Poemas de gabriel garcia marquez de amor ( 83 )
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Poema Perdido En Pocos Versos
¡Y si dijeran que soy como devastado crepúsculo
donde ya las tristezas se durmieron!
Sencillo espejo donde recojo el mundo.
Donde enternezco soledades con mi mano feliz.
Han llegado mis puertos idos tras de los barcos
como queriendo huir de su nostalgia.
Han vuelto a mi destello las lunas apagadas
que dejé con mi nombre vociferando duelos
hasta que fueran mías todas las sombras mudas.
Han vuelto mis pupilas amarradas al sol de su amor alba.
¡Oh amor entretenido en astros y palomas,
cómo el rocío feliz cruzas mi alma!
¡Feliz! ¡Feliz! ¡Feliz!
Agigantada en cósmicas gravitaciones ágiles,
sin reflexión ni nada...
¡Y si dijeran que soy como devastado crepúsculo
donde ya las tristezas se durmieron!
Sencillo espejo donde recojo el mundo.
Donde enternezco soledades con mi mano feliz.
Han llegado mis puertos idos tras de los barcos
como queriendo huir de su nostalgia.
Han vuelto a mi destello las lunas apagadas
que dejé con mi nombre vociferando duelos
hasta que fueran mías todas las sombras mudas.
Han vuelto mis pupilas amarradas al sol de su amor alba.
¡Oh amor entretenido en astros y palomas,
cómo el rocío feliz cruzas mi alma!
¡Feliz! ¡Feliz! ¡Feliz!
Agigantada en cósmicas gravitaciones ágiles,
sin reflexión ni nada...
Julia de Burgos
La Promesa
¡Todo el oro del mundo parecía
diluido en la tarde luminosa!
Apenas un crepúsculo de rosa
la copa de los árboles teñía.
Un imprevisto amor, mi mano unía
a tu mano, morena y temblorosa.
¡Éramos Booz y Ruth ante la hermosa
era que circundaba la alquería!
-¿Me amarás?- murmuraste. Lenta y grave
vibró en mis labios la promesa suave
de la dulce, la amable moabita.
Y fue como un ¡amén! en ese instante
el toque de oración que alzó vibrante
la rítmica campana de la ermita.
¡Todo el oro del mundo parecía
diluido en la tarde luminosa!
Apenas un crepúsculo de rosa
la copa de los árboles teñía.
Un imprevisto amor, mi mano unía
a tu mano, morena y temblorosa.
¡Éramos Booz y Ruth ante la hermosa
era que circundaba la alquería!
-¿Me amarás?- murmuraste. Lenta y grave
vibró en mis labios la promesa suave
de la dulce, la amable moabita.
Y fue como un ¡amén! en ese instante
el toque de oración que alzó vibrante
la rítmica campana de la ermita.
Juana de Ibarbourou
HOMENAJE A LA REYNA DEL ALTIPLANO.
LIMITA..HOY TE HAS IDO Y NOS HAZ DEJADO EL CORAZON CON MUCHA TRISTEZA.. PERO TAMBIEN SE QUE FUE POR TU BIEN, HOY TODOS TUS AMIGOS QUEREMOS DARTE LAS GRACIAS POR REGALANOS TU PRESENCIA, TU INOSENCIA DE NIÑA Y TU GRAN CORAJE PARA CAMINAR AL MUNDO POR AMOR, TODO LO QUE APRENDIMOS DE TI NUNCA LO OLVIDAREMOD NO TE DECIMOS ADIOS, SOLO HASTA SIEMPRE...RECIBE DE TUS AMIGOS MUCHOS ABRAZOS Y BESOS.
LIMITA..HOY TE HAS IDO Y NOS HAZ DEJADO EL CORAZON CON MUCHA TRISTEZA.. PERO TAMBIEN SE QUE FUE POR TU BIEN, HOY TODOS TUS AMIGOS QUEREMOS DARTE LAS GRACIAS POR REGALANOS TU PRESENCIA, TU INOSENCIA DE NIÑA Y TU GRAN CORAJE PARA CAMINAR AL MUNDO POR AMOR, TODO LO QUE APRENDIMOS DE TI NUNCA LO OLVIDAREMOD NO TE DECIMOS ADIOS, SOLO HASTA SIEMPRE...RECIBE DE TUS AMIGOS MUCHOS ABRAZOS Y BESOS.
ALTILPANICO
Verdad Del Alma
Asciende a ti la luz del pensamiento.
Brota por ti la flor de mi alegría
y por tu amor enciende cada día
mi corazón su lámpara en el viento.
Que si pierdo tu imagen, al momento
la recobra en tu alma el alma mía
y tu rostro se vuelve melodía
de claridad en el entendimiento.
Amor incorruptible que no daña,
ni con halago de placer se viste.
En su diafanidad jamás engaña.
Por ti, solo por ti, que por ti existe
-cristal que no se quiebra ni se empaña-
esta verdad del alma que me diste.
Asciende a ti la luz del pensamiento.
Brota por ti la flor de mi alegría
y por tu amor enciende cada día
mi corazón su lámpara en el viento.
Que si pierdo tu imagen, al momento
la recobra en tu alma el alma mía
y tu rostro se vuelve melodía
de claridad en el entendimiento.
Amor incorruptible que no daña,
ni con halago de placer se viste.
En su diafanidad jamás engaña.
Por ti, solo por ti, que por ti existe
-cristal que no se quiebra ni se empaña-
esta verdad del alma que me diste.
Dora Castellanos
Ebriedad de Sol
Vente conmigo a esta caliente fosa,
al hueco en que un árcangel nunca anida:
es foso de leones o manida
de sangre, no de pétalos de rosa.
Aquí los huesos silban, y qué hermosa
es su canción de besos y de herida.
El relámpago apenas tiene vida
en tanta huesa amante y cavernosa.
Ay, ven conmigo. Duérmete a mi lado.
El gusano no puede con el sueño,
vino es la muerte de metal fundido.
Tierra en la tierra ya, nuestro costado
será un arpa que tañe el Sol -su dueño-
para darle al Amor nuestro sonido.
"Serenata y navaja" 1973
Vente conmigo a esta caliente fosa,
al hueco en que un árcangel nunca anida:
es foso de leones o manida
de sangre, no de pétalos de rosa.
Aquí los huesos silban, y qué hermosa
es su canción de besos y de herida.
El relámpago apenas tiene vida
en tanta huesa amante y cavernosa.
Ay, ven conmigo. Duérmete a mi lado.
El gusano no puede con el sueño,
vino es la muerte de metal fundido.
Tierra en la tierra ya, nuestro costado
será un arpa que tañe el Sol -su dueño-
para darle al Amor nuestro sonido.
"Serenata y navaja" 1973
Antonio Carvajal
Para ti con todo mi amor, te juro que es con amor.
