Poemas cortos para mama ( 12 )
Poemas cortos para mama. Encuentra docenas de poemas cortos para mama con fotos para copiar y compartir.
La Fuente Perdurable
Se estremeció al contacto de las manos
y ofrecía su cuerpo al alfarero
que ella siempre anheló: primero el rostro
después el talle luego las rodillas.
¡Oh sí! Mujer de barro que se vuelve
cántaro de aguamiel vasija húmeda
copa de vino para los desmayos
maceta de albahaca taza honda
cáliz de olor jofaina regalada
pila bajo la fuente perdurable
lamparilla de aceite que alumbrara
noches sin sueño y páginas de un libro
que está por escribir. ¡Oh sí; ser barro!
Barro que ha descubierto a su alfarero.
Se estremeció al contacto de las manos
y ofrecía su cuerpo al alfarero
que ella siempre anheló: primero el rostro
después el talle luego las rodillas.
¡Oh sí! Mujer de barro que se vuelve
cántaro de aguamiel vasija húmeda
copa de vino para los desmayos
maceta de albahaca taza honda
cáliz de olor jofaina regalada
pila bajo la fuente perdurable
lamparilla de aceite que alumbrara
noches sin sueño y páginas de un libro
que está por escribir. ¡Oh sí; ser barro!
Barro que ha descubierto a su alfarero.
José AgustÃn Goytisolo
Pax Animae
No me habléis más de dichas terrenales
que no ansío gustar. Está ya muerto
mi corazón, y en su recinto abierto
solo entrarán los cuervos sepulcrales.
Del pasado no llevo las señales
y a veces de que existo no estoy cierto,
porque es la vida para mí un desierto
poblado de figuras espectrales.
No veo más que un astro oscurecido
por brumas de crepúsculo lluvioso,
y, entre el silencio de sopor profundo,
tan solo llega a percibir mi oído
algo extraño y confuso y misterioso
que me arrastra muy lejos de este mundo.
No me habléis más de dichas terrenales
que no ansío gustar. Está ya muerto
mi corazón, y en su recinto abierto
solo entrarán los cuervos sepulcrales.
Del pasado no llevo las señales
y a veces de que existo no estoy cierto,
porque es la vida para mí un desierto
poblado de figuras espectrales.
No veo más que un astro oscurecido
por brumas de crepúsculo lluvioso,
y, entre el silencio de sopor profundo,
tan solo llega a percibir mi oído
algo extraño y confuso y misterioso
que me arrastra muy lejos de este mundo.
Julián del Casal
Le Obliga A Que La Mire...
Es fruto agraz al paladar
y sedoso para los labios
que han conocido su contorno
y percibieron la afluencia.
Ella jugaba aquella noche
cautivada por la ternura
de una voz que a su decisión
sólo dijo: si tú lo quieres...
Ahora le obliga a que la mire,
para que vea lo que es suyo
y lo que luego ha de perder
cuando se aparte de sus ojos.
Es fruto agraz al paladar
y sedoso para los labios
que han conocido su contorno
y percibieron la afluencia.
Ella jugaba aquella noche
cautivada por la ternura
de una voz que a su decisión
sólo dijo: si tú lo quieres...
Ahora le obliga a que la mire,
para que vea lo que es suyo
y lo que luego ha de perder
cuando se aparte de sus ojos.
José AgustÃn Goytisolo
Happy New Year
Cruzamos
trece mil novecientos kilómetros
para encontrarnos
pero, como es habitual en ti,
cambiaste el parecer.
Oh, tú, nacida
en un Diciembre inconstante,
de grandes ojos de novilla,
de fina cintura
y pies diminutos,
dueña de un Loto Dorado
voraz e insaciable.
Cruzamos
trece mil novecientos kilómetros
para encontrarnos
pero, como es habitual en ti,
cambiaste el parecer.
Oh, tú, nacida
en un Diciembre inconstante,
de grandes ojos de novilla,
de fina cintura
y pies diminutos,
dueña de un Loto Dorado
voraz e insaciable.
Harold Alvarado Tenorio
El Retorno
Fue tan grande y amargo mi despecho,
y fue tu angustia en el adiós tan poca,
que al recordar la herida de tu boca
soñé con otra igual para mi pecho.
Mas hoy depongo mi rencor. Sospecho
que acaso loco yo, tú también loca,
el mal que así nuestro dolor provoca
uno al otro, a la vez, nos lo hemos hecho.
Prueba la copa y el dorado vino
ofréceme en tus labios. Adivino
que idéntica a esa flor presa en tu broche,
sumisa al ruego del amor serás.
Cómo eres tú, lo comprendí esta noche.
Cómo soy yo, tú nunca lo sabrás.
Fue tan grande y amargo mi despecho,
y fue tu angustia en el adiós tan poca,
que al recordar la herida de tu boca
soñé con otra igual para mi pecho.
Mas hoy depongo mi rencor. Sospecho
que acaso loco yo, tú también loca,
el mal que así nuestro dolor provoca
uno al otro, a la vez, nos lo hemos hecho.
Prueba la copa y el dorado vino
ofréceme en tus labios. Adivino
que idéntica a esa flor presa en tu broche,
sumisa al ruego del amor serás.
Cómo eres tú, lo comprendí esta noche.
Cómo soy yo, tú nunca lo sabrás.
Alberto Angel Montoya
Narciso
Narciso no era bello ni hermoso.
Lo embriagó su propia pequeñez,
su rostro en el otro rostro.
No halló la paradoja,
la secreta lámpara,
los jaspes,
el centro de luz entre sus cejas.
No tuvo por dentro un auriga,
ni la espada para vencer al tigre,
ni bebió de la tórrida, altiva respiración de los dragones.
Lo hallé muerto,
como las flores remotas que desconocen su origen
y su aroma
El eco no lo pudo salvar
de la muerte
de la embriaguez,
de su oscura bastardía.
De "El claustro elegido"
Narciso no era bello ni hermoso.
Lo embriagó su propia pequeñez,
su rostro en el otro rostro.
No halló la paradoja,
la secreta lámpara,
los jaspes,
el centro de luz entre sus cejas.
