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Poesia cortas ( 23 )

Poesia cortas. Encuentra docenas de poesia cortas con fotos para copiar y compartir.


Los Espinos

Verdor nuevo los espinos
tienen ya por la colina,
toda de púrpura y nieve
en el aire estremecida.

Cuántos cielos florecidos
les has visto; aunque a la cita
ellos serán siempre fieles,
tú no lo serás un día.

Antes que la sombra caiga,
aprende cómo es la dicha
ante los espinos blancos
y rojos en flor. Vé. Mira.


Luis Cernuda


Marina Del Color Del Amor

Eres la estrofa azul, el poema verde
que mi amor me recita con su sonrisa roja
que me canta mi amor
con alma gigantesca y dedos negros.

Eres el verso azul inacabable
hecho de estrellas y de cielo líquido
sembrado de naranjas y de lunas
donde ata mi amor sus pensamientos.

"El sueño oscuro" 1994


Blanca Andreu




Boceto Inconcluso

A veces, cuando el amado y yo soñamos en silencio,
-un silencio agudo y profundo como el acecho
de un sonido insólito y misterioso-
siento como si su alma y la mía corrieran lejanamente,
por yo no sé qué tierras nunca vistas,
en un raudal potente y rumoroso...


Delmira Agustini


Otoño

Has entrado al otoño
me dijiste
y me sentí temblar
hoja encendida
que se aferra a su tallo
que se obstina
que es párpado amarillo
y luz de vela
danza de vida
y muerte
claridad suspendida
en el eterno instante
del presente.


Claribel Alegría


Libertad En La Cama

Todos los días salgo de la cama
y digo adiós a mi compañera.
Vena: cuando me pongo
los pantalones,
me quito
la
libertad.
Cuando llega la noche, otra vez
vuelvo a la cama y duermo.
A veces sueño que me llevan con las manos atadas,
pero entonces me despierto y siento la oscuridad,
y, con el mismo valor, el cuerpo de mi mujer y el mío.


Antonio Gamoneda


El Todo

No recordar nada...
Que me hunda la noche callada,
como una bandada
blanda y acabada.
(Que no quede nada...
Que pase la mujer amada
por una dejada
estancia soñada)
No desear nada...
Perderse en la idea sagrada,
como una dorada
sombra en la alborada.


Juan Ramón Jiménez




Lejos Tú, Lejos de Ti...

Lejos tú, lejos de ti,
yo, más cerca del mío;
afuera tú, hacia la tierra,
yo hacia adentro, al infinito.

Los soles que tu verás,
serán los soles ya vistos;
yo veré los soles nuevos
que solo enciende el espíritu.

Nuestros rostros, al volverse
a hallar, no dirán lo mismo.
Tu olvido estará en tus ojos,
en mi corazón mi olvido.


Juan Ramón Jiménez


Ya No Hay Aquella Simple Desnudez...

Ya no hay aquella simple
y turbia desnudez.
Tus muslos ya no huelen
a canciones agrestes.
Tus manos ya no tientan
la risa curva y acre.
Como si hubiese pleno oscuro.

De "Mar ao norde" 1932
Tr. Vicente Araguas


Álvaro Cunqueiro


Momento

Yo fuerte, yo exaltado, yo anhelante,
opreso en la urna del día,
engreído en mi corazón,
ebrio de mi fantasía,
y la Eternidad adelante...
adelante...
adelante...


Porfirio Barba Jacob




Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía amarte más.
Y todavía amarte más..y más.

lo anterior lo escribio Neruda..
y esta parte te la dedico yo..
él.. lo escribio sin saber sabiendo
que un día te hiba encontrar..
para amarte hasta que mi aliento
de mí deje de brotar ..


jcmbambino


Mujer de Ausencia

Mujer de ausencia,
escultura de música en el tiempo.
Cuando modelo el busto
faltan los pies y el rostro se deshizo.
Ni el retrato me fija con su química
el momento justo.
Es un silencio muerto
en la infinita melodía.
Mujer de ausencia, estatua
de sal que se disuelve, y la tortura
de forma sin materia.


Gerardo Diego


Gesto

A la brisa, a la abeja, a la hermosa
el rosal puede dedicar la rosa.

Al poeta, al grumete, a la doncella
la noche puede dedicar la estrella.
Si eres tú misma el rosal y las rosas,
la noche de mi verso y sus estrellas,
¿a quién dedicaré este breve cielo,
este arbusto, esta fuente, este desvelo?


Gerardo Diego


Sencillez

Los dedos de la nieve
repiquetearon
en el tamboril
del espacio.

Parábolas de nubes
forman un halo
de cristal,
sobre el monte nevado.

Una línea
y un plano.

