ejemplos que te demandan,
A ser siempre los mejores.
Veo a Oaxaca desgarrada
por la ambición inconsciente,
y a los hombres que se afanan
por defender a su gente.
Veo a Oaxaca la Sureña
a la ístmica Tehuana
Veo a Oaxaca La Antequera,
Veo a Oaxaca con el alma.


Efren Romero Acuña


Me pides celeste y solo se me ocurre darte el cielo, rojo y el sol viene a mi mente, blanco y las nubes quedaan perfecto,, asi que. como puedes pensar que no daria todo por volver a volar a tu lado.. Lo inimaginable se hace real cuando hacemos lo que se nos pide con el corazon y dejamos qeu nuestra mente lo transmita atravez de nuestro cuerpo...


Jose Mazariegos


Solo por instante...

Si por instantes tendria tu rostro en las palmas de mis manos,
ya nada puedo pedir,solo tus manos que acaricien mis pupilas dilatadas,
sentir tu aliento a beso,me ahoga por momentos,
recorrer tu cuerpo es como nadar en una ola de calma
tentacion ante el abrazo blanco helado,
palabras hechas de trizas,
pintaré el amanecer con el color de tus ojos
y recordaré cada minuto tu azul mirada.
Si por instantes tendria tu anochecer en mi alma,
recordaria que solo hemos nacido para querernos separados,
donde la pureza de sabores a perfumes enroscados
anhelos sin cesar,queden perdidos en el tiempo estancado.
y lo que es peor, retenerte por la noche
sin saber donde te escondes,
que sabanas en tu espalda quedan pegadas
y que cuerpo tus dedos recorren cuando te vas de mi lado.
Si por instantes te tendria en mis brazos,
no permitiria el compartir este regalo que la vida me ha hecho en éste instante,
entregarme a ti y solo hacerte mio.


Paloma Fernandez