No tuvo por dentro un auriga,
ni la espada para vencer al tigre,
ni bebió de la tórrida, altiva respiración de los dragones.
Lo hallé muerto,
como las flores remotas que desconocen su origen
y su aroma
El eco no lo pudo salvar
de la muerte
de la embriaguez,
de su oscura bastardía.
De "El claustro elegido"
MÃa Gallegos
Epigrama Para Fedra
Sin saber que de Lesbos practicabas
los rituales extraños,
un día gris, inadvertidamente,
puse un beso en tus labios.
Hoy sonrío en la calle y me pregunto
-tras aquel desencanto-:
¿no sienten algo al verme tus amigas,
las que indirectamente yo he besado?
Sin saber que de Lesbos practicabas
los rituales extraños,
un día gris, inadvertidamente,
puse un beso en tus labios.
Hoy sonrío en la calle y me pregunto
-tras aquel desencanto-:
¿no sienten algo al verme tus amigas,
las que indirectamente yo he besado?
Manuel José Arce
Dama
Esta dama sin cara ni camisa,
alta de cuello, suave de cintura,
tiene todo el temblor de la hermosura
que el tiempo oculta y el amor desliza.
Esta dama que viene de la brisa
y el rango lleva de su propia altura,
tiene ese no sé qué de la ternura
de una dama sin fin, bella y precisa.
Aunque esta dama nunca duerma en cama
parece dama sin que sea dama
y domina desnuda el mundo entero.
Esta dama perdona y no perdona.
Y para eso luce una corona
esta dama que reina en el tablero.
Esta dama sin cara ni camisa,
alta de cuello, suave de cintura,
tiene todo el temblor de la hermosura
que el tiempo oculta y el amor desliza.
Esta dama que viene de la brisa
y el rango lleva de su propia altura,
tiene ese no sé qué de la ternura
de una dama sin fin, bella y precisa.
Aunque esta dama nunca duerma en cama
parece dama sin que sea dama
y domina desnuda el mundo entero.
Esta dama perdona y no perdona.
Y para eso luce una corona
esta dama que reina en el tablero.
Miguel Arteche
He Cometido El Peor de Los Pecados...
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.
Jorge Luis Borges
Estoy Contigo
Estoy contigo.
Pero por encima de tu hombro
me dice adiós tu mano que se aleja.
Entonces yo contengo mi mano
para que no nos traicione ella también.
E insisto:
estoy contigo.
Los innegables títulos del adiós
abandonan entonces provisoriamente sus derechos.
Y nuestras manos se aquietan
en las equidistancias de estar juntos.
Estoy contigo.
Pero por encima de tu hombro
me dice adiós tu mano que se aleja.
Entonces yo contengo mi mano
para que no nos traicione ella también.
E insisto:
estoy contigo.
Los innegables títulos del adiós
abandonan entonces provisoriamente sus derechos.
Y nuestras manos se aquietan
en las equidistancias de estar juntos.
Roberto Juarroz
Esperar La Ausencia
Estar en la noche
esperando una visita,
o no esperando nada
y ver cómo el sillón lentamente
va avanzando hasta alejarse de la lámpara.
Sentirse más adherido a la madera
mientras el movimiento del sillón
va inquietando los huesos escondidos,
como si quisiéramos que no fueran vistos
por aquellos que van a llegar.
Los cigarros van reemplazando
los ojos de los que no van a llegar.
Colocamos el pañuelo
sobre el cenicero para que no se vea
el fondo de su cristal,
los dientes de sus bordes,
los colores que imitan sus dedos
sacudiendo la ausencia y la presencia
en las entrañas que van a ser sopladas.
La visita o la nada
cubiertas por el pañuelo,
como el llegar de la lluvia
para oídos lejanos,
saltan del cenicero,
preparando la eternidad
de sus pisadas o se organizan
inclinándose sobre un montón de hojas
que chisporrotean sobre el jarrón
de la abuela,
huyendo del cenicero.
Estar en la noche
esperando una visita,
o no esperando nada
y ver cómo el sillón lentamente
va avanzando hasta alejarse de la lámpara.
Sentirse más adherido a la madera
mientras el movimiento del sillón
va inquietando los huesos escondidos,
como si quisiéramos que no fueran vistos
por aquellos que van a llegar.
Los cigarros van reemplazando
los ojos de los que no van a llegar.
Colocamos el pañuelo
sobre el cenicero para que no se vea
el fondo de su cristal,
los dientes de sus bordes,
los colores que imitan sus dedos
sacudiendo la ausencia y la presencia
en las entrañas que van a ser sopladas.
La visita o la nada
cubiertas por el pañuelo,
como el llegar de la lluvia
para oídos lejanos,
saltan del cenicero,
preparando la eternidad
de sus pisadas o se organizan
inclinándose sobre un montón de hojas
que chisporrotean sobre el jarrón
de la abuela,
huyendo del cenicero.
José Lezama Lima
Canción A La Cadena Del Blanco Amor
Ayer te volví a ver, barrio de mis once años
y encontré la mitad de mi nostalgia
apoyada en una clara cruz de malva,
custodiando una sal de blanca usanza,
sobre el delgado muro de tu casa.
Miré tu monasterio en la colina,
con tres siglos de paz en los aleros
y con palomas que abren en el cielo
su corazón de musical garbanzo.
Oí cantar los gallos, como entonces,
con sus sombreros de oro y hojas frescas;
miré la casa en que moría siempre
por hambre, por olvido y por decoro,
caballero macilento y solo.
Y vi un copo de lana que nevaba
en la biografía de la abuela.
El ángel de la rueca tenía sueño
y en sus alas de pana, la tristeza
había doblado en dos la antigua rueda.
Cómo te recordé dulce Lucía muerta,
con tu cesto de pan fuera de tiempo,
llorando de vacío en la vereda...
Desde entonces estás blanca de enero,
perdida en la salud azul del cielo
y para ya no despertarte... sueño.
Ayer te volví a ver, barrio de mis once años
y encontré la mitad de mi nostalgia
apoyada en una clara cruz de malva,
custodiando una sal de blanca usanza,
sobre el delgado muro de tu casa.