Quiero poner mi vista
sólo en el espacio,
que es sencillo
y a la vez complicado.


José María Hinojosa




Amor Oscuro

Si para ti fui sombra
cuando cubrí tu cuerpo,
si cuando te besaba
mis ojos eran ciegos,
sigamos siendo noche,
como la noche inmensos,
con nuestro amor oscuro,
sin límites, eterno...
Porque a la luz del día
nuestro amor es pequeño.


Manuel Altolaguirre


Glosa

Déjame vivir verdades:
la verdad de tus miradas,
la de tus apasionadas
promesas de eternidades,
y entre tus sinceridades,
la doble verdad querida
con que llaman a la vida
tus dos palmas amorosas
cuando estrechan, perezosas,
mi mano desfallecida.


Gerardo Diego


Máscara

Esta mañana fue difícil
colocarme la máscara
No lograba encajarla conmigo
Tal vez llegó el momento
de cambiarla.

De "Pulso interno"


María Clara González


Esto Va A Venirse Abajo...

Esto va a venirse abajo
de un momento a otro
y usted lo sabe.
El amor ya no es un templo griego
sino algo parecido a un desastre de líneas
oblicuas que aprisionan todo intento de lluvia.

Y es gris. Tan gris como esta perspectiva de furias
que se nos viene encima.


Almudena Guzmán


La Rosa

Como la rosa: nunca
te empañe un pensamiento.
No es para ti la vida
que te nace de dentro.
Hermosura que tenga
su ayer en su momento.
Que en solo tu apariencia
se guarde tu secreto.
Pasados no te brinden
su inquietante misterio.
Recuerdos no te nublen
el cristal de tus sueños.

Cómo puede ser bella
flor que tiene recuerdos.


José Hierro


A Estas Palabras Menudas...

-A estas palabras menudas se las va a llevar
la trampa, me aseguras.
Y añades en voz baja:
-Ojo con el hoyo hirviente
de las bellas bailarinas tramposas.


Francisco Hernández


¿cómo Serás?

¿Cómo serás sin estos ojos míos?
¿Quién te leerá palabras por la frente
sabiéndote despacio, pena adentro?

¿Cómo serás cuando el río descienda
y sientas ya la espuma por las sienes?
La espuma de tu mar, el mar de todos.

No sé dónde dejarte escrito el nombre
crecido de tu tiempo hacia otras fechas,
desbordado de sí, fuera de madre.


Concha Lagos


Pocas Cosas Despiertan...

POCAS cosas despiertan
mi alegría
como el brincar gozoso
de algún perro
que me ha salido al paso.
Pocas cosas remueven
algo profundo en mí
como el mirar de un perro
fatigado
de haber vivido tanto.
Todo el amor del mundo
que tu ansías
y la desolación que sientes
asoman a los ojos
de un perro que te mira,
interrogándote.


José Corredor-Matheos


Este Es El Punto Exacto...

Este es el punto exacto.
Aquí
-entre la cuerda rota
e inmóvil de las horas-
se para
cristalina
la rueda de la noche.

Aquí
-la luna entre salas desiertas
de madurez-
comienza
silenciosa
la rueda del alba.


Álvaro Cunqueiro


Balaúa

De oleaje tú de entrega de redivivas muertes
en el la maramor
plenamente amada
tu néctar piel de pétalo desnuda
tus bipanales senos de suave plena luna
con su eromiel y zumbos y ritmos y mareas
tus tús y más que tús
tan eco de eco mío
y llamarada suya de la muy sacra cripta mía tuya
dame tu
Balaúa


Oliverio Girondo


Pido

Prisionera de un pánico invencible,
y aunque sé de la inutilidad de todo sueño,
desde esa cárcel torturante que es la vida,
pido la autonomía total del hombre
y el derecho a no justificar para nada
su existencia.

"Libro de alienaciones" 1980


Clara Janés


Es raro volver a recordarte, casi juro que te había olvidado
el sufrimiento es opcional, pero acaso pide permiso para regresar
una lagrima por tu recuerdo, una oracion para tu cuidado
mi única inquietud por ti


punker


Xxvi

Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!
¡No podía ser!

Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!
¡No podía ser!

Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No podía ser!


Gustavo Adolfo Becquer




Puerto

SOL:
Cinco ventanas colgadas
de la misma alba rosa:
vivas,
intactas,
desnudas,
con anhelos de manos,
como espejos de mástiles.

SOMBRA:
Cinco ventanas colgadas
de la misma alba turbia:
calladas,
llanas,
duras,
sin afanes de presencia,
sin afanes de huida.

SIEMPRE:
Cinco ventanas: sólo.

