Poemas de gregorio marañon ( 2 )
Poemas de gregorio marañon. Encuentra docenas de poemas de gregorio marañon con fotos para copiar y compartir.
Nada da idea de la vejez prematura de un hombre hecho y derecho como su sumisión incondicional a la juventud de los otros.
Gregorio Marañón
Los celos son siempre el instrumento certero que destruye la libertad interior y elimina en la compañía toda la felicidad posible.
Gregorio Marañón
Si el lema de 'Arriba España', que hoy gritan con emoción muchos, muchos que no son ni serán fascistas, lo hubieran adoptado los del bando de enfrente, el tanto por ciento de sus probabilidades de triunfar hubiera sido, por este simple hecho, infinitamente mayor
Gregorio Marañón
Éstos son los términos exactos del problema. Una lucha entre un régimen antidemocrático, comunista y oriental y otro régimen antidemocrático, anticomunista y europeo, cuya fórmula exacta solo la realidad española, infinitamente pujante, modelará
Gregorio Marañón
La verdad no está solo detrás del experimento, sino también detrás de la simple y fecunda observación.
Gregorio Marañón
La família nos enseña acerca de la importancia del conocimiento, la educación, el trabajo duro y el esfuerzo. Nos enseña acerca de disfrutar de nosotros mismos, divertirse, mantenerse en forma y saludable.
Kamisese Mara
El cáncer de la timidez, una de las plagas que ha arrojado fuera de la normalidad social a mayor número de varones bien dotados
Gregorio Marañón
Mi respeto y mi amor por la verdad me obligan a reconocer que la República española ha sido un fracaso trágico
Gregorio Marañón
El tronco que se lleva, arrastrando, la corriente tal vez crea que el árbol que sigue creciendo en la orilla anda hacia atrás.
Gregorio Marañón
El progreso de la humanidad, en lo que atañe al problema sexual, se ha de basar en una diferenciación cada vez más neta de los sexos. Estamos en una etapa retrasada de esta diferenciación.
Gregorio Marañón
Lo mejor del mundo lo han hecho siempre los diletantti, los que hacen las cosas por deleite, por amor y no por obligación o rutina.
Gregorio Marañón
La sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar a España. (...) El movimiento comunista de Asturias fracasó por puro milagro. Pero dos años después tuvo su segundo y formidable intento
Gregorio Marañón
Es más fácil morir por una idea, y aún añadiría que menos heroico, que tratar de comprender las ideas de los demás
Gregorio Marañón
Aunque en el lado rojo no hubiera un solo soldado ni un solo fusil moscovitas, sería igual: la España roja es espiritualmente comunista rusa. En el lado nacional, aunque hubiera millones de italianos y alemanes, el espíritu de la gente es, con sus virtudes y sus defectos, infinitamente español, más español que nunca
Gregorio Marañón
La especie más temible de los vanidosos es la de los que tienen, en efecto, motivos para su vanidad
Gregorio Marañón
El liberal sigue creyendo que Rusia es el país del progreso y de la libertad, casi la Meca del liberalismo
Gregorio Marañón
El liberal español unía al defecto común a todos los liberales del mundo, a saber, una ceguera de colores que solo le permitía ver el antiliberalismo negro, pero no el rojo: la vieja tradición anticlerical
Gregorio Marañón
¡Qué gentes! Todo es en ellos latrocinio, locura, estupidez (...) Tendremos que estar varios años maldiciendo la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales, y aún no habremos acabado. ¿Cómo poner peros, aunque los haya, a los del otro lado? (...). Y aun es mayor mi dolor por haber sido amigo de tales escarabajos
Gregorio Marañón
Las gentes que no piensan nada por sí solas, pensando al revés de las que ya han pensado se creen también en posesión de ideas originales.
Gregorio Marañón
La dictadura no se evita declamando contra ella, sino haciéndola innecesaria con nuestra rigurosa disciplina del deber
Gregorio Marañón
La semilla de la verdad puede tardar en florecer; pero al final florece, pase lo que pase
Gregorio Marañón
Se debe ser liberal sin darse cuenta, como se es limpio, o como, por instinto, nos resistimos a mentir.
Gregorio Marañón
El médico, en la guerra, es el único que no quiere matar, el único para quien no existe el enemigo, porque no hay enemigo capaz de esconderse dentro de un hermano
Gregorio Marañón
A veces rechazar un honor no es humildad, sino explícita soberbia, afán de superar a los que antes los aceptaron. Pocas veces asoma con tanta nitidez a la superficie la violencia del subconsciente.
Gregorio Marañón
La ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo? Las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se eleven, tendrán siempre delante un infinito mundo de misterio.
Gregorio Marañón
Mas lo que no admite duda es que las profecías de las derechas extremas o monárquicas que se oponían a la República se realizaron por completo: desorden continuo, huelgas inmotivadas, quema de conventos, persecución religiosa, exclusión del poder de los liberales que habían patrocinado el movimiento (?), negativa a admitir en la normalidad a las gentes de derecha que de buena fe acataron el régimen.
Gregorio Marañón
Argent Vivo
¡Qué vida más tranquila parece llevar mi familia!
-pensó Gregorio
Franz Kafka
La voluntad y los apetitos... ah!
Edmund Burke
¿Lo recuerdas? Tuvimos
la Luna en la palma de la mano.
Nunca otra vez la música
de aquel tambalillo de la playa
volverá a hacernos bailar,
ni, sin que nosotros lo escuchemos,
a crujir el mundo volverá.
Volverá tu marido, no es mal tipo,
en su jardín tu aburrimiento a colgar,
y el calorcillo que alumbra entre tus muslos
¿a quién llamará?
Quizá otros brazos y otros besos
profundamente sentirás,
y tu marido y yo quizá acabemos
bebiendo solitarios en un bar,
haciéndonos amigos; como es lógico
evocarte nos unirá.
Pero recuerda, como yo te he leído a Scott Fitzgerald
nadie te lo leerá.
¡Qué vida más tranquila parece llevar mi familia!
-pensó Gregorio
Franz Kafka
La voluntad y los apetitos... ah!
Edmund Burke
¿Lo recuerdas? Tuvimos
la Luna en la palma de la mano.
Nunca otra vez la música
de aquel tambalillo de la playa
volverá a hacernos bailar,
ni, sin que nosotros lo escuchemos,
a crujir el mundo volverá.
Volverá tu marido, no es mal tipo,
en su jardín tu aburrimiento a colgar,
y el calorcillo que alumbra entre tus muslos
¿a quién llamará?
Quizá otros brazos y otros besos
profundamente sentirás,
y tu marido y yo quizá acabemos
bebiendo solitarios en un bar,
haciéndonos amigos; como es lógico
evocarte nos unirá.
Pero recuerda, como yo te he leído a Scott Fitzgerald
nadie te lo leerá.
José MarÃa Ãlvarez