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Poemas de josé hierro cortos

Poemas de josé hierro cortos. Encuentra docenas de poemas de josé hierro cortos con fotos para copiar y compartir.


Vida

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.


José Hierro


La Mano Es La Que Recuerda

Viaja a través de los años,
desemboca en el presente
siempre recordando.

Apunta, nerviosamente,
lo que vivía olvidado.
la mano de la memoria,
siempre rescatándolo.

Las fantasmales imágenes
se irán solidificando,
irán diciendo quién eran,
por qué regresaron.

Por qué eran carne de sueño,
puro material nostálgico.
La mano va rescatándolas
de su limbo mágico.


José Hierro




Coplilla Después Del 5º Bourbon

Pensaba que solo habría
sombra, silencio, vacío.
Y murió. Estaba en lo cierto.
El mismo Dios se lo dijo.


José Hierro


Pensamiento de Amor

Dejé un instante de pensarte. Había
sucedido algo en ti cuando volviste.
Venías más nostálgico, más triste,
seco tu sol que iluminó mi día.

Alguien -sé quién- que yo no conocía,
alguien que calza sueños de oro, y viste
almas dolientes, te pensó. Caíste
al pozo donde muere la alegría.

¿Por qué fuiste pensado, malherido,
pensamiento de amor? ¿Cómo han podido
pasarte el corazón de parte a parte?

¿Por qué volviste a mí, sufriendo, a herirme?
¿No recuerdas que tengo que ser firme?
¿Es que no ves que tengo que matarte?


José Hierro


Así Era

Canta, me dices. Y yo canto.
¿Cómo callar? Mi boca es tuya.
Rompo contento mis amarras,
dejo que el mundo se me funda.
Sueña, me dices. Y yo sueño.
¡Ojalá no soñara nunca!
No recordarte, no mirarte,
no nadar por aguas profundas,
no saltar los puentes del tiempo
hacia un pasado que me abruma,
no desgarrar ya más mi carne
por los zarzales, en tu busca.

Canta, me dices. Yo te canto
a ti, dormida, fresca y única,
con tus ciudades en racimos,
como palomas sucias,
como gaviotas perezosas
que hacen sus nidos en la lluvia,
con nuestros cuerpos que a ti vuelven
como a una madre verde y húmeda.

Eras de vientos y de otoños,
eras de agrio sabor a frutas,
eras de playas y de nieblas,
de mar reposando en la bruma,
de campos y albas ciudades,
con un gran corazón de música.


José Hierro


Villancico En Central Park

Mañanicas floridas
del frío invierno
recordad a mi niño
que duerme al hilo.
Lope de Vega

Vistió la noche, copo a copo,
pluma a pluma,
lo que fue llama y oro,
cota de malla del guerrero otoño
y ahora es reino de la blancura.
¿Qué hago yo, profanando, pisando
tan fragilísimo plumaje?
Y arranco con mis manos
un puñado, un pichón de nieve,
y con amor, y con delicadeza y con ternura
lo acaricio, lo acuno, lo protejo.
Para que no llore de frío.


José Hierro




Luz de Tarde

Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo
este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda volver
a encontrarme.

Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaban que un beso de amor las rozase...

Me da pena mirar estas cosas, querer estas cosas, guardar
estas cosas.
Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como ésta de ramas que guarde en mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver
otra vez a soñarse.


José Hierro


Marina Impasible

Por primera vez, o por última,
soy libre...

Arbustos con espuelas
de marfil. Rocas oxidadas.
El otoño pliega sus tonos
frente al crujido de las olas.
Por primera vez, o por última.

Las gaviotas tocan sus oboes
de tormenta. Unos dedos verdes
hunden la luna en luz marina,
la tienden al pie del silencio.
Se ha desnudado una mujer
y muestra sus luces mellizas;
al huir, dispersa su paso
luminosa arena de estrellas.
Por primera vez, o por última.

Tijeras de oro en el poniente.
Se enciende un violín ruiseñor
en el esqueleto del mar.
Garras de nubes estrangulan
el azul, y lo hacen gemir.