Miré tu monasterio en la colina,
con tres siglos de paz en los aleros
y con palomas que abren en el cielo
su corazón de musical garbanzo.
Oí cantar los gallos, como entonces,
con sus sombreros de oro y hojas frescas;
miré la casa en que moría siempre
por hambre, por olvido y por decoro,
caballero macilento y solo.
Y vi un copo de lana que nevaba
en la biografía de la abuela.
El ángel de la rueca tenía sueño
y en sus alas de pana, la tristeza
había doblado en dos la antigua rueda.
Cómo te recordé dulce Lucía muerta,
con tu cesto de pan fuera de tiempo,
llorando de vacío en la vereda...
Desde entonces estás blanca de enero,
perdida en la salud azul del cielo
y para ya no despertarte... sueño.
César Dávila Andrade
No Persigo Tu Beso
No persigo tu beso
aunque tu beso sea
como una
fiesta.
Ando en busca de un sitio
para hablar de la tierra,
de lo atado y lo libre,
del sueldo y de la mesa,
de Dios
y la protesta.
Ando tras una alianza
fraternal, pura, tierna,
que tú, amadamente,
representas.
No persigo tu beso
aunque tu beso sea
como una
fiesta.
Ando en busca de un sitio
para hablar de la tierra,
de lo atado y lo libre,
del sueldo y de la mesa,
de Dios
y la protesta.
Ando tras una alianza
fraternal, pura, tierna,
que tú, amadamente,
representas.
Jorge Debravo
Lamento En La Montaña
Aún te veo, río de mi vida,
con los ojos que miran las montañas.
Yo era una montaña con almendros
montaña solitaria.
Y viniste alegre con tu canto
y me besaste toda con tu agua.
Me dejaste inquietud para la noche
y el alma enamorada.
Aún te veo, río de mi vida,
en la curva lejana,
te vas cantando más entre los chopos,
te vas cantando más que en tu llegada.
Y yo,
paralítica montaña;
inmóvil te recuerdo,
enferma de volcanes, alocada,
espero tu regreso, río loco,
que pasaste besando
mi cuerpo de montaña.
Tuviste que seguir tu destino de río,
y yo el mío triste de tierra amontonada.
Me dice el viento que vas al mar,
Te sigo río mío, con los ojos,
Te sigo río mío con los ojos,
ya que no puedo seguirte con las plantas.
Soñé... te quedarías a mi lado,
como un lago sin cisnes,
para siempre,
acunando mi ansia.
Qué locura más loca
enamorarse de un río una montaña!
Aún te veo, río de mi vida,
con los ojos que miran las montañas.
Yo era una montaña con almendros
montaña solitaria.
Y viniste alegre con tu canto
y me besaste toda con tu agua.
Me dejaste inquietud para la noche
y el alma enamorada.
Aún te veo, río de mi vida,
en la curva lejana,
te vas cantando más entre los chopos,
te vas cantando más que en tu llegada.
Y yo,
paralítica montaña;
inmóvil te recuerdo,
enferma de volcanes, alocada,
espero tu regreso, río loco,
que pasaste besando
mi cuerpo de montaña.
Tuviste que seguir tu destino de río,
y yo el mío triste de tierra amontonada.
Me dice el viento que vas al mar,
Te sigo río mío, con los ojos,
Te sigo río mío con los ojos,
ya que no puedo seguirte con las plantas.
Soñé... te quedarías a mi lado,
como un lago sin cisnes,
para siempre,
acunando mi ansia.
Qué locura más loca
enamorarse de un río una montaña!
Gloria Fuertes
Canción Satisfactoria
Qué bien tu amor aquí para que ladre
y asuste a los leones de la muerte!
Qué bien tu amor velando como un padre
este miedo que tengo de perderte!
Qué bien tu amor manando a mediodía
una savia fresquísima y amada!
Qué bien despedazando la agonía
y poniendo esperanzas en la almohada!
Qué bien que esté allá lejos, madurando
como un durazno blando de ternura!
Qué bien cuando está cerca, despuntando
como un trozo de Dios, de la amargura.
Qué bien en la mañana, despertando
como un Resucitado de ternura...!
Qué bien tu amor aquí para que ladre
y asuste a los leones de la muerte!
Qué bien tu amor velando como un padre
este miedo que tengo de perderte!
Qué bien tu amor manando a mediodía
una savia fresquísima y amada!
Qué bien despedazando la agonía
y poniendo esperanzas en la almohada!
Qué bien que esté allá lejos, madurando
como un durazno blando de ternura!
Qué bien cuando está cerca, despuntando
como un trozo de Dios, de la amargura.
Qué bien en la mañana, despertando
como un Resucitado de ternura...!
Jorge Debravo
Lo Que Deje Por Ti
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Rafael Alberti
Mi Amor Es Como Un Río Caudaloso
Chorreándose en el cuerpo de mi hombre,
mi amor toca tambor y flauta
en las montañas de mi tierra,
dispara con ametralladora
su descarga de besos.
Es un amor de guerra
con «adiós» y «nos vemos»
un amor con señales de humo
-a lo lejos-
un amor para llevarse en mochilas
para andar clandestino
por ciudades y valles.
Es un amor para cantar victoria,
para llorar heridos
y aprender de derrotas.
Mi amor es bien contento
aunque -a veces- me haga brotar el llanto
es grande como la esperanza
y el valor de mi pueblo;
tiene olores de finca
huele a tierra mojada y campo.
Mi amor es fiero,
ardiente como la libertad,
no conoce de tiempo,
anda dentro de mí
desbocado y rebelde.
Me ha llenado de luz
y lo llevo cargado como un fusil al hombro
lloro y río por él
por este amor hermoso,
claro, como tus ojos.
Chorreándose en el cuerpo de mi hombre,
mi amor toca tambor y flauta
en las montañas de mi tierra,
dispara con ametralladora
su descarga de besos.
Es un amor de guerra
con «adiós» y «nos vemos»
un amor con señales de humo
-a lo lejos-
un amor para llevarse en mochilas
para andar clandestino
por ciudades y valles.
