Poemas de isabel allende ( 2 )
Poemas de isabel allende. Encuentra docenas de poemas de isabel allende con fotos para copiar y compartir.
Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro.
Isabel Allende
Para Francisco la relación de Irene con su novio era apenas la suma de dos soledades y de muchas ausencias. Decía que cuando tuvieran ocasión de permanecer juntos durante un tiempo, ambos comprenderían que solo los unía la fuerza del hábito. No había urgencia alguna en ese amor, sus encuentros eran apacibles y demasiado largas sus separaciones.
Isabel Allende
La besó en la mejilla lo más cerca posible de la boca, deseando con pasión permanecer a su lado eternamente para preservarla de las sombras. Olía a yerbas y tenía la piel fría. Supo que amarla era su destino inexorable.
Isabel Allende
La tensión se aflojó poco a poco. Ella tomó entre sus manos la oscura cabeza de su amigo y lo miró. Sonrieron aliviados, divertidos, temblorosos, seguros de que no intentarían una aventura fugaz porque estaban hechos para compartir la existencia en su totalidad y emprender juntos la audacia de amarse para siempre.
Isabel Allende
Dar a las mujeres la educación, el trabajo, la capacidad de controlar sus propios ingresos, heredar y poseer propiedades, beneficia a la sociedad. Si una mujer tiene el poder, sus hijos y su família van a estar mejor. Si las familias prosperan, el pueblo prospera, y, finalmente, lo hace todo el país.
Isabel Allende
No pertenezco a ninguna parte, soy extranjera en el mundo. Cintillo en la portada del libro Mi pais inventado
Isabel Allende
El escritor escribe de lo que lleva dentro, de lo que va cocinando en su interior y que luego vomita porque ya no puede más.
Isabel Allende
Mi padre, un indio de ojos amarillos, provenía del lugar donde se juntan cien ríos, olía a bosque y nunca miraba al cielo de frente, porque se había criado bajo la cúpula de los árboles y la luz le parecía indecente...
Isabel Allende
Escribir es para mí como hacer ganchillo: siempre temo que se me vaya a escapar un punto.
Isabel Allende
Las fotografías engañan al tiempo, suspendiéndolo en un trozo de cartón donde el alma queda bocabajo, decía.
Isabel Allende
El terror, lejos de propiciar el orden como le enseñaron en los cursos para oficiales, había sembrado un odio cuya cosecha sería fatalmente mayor violencia. Sus años de carrera militar le dieron un profundo conocimiento de la Institución y decidió emplearlo para derrocar al General.
Isabel Allende
Escribir una novela es como bordar una tapicería con hilos de muchos colores: es un trabajo artesanal de cuidado y disciplina.
Isabel Allende
Se reunían un par de veces al año en cualquier punto del mapa para vivir unos días de ilusión y regresar luego con el cuerpo agradecido y el alma alborozada.
Isabel Allende
Esto sirve para tranquilizarnos la conciencia, hija -explicaba a Blanca-. Pero no ayuda a los pobres. No necesitan caridad, sino justicia
Isabel Allende
Cuando me fui de Chile (1975), yo creía que era una celebridad, porque tenia un programa de televisión, donde iba la gente me reconocía en la calle.
Isabel Allende
Por fin amaneció. Avanzó la aurora como una flor de fuego y retrocedió lentamente la oscuridad. El cielo se aclaró y la abrumadora belleza del paisaje surgió ante sus ojos como un mundo recién nacido.
Isabel Allende
Todo el mundo nace con algún talento especial y Eliza Sommers descubrió temprano que ella tenía dos: buen olfato y buena memoria. El primero le sirvió para ganarse la vida y el segundo para recordarla, si no con precisión, al menos con poética vaguedad de astrólogo.
Isabel Allende
Ella se consideraba a sí misma como un cometa navegando en el viento y, asustada de su propio motín interior, cedía a veces a la tentación de pensar en alguien que pusiera freno a sus impulsos; pero esos estados de ánimo le duraban poco. Cuando meditaba en su futuro se tornaba melancólica, por eso prefería vivir desaforada mientras le fuera posible.
Isabel Allende
El pueblo hecho de pensar que cuando se vende una gran cantidad de libros que no es un escritor serio es un gran insulto a los lectores. Me pongo un poco enojado cuando la gente trata de decir una cosa así.