Ojos fijos en su tesoro,
presente inmóvil -sin recuerdos,
sin propósitos-, soy ahora.
todo está sometido a un orden
que yo no entiendo. Pero embarco
en la nave, y el marinero
me dirá su cantar, más tarde,
desde el éxtasis...

Por primera,
o por única vez, soy libre.


José Hierro


El Buen Momento

Aquel momento que flota
nos toca de su misterio.
Tendremos siempre el presente
roto por aquel momento.

Toca la vida sus palmas
y tañe sus instrumentos.
Acaso encienda su música
sólo para que olvidemos.

Pero hay cosas que no mueren
y otras que nunca vivieron
y las hay que llenan todo
nuestro universo.

Y no es posible librarse
de su recuerdo.


José Hierro




La Rosa

Como la rosa: nunca
te empañe un pensamiento.
No es para ti la vida
que te nace de dentro.
Hermosura que tenga
su ayer en su momento.
Que en solo tu apariencia
se guarde tu secreto.
Pasados no te brinden
su inquietante misterio.
Recuerdos no te nublen
el cristal de tus sueños.

Cómo puede ser bella
flor que tiene recuerdos.


José Hierro


Sólo los pesimistas forjan el hierro mientras está caliente. Los optimistas confían en que no se enfríe.


Percy Bysshe Shelley


Sin pasión, el hombre solo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar chispas de luz.


Henry Frédéric Amiel


Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto.


Leonardo Da Vinci




El amor es un caos de luz y de tinieblas; la mujer, una amalgama de perjurios y ternura; el hombre, un abismo de grandeza y pequeñez; la vida, en fin, puede compararse a una larga cadena con eslabones de hierro y de oro


Gustavo Adolfo Bécquer


El hierro de ese meteorito y el hierro de la sangre tienen un origen común en el núcleo de una estrella.


Neil DeGrasse Tyson


Se partió en Nicaragua otro hierro caliente, con que el águila daba su señal a la gente, se partió en Nicaragua otra soga con cebo, con que el águila ataba por el cuello al obrero


Silvio Rodríguez


La prisión acaba, la prisión de hierro, pero continúa la prisión del sueño, del sueño


Silvio Rodríguez


Con dos úlceras y una inexplicable mala salud de hierro [A Vuelta de Correo (J. Sabina) - Diario de un Peatón (Sony BMG, 2003)]


Joaquín Sabina


¿De qué sirven las alas al que está sujeto con cadenas de hierro? Solo para desesperarse aún más.


Adelbert von Chamisso


De la posibilidad de que cuando la novela despierte de su sueño de hierro, el cuento siga allí.


Roberto Bolaño


... si mientras se dicen ministros de uno que resucita muertos y sana enfermos, son ellos quienes (peores que todos los otros a quienes nutre la tierra) estropean a los sanos y matan a los vivos, no tanto con el fuego y con el hierro como con su perniciosa lengua


Giordano Bruno


Dibujar es luchar por atravesar un invisible muro de hierro que parece alzarse entre lo que sientes y lo que eres capaz de hacer.


Vincent van Gogh


¡Stalin! ¡El gran Stalin! Es probable que tuviera una voluntad de hierro, pero era más débil de carácter que cualquiera. Un esclavo del tiempo y de las circustancias, resignado y humilde servidor del día de hoy que abre de par en par la puerta a los nuevos tiempos. Sí, y los que no se postraron ante los nuevos tiempos acabaron en la basura


Vasili Grossman


Así decía el hierro al imán: te odio porque me atraes sin que poseas fuerza suficiente para unirme a ti.


Friedrich Nietzsche


Que toda la sabiduría es fría y que con ella es tan difícil ordenar la vida como forjar hierro frio.


Ludwig Wittgenstein


Las grandes cuestiones no se decidirán por medio de discursos y votaciones, sino con sangre y hierro


Otto von Bismarck




¿Qué es el dibujo? ¿Cómo se puede aprender? Es trabajar a través de un invisible muro de hierro que parece interponerse entre lo que uno siente y lo que uno puede hacer.


Vincent van Gogh


Yo me río de todo, hasta de lo que más me agrada. No existen cosas, hechos, sentimientos o personas por los que no haya pasado inocentemente mi bufonería, como un rodillo de hierro de esos para dar lustre las piezas de paño.