Es un amor para cantar victoria,
para llorar heridos
y aprender de derrotas.
Mi amor es bien contento
aunque -a veces- me haga brotar el llanto
es grande como la esperanza
y el valor de mi pueblo;
tiene olores de finca
huele a tierra mojada y campo.
Mi amor es fiero,
ardiente como la libertad,
no conoce de tiempo,
anda dentro de mí
desbocado y rebelde.
Me ha llenado de luz
y lo llevo cargado como un fusil al hombro
lloro y río por él
por este amor hermoso,
claro, como tus ojos.
Gioconda Belli
Te Quiero Porque Fumas...
A Paul M. Viejo
Te quiero porque fumas y bebes y blasfemas
y escribes sin cesar por las paredes
o en la estación del tren
o en los bordes urgentes de una alcoba vacía.
Porque le has puesto verbos al dolor que te invade
y aunque lo llames Marta
soy yo quien te acompaña
por esa travesía pesarosa de un nombre.
Y te quiero por todo o casi ya por todo
lo que me das o quitas o me pones.
Y sabes, tú lo sabes, y yo también lo sé,
que formas laberintos para que me distraiga
y me quede dormida cuando llega la tarde.
A Paul M. Viejo
Te quiero porque fumas y bebes y blasfemas
y escribes sin cesar por las paredes
o en la estación del tren
o en los bordes urgentes de una alcoba vacía.
Porque le has puesto verbos al dolor que te invade
y aunque lo llames Marta
soy yo quien te acompaña
por esa travesía pesarosa de un nombre.
Y te quiero por todo o casi ya por todo
lo que me das o quitas o me pones.
Y sabes, tú lo sabes, y yo también lo sé,
que formas laberintos para que me distraiga
y me quede dormida cuando llega la tarde.
Elsa López
Nací Para Poeta O Para Muerto
Nací para poeta o para muerto,
escogí lo difícil
-supervivo de todos los naufragios-,
y sigo con mis versos,
vivita y coleando.
Nací para prostitutas o payaso,
escogí lo difícil
-hacer reír a los clientes desahuciados-,
y sigo con mis trucos,
sacando una paloma del refajo.
Nací para nada o soldado,
y escogí lo difícil
-no ser apenas nada en el tablado-,
y sigo entre fusiles y pistolas
sin mancharme las manos.
Nací para poeta o para muerto,
escogí lo difícil
-supervivo de todos los naufragios-,
y sigo con mis versos,
vivita y coleando.
Nací para prostitutas o payaso,
escogí lo difícil
-hacer reír a los clientes desahuciados-,
y sigo con mis trucos,
sacando una paloma del refajo.
Nací para nada o soldado,
y escogí lo difícil
-no ser apenas nada en el tablado-,
y sigo entre fusiles y pistolas
sin mancharme las manos.
Gloria Fuertes
Hotel Lucero
Finito todo y también estos brazos
que se me tienden en la semipenumbra
y un hilo -el de la voz- soplo que apenas brota
pero incisivamente de una fuente: la duda
El bello aparecer de este lucero
¿El del amanecer? ¿El de la tarde?
¿Abre el día o lo cierra?
Bajo la ducha una estrella se apaga
que, absurdamente, la comparte contigo
Las estrellas que viste nacer, a mediodía
estaban muertas desde hace cien años
sólo hiciste el amor con una luz
olfateaste «la ausente de todos los ramos».
Resuena un timbre en el Hotel Lucero
traga y escupe esta boca de sombra
para el caso es lo mismo: apariciones
y desapariciones instantáneas.
No sé en qué sentido hemos hablado de todo
¿Era la duda el tema que nos hizo vestirnos
justo en la hora convenida
salir de allí en distintas direcciones
y la que me detuvo
para ver, y fue inútil, si volvías la cara?
Finito todo y también estos brazos
que se me tienden en la semipenumbra
y un hilo -el de la voz- soplo que apenas brota
pero incisivamente de una fuente: la duda
El bello aparecer de este lucero
¿El del amanecer? ¿El de la tarde?
¿Abre el día o lo cierra?
Bajo la ducha una estrella se apaga
que, absurdamente, la comparte contigo
Las estrellas que viste nacer, a mediodía
estaban muertas desde hace cien años
sólo hiciste el amor con una luz
olfateaste «la ausente de todos los ramos».
Resuena un timbre en el Hotel Lucero
traga y escupe esta boca de sombra
para el caso es lo mismo: apariciones
y desapariciones instantáneas.
No sé en qué sentido hemos hablado de todo
¿Era la duda el tema que nos hizo vestirnos
justo en la hora convenida
salir de allí en distintas direcciones
y la que me detuvo
para ver, y fue inútil, si volvías la cara?
Enrique Lihn
Las Lenguas de Diamante
Bajo la luna llena, que es una oblea de cobre,
vagamos taciturnos en un éxtasis vago,
como sombras delgadas que se deslizan sobre
las arenas de bronce de la orilla del lago.
Silencio en nuestros labios una rosa ha florido.
¡Oh, si a mi amante vencen tentaciones de hablar!,
la corola, deshecha, como un pájaro herido,
caerá, rompiendo el suave misterio sublunar.
¡Oh dioses, que no hable! ¡Con la venda más fuerte
que tengáis en las manos, su acento sofocad!
¡Y si es preciso, el manto de piedra de la muerte
para formar la venda de su boca, rasgad!
Yo no quiero que hable. Yo no quiero que hable.
Sobre el silencio éste, ¡qué ofensa la palabra!
¡Oh lengua de ceniza! ¡Oh lengua miserable,
no intentes que ahora el sello de mis labios te abra!
¡Bajo la luna-cobre, taciturnos amantes,
con los ojos gimamos, con los ojos hablemos.
Serán nuestras pupilas dos lenguas de diamantes
movidas por la magia de diálogos supremos.
Bajo la luna llena, que es una oblea de cobre,
vagamos taciturnos en un éxtasis vago,
como sombras delgadas que se deslizan sobre
las arenas de bronce de la orilla del lago.
Silencio en nuestros labios una rosa ha florido.