Hoy lloro una vez mas
porq la perdí a ella y no quiero a nadie mas
tal vez su error fue decir "te quiero"
y el mio decir "te creo"
pero que le voy hacer si en sus abrazos
en cada beso era un aliento de vida
a mis muertos pensamientos
y ahora q?
la sueño la siento pero no la tengo
la extraño y sigue estando lejos
por esa estupida pendeja...
una puñetas q me odia
q se vaya a la verga...
porq el día q me la encuentre y ande prendido
me la voi a chingar...
y me vale vergas tener q decirle q andube contigo
aunq tu hermana este ahi... este quien este
ni ella ni tu hermana saben lo q hicieron
quizas tu quisiste terminarlo todo
pero ellas tubieron mucho q ver desde un principio
y bien lo sabes.. y aun asi... te extraño y ya ni siquiera se nada de ti
no sabes cuanto te odio aunq antes dije q te amaba, ya te perdi.
Hoy lloro una vez mas
porq la perdí a ella y no quiero a nadie mas
tal vez su error fue decir "te quiero"
y el mio decir "te creo"
pero que le voy hacer si en sus abrazos
en cada beso era un aliento de vida
a mis muertos pensamientos
y ahora q?
la sueño la siento pero no la tengo
la extraño y sigue estando lejos
por esa estupida pendeja...
una puñetas q me odia
q se vaya a la verga...
porq el día q me la encuentre y ande prendido
me la voi a chingar...
y me vale vergas tener q decirle q andube contigo
aunq tu hermana este ahi... este quien este
ni ella ni tu hermana saben lo q hicieron
quizas tu quisiste terminarlo todo
pero ellas tubieron mucho q ver desde un principio
y bien lo sabes.. y aun asi... te extraño y ya ni siquiera se nada de ti
no sabes cuanto te odio aunq antes dije q te amaba, ya te perdi.
Tovléz
Algún Día
Un día llegarás;
el amor no espera.
Y me dirás:
Amada, ya llegó la primavera.
Un día me amarás.
Estarás de mi pecho tan cercano,
que no sabré si el fuego que me abrasa
es de tu corazón o del verano.
Un día me tendrás.
Escucharemos mudos
latir nuestras arterias
y sollozar los árboles desnudos.
Un día. Cualquier día.
Breve y eterno,
el amor es el mismo en primavera,
en verano, en otoño y en invierno.
Un día llegarás;
el amor no espera.
Y me dirás:
Amada, ya llegó la primavera.
Un día me amarás.
Estarás de mi pecho tan cercano,
que no sabré si el fuego que me abrasa
es de tu corazón o del verano.
Un día me tendrás.
Escucharemos mudos
latir nuestras arterias
y sollozar los árboles desnudos.
Un día. Cualquier día.
Breve y eterno,
el amor es el mismo en primavera,
en verano, en otoño y en invierno.
Dora Castellanos
Romance Del Emigrante
Nublado sol de estas horas
en que no te puedo ver.
Sol azul como tus ojos,
el de ayer.
Postes... alambres... alambres
hasta el infinito y más.
Postes, alambres y pájaros
fatigados de volar.
Luz amarilla del sol,
sesgando sobre un trigal
-tu cabello y las ventanas
abiertas de par en par-
Postes... alambres... amor
vislumbrado al transitar:
furia de macho cabrío,
candidez de recental
y un pobre muchacho absorto
ante el milagro carnal.
De "Algunos poemas deliberadamente románticos
y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933
Nublado sol de estas horas
en que no te puedo ver.
Sol azul como tus ojos,
el de ayer.
Postes... alambres... alambres
hasta el infinito y más.
Postes, alambres y pájaros
fatigados de volar.
Luz amarilla del sol,
sesgando sobre un trigal
-tu cabello y las ventanas
abiertas de par en par-
Postes... alambres... amor
vislumbrado al transitar:
furia de macho cabrío,
candidez de recental
y un pobre muchacho absorto
ante el milagro carnal.
De "Algunos poemas deliberadamente románticos
y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933
Renato Leduc
Villancico En Central Park
Mañanicas floridas
del frío invierno
recordad a mi niño
que duerme al hilo.
Lope de Vega
Vistió la noche, copo a copo,
pluma a pluma,
lo que fue llama y oro,
cota de malla del guerrero otoño
y ahora es reino de la blancura.
¿Qué hago yo, profanando, pisando
tan fragilísimo plumaje?
Y arranco con mis manos
un puñado, un pichón de nieve,
y con amor, y con delicadeza y con ternura
lo acaricio, lo acuno, lo protejo.
Para que no llore de frío.
Mañanicas floridas
del frío invierno
recordad a mi niño
que duerme al hilo.
Lope de Vega
Vistió la noche, copo a copo,
pluma a pluma,
lo que fue llama y oro,
cota de malla del guerrero otoño
y ahora es reino de la blancura.
¿Qué hago yo, profanando, pisando
tan fragilísimo plumaje?
Y arranco con mis manos
un puñado, un pichón de nieve,
y con amor, y con delicadeza y con ternura
lo acaricio, lo acuno, lo protejo.
Para que no llore de frío.
José Hierro
EN HOMENAJE A UNA PRINCESA LEYLA VERGARA..
HOY ERES POR FIN LIBRE AHORA TE PUEDO DECIR LO MUCHO QUE SIGNIFICAS PARA MI, LO QUE ME HACES SENTIR POR TI E CONOSIDO EL CIELO Y EL AMOR EN MI VIEJO CORAZON PENSAMIENTO QUE ESTABA NEGADO PARA MI, Y HOY CON MUCHA ALEGRIA TE PUEDO DECIR TE AMO PERO NO SERAN PALABRAS TE DEMOSTRARE CUANTO ES MI PASION POR TI TE AMARE HASTA QUE DIOS DISPONGA EL ULTIMO DIA DE MI VIDA, AMADA LEYLA REYNARAS POR SIEMPRE EN MI CORAZON, SOLO DAME LA OPORTUNIDAD. TE AMO
HOY ERES POR FIN LIBRE AHORA TE PUEDO DECIR LO MUCHO QUE SIGNIFICAS PARA MI, LO QUE ME HACES SENTIR POR TI E CONOSIDO EL CIELO Y EL AMOR EN MI VIEJO CORAZON PENSAMIENTO QUE ESTABA NEGADO PARA MI, Y HOY CON MUCHA ALEGRIA TE PUEDO DECIR TE AMO PERO NO SERAN PALABRAS TE DEMOSTRARE CUANTO ES MI PASION POR TI TE AMARE HASTA QUE DIOS DISPONGA EL ULTIMO DIA DE MI VIDA, AMADA LEYLA REYNARAS POR SIEMPRE EN MI CORAZON, SOLO DAME LA OPORTUNIDAD. TE AMO
ALTIPLANICO
HOSPITAL
Es lo desconocido,
la pérdida de lo íntimo
y la duda del futuro.