Isabel Allende
En algunos instantes creí tocar el alma del amante y alcancé a soñar con la posibilidad de una relación más profunda, pero al día siguiente tomaba otro avión y la exaltación se diluía en las nubes.
Isabel Allende
Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas.
Isabel Allende
Supongo que en el transcurso de la vida embellecemos algunos recuerdos y procuramos olvidar otros.
Isabel Allende
Se debe tener mucho cuidado con los nombres de las personas y los seres vivos, porque al pronunciarlos se toca su corazón y entramos dentro de su fuerza vital
Isabel Allende
Las miserias de la enfermedad nos igualan, no hay ricos ni pobres, al cruzar este umbral los privilegios se hacen humo y nos volvemos humildes. Mi
Isabel Allende
Con la edad se adquiere cierta humildad, Alexander. Mientras más años cumplo, más ignorante me siento. Sólo los jóvenes tienen explicación para todo. A tu edad se puede ser arrogante y no importa mucho hacer el ridículo ?replicó ella secamente.
Isabel Allende
Y se odió por no haberla amado y cuidado como
merecía y por haber perdido la oportunidad de formar con ella un hogar amable, donde Amanda hubiera florecido.
merecía y por haber perdido la oportunidad de formar con ella un hogar amable, donde Amanda hubiera florecido.
Isabel Allende
Porque no soy una persona sociable, no tengo muchos amigos ni me gustan las fiestas o el bochinche, por el contrario, me siento mejor solo.
Isabel Allende
Comprendió que se estaba muriendo en vida porque para él la libertad era más importante que el amor
Isabel Allende
Casi todo el mundo miente, unos por vanidad, para presentarse bajo una luz favorable, otros por temor y la mayoría simplemente por hábito.
Isabel Allende
¿Por qué me rechazaste, Indi? Me has hecho sufrir, me humillaste. Yo quería ser el hombre de tu vida; en cambio he tenido que resignarme a ser el hombre de tu muerte.
Isabel Allende
Todos tenemos demonios en los rincones oscuros del alma, pero si los sacamos a la luz, los demonios se achican, se debilitan, se callan y al fin nos dejan en paz.
Isabel Allende
... Pude comprobar que el tiempo y el terremoto hicieron estragos en mi virilidad y que ya no tenía fuerzas para rodear la cintura de una robusta muchacha y alzarla sobre la grupa de mi caballo, y, mucho menos, quitarle la ropa a zarpazos y penetrarla contra su voluntad. Estaba en la edad en que se necesita ayuda y ternura para hacer el amor. Me había puesto viejo, carajo.
Isabel Allende
Le había costado mucho recuperarse del amor frustrado y temía que si oyera su voz por un instante volvería a naufragar en la misma pasión obstinada de antes.
Isabel Allende
Acuérdate que debes ser como el tigre del Himalaya: escucha la voz de la intuición y del instinto. Confía en las virtudes de tu corazón.
Isabel Allende
Los años transcurren sigilosos, de puntillas, burlándose en susurros, y de pronto nos asustan en el espejo, nos golpean a mansalva las rodillas o nos clavan una daga en la espalda.
Isabel Allende
La base del budismo es la compasión hacia todo lo que vive o existe. Dijo que cada uno debe buscar la verdad o la iluminación dentro de sí mismo, no en otros o en cosas externas. Por eso los monjes budistas no andan predicando, como nuestros misioneros, sino que pasan la mayor parte de sus vidas en serena meditación, buscando su propia verdad. Sólo poseen sus túnicas, sus sandalias y sus escudillas para mendigar comida. No les interesan los bienes materiales
Isabel Allende
drama: si ella hubiera nacido mil veces antes y tuviera que nacer mil veces más en el futuro, siempre vendría al mundo con la misión de amar a ese hombre de igual manera.
Isabel Allende
Se le ocurrió que al salir de la oficina de su hermano tendría que valerse solo y aterrizaría de narices en su propio nivel de incompetencia.
Isabel Allende
También sabía que amaría a aquella niña durante toda su existencia, que ese amanecer perduraría en su recuerdo y que sería lo último que vería en el momento de morir. Ese
Isabel Allende