Poesia de jose marti sobre la solidaridad entre los pueblos ( 4 )
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. . . El mundo es un templo hermoso, donde caben en paz los hombres todos de la tierra, porque todos han querido conocer la verdad, y han escrito en sus libros que es útil ser bueno, y han padecido y peleado por ser libres, libres en su tierra, libres en el pensamiento.
José MartÃ
Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia, nada construyen, porque sus simientes son de odio.
José MartÃ
La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.
José MartÃ
Patria es comunión de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanza.
José MartÃ
Se ha de tener fe en lo mejor del hombre, y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se revele. Si no, lo peor prevalece.
José MartÃ
Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma y antes de morirme quiero echar mis versos del alma.
José MartÃ
Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a su mesa; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.
José MartÃ
Cultivo una rosa blanca. En julio como en enero para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para cruel que me arranca el corazón con que vivo cardo ni ortiga cultivo; cultivo una rosa blanca.
José MartÃ
Todo ser humano tiene dentro de sí un hombre ideal, al igual que todas las piezas de mármol contiene en bruto una estatua tan bella como la que el griego Praxiteles hizo del dios Apolo.
José MartÃ
Al igual que el que da su vida a servir a una gran idea es admirable, el que se vale de una gran idea para servir a sus esperanzas personales de gloria y poder es abominable, aunque por ellas exponga la vida.
José MartÃ
Somos libres, pero no como malo, por no ser indiferentes al sufrimiento humano, no para aprovecharse de la gente, de la obra creada y sostenida por su espíritu de asociación política, mientras se niega a contribuir a la situación política que se benefician de .
José MartÃ
Pero cuando la mujer se estremece y se prestan ayuda, cuando las mujeres, que son, por naturaleza, tranquilo y controlado, dan ánimo y aplausos, cuando la mujer virtuosa y bien informado gracia el esfuerzo con su dulce amor, entonces es invencible.
José MartÃ
El que recibe el dinero en un fideicomiso para administrar en beneficio de su dueño, y lo utiliza, ya sea para su propio beneficio o en contra de los deseos de su legítimo propietario, es un ladrón.
José MartÃ
La cultura, que hace brillar el talento, no es del todo nuestro bien, y no podremos colocarlo exclusivamente a nuestra disposición. Por el contrario, pertenece principalmente a nuestro país, que nos la dio, y para la humanidad, de la cual la recibimos como un derecho de nacimiento.