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Poemas de ruben dario

Poemas de ruben dario. Encuentra docenas de poemas de ruben dario con fotos para copiar y compartir.


Metempsicosis

Yo fui un soldado que durmió en el lecho
de Cleopatra la reina. Su blancura
y su mirada astral y omnipotente.
Eso fue todo.

¡Oh mirada! ¡oh blancura! y oh, aquel lecho
en que estaba radiante la blancura!
¡Oh, la rosa marmórea omnipotente!
Eso fue todo.

Y crujió su espinazo por mi brazo;
y yo, liberto, hice olvidar a Antonio.
(¡Oh el lecho y la mirada y la blancura!)
Eso fue todo.

Yo, Rufo Galo, fui soldado y sangre
tuve de Galia, y la imperial becerra
me dio un minuto audaz de su capricho.
Eso fue todo.

¿Por qué en aquel espasmo las tenazas
de mis dedos de bronce no apretaron
el cuello de la blanca reina en broma?
Eso fue todo.

Yo fui llevado a Egipto. La cadena
tuve al pescuezo. Fui comido un día
por los perros. Mi nombre, Rufo Galo.
Eso fue todo.


Rubén Darío


Sobre El Diván

Sobre el diván dejé la mandolina
y fui a besar la boca purpurina,
la boca de mi hermosa Florentina.

Y es ella dulce y rosa y muerde y besa;
y es una boca rosa, fresa;
y Amor no ha visto boca como esa.

Sangre, rubí, coral, carmín, claveles,
hay en sus labios finos y crueles,
pimientas fuertes, aromadas mieles.

Los dientes blancos riman como versos,
y saben esos finos dientes tersos,
mordiscos caprichosos y perversos.


Rubén Darío




Bota, Bota, Bella Niña...

Bota, bota, bella niña,
ese precioso collar
en que brillan los diamantes
como el líquido cristal
de las perlas del rocío matinal.
Del bolsillo de aquel sátiro
salió el oro y salió el mal.
Bota, bota esa serpiente
que te quiere estrangular
enrollada en tu garganta
hecha de nieve y coral.


Rubén Darío


Leda

El cisne en la sombra parece de nieve;
su pico es de ámbar, del alba al trasluz;
el suave crepúsculo que pasa tan breve
las cándidas alas sonrosa de luz.

Y luego, en las ondas del lago azulado,
después que la aurora perdió su arrebol,
las alas tendidas y el cuello enarcado,
el cisne es de plata, bañado de sol.

Tal es, cuando esponja las plumas de seda,
olímpico pájaro herido de amor,
y viola en las linfas sonoras a Leda,
buscando su pico los labios en flor.

Suspira la bella desnuda y vencida,
y en tanto que al aire sus quejas se van,
del fondo verdoso de fronda tupida
chispean turbados los ojos de Pan.


Rubén Darío


Señora, Amor es violento,
y cuando nos transfigura
nos enciende el pensamiento
la locura.

No pidas paz a mis brazos
que a los tuyos tienen presos:
son de guerra mis abrazos
y son de incendio mis besos;
y sería vano intento
el tornar mi mente obscura
si me enciende el pensamiento
la locura.

Clara está la mente mía
de llamas de amor, señora,
como la tienda del día
o el palacio de la aurora.
Y el perfume de tu ungüento
te persigue mi ventura,
y me enciende el pensamiento
la locura.

Mi gozo tu paladar
rico panal conceptúa,
como en el santo Cantar:
Mel et lac sub lingua tua.
La delicia de tu aliento
en tan fino vaso apura,
y me enciende el pensamiento
la locura.


Rubén Darío


En tus ojos un misterio;
en tus labios un enigma.
Y yo fijo en tus miradas
y extasiado en tus sonrisas.



Rubén Darío




El ave azul del sueño
sobre mi frente pasa:
tengo en mi corazón la primavera
y en mi cerebro el alba.
Amo la luz, el pico de la tórtola,
la rosa y la campánula,
el labio de la virgen
y el cuello de la garza.
!Oh, Dios mío, Dios mío!...
Sé que me ama...

Cae sobre mi espíritu
la noche negra y trágica;
busco el seno profundo de sus sombras
para verter mis lágrimas.
Sé que en el cráneo puede haber tormentas,
abismos en el alma
y arrugas misteriosas
sobre las frentes pálidas.
¡Oh, Dios mío, Dios mío!...
Sé que me engaña...


Rubén Darío


Un castillo de blancas azucenas
donde una mano leve
coloque entre armonías y rumores
rocío transparente;
un rayo misterioso de la luna
empapada en el éter;
un eco de las arpas que resuenan
y el corazón conmueven;
un beso de un querube en tus mejillas;
algo apacible y leve,
y escrita sobre la hoja de albo lirio,
una rima de Bécquer.