¡Oh, si a mi amante vencen tentaciones de hablar!,
la corola, deshecha, como un pájaro herido,
caerá, rompiendo el suave misterio sublunar.
¡Oh dioses, que no hable! ¡Con la venda más fuerte
que tengáis en las manos, su acento sofocad!
¡Y si es preciso, el manto de piedra de la muerte
para formar la venda de su boca, rasgad!
Yo no quiero que hable. Yo no quiero que hable.
Sobre el silencio éste, ¡qué ofensa la palabra!
¡Oh lengua de ceniza! ¡Oh lengua miserable,
no intentes que ahora el sello de mis labios te abra!
¡Bajo la luna-cobre, taciturnos amantes,
con los ojos gimamos, con los ojos hablemos.
Serán nuestras pupilas dos lenguas de diamantes
movidas por la magia de diálogos supremos.
Juana de Ibarbourou
Te Abraza La Lluvia En Su Descenso
Te abraza la lluvia en su descenso
de resbalantes lenguas párvulas;
descifras su caída al sesgo;
sus tocamientos multiplicas
en ti; los amparas, te conocen:
Ánfora armónica en perpetua
reconciliación, recinto cálido,
hogar de las delicias, próspero
alhajero de arcillas dóciles.
Aprieta la lluvia: albercas, mares,
oleaje que te desahoga.
Anticipándose, ambicioso,
en torno de ti mi afán aprieta:
dulceamarga serpiente, alianza
clandestina del terror y el júbilo.
Ánfora tu cuerpo, revestido
por su desnudez; barro engastado
de blandas perlas, se envanece
con las deleitosas cicatrices
de un dolor que pasó; que exponen
lo apenas sanado al riesgo nuevo.
Yo las encuentro, y al tocarlas
te sigo en otras cicatrices,
mapa de táctiles misterios,
que el tiempo no olvida, pero esconde.
Llueve y me afano. Tú me abrazas
en mi caída; me descifras
cuando te abrazo. Y me amonesto:
Nunca es temprano para amarte.
Y sé que nunca será pronto.
Te abraza la lluvia en su descenso
de resbalantes lenguas párvulas;
descifras su caída al sesgo;
sus tocamientos multiplicas
en ti; los amparas, te conocen:
Ánfora armónica en perpetua
reconciliación, recinto cálido,
hogar de las delicias, próspero
alhajero de arcillas dóciles.
Aprieta la lluvia: albercas, mares,
oleaje que te desahoga.
Anticipándose, ambicioso,
en torno de ti mi afán aprieta:
dulceamarga serpiente, alianza
clandestina del terror y el júbilo.
Ánfora tu cuerpo, revestido
por su desnudez; barro engastado
de blandas perlas, se envanece
con las deleitosas cicatrices
de un dolor que pasó; que exponen
lo apenas sanado al riesgo nuevo.
Yo las encuentro, y al tocarlas
te sigo en otras cicatrices,
mapa de táctiles misterios,
que el tiempo no olvida, pero esconde.
Llueve y me afano. Tú me abrazas
en mi caída; me descifras
cuando te abrazo. Y me amonesto:
Nunca es temprano para amarte.
Y sé que nunca será pronto.
Rubén Bonifaz Nuño
No Te Pongas Bravo, Poeta
La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.
Cógele el cuello de una vez, desnúdala,
túmbala y haz en ella tu pelea de fuego,
rellénale la tripa majestuosa, préñala,
ponla a parir cien años por el corazón.
Pero con lindo modo, hermano,
con un gesto
propicio para la melancolía.
La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.
Cógele el cuello de una vez, desnúdala,
túmbala y haz en ella tu pelea de fuego,
rellénale la tripa majestuosa, préñala,
ponla a parir cien años por el corazón.
Pero con lindo modo, hermano,
con un gesto
propicio para la melancolía.
Roque Dalton
Desde Donde Me Ciego de Vivir
Era una blanda emanación, casi
una terca oquedad de ternura,
un tibio vaho humedecido
con no sé qué tentáculos.
Abrí
los ojos, vi de cerca el peligro.
¡No, no te acerques, adorable
inmundicia, no podría vivir!
Pero se apresuraba hacia mi infancia,
me tendía su furia entre los lienzos
de la noche enemiga. Y escuché
la señal, cegué mi vida junta,
anduve a tientas hasta el cuerpo
temible y deseado.
Madre
mía, ¿me oyes, me has oído
caer, has visto mi triunfante
rendición, tú me perdonas?
La mano
balbucía allí dentro, rebuscaba
entre las telas jadeantes, iba
desprendiendo el delirio, calcinando
la desnuda razón.
Agrio desván
limítrofe, gimientes muebles
lapidarios bajo el candor malévolo
del miedo, ¿qué hacer si la memoria
se saciaba allí mismo, si no había
otra locura más para vivir?
Dulce
naufragio, dulce naufragio,
nupcial ponzoña pura del amor,
crédulo azar maldito, ¿dónde
me hundo, dónde
me salvo desde aquella noche?
Era una blanda emanación, casi
una terca oquedad de ternura,
un tibio vaho humedecido
con no sé qué tentáculos.
Abrí
los ojos, vi de cerca el peligro.
¡No, no te acerques, adorable
inmundicia, no podría vivir!
Pero se apresuraba hacia mi infancia,
me tendía su furia entre los lienzos
de la noche enemiga. Y escuché
la señal, cegué mi vida junta,
anduve a tientas hasta el cuerpo
temible y deseado.
Madre
mía, ¿me oyes, me has oído
caer, has visto mi triunfante
rendición, tú me perdonas?
La mano
balbucía allí dentro, rebuscaba
entre las telas jadeantes, iba
desprendiendo el delirio, calcinando
la desnuda razón.
Agrio desván
limítrofe, gimientes muebles
lapidarios bajo el candor malévolo
del miedo, ¿qué hacer si la memoria
se saciaba allí mismo, si no había
otra locura más para vivir?
Dulce
naufragio, dulce naufragio,
nupcial ponzoña pura del amor,
crédulo azar maldito, ¿dónde
me hundo, dónde
me salvo desde aquella noche?