Gustave Flaubert


Yo soy un arabesco de marquetería; hay trozos de marfil, de oro y de hierro; los hay de cartón pintado; los hay de diamante; los hay de hoja de lata.


Gustave Flaubert


Explicaba Platón que del mismo modo que no era posible mezclar estos metales (plata, hierro y bronce), no había de ser posible jamás subvertir y perturbar el orden de castas,...


Friedrich Nietzsche


Soñé que la Tierra se acababa. Y que el único ser humano que contemplaba el final era Franz Kafka. En el cielo los Titanes luchaban a muerte. Desde un asiento de hierro forjado del parque de Nueva York Kafka veía arder el mundo.


Roberto Bolaño


La prueba más convincente de la conversión del calor en trabajo [vis viva] se ha derivado de mis experimentos con el motor electromagnético, una máquina compuesta de imanes y barras de hierro puesta en marcha por una batería eléctrica.


James Prescott Joule


Se me acercó, casi se pegó a mí y nuestros hombros se tocaron; estábamos solos. Un extraño fluido pasaba desde ella a mi cuerpo y yo sabía inconscientemente que la cosa había de ser de esta manera. Lo sabía por cada una de mis fibras, por cada latido dulcemente doloroso de mi corazón. Me abandoné con un indecible placer a este sentimiento. Así, con la misma satisfacción, debe someterse un trozo de hierro a la ley inalterable, eterna e inmutable de ser atraído por un imán. Así es como una piedra lanzada al espacio ha de detenerse una fracción de segundo en el aire para caer luego en forma vertical. Y así es como el ser humano ha de respirar hondamente, una sola vez, después de la agonía, antes de expirar definitivamente.


Yevgeny Zamyatin


«La sostenía una voluntad de hierro, un gusto maníaco por la perfección y una increíble testarudez»


Rosa Montero


Arrasado el jardín, profanados los cálices y las aras, entraron a caballo los hunos en la biblioteca monástica y rompieron los libros incomprensibles y los vituperaron y los quemaron, acaso temerosos de que las letras encubrieran blasfemias contra su dios, que era una cimitarra de hierro.


Jorge Luis Borges


Yo encuentro interesante el hecho de que la mujer, cuando ella ejerce un cargo con alguna autoridad, siempre es tachada de dura, rígida, dama de hierro o cualquier cosa similar. Y yo encuentro eso, de hecho, un estereotipo. Es un patrón, una camisa de fuerza que intentan encuadrar en nosotras mujeres


Dilma Rousseff


Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y pasaba a otro cuarto igual, con la misma cama de cabezar de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual hasta el infinito. Le gustaba irse de cuarto en cuarto, como en una galería de espejos paralelos hasta que Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. Entonces regresaba de cuarto en cuarto despertando hacia atrás.


Gabriel García Márquez


Le tendí la mano (no sé por qué, no soy dado a estos formalismos, al menos no en un bar y de noche) y él vaciló antes de darme la suya. Cuando se la estreché mi sorpresa fue mayúscula. Su diestra, que esperaba suave y vacilante como la de cualquier adolescente, exhibía al tacto una acumulación de callosidades que le daba una apariencia de hierro, una mano no demasiado grande, de hecho, ahora que lo pienso, ahora que vuelvo a aquella noche een los suburbios de Irapuato, lo que aparece ante mis ojos es una mano, una mano pequeña rodeada u orlada por los exiguos resplandores del bar, una mano que surge de un lugar desconocido, como el tentáculo de una tormenta, pero dura, durísima, una mano forjada en el taller de un herrerro.


Roberto Bolaño


La cultura tecnológica está obligando al hombre a vivir en cárceles confortables, en inmensos laberintos sin horizontes, hechos de cemento, hierro y cristal.


Félix Rodríguez de la Fuente


Comenzaban por hacer una fogata en el patio con leña y carbón. Encima se colgaba de un trípode una olla de hierro negra por el uso, donde se echaban los ingredientes, en proporción de cuatro tazas de leche por una de azúcar, se aromatizaba con dos palitos de vainilla y la cáscara de un limón, se hervía pacientemente durante horas, revolviendo de vez en cuando con una larguísima cuchara de madera.


Isabel Allende