Rubén Darío


El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor.


Rubén Darío




Aplícate tu propio bálsamo. Proclama por doquier tu enfermedad. Eso te restablecerá. Cuanto más emplees este tratamiento más digno y más sabio te harás.


Rubén Darío


No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura.


Rubén Darío


el amor es hermoso pero ala vez duele ;por q hay personas q no valoran ese sentimiento


ruben dario


... Nada tiene sentido si tu risa no siento... Dime que puedo hacer si cada vez que te pienso, siento que te tengo.. siento que tiemblo... Y es que no sueño otra cosa que sentir tu risa, sentir que tu mirada es mía...


Ruben Darío Sequera




una amistad se rompe cuando el amor existe en claro si ya hay amor para que la amistad


ruben dario


Juventud, divino tesoro,,¡ya te vas para no volver!,Cuando quiero llorar, no lloro...,y a veces lloro sin querer.


Rubén Darío


¿Sois poetas? ¿amáis el arte?? Dónde hallaréis mejor modelo ni mejor maestro que en esa santa y buena y sabia naturaleza, siempre bella, siempre riente, siempre productora, siempre virgen y madre, de cuyo seno nace el arte griego como Venus de las espumas, como Minerva del cerebro de Jove.


Rubén Darío


Aquel día, un harapiento, por las trazas un mendigo, tal vez un peregrino, quizás un poeta...


Rubén Darío


La América Española como la España entera
fija está en el Oriente de su fatal destino;
yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera
con la interrogación de tu cuello divino.
¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?
¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?
¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros?
¿Callaremos ahora para llorar después?


Rubén Darío


El protagonista es el Poeta, siempre el Poeta, solo, desconocido, abandonado, hambriento, casi un mendigo, y, sin embargo, como Colón lleva un mundo a la cabeza.


Rubén Darío


Las bellas mujeres aprestan coronas de flores, y bajo los pórticos vense sus rostros de rosa; y la más hermosa sonríe al más fiero de los vencedores. ¡Honor al que trae cautiva la extraña bandera; honor al herido y honor a los fieles soldados que muerte encontraron por mano extranjera!


Rubén Darío


En una senda abandonada y triste que recorren tan sólo ángeles malos, una extraña Deidad la negra Noche ha erigido su trono solitario; allí llegué una vez; crucé atrevido de Thule ignota los contornos vagos y al Reino entré que extiende sus confines fuera del Tiempo y fuera del Espacio.


Rubén Darío


Sí, el arte es el azul, pero aquel azul de arriba que desprende un rayo de amor para encender los corazones y ennoblecer el pensamiento y engendrar las acciones grandes y generosas.


Rubén Darío


El verbo puede crearse su propia carne, como el caracol
su concha: pero la carne sola jamás creará al verbo, y como la estatua
existirá sin alma.


Rubén Darío


La torre de marfil tentó mi anhelo; quise encerrarme dentro de mí mismo, y tuve hambre de espacio y sed de cielo desde las sombras de mi propio abismo.


Rubén Darío


A aquellas antiguas espadas, a aquellos ilustres aceros, que encaman las glorias pasadas... Y al sol que hoy alumbra las nuevas victorias ganadas, y al héroe que guía su grupo de jóvenes fieros, al que ama la insignia del suelo materno, al que ha desafiado, ceñido el acero y el arma en la mano, los soles del rojo verano, las nieves y vientos del gélido invierno, la noche, la escarcha y el odio y la muerte, por ser por la patria inmortal, ¡saludan con voces de bronce las trompas de guerra que tocan la marcha triunfal!...


Rubén Darío


He acariciado a la gran naturaleza, y he buscado al calor del ideal, el verso que está en el astro en el fondo del cielo, y el que está en la perla en lo profundo del océano. ¡He querido ser pujante! Porque viene el tiempo de las grandes revoluciones, con un Mesías todo luz, todo ajitación y potencia, y es preciso recibir su espíritu con el poema que sea arco triunfal, de estrofas de acero, de estrofas de oro, de estrofas de amor.


Rubén Darío




Pero mi corazón es más brillante que todas las estrellas del cielo, porque brilla para Annie, abrasado por la luz del amor de mi Annie, por el recuerdo de los bellos ojos luminosos de mi Annie....


Rubén Darío


¿Cuándo llegaría el momento soberano en que alumbraría una celeste mirada el fondo de mi ser, y aquel en que se rasgaría el velo del enigma atrayente?


Rubén Darío


Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.


Rubén Darío


Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...