Pero también, poco a poco,
conoces sus ruidos y silencios,
la costumbre de sus horas,
su lado oscuro y luminoso.
Amas a tu enfermera,
encuentras en un compañero
de habitación una historia insólita;
los pasillos parecen calles
y las habitaciones sus casas;
a diario saludas, preguntas,
conoces otras vidas, no eres único.
Y cuando llega la hora de partir
un tiempo entrañable permanece,
alguna emoción te llevas,
y el mismo amor y muerte de las cosas.
De "Asuntos internos" (2006)
PERSPECTIVAS, ESTA LUZ
Alois Alzheimer
Solo es desorden,
abandono de lo vivido,
dejar de nombrar
lo que fue
y tocamos, saber
qué cosas, qué ruido.
No es fácil, sólo
lo percibimos, así.
De "Asuntos internos" (2006)
Es lo desconocido,
la pérdida de lo íntimo
y la duda del futuro.
Pero también, poco a poco,
conoces sus ruidos y silencios,
la costumbre de sus horas,
su lado oscuro y luminoso.
Amas a tu enfermera,
encuentras en un compañero
de habitación una historia insólita;
los pasillos parecen calles
y las habitaciones sus casas;
a diario saludas, preguntas,
conoces otras vidas, no eres único.
Y cuando llega la hora de partir
un tiempo entrañable permanece,
alguna emoción te llevas,
y el mismo amor y muerte de las cosas.
De "Asuntos internos" (2006)
PERSPECTIVAS, ESTA LUZ
Alois Alzheimer
Solo es desorden,
abandono de lo vivido,
dejar de nombrar
lo que fue
y tocamos, saber
qué cosas, qué ruido.
No es fácil, sólo
lo percibimos, así.
De "Asuntos internos" (2006)
Francisco Gálvez
Sea
Agua sumisa al pez de tu capricho.
Tú me quieres así, yo digo: «sea»
y nos navega el cielo por el fondo.
Tú me quieres de estar casi en ausencia,
media luz de tu paz y de tu frente,
sujeta a la distancia en que me cercas.
Tú me quieres en gris como la tarde.
En oración, en sueño, de silencios;
ala cortada y mano sobre mano.
Tú me quieres de espera y de ternura,
al aire de tu tiempo y de tu aire,
surco de amor tendido a tu semilla.
Agua sumisa al pez de tu capricho.
Tú me quieres así, yo digo: «sea»
y nos navega el cielo por el fondo.
Tú me quieres de estar casi en ausencia,
media luz de tu paz y de tu frente,
sujeta a la distancia en que me cercas.
Tú me quieres en gris como la tarde.
En oración, en sueño, de silencios;
ala cortada y mano sobre mano.
Tú me quieres de espera y de ternura,
al aire de tu tiempo y de tu aire,
surco de amor tendido a tu semilla.
Concha Lagos
¡ay, Terca Niña!...
¡Ay, terca niña!
Le dices que no al viento,
a la niebla y al agua:
rajas al viento,
partes la niebla,
hiendes el agua.
Te niegas a la luz profundamente:
la rechazas,
ya teñida de ti: verde, amarilla,
- vencida ya - gris, roja, plata.
Y celas de la noche,
la ardua
noche de horror de tus entrañas sordas.
Cuando la mano intenta poseerte,
siente la piel tus límites:
la muralla, la cava
de tu enemiga fe, siempre en alerta.
Nombre te puse, te marcó mi hierro,
«cáliz», «brida», «clavel», «cenefa», «pluma»...
(Era tu sombra lo que aprisionaba.)
Al interior sentido
convoqué contra ti. Y, oh burladora,
te deshiciste en forma y en color,
en peso o en fragancia.
¡Nunca tú: tú, caudal, tú, inaprehensible!
¡Ay, niña terca.
Ay, voluntad del ser, presencia hostil,
límite frío a nuestro amor! ¡Ay turbia
bestezuela de sombra,
que palpitas ahora entre mis dedos,
que repites ahora entre mis dedos
tu dura negativa de alimaña.
¡Ay, terca niña!
Le dices que no al viento,
a la niebla y al agua:
rajas al viento,
partes la niebla,
hiendes el agua.
Te niegas a la luz profundamente:
la rechazas,
ya teñida de ti: verde, amarilla,
- vencida ya - gris, roja, plata.
Y celas de la noche,
la ardua
noche de horror de tus entrañas sordas.
Cuando la mano intenta poseerte,
siente la piel tus límites:
la muralla, la cava
de tu enemiga fe, siempre en alerta.
Nombre te puse, te marcó mi hierro,
«cáliz», «brida», «clavel», «cenefa», «pluma»...
(Era tu sombra lo que aprisionaba.)
Al interior sentido
convoqué contra ti. Y, oh burladora,
te deshiciste en forma y en color,
en peso o en fragancia.
¡Nunca tú: tú, caudal, tú, inaprehensible!
¡Ay, niña terca.
Ay, voluntad del ser, presencia hostil,
límite frío a nuestro amor! ¡Ay turbia
bestezuela de sombra,
que palpitas ahora entre mis dedos,
que repites ahora entre mis dedos
tu dura negativa de alimaña.
Dámaso Alonso
Times Square Ii
Contemplo como salen del local
parejas enlazadas de las manos.
Cuánta mujer hermosa en todas partes.
El vestíbulo exhibe con orgullo
su muestrario de chicas estupendas.
Un amigo a mi lado me saluda.
Me comenta: «Qué film más aburrido.
Las historias de amor son soporíferas».
Yo asiento. Y admirados vigilamos
a una mujer preciosa. Acompañada.
Observo cómo mira ávidamente
las muchachas que surgen de la sala
como los coches surgen de un garaje
ostentando sus líneas sugestivas.
Como las miro yo seguramente.
También él siente el tedio. Ambos quisiéramos
un amor, un hogar de esos que vemos
en el cine y decimos nos aburren.
No igual a aquel que tienen los amigos
que en su gran mayoría se han casado.
Ante una moto grande y esplendente,
como un bello caballo de fuel puro,
nos paramos: «¿Te dejo en algún sitio?»,
precavido pregunta. Yo no acepto.
Buscaré a alguna chica por el Village.
Contemplo como salen del local
parejas enlazadas de las manos.
Cuánta mujer hermosa en todas partes.
El vestíbulo exhibe con orgullo
su muestrario de chicas estupendas.
Un amigo a mi lado me saluda.
Me comenta: «Qué film más aburrido.
Las historias de amor son soporíferas».
Yo asiento. Y admirados vigilamos
a una mujer preciosa. Acompañada.
Observo cómo mira ávidamente
las muchachas que surgen de la sala
como los coches surgen de un garaje
ostentando sus líneas sugestivas.
Como las miro yo seguramente.
También él siente el tedio. Ambos quisiéramos
un amor, un hogar de esos que vemos
en el cine y decimos nos aburren.