José Manuel Caballero Bonald
Ya Se Acercan Las Manos...
Ya se acercan las manos,
innumerables manos,
negras manos,
a cegarme los ojos,
a detener mis piernas,
a secarme las venas,
a posarse insistentes
a lo largo del cuerpo
y dejarlo sumido en lo negro.
Harán saltar la lengua,
los dientes,
corazón y riñones,
intestino y cerebro...
Amiga de la entraña, tan lejana,
acércate un momento
y con tus juegos
distrae esta terrible oscuridad.
Dame un río de fuerza
desde el vientre,
como antaño.
Siquiera suficiente
para alejar
las manos.
Estas manos
que negras
e impertérritas
me van cercando.
"Libro de alienaciones" 1980
Ya se acercan las manos,
innumerables manos,
negras manos,
a cegarme los ojos,
a detener mis piernas,
a secarme las venas,
a posarse insistentes
a lo largo del cuerpo
y dejarlo sumido en lo negro.
Harán saltar la lengua,
los dientes,
corazón y riñones,
intestino y cerebro...
Amiga de la entraña, tan lejana,
acércate un momento
y con tus juegos
distrae esta terrible oscuridad.
Dame un río de fuerza
desde el vientre,
como antaño.
Siquiera suficiente
para alejar
las manos.
Estas manos
que negras
e impertérritas
me van cercando.
"Libro de alienaciones" 1980
Clara Janés
NADIDAD
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Este momento que tienes, sin duda no volverá,
Nada es lo que necesita, lleno de todo ya está.
No te apegues a la vida, pues de viaje solo estas,
Cuando sufras por todo ello, recuerda tu nadidad.
Vacio llegaste al mundo, con nada de tu propiedad,
Ni el conocimiento es tuyo, mucho menos la verdad.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Este momento que tienes, sin duda no volverá,
Nada es lo que necesita, lleno de todo ya está.
No te apegues a la vida, pues de viaje solo estas,
Cuando sufras por todo ello, recuerda tu nadidad.
Vacio llegaste al mundo, con nada de tu propiedad,
Ni el conocimiento es tuyo, mucho menos la verdad.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Gustavo Estrada Luque
PALABRAS
Pensamientos van y vienen, moviéndose en zigzag,
Demonios que me controlan y entorpecen mi andar.
Paz querida, paz de mi alma, haz de mi un dulce hogar,
Que mi mente quiere calma y mi corazón amar.
Extraño el jugueteo sin causa y la sonrisa natal.
No había mente, no había lenguas, solo admiración total,
Pero una sarta de palabras me dieron la gran razón,
Que ahora solo me estorban para hablar con el corazón.
Pensamientos van y vienen, moviéndose en zigzag,
Demonios que me controlan y entorpecen mi andar.
Paz querida, paz de mi alma, haz de mi un dulce hogar,
Que mi mente quiere calma y mi corazón amar.
Extraño el jugueteo sin causa y la sonrisa natal.
No había mente, no había lenguas, solo admiración total,
Pero una sarta de palabras me dieron la gran razón,
Que ahora solo me estorban para hablar con el corazón.
Gustavo Estrada Luque
Igual, Igual
Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.
Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. Perded toda esperanza prohibido el paso o entren sin llamar y otras mentiras, pone siempre.
Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.
Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.
Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.
No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.
De "Todo es papel" 2002
Accésit del Premio Ciudad de Torrevieja, 2002
Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.
Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. Perded toda esperanza prohibido el paso o entren sin llamar y otras mentiras, pone siempre.
Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.
Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.
Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.
No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.
De "Todo es papel" 2002
Accésit del Premio Ciudad de Torrevieja, 2002
Enrique Gracia Trinidad
VACIARME
Dios, ¿donde cabes en mí?, si estoy lleno de palabras, imágenes y pensamientos que ocupan mi mente.
Tú estas inmerso en todo lo que existe incluyéndome a mi mismo y no hay palabras que te describan ni mente que te razone.
¡Que lejos estoy de encontrarte si no me vacío de todo para llenarme de ti!
Dios, ¿donde cabes en mí?, si estoy lleno de palabras, imágenes y pensamientos que ocupan mi mente.
Tú estas inmerso en todo lo que existe incluyéndome a mi mismo y no hay palabras que te describan ni mente que te razone.
¡Que lejos estoy de encontrarte si no me vacío de todo para llenarme de ti!
Gustavo Estrada Luque
Las Gastadas Palabras de Siempre
Déjame recordarte las gastadas palabras de siempre,
los armarios que encierran la humedad de los puertos
y el sabor a betel que dejas en mis labios
cuando desapareces en el aire.
Déjame tender tu cabello a la sombra
para que la penumbra madure como el día.
Déjame ser una ciudad inmensa, un bote de cerveza
o el fruto desollado ante la espiga.
Déjame recordarte dónde me ahogué de niño
y por qué hace brillar mi sangre la tristeza.
O déjame tirado en la banqueta, cubierto de periódicos,
mientras la nave de los locos zarpa
hacia las islas griegas.
Déjame recordarte las gastadas palabras de siempre,
los armarios que encierran la humedad de los puertos
y el sabor a betel que dejas en mis labios
cuando desapareces en el aire.
Déjame tender tu cabello a la sombra
para que la penumbra madure como el día.
Déjame ser una ciudad inmensa, un bote de cerveza
o el fruto desollado ante la espiga.
Déjame recordarte dónde me ahogué de niño
y por qué hace brillar mi sangre la tristeza.
O déjame tirado en la banqueta, cubierto de periódicos,
mientras la nave de los locos zarpa
hacia las islas griegas.
Francisco Hernández
Corazón Partidario
Mi corazón, lo sabes,
no está con el que triunfa o que lo espera,
con el juramento mercader
que acecha el buen provecho,
se agazapa, salta sobre la utilidad, que es su querida,
busca ganancia en el abrazo,
obtiene renta de las mariposas y pone rédito a la luz,
cobra recibo por los amaneceres milagrosos,
por cambiante gracia del color
de una invisible rosa apresurada,
dulce y apresurada
como si fuese un hombre o una llama
o una felicidad humana: sí.