Rubén Darío


Y aquel velo era el velo de los sueños, de los dulces sueños que hacen ver la vida de color de rosa. Y con él envolvió a los cuatro hombres flacos, barbudos e impertinentes. Los cuales cesaron de estar tristes, porque penetró en su pecho la esperanza, y en su cabeza el sol alegre, con el diablillo de la vanidad, que consuela en sus profundas decepciones a los pobres artistas.


Rubén Darío


¿Y aquellas alas de mariposa azul de qué nos sirven? preguntarán los que nacieron sin alas.


Rubén Darío


Calla, calla, princesa ?dice el hada madrina?;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor


Rubén Darío


Nunca he tenido ningún problema de salud y estoy Ruben, hombre, en todos los sentidos.


Ruben Studdard


Si Nace de Tus Manos Y Es Oscura

Si nace de tus manos y es oscura
la angustia de sentirme atardecido;
si sueño, si por ti me es concedido
hacer eterna y fácil mi amargura;

Si es evidente mi dolor y es dura
tu voluntad de verme oscurecido
como el viento de noche sucedido
entre su arteria vegetal madura,

te puedo dar como si fuera tarde,
una sola palabra, y retornar
a lo perfecto que en mis manos arde.

O dejarte llegar inesperada
hasta tu misma voz, adelantar
y hacerte nula ante la sombra dada


Rubén Bonifaz Nuño


Igual Que El Licor Entre Las Alas

Igual que el licor entre las alas
del cántaro, pesa entre tus hombros
mi corazón; tras tus costillas.

Gozo del río que no pasa,
del ramaje en paz, encandecido
hoja por hoja, y reparado.

El presente, ingrávido de años
idos y por venir, clarea
en traje de augurios conquistables.

Licor entre alas navegante,
barco dichoso, joya eterna
en llameante engarce de olas.


Rubén Bonifaz Nuño


Te Abraza La Lluvia En Su Descenso

Te abraza la lluvia en su descenso
de resbalantes lenguas párvulas;
descifras su caída al sesgo;
sus tocamientos multiplicas
en ti; los amparas, te conocen:

Ánfora armónica en perpetua
reconciliación, recinto cálido,
hogar de las delicias, próspero
alhajero de arcillas dóciles.

Aprieta la lluvia: albercas, mares,
oleaje que te desahoga.
Anticipándose, ambicioso,
en torno de ti mi afán aprieta:
dulceamarga serpiente, alianza
clandestina del terror y el júbilo.

Ánfora tu cuerpo, revestido
por su desnudez; barro engastado
de blandas perlas, se envanece
con las deleitosas cicatrices
de un dolor que pasó; que exponen
lo apenas sanado al riesgo nuevo.

Yo las encuentro, y al tocarlas
te sigo en otras cicatrices,
mapa de táctiles misterios,
que el tiempo no olvida, pero esconde.

Llueve y me afano. Tú me abrazas
en mi caída; me descifras
cuando te abrazo. Y me amonesto:
Nunca es temprano para amarte.

Y sé que nunca será pronto.


Rubén Bonifaz Nuño


Te quiero

Te quiero inconmensurablemente
Es lo que siempre tengo presente
Dando vueltas en mi mente
Haz de pensar que estoy demente

Lograste cautivarme con tu mirar
Tu manera de hablar tan singular
Como ahelaba volver a verte
Admirarte y en mis brasos poseerte

Seras lo que tanto e buscado?
Seras por lo que tanto e implorado?
Seras acaso un angel bendito?
Seras mi amorcito?

no te haz imajinado
lo que por ti e esperado
teniendo esperanza presente
de tu yegada inminente

sutil llenaste de inquietud mi corazón
al verte irradia tanta pación
dejando una situación
que desgarra mi concentración

cada hora una eternidad
cada amenaser un comenzar
tantas noches de soledad
tu amor ha de trazar

¡una diferencia en mi vida!


Edgar Rubén Leõn Galicia


Tengo un deseo
Que quisiera pedir
No son viejas ni dinero
Ni fama o reconocimiento

Solo quiero una cosa
Simple y nada vanidosa
Humilde y hermosa

Quisiera que mi família fuese feliz y unida


Edgar Rubén Leõn Galicia


trato de uir de este mundo y dejar todo atraz, olvidarme del sufrimiento que me acongoja y estos pensamientos que me rodean con vagedad que son los sentimientos que no he podido expresar con livertad atormentando mi realidad y apesar de eso no uyo de este mundo ni de la realidad hay solo 1 cosa que me hase soportar semejente atrosidad y es que me he logrado enamorar y nesesito poderlo expresar con toda sinseridad sin temerle a esta sosiedad por lo que pueda pensar.

y solo espero una oportunidad
para poder amar
y dejarme yebar
por este sueño que quiero hacer realidad


Edgar Rubén Leõn Galicia