No igual a aquel que tienen los amigos
que en su gran mayoría se han casado.
Ante una moto grande y esplendente,
como un bello caballo de fuel puro,
nos paramos: «¿Te dejo en algún sitio?»,
precavido pregunta. Yo no acepto.
Buscaré a alguna chica por el Village.
José MarÃa Fonollosa
de La Captura Nocturna de Halcones
POR DESLUMBRAMIENTO
La muerte es una alondra descubierta en la noche.
Ahora sé que, transida, con su brazo
fervoroso de arándanos me acecha.
De mi alcoba, tan lejos maduraba,
tan secreta y tan dulce, certera de mi olvido,
que solo tras el mar, en otra orilla,
su manto desplegaba de ternura.
Fue preciso el camino. Andar
por otras tierras, absorber
otra luz, otra lengua, sigilosa
y terrible su huella por las piedras.
Con mis ojos la he visto.
Estuvimos tan cerca, que el fulgor
de su música, como nieve bajaba,
ciega al mar, por mi cuerpo.
Fue un instante de amor. Solo el tacto
luminoso y atroz de la distancia.
Mas vivo, desde entonces,
develada, viviendo por morir.
Por bajar, o ascender, y en el infierno
de su efímera mano, venturosa,
sucumbir finalmente
de hermosura o maldad.
De Arte de cetrería, Col. Juan Ramón Jiménez, Huelva 1989
POR DESLUMBRAMIENTO
La muerte es una alondra descubierta en la noche.
Ahora sé que, transida, con su brazo
fervoroso de arándanos me acecha.
De mi alcoba, tan lejos maduraba,
tan secreta y tan dulce, certera de mi olvido,
que solo tras el mar, en otra orilla,
su manto desplegaba de ternura.
Fue preciso el camino. Andar
por otras tierras, absorber
otra luz, otra lengua, sigilosa
y terrible su huella por las piedras.
Con mis ojos la he visto.
Estuvimos tan cerca, que el fulgor
de su música, como nieve bajaba,
ciega al mar, por mi cuerpo.
Fue un instante de amor. Solo el tacto
luminoso y atroz de la distancia.
Mas vivo, desde entonces,
develada, viviendo por morir.
Por bajar, o ascender, y en el infierno
de su efímera mano, venturosa,
sucumbir finalmente
de hermosura o maldad.
De Arte de cetrería, Col. Juan Ramón Jiménez, Huelva 1989
Juana Castro
Soneto Insistente
Cuando presiente el corazón la gloria
de ser libre por gracia del olvido,
me llegue entre la noche, como el ruido
del mar en la distancia, tu memoria.
Con ella viene la tenaz historia
de lo que pudo ser y nunca ha sido.
Arduo amor ni ganado ni perdido,
batalla sin derrota y sin victoria.
Cada vez que en mi mano reverdece
la rama del olvido y aparece
después de la tormenta la alegría,
algo tuyo regresa de la nada
y de nuevo destruye la dorada
esperanza fugaz de un claro día.
Cuando presiente el corazón la gloria
de ser libre por gracia del olvido,
me llegue entre la noche, como el ruido
del mar en la distancia, tu memoria.
Con ella viene la tenaz historia
de lo que pudo ser y nunca ha sido.
Arduo amor ni ganado ni perdido,
batalla sin derrota y sin victoria.
Cada vez que en mi mano reverdece
la rama del olvido y aparece
después de la tormenta la alegría,
algo tuyo regresa de la nada
y de nuevo destruye la dorada
esperanza fugaz de un claro día.
Meira Delmar
Soneto de Amor En Gredos
Amarte en Gredos, en la roca, es darte
razón de eternidad. La tierra ama
como mi corazón y, roca o llama,
en fuego acabaré de eternizarte.
La soledad y tú me dáis la parte
que el alma necesita. El tiempo llama
con más dureza y, cada vez, reclama
lo que doy por salvarme y por salvarte.
Amarte aquí, en la inmóvil serranía
donde el mundo se acaba y todavía
no pisó el hombre, es redimir la tierra.
Es coronar el tiempo de futuro
y hacer de luz y fuego el trozo oscuro
de soledad que somos yo y la Sierra.
Amarte en Gredos, en la roca, es darte
razón de eternidad. La tierra ama
como mi corazón y, roca o llama,
en fuego acabaré de eternizarte.
La soledad y tú me dáis la parte
que el alma necesita. El tiempo llama
con más dureza y, cada vez, reclama
lo que doy por salvarme y por salvarte.
Amarte aquí, en la inmóvil serranía
donde el mundo se acaba y todavía
no pisó el hombre, es redimir la tierra.
Es coronar el tiempo de futuro
y hacer de luz y fuego el trozo oscuro
de soledad que somos yo y la Sierra.
Luis López Anglada
Al Borde
Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.
Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.
Gloria Fuertes
Encuentro
Me tropecé contigo en primavera,
una tarde de sol, delgada y fina,
y fuiste en mi espalda enredadera,
y en mi cintura, lazo y serpentina.
Me diste la blandura de tu cera,
y yo te di la sal de mi salina.
Y navegamos juntos, sin bandera,
por el mar de la rosa y de la espina.
Y después, a morir, a ser dos ríos
sin adelfas, oscuros y vacíos,
para la boca torpe de la gente....
Y por detrás, dos lunas, dos espadas,
dos cinturas, dos bocas enlazadas
y dos arcos de amor de un mismo puente.
Me tropecé contigo en primavera,
una tarde de sol, delgada y fina,
y fuiste en mi espalda enredadera,
y en mi cintura, lazo y serpentina.
Me diste la blandura de tu cera,
y yo te di la sal de mi salina.
Y navegamos juntos, sin bandera,
por el mar de la rosa y de la espina.
Y después, a morir, a ser dos ríos
sin adelfas, oscuros y vacíos,
para la boca torpe de la gente....
Y por detrás, dos lunas, dos espadas,
dos cinturas, dos bocas enlazadas
y dos arcos de amor de un mismo puente.
Rafael de León
Quiero escribirle una cancion
si, a usted que nunca me abandono
a quien hice llorar alguna vez
y cuando lloré me escucho
Quiero decirle en una oracion
que sin darme cuenta perdi su corazón
que aun consiente de lo que hacia
nunca vi detras del telon
eras tu mi único amor
Voy a explicar en este escrito
como usted es lo que mas quiero hoy
voy a decirle al mundo que me arrepiento
que usted en mi sigue siendo, mi único amor
Tal vez algún día yo tome una desicion
y me vaya aun mas lejos de lo que hoy ya estoy
pero mi corazón, le aseguro desde aquel adios,
con usted se quedo
Nunca dudaria de usted
pues nunca te escuche mentir
nunca dudes que en mi
encontraras lo que necesites
lo que quieras, aqui estou por ti.
si, a usted que nunca me abandono
a quien hice llorar alguna vez
y cuando lloré me escucho
Quiero decirle en una oracion
que sin darme cuenta perdi su corazón
que aun consiente de lo que hacia
nunca vi detras del telon
eras tu mi único amor
Voy a explicar en este escrito
como usted es lo que mas quiero hoy
voy a decirle al mundo que me arrepiento
que usted en mi sigue siendo, mi único amor
Tal vez algún día yo tome una desicion
y me vaya aun mas lejos de lo que hoy ya estoy
pero mi corazón, le aseguro desde aquel adios,
con usted se quedo
Nunca dudaria de usted
pues nunca te escuche mentir
nunca dudes que en mi
encontraras lo que necesites
lo que quieras, aqui estou por ti.