De "Mar ao norde" 1932
Tr. Vicente Araguas


Álvaro Cunqueiro


Desprendimiento

Dulzura de sentirse cada vez más lejano.
Más lejano y más vago...
Sin saber si es porque las cosas se van yendo
o es uno el que se va.
Dulzura del olvido como un rocío leve cayendo en la tiniebla...
Dulzura de sentirse limpio de toda cosa.
Dulzura de elevarse y ser como la estrella inaccesible y alta,
alumbrando en silencio...
En silencio,
¡Dios mío!...


Dulce María Loynaz


Déjame

Déjame
estoy lleno de ti,
no te perderé,
llevo conmigo tu esperanza invicta
y los diluvios de tu claustro;
he visto levantarse de tus pupilas
el sentimiento inaugural del hombre,
pero todavía no tengo la sangre
y la tierra y la palabra
no me pertenecen


Homero Aridjis


Eso Era Amor...

Le comenté:
-Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rimel?
-Grandes, respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.


Ángel González


Más Que En Los Anzuelos...

Más que en los anzuelos.

Aún más que en mi dedo gordo
con un anzuelo
en vez de robalizas.

Aún más que en el anzuelo que tengo en el corazón
en vez de robalizas.

Más aún que en la cabeza de robaliza que tengo
en vez de anzuelos.

Más, más que en los anillos que hago para ti
con anzuelos de robalizas.

De "Ballenas" 1988


Luisa Castro


Escritura

Afuera llueve
Tu mano escribe a mi lado un poema
Veo caer la lluvia
Los trazos emiten un sentido
En los charcos de la calle flotan palabras
Una lenta humedad de signos nos ciñe al respirar
Estoy empapado de ti cuando te leo
Somos ya una misma esencia
atrapada entre agua y escritura.


Enrique Jaramillo Levi


Como Un Águila...

Como un águila,
Dios
también de vez en cuando necesita
descansar de Sí Mismo
y replegar Sus alas
y dejar de volar por un instante.
Nosotros somos árboles plantados por Sus manos,
apenas una mancha en el paisaje
de lo Eterno:
lugares
para que Dios repose.

Vikram Babu pregunta:
¿qué crueles leñadores os talaron?

De "Los poemas de Vikram Babu"


Jesús Aguado


La Duda

Era buena la Vida:
Había rosas.
Unos minutos antes me había sonreído un niño...
Pasó volando y me rozó la frente.

No sé por dónde vino
ni por dónde se perdió luego pálida y ligera...
No recuerdo la fecha.
No sabría decir de qué color era ni de qué forma;
no sabría, de veras, decir nada.

Pasó volando... Había muchas rosas...
Y era buena la Vida todavía...


Dulce María Loynaz


Gota Pequeña, Mi Dolor

Gota pequeña, mi dolor.
La tiré al mar.
Al hondo mar.
Luego me dije: ¡A tu sabor
ya puedes navegar!

Más me perdió la poca fe...
La poca fe
de mi cantar.
Entre onda y cielo naufragué.

Y era un dolor inmenso el mar.


Dámaso Alonso


Vete

Mi sueño no tiene sitio
para que vivas. No hay sitio.
Todo es sueño. Te hundirías.
Vete a vivir a otra parte,
tú que estás viva. Si fueran
como hierro o como piedra
mis pensamientos, te quedarías.
Pero son fuego y son nubes,
lo que era el mundo al principio
cuando nadie en él vivía.
No puedes vivir. No hay sitio.
Mis sueños te quemarían.


Manuel Altolaguirre


Llorar A Mi Manera

Que me dejen llorar
con lágrimas igual a lapiceros,
con lágrimas iguales a los pájaros,
sólo quiero
que me dejen llorar
a mi manera.
Que me dejen llorar
como lloran los radios en la madrugada,
como los exiliados,
que me dejen
llorar a mi manera.


Manu Cáncer


Perfección

Queda curvo el firmamento,
compacto azul, sobre el día.
Es el redondamiento
del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
central sin querer, la rosa,
a un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
que el pie caminante siente
la integridad del planeta.


Jorge Guillén


Quédate En Mí

Ya no luches contigo
guerrero trashumante
Quédate en mí

Escucha la canción
que susurran mis manos y mis senos

Aprisiona la ternura
Apacigua mi arena
ansiosa de mar

De "Pasajeros del viento"


María Clara González


El Caballo

Viene por las calles,
a la luna parva,
un caballo muerto
en antigua batalla.

Sus cascos sombríos...
trepida, resbala;
da un hosco relincho,
con sus voces lejanas.

En la plúmbea esquina
de la barricada,
con ojos vacíos
y con horror, se para.

Más tarde se escuchan
sus lentas pisadas,
por vías desiertas
y por ruinosas plazas.


José María Eguren