Mi corazón no está con el hombre que sabe
de la verdad todo lo necesario
para olvidar el resto de ella,
satisfecho del viento, poderoso del humo,
canciller de la niebla,
rey acaso, pero nunca de sí.
Mi corazón, lo sabes,
no está con el que triunfa o que lo espera,
con el juramento mercader
que acecha el buen provecho,
se agazapa, salta sobre la utilidad, que es su querida,
busca ganancia en el abrazo,
obtiene renta de las mariposas y pone rédito a la luz,
cobra recibo por los amaneceres milagrosos,
por cambiante gracia del color
de una invisible rosa apresurada,
dulce y apresurada
como si fuese un hombre o una llama
o una felicidad humana: sí.
Mi corazón no está con el hombre que sabe
de la verdad todo lo necesario
para olvidar el resto de ella,
satisfecho del viento, poderoso del humo,
canciller de la niebla,
rey acaso, pero nunca de sí.
Carlos Bousoño
Lugares
No sé donde está el árbol
que me hace estar tán lejos
ahora que se acerca
No sé si yo lo traigo
o si es él quien me lleva
Un hilo desde el fondo de su tiempo
tira de mí y me arrastra
mientras tiro de un hilo
para arrancarlo al fondo de su tiempo
Él llega -árbol entero
Yo de mí misma falto
La memoria nos cambia de lugares
sin movernos de nuestros sitios
No sé donde está el árbol
que me hace estar tán lejos
ahora que se acerca
No sé si yo lo traigo
o si es él quien me lleva
Un hilo desde el fondo de su tiempo
tira de mí y me arrastra
mientras tiro de un hilo
para arrancarlo al fondo de su tiempo
Él llega -árbol entero
Yo de mí misma falto
La memoria nos cambia de lugares
sin movernos de nuestros sitios
Ulalume González de León
Rimas
Tímida, la palabra
de tus labios caía,
y en mi pálida frente
dolorosa y macabra,
toda melancolía
se regó, evanescente,
blanda, como un arrullo...
Oh tu voz adorable...
¡Voz única entre tantas!
(Bajo el influjo suyo
fue placer inefable
mi dolor...) -Hoy no encantas
este fúnebre yermo...
( No sé dónde se riega
-toda melancolía-
tu voz... ) -Y estoy enfermo
porque tu voz no llega
a bañar de alegría
mi sufrir... en mi vida
dolorosa y macabra,
tal vez hubieran sido
para curar la herida,
tu voz y tu palabra
que yo jamás olvido...!
Tímida, la palabra
de tus labios caía,
y en mi pálida frente
dolorosa y macabra,
toda melancolía
se regó, evanescente,
blanda, como un arrullo...
Oh tu voz adorable...
¡Voz única entre tantas!
(Bajo el influjo suyo
fue placer inefable
mi dolor...) -Hoy no encantas
este fúnebre yermo...
( No sé dónde se riega
-toda melancolía-
tu voz... ) -Y estoy enfermo
porque tu voz no llega
a bañar de alegría
mi sufrir... en mi vida
dolorosa y macabra,
tal vez hubieran sido
para curar la herida,
tu voz y tu palabra
que yo jamás olvido...!
León de Greiff
Hoy estas cerca de él, los sentimientos renacen cuando el amor no termino, cuando la ilusión seguia a pesar de tu esfuerzo de quererme. Fuiste clara, siempre sigues a tus sentimientos, debes definirlos y terminar de sentirlos. Se que hoy te puedo perder para siempre, se que hoy tus sentimientos se aclaran... ni siquiera un hola he recibido, en fín no puedo hacer nada, solo esperar el desenlace de tu viaje.
Todos me preguntan si ya te fuiste a vivir con él, todos me comparan con otros amigos, no puedo negarlo, no puedo ocultarlo, simplemente solo me rio, y dijo sigo en ella.
Te preparaste para este viaje, desde el día que regresaste de Dublin, desde ese beso, que solo fue uno, te prepaste fisicamente, luces hermosa, luces sexy, luces espectacular, hace tiempo que para mi no te arreglas, ni te cuidas.
No se si vas a leer esto, pero aqui se queda, y tengo que guardar silencio... estas ahi, y ni siquiera hola...
Todos me preguntan si ya te fuiste a vivir con él, todos me comparan con otros amigos, no puedo negarlo, no puedo ocultarlo, simplemente solo me rio, y dijo sigo en ella.
Te preparaste para este viaje, desde el día que regresaste de Dublin, desde ese beso, que solo fue uno, te prepaste fisicamente, luces hermosa, luces sexy, luces espectacular, hace tiempo que para mi no te arreglas, ni te cuidas.
No se si vas a leer esto, pero aqui se queda, y tengo que guardar silencio... estas ahi, y ni siquiera hola...
Rozeti
Ambición
¡Quisiera ser viento!
Ráfaga tendida
que arrastra en su beso
el polvo y la nube,
la rosa, el lucero...
-No brisa apacible
que finge despechos
y siembra caricias-.
Yo quiero ser fuego,
volcán de aire rojo
que incendie el secreto
de todas las ramas
y todos los pechos;
aquilón desnudo,
huracán de acero,
fragua donde forjan
su actitud los cuerpos.
¡Cuando voy a ti,
quisiera ser viento
para arrebatarte
más allá del cielo!
¡Quisiera ser viento!
Ráfaga tendida
que arrastra en su beso
el polvo y la nube,
la rosa, el lucero...
-No brisa apacible
que finge despechos
y siembra caricias-.
Yo quiero ser fuego,
volcán de aire rojo
que incendie el secreto
de todas las ramas
y todos los pechos;
aquilón desnudo,
huracán de acero,
fragua donde forjan
su actitud los cuerpos.
¡Cuando voy a ti,
quisiera ser viento
para arrebatarte
más allá del cielo!
Ernestina de ChampourcÃn
Ahora Que Ya No Soy Más Joven
Ahora que ya remonto la mitad del camino de mi vida,
yo que siempre me apené de las gentes mayores,
yo, que soy eterna pues he muerto cien veces, de tedio, de agonía,
y que alargo mis brazos al sol en las mañanas y me arrullo
en las noches y me canto canciones para espantar el miedo,
¿qué haré con esta sombra que comienza a vestirme
y a despojarme sin remordimientos?