Tovléz
no creo en el amor sincero
y menos en lo eterno
no busco algo perfecto
busco un momento
y menos en lo eterno
no busco algo perfecto
busco un momento
palet0n4 del flow
Muerte Del Olvido
Se me murió el olvido
de repente.
Inesperada-
mente,
se le borraron las palabras
y fue desvaneciéndose
en el viento.
En busca suya el corazón tocaba
todas las puertas.
Nadie. Nada.
Y allí donde estuviera se instaló
de nuevo,
el doloroso amor,
el implacable,
interminable-
mente.
Se me murió el olvido
de repente.
Inesperada-
mente,
se le borraron las palabras
y fue desvaneciéndose
en el viento.
En busca suya el corazón tocaba
todas las puertas.
Nadie. Nada.
Y allí donde estuviera se instaló
de nuevo,
el doloroso amor,
el implacable,
interminable-
mente.
Meira Delmar
Escrito Con Tiza
Uno le dice a Cero que la nada existe
Cero replica que uno tampoco existe
porque el amor nos da la misma naturaleza
Cero mas Unos somos Dos le dice
y se van por el pizarrón tomados de la mano
Dos se besan debajo de los pupitres
Dos son Uno cerca del borrador agazapado
y Uno es Cero mi vida
Detrás de todo gran amor la nada acecha.
Uno le dice a Cero que la nada existe
Cero replica que uno tampoco existe
porque el amor nos da la misma naturaleza
Cero mas Unos somos Dos le dice
y se van por el pizarrón tomados de la mano
Dos se besan debajo de los pupitres
Dos son Uno cerca del borrador agazapado
y Uno es Cero mi vida
Detrás de todo gran amor la nada acecha.
Oscar Hahn
Barranquilla La Nuit
Cuerpo inclemente, circundado
por un vaho de frutas, desguazándose
en la tórrida herrumbre
portuaria,
¿no eran
los labios como orquídeas
mojadas de guarapo, no tenían
los ojos mandamientos de cocuyos
y allí se enmarañaban
la excitación y la indolencia?
Mórbida efigie de esmeralda
y musgo, entrechocan sus pechos
entre la mayestática cochambre
de la noche.
Desnuda
antes que alerta y disponible,
desnuda nada más, desmemoriada
sobre un cuero de res, el vientre
húmedo de salitre y en el cuello
el amuleto pendular de un dado
cuyo rigor jamás aboliría
los tercos mestizajes del azar.
Rauda la carne y prieta
como un sesgo de iguana, surca
los fosos coloniales, deposita
en las inmediaciones del marasmo
una aromática cadencia
a maraca y sudor y marigüana,
mientras cumple el amor su ciclo
de putrefacta lozanía
en el nocturno ritual del trópico.
Cuerpo inclemente, circundado
por un vaho de frutas, desguazándose
en la tórrida herrumbre
portuaria,
¿no eran
los labios como orquídeas
mojadas de guarapo, no tenían
los ojos mandamientos de cocuyos
y allí se enmarañaban
la excitación y la indolencia?
Mórbida efigie de esmeralda
y musgo, entrechocan sus pechos
entre la mayestática cochambre
de la noche.
Desnuda
antes que alerta y disponible,
desnuda nada más, desmemoriada
sobre un cuero de res, el vientre
húmedo de salitre y en el cuello
el amuleto pendular de un dado
cuyo rigor jamás aboliría
los tercos mestizajes del azar.
Rauda la carne y prieta
como un sesgo de iguana, surca
los fosos coloniales, deposita
en las inmediaciones del marasmo
una aromática cadencia
a maraca y sudor y marigüana,
mientras cumple el amor su ciclo
de putrefacta lozanía
en el nocturno ritual del trópico.
José Manuel Caballero Bonald
A Brazo Partido
Llevo en los huesos tanto amor metido
que solo en carne viva y a bandazos,
voy capeando el mar de estos dos brazos
entre los que me encuentro sometido.
No, no basta gritar, tomar partido,
morir hasta caerse uno a pedazos;
hay que hundir a caricias y a zarpazos
tu corazón, tu corazón vencido.
Quiero daros la vida que me sobra,
y este amor que me arranca de los huesos.
Vuestro mi corazón, vuestra mi obra
de compartir lo vuestro y nuestro y mío,
consumidos en cólera y en besos.
Solo a mi amor vuestro dolor confío.
Llevo en los huesos tanto amor metido
que solo en carne viva y a bandazos,
voy capeando el mar de estos dos brazos
entre los que me encuentro sometido.
No, no basta gritar, tomar partido,
morir hasta caerse uno a pedazos;
hay que hundir a caricias y a zarpazos
tu corazón, tu corazón vencido.
Quiero daros la vida que me sobra,
y este amor que me arranca de los huesos.
Vuestro mi corazón, vuestra mi obra
de compartir lo vuestro y nuestro y mío,
consumidos en cólera y en besos.
Solo a mi amor vuestro dolor confío.
José Albi
Elegía Del Marino
Los cuerpos se recuerdan en el tuyo:
su delicia, su amor o sufrimiento.
Si noche fuera amar, ya tu mirada
en incesante oscuridad me anega.
Pasan las sombras, voces que a mi oído
dijeron lo que ahora resucitas,
y en tus labios los nombres nuevamente
vuelven a ser memoria de otros nombres.
El otoño, la rosa y las violetas
nacen de ti, movidos por un viento
cuyo origen viniera de otros labios
aún entre los míos.
Un aire triste arrastra las imágenes
que de tu cuerpo surgen
como hálito de una sepultura:
mármol y resplandor casi desiertos,
olvidada su danza entre la noche.
Mas el tiempo disipa nuestras sombras,
y habré de ser el hombre sin retorno,
amante de un cadáver en la memoria vivo.
Entonces te hallaré de nuevo en otros cuerpos.
De "Amor entre ruinas"
Los cuerpos se recuerdan en el tuyo:
su delicia, su amor o sufrimiento.
Si noche fuera amar, ya tu mirada
en incesante oscuridad me anega.
Pasan las sombras, voces que a mi oído
dijeron lo que ahora resucitas,
y en tus labios los nombres nuevamente
vuelven a ser memoria de otros nombres.
El otoño, la rosa y las violetas
nacen de ti, movidos por un viento
cuyo origen viniera de otros labios
aún entre los míos.
Un aire triste arrastra las imágenes
que de tu cuerpo surgen
como hálito de una sepultura:
mármol y resplandor casi desiertos,
olvidada su danza entre la noche.
Mas el tiempo disipa nuestras sombras,
y habré de ser el hombre sin retorno,
amante de un cadáver en la memoria vivo.
Entonces te hallaré de nuevo en otros cuerpos.
De "Amor entre ruinas"
Alà Chumacero
Pescador de Luna
Cuando me mira los faroles rojos
en la orilla del mar,
mi pescador, el de profundos ojos,
pone sus negras redes a pescar.
( El mar ante la noche se ilumina,
y sus olas doradas, al nacer,
florecen como un ansia repentina
en ojos de mujer. )
Pez de luna bruñida no se pesca,
pescador.
Agua del golfo, la ondulada y fresca,
deja que riegue la orilla con amor.
No persigas la forma del lucero,
que ni el agua dormida la dará;
si él, como un sonámbulo viajero,
sólo viene y se va.
Que, pobres, las corrientes y la charca
encierran ilusión,
y ajenos al peligro de tu barca
vienen sueños de luz al corazón.
Con los ojos, ya tímidos, escarbas
en los mares rebeldes a cincel,
y puede correr llanto por tus barbas
de serpientes de miel.
El agua misma, la ondulada y fresca,
ponga un poco de sol en tu dolor.
¡Pez de luna bruñida no se pesca,
pescador!
Cuando me mira los faroles rojos
en la orilla del mar,
mi pescador, el de profundos ojos,
pone sus negras redes a pescar.
( El mar ante la noche se ilumina,
y sus olas doradas, al nacer,
florecen como un ansia repentina
en ojos de mujer. )
Pez de luna bruñida no se pesca,
pescador.
Agua del golfo, la ondulada y fresca,
deja que riegue la orilla con amor.
No persigas la forma del lucero,
que ni el agua dormida la dará;
si él, como un sonámbulo viajero,
sólo viene y se va.
Que, pobres, las corrientes y la charca
encierran ilusión,
y ajenos al peligro de tu barca
vienen sueños de luz al corazón.
Con los ojos, ya tímidos, escarbas
en los mares rebeldes a cincel,
y puede correr llanto por tus barbas
de serpientes de miel.
El agua misma, la ondulada y fresca,
ponga un poco de sol en tu dolor.
¡Pez de luna bruñida no se pesca,
pescador!
José Gorostiza
Llama de Lluvia Maya
Estalla la poesía de tu piel, Juan, como la miel en un cedro
mojado; te veo y eres la luz, el brote oloroso que abre las
ventanas de un día feliz.
Ya ves, aquí me tienes jugando con los grillos del alba
porque a un lado está tu pecho encendido,
las manos se te posan en mi pelo cansado
y entonces nunca ha existido cansancio en mí;
todo lo rompes, Juan, te estableces en mi corazón y allí
fundas tu casa
de guacamayos blancos, viento y sal,
las violetas vuelan exasperadas por tu aroma
y el mar se rinde
-grandioso perdedor-
ante ese cabello dorado que a todo le pide cuentas:
al amor, a los encantados caminos,
a los dioses de fuego que alumbran tus ojos de indio desarraigado.
Siento que sufras bajo los cementos de Madrid,
que te falte espacio para cambiar tus lágrimas
por las de la luna llena,
pero el tenerte aquí, el vivir junto a un nagual único, inextinguible,
junto a una llama de lluvia que nunca se apaga
¿A quién debo agradecerle tanta dicha?
Estalla la poesía de tu piel, Juan, como la miel en un cedro
mojado; te veo y eres la luz, el brote oloroso que abre las
ventanas de un día feliz.
Ya ves, aquí me tienes jugando con los grillos del alba
porque a un lado está tu pecho encendido,
las manos se te posan en mi pelo cansado
y entonces nunca ha existido cansancio en mí;
todo lo rompes, Juan, te estableces en mi corazón y allí
fundas tu casa
de guacamayos blancos, viento y sal,
las violetas vuelan exasperadas por tu aroma
y el mar se rinde
-grandioso perdedor-
ante ese cabello dorado que a todo le pide cuentas:
al amor, a los encantados caminos,
a los dioses de fuego que alumbran tus ojos de indio desarraigado.
Siento que sufras bajo los cementos de Madrid,
que te falte espacio para cambiar tus lágrimas
por las de la luna llena,
pero el tenerte aquí, el vivir junto a un nagual único, inextinguible,
junto a una llama de lluvia que nunca se apaga
¿A quién debo agradecerle tanta dicha?
Almudena Guzmán
Rondó
Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
el sonido de la sangre, y saber que no moriré:
que el chasquido de las cápsulas o el fogonazo sulfúreo,
como guardado por ángeles, no arrasarán mi jardín.
Qué claridad de relámpagos cuando mis ojos se cierran.
Tan cercanas las imágenes del amor, aquí, en mi pecho,
como canto de sirenas o recuerdos de niñez.
Con paso quedo, despacio: no despertéis a las rosas.
El momento de la lluvia tras los cristales velados,
y el momento en que se escuchan tu mirada y tu sonrisa,
y el momento en que tu voz descubre cielo y planetas,
y el momento en que tu piel gime un fulgor susurrante,
y el momento en que tus labios, y tus ojos, y la lluvia...
Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
el sonido de la sangre, y saber que no moriré.
"Extraña fruta y otros poemas" 1968 - 1969
Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
el sonido de la sangre, y saber que no moriré:
que el chasquido de las cápsulas o el fogonazo sulfúreo,
como guardado por ángeles, no arrasarán mi jardín.
Qué claridad de relámpagos cuando mis ojos se cierran.
Tan cercanas las imágenes del amor, aquí, en mi pecho,
como canto de sirenas o recuerdos de niñez.
Con paso quedo, despacio: no despertéis a las rosas.
El momento de la lluvia tras los cristales velados,
y el momento en que se escuchan tu mirada y tu sonrisa,
y el momento en que tu voz descubre cielo y planetas,
y el momento en que tu piel gime un fulgor susurrante,
y el momento en que tus labios, y tus ojos, y la lluvia...
Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
el sonido de la sangre, y saber que no moriré.
"Extraña fruta y otros poemas" 1968 - 1969
Pere Gimferrer
SI TE LLEGARAS A DAR CUENTA SERIA SENSACIONAL....
DE UN MOMENTO A OTRO DARTE CUENTA DE CASUALIDAD...
SERIA LO MEJOR
LA MAS ESTUPENDA OPORTUNIDAD DE AMOR QUE ME PUDIESES BRINDAR
SALDRIAS CONMIGO A PASEAR ?
A COMER ..A VER LAS ESTRELLAS FUGASES PASAR?