¿Qué haré con el confuso y turbio río que no encuentra su mar,
con tanto día y tanto aniversario, con tanta juventud a las espaldas,
si aún no he nacido, si aún hoy me cabe
un mundo entero en el costado izquierdo?
¿Qué hacer ahora que ya no soy más joven
si todavía no te he conocido?
Ahora que ya remonto la mitad del camino de mi vida,
yo que siempre me apené de las gentes mayores,
yo, que soy eterna pues he muerto cien veces, de tedio, de agonía,
y que alargo mis brazos al sol en las mañanas y me arrullo
en las noches y me canto canciones para espantar el miedo,
¿qué haré con esta sombra que comienza a vestirme
y a despojarme sin remordimientos?
¿Qué haré con el confuso y turbio río que no encuentra su mar,
con tanto día y tanto aniversario, con tanta juventud a las espaldas,
si aún no he nacido, si aún hoy me cabe
un mundo entero en el costado izquierdo?
¿Qué hacer ahora que ya no soy más joven
si todavía no te he conocido?
Piedad Bonnett
de que se disfrasara la mentira esta ves
la farsa que duele como un puñal por la espalda
el paro cardiako para cualkier sentimiento afectivo
la bateria consumida de cualkier vehiculo n recorrido
de que sirve mantener como aliada a esta bagatela
de que sirve alargarle la vida como si a un premio fuera akreedora
con q afan vitaminisarla con q finalidad ponerla bonita.. transformarla
para causar mas daño con su fiel compañia la amargura.. que locura
para separar personas que quisa algo d afinidad tenian..desdichada
improperio de una tipa o un sujeto poco serio sin criterio
para mantener la vida stafada para tener la mente cegada
para vivir su verano para vivir su 14 de febrero sus días libres de enero
su 25 de diciembre con regalos envueltos con falasias y tormentas desmedidas
para un fulano o una mengana que hacen lo que les viene en gana
sin darse cuenta q mientras mas se quieren es cuando mas se engañan..
la farsa que duele como un puñal por la espalda
el paro cardiako para cualkier sentimiento afectivo
la bateria consumida de cualkier vehiculo n recorrido
de que sirve mantener como aliada a esta bagatela
de que sirve alargarle la vida como si a un premio fuera akreedora
con q afan vitaminisarla con q finalidad ponerla bonita.. transformarla
para causar mas daño con su fiel compañia la amargura.. que locura
para separar personas que quisa algo d afinidad tenian..desdichada
improperio de una tipa o un sujeto poco serio sin criterio
para mantener la vida stafada para tener la mente cegada
para vivir su verano para vivir su 14 de febrero sus días libres de enero
su 25 de diciembre con regalos envueltos con falasias y tormentas desmedidas
para un fulano o una mengana que hacen lo que les viene en gana
sin darse cuenta q mientras mas se quieren es cuando mas se engañan..
cesar obregone
Nacimiento
Ha llegado la noche para todos:
yo reclino la frente en esta piedra,
donde los siglos ciegamente pasan,
mientras fulgen, arriba, las estrellas.
Entre duros peñascos me arregazan
los brazos maternales de la tierra.
Soy un hombre desnudo. Hoy he nacido,
como una larga luz, en su corteza.
Ni me muero, ni sueño. Abro los ojos
y extendiendo mis manos verdaderas
toco el origen de mi ser humano,
el vientre elemental que me naciera.
Y, en la frente, la roca, su llamada,
la vida en destrucción que, ardiendo, espera
la voz de Dios, que sobre el mundo clama
y se rompe, temblando, en las estrellas.
Ha llegado la noche para todos:
yo reclino la frente en esta piedra,
donde los siglos ciegamente pasan,
mientras fulgen, arriba, las estrellas.
Entre duros peñascos me arregazan
los brazos maternales de la tierra.
Soy un hombre desnudo. Hoy he nacido,
como una larga luz, en su corteza.
Ni me muero, ni sueño. Abro los ojos
y extendiendo mis manos verdaderas
toco el origen de mi ser humano,
el vientre elemental que me naciera.
Y, en la frente, la roca, su llamada,
la vida en destrucción que, ardiendo, espera
la voz de Dios, que sobre el mundo clama
y se rompe, temblando, en las estrellas.
José Luis Hidalgo
Ser Onda, Oficio, Niña, Es de Tu Pelo
Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;
ser graciosa y morena tu ejercicio
y tu virtud más ejemplar ser cielo.
¡Niña!, cuando tu pelo va de vuelo,
dando del viento claro un negro indicio,
enmienda de marfil y de artificio
ser de tu capilar borrasca anhelo.
No tienes más quehacer que ser hermosa,
ni tengo más festejo que mirarte,
alrededor girando de tu esfera.
Satélite de ti, no hago otra cosa,
si no es una labor de recordarte.
-¡Date presa de amor, mi carcelera!
Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;
ser graciosa y morena tu ejercicio
y tu virtud más ejemplar ser cielo.
¡Niña!, cuando tu pelo va de vuelo,
dando del viento claro un negro indicio,
enmienda de marfil y de artificio
ser de tu capilar borrasca anhelo.
No tienes más quehacer que ser hermosa,
ni tengo más festejo que mirarte,
alrededor girando de tu esfera.
Satélite de ti, no hago otra cosa,
si no es una labor de recordarte.
-¡Date presa de amor, mi carcelera!
Miguel Hernández
El tiempo se lo llevo la misma frase que se kedo en el olvido
el día que por fin te vi a los ojos y me kede dormido
había tomado cafe para andar sobrio y percatarme de todo
sin embargo ese aroma loco que me iso perecer desafallecer
salio de la nada con un ringtone algo fuera de tono
el día que por fin te vi a los ojos y me kede dormido
había tomado cafe para andar sobrio y percatarme de todo
sin embargo ese aroma loco que me iso perecer desafallecer
salio de la nada con un ringtone algo fuera de tono
cesar obregone