RECORRER LA ORILLA DEL MAR...
DIBUJAR NUESTROS NOMBRES EN LA ARENA COMO DOS NIÑOS AL JUGAR..
MIRARNOS UNO AL OTRO SIN PESTAÑAR...
DEJAR QUE EL TIEMPO SIGA SU CAMINO SIN QUE NOS PUEDA PREOCUPAR
QUE EL INSTANTE SE CONVIERTA EN ORO Y NOS ILUMINE CON SU BRILLO...
Y Q EL SENTIMIENTO NOS DE CALOR Y QUE ESPANTE AL FRIO
DE UN MOMENTO A OTRO DARTE CUENTA DE CASUALIDAD...
SERIA LO MEJOR
LA MAS ESTUPENDA OPORTUNIDAD DE AMOR QUE ME PUDIESES BRINDAR
SALDRIAS CONMIGO A PASEAR ?
A COMER ..A VER LAS ESTRELLAS FUGASES PASAR?
RECORRER LA ORILLA DEL MAR...
DIBUJAR NUESTROS NOMBRES EN LA ARENA COMO DOS NIÑOS AL JUGAR..
MIRARNOS UNO AL OTRO SIN PESTAÑAR...
DEJAR QUE EL TIEMPO SIGA SU CAMINO SIN QUE NOS PUEDA PREOCUPAR
QUE EL INSTANTE SE CONVIERTA EN ORO Y NOS ILUMINE CON SU BRILLO...
Y Q EL SENTIMIENTO NOS DE CALOR Y QUE ESPANTE AL FRIO
cesarobregone
El Bote Viejo
Bajo brillante niebla,
de saladas actinias cubierto,
amaneció en la playa,
un bote viejo.
Con arena, se mira
la banda de sus bateleros,
y en la quilla verdosos
calafateos.
Bote triste, yacente,
por los moluscos horadado;
ha venido de ignotos
muelles amargos.
Apareció en la bruma
y en la armonía de la aurora;
trajo de los rompientes
doradas conchas.
A sus bancos remeros,
a sus amarillentas sogas,
vienen los cormoranes
y las gaviotas.
Los pintorescos niños,
cuando dormita la marea
lo llenan de cordajes
y de banderas.
Los novios, en la tarde,
en su alta quilla se recuestan;
y a los vientos marinos,
de amor se besan.
Mas el bote ruinoso
de las arenas del estuario,
ansía los distantes
muelles dorados.
Y en la profunda noche,
en fino tumbo abrillantado,
partió el bote muriente
a los puertos lejanos.
Bajo brillante niebla,
de saladas actinias cubierto,
amaneció en la playa,
un bote viejo.
Con arena, se mira
la banda de sus bateleros,
y en la quilla verdosos
calafateos.
Bote triste, yacente,
por los moluscos horadado;
ha venido de ignotos
muelles amargos.
Apareció en la bruma
y en la armonía de la aurora;
trajo de los rompientes
doradas conchas.
A sus bancos remeros,
a sus amarillentas sogas,
vienen los cormoranes
y las gaviotas.
Los pintorescos niños,
cuando dormita la marea
lo llenan de cordajes
y de banderas.
Los novios, en la tarde,
en su alta quilla se recuestan;
y a los vientos marinos,
de amor se besan.
Mas el bote ruinoso
de las arenas del estuario,
ansía los distantes
muelles dorados.
Y en la profunda noche,
en fino tumbo abrillantado,
partió el bote muriente
a los puertos lejanos.
José MarÃa Eguren
No Es El Amor Quien Muere...
No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.
Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?
Solo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Solo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.
Fantasmas de la pena,
A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.
Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando la impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.
No, no es el amor quien muere.
No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.
Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?
Solo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Solo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.
Fantasmas de la pena,
A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.
Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando la impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.
No, no es el amor quien muere.
Luis Cernuda
Deslumbramiento
Era lirio en el aire y fragancia en el viento;
ondas sobre las aguas y temblor en el río;
cuando vi su hermosura, con todo el pensamiento,
grabé su amado nombre para llamarlo mío.
Nunca supe la hora ni el exacto momento
en que amé su mirada. Solo sé que tardío
su amor llegó a mi vida con el deslumbramiento
de una fruta en invierno, de una flor en estío.
Por menos presentido, todo fue tan hermoso
como ver cuando caen nieves en primavera,
lluvias en el verano, lágrimas en el gozo.
Después de haberlo amado que mi alma responda
si sabe por qué existen sobre la tierra entera
el perfume en el aire y el temblor en la onda.
Era lirio en el aire y fragancia en el viento;
ondas sobre las aguas y temblor en el río;
cuando vi su hermosura, con todo el pensamiento,
grabé su amado nombre para llamarlo mío.
Nunca supe la hora ni el exacto momento
en que amé su mirada. Solo sé que tardío
su amor llegó a mi vida con el deslumbramiento
de una fruta en invierno, de una flor en estío.
Por menos presentido, todo fue tan hermoso
como ver cuando caen nieves en primavera,
lluvias en el verano, lágrimas en el gozo.
Después de haberlo amado que mi alma responda
si sabe por qué existen sobre la tierra entera
el perfume en el aire y el temblor en la onda.
Dora Castellanos
Amor
Amor...
única llama que me queda de Dios
en el sendero cierto de lo incierto.
Aquí,
desesperada,
me contemplo la vida en un hueco del tiempo.
Entrecortando pasa el sendero de luz
que esperancé de sueño.
¡Oh mañanas azules que se quedaron muertas,
volando en el espacio!
¡Oh anudada caricia que amaneces dispersa,
cuando despierta el cuerpo!
¡Oh querer desterrarme de mis pasos turbados...!
¡Multiplican en ecos!
Aquí, junto al continuo gravitar de la nada,
¡cómo asaltan mi espíritu los silencios más yermos!
Mi esperanza es un viaje flotando entre sí misma...
Es una sombra vaga sin ancla y sin regreso.
Mis espigas no quieren germinar al futuro.
¡Oh el peso del ambiente!
¡Oh el peso del destierro!
¡Amor...!
Hasta la leve ronda de tu voz perturbada,
me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho.
Amor...
única llama que me queda de Dios
en el sendero cierto de lo incierto.
Aquí,
desesperada,
me contemplo la vida en un hueco del tiempo.
Entrecortando pasa el sendero de luz
que esperancé de sueño.
¡Oh mañanas azules que se quedaron muertas,
volando en el espacio!
¡Oh anudada caricia que amaneces dispersa,
cuando despierta el cuerpo!
¡Oh querer desterrarme de mis pasos turbados...!
¡Multiplican en ecos!
Aquí, junto al continuo gravitar de la nada,
¡cómo asaltan mi espíritu los silencios más yermos!
Mi esperanza es un viaje flotando entre sí misma...
Es una sombra vaga sin ancla y sin regreso.
Mis espigas no quieren germinar al futuro.
¡Oh el peso del ambiente!
¡Oh el peso del destierro!
¡Amor...!
Hasta la leve ronda de tu voz perturbada,
me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho.
Julia de Burgos
Dirás que si todavía te quiero , que si te amo
que si siento satisfacción cuando te miro
Si, para que negarlo, cada día te quiero mas
con mas cariño, con mayor ternura;
Luche para no amarte pero fui vencido por tu amor
cuantas noches pase sin dormir,
pero al fin, repito, fui vencido por tu amor
y ahora mas que nunca soy feliz
eres lo mas valioso para mi
no importa lo que digan los demás
este amor es tan grande que nos ara
vencer todos los obstáculos y lucharemos
para ser felices...
Así que vida miá,desde este instante me
pongo a tus pies para amarte siempre.
que si siento satisfacción cuando te miro
Si, para que negarlo, cada día te quiero mas
con mas cariño, con mayor ternura;
Luche para no amarte pero fui vencido por tu amor
cuantas noches pase sin dormir,
pero al fin, repito, fui vencido por tu amor
y ahora mas que nunca soy feliz
eres lo mas valioso para mi
no importa lo que digan los demás
este amor es tan grande que nos ara
vencer todos los obstáculos y lucharemos
para ser felices...
Así que vida miá,desde este instante me
pongo a tus pies para amarte siempre.
poetica
Sorprendia n0 lo creo
cosquilleo tal vez
pero este amor que te tuve
solo lo sentí una vez
Ese dolor de estomago
la estremecion de mi alma
el latir de mi corazón
supe al fin que yo te amaba.
Amaba, pasado sin regreso
querer aun podría ser,
solo tienes que volver a sentir
como sentiste una vez.
cosquilleo tal vez
pero este amor que te tuve
solo lo sentí una vez
Ese dolor de estomago
la estremecion de mi alma
el latir de mi corazón
supe al fin que yo te amaba.
Amaba, pasado sin regreso
querer aun podría ser,
solo tienes que volver a sentir
como sentiste una vez.
poetica
Tu Collar de Perlas
Yo he visto perlas claras de inimitable encanto,
de esas que no se tocan por temor a romperlas.
Pero solo en tu cuello pudieron valer tanto
las burbujas de nieve de tu collar de perlas.
Y más, aquella noche del amor satisfecho,
del amor que eterniza lo fugaz de las cosas,
cuando fuiste un camino que comenzó en mi lecho
y el rubor te cubría como un manto de rosas.
Yo acaricié tus perlas, sin desprender su broche,
y las vi, como nadie nunca más podrá verlas,
pues te tuve en mis brazos, al fin, aquella noche
vestida solamente ¡con tu collar de perlas!
Yo he visto perlas claras de inimitable encanto,
de esas que no se tocan por temor a romperlas.
Pero solo en tu cuello pudieron valer tanto
las burbujas de nieve de tu collar de perlas.
Y más, aquella noche del amor satisfecho,
del amor que eterniza lo fugaz de las cosas,
cuando fuiste un camino que comenzó en mi lecho
y el rubor te cubría como un manto de rosas.
Yo acaricié tus perlas, sin desprender su broche,
y las vi, como nadie nunca más podrá verlas,
pues te tuve en mis brazos, al fin, aquella noche
vestida solamente ¡con tu collar de perlas!
José Angel Buesa
El dolor
May 27, 2009
Cuando el dolor te alcanza, te destruye y despedaza, el amor te construye, te conserva y te levanta, sin los dos.... nuestra existencia no tiene sentido
May 27, 2009
Cuando el dolor te alcanza, te destruye y despedaza, el amor te construye, te conserva y te levanta, sin los dos.... nuestra existencia no tiene sentido
Fernando Ardon
Marta Y María
Una cosa, amor mío, me será imprescindible
para estar reclinada a tu vera en el suelo:
que mis ojos te miren y tu gracia me llene;
que tu mirada colme mi pecho de ternura
y enajenada toda no encuentre otro motivo
de muerte que tu ausencia.
Mas qué será de mí cuando tú te me vayas.
De poco o nada sirven, fuera de tus razones,
la casa y sus quehaceres, la cocina y el huerto.
Eres todo mi ocio:
qué importa que mi hermana o los demás murmuren,
si en mi defensa sales, ya que solo amor cuenta.
Una cosa, amor mío, me será imprescindible
para estar reclinada a tu vera en el suelo:
que mis ojos te miren y tu gracia me llene;
que tu mirada colme mi pecho de ternura
y enajenada toda no encuentre otro motivo
de muerte que tu ausencia.
Mas qué será de mí cuando tú te me vayas.
De poco o nada sirven, fuera de tus razones,
la casa y sus quehaceres, la cocina y el huerto.
Eres todo mi ocio:
qué importa que mi hermana o los demás murmuren,
si en mi defensa sales, ya que solo amor cuenta.
MarÃa Victoria Atencia
¿remordimiento?
La tarde será un sueño de colores...
Tu fantástica risa de oro y plata
derramará en la gracia de las flores
su leve y cristalina catarata.
Tu cuerpo, ya sin mis amantes huellas,
errará por los grises olivares,
cuando la brisa mueva las estrellas
allá sobre la calma de los mares...
¡Sí, tú, tú misma...! irás por los caminos
y el naciente rosado de la luna
te evocará, subiendo entre los pinos,
mis tardes de pasión y de fortuna.
Y mirarás, en pálido embeleso,
sombras en pena, ronda de martirios,
allí donde el amor, beso tras beso,
fue como un agua plácida entre lirios...
¡Agua, beso que no dejó una gota
para el retorno de la primavera;
música sin sentido, seca y rota;
pájaro muerto en lírica pradera!
¡Te sentirás, tal vez, dulce, transida,
y verás, al pasar, en un abismo
al que pobló las frondas de tu vida
de flores de ilusión y de lirismo!
La tarde será un sueño de colores...
Tu fantástica risa de oro y plata
derramará en la gracia de las flores
su leve y cristalina catarata.
Tu cuerpo, ya sin mis amantes huellas,
errará por los grises olivares,
cuando la brisa mueva las estrellas
allá sobre la calma de los mares...
¡Sí, tú, tú misma...! irás por los caminos
y el naciente rosado de la luna
te evocará, subiendo entre los pinos,
mis tardes de pasión y de fortuna.
Y mirarás, en pálido embeleso,
sombras en pena, ronda de martirios,
allí donde el amor, beso tras beso,
fue como un agua plácida entre lirios...
¡Agua, beso que no dejó una gota
para el retorno de la primavera;
música sin sentido, seca y rota;
pájaro muerto en lírica pradera!
¡Te sentirás, tal vez, dulce, transida,
y verás, al pasar, en un abismo
al que pobló las frondas de tu vida
de flores de ilusión y de lirismo!
Juan Ramón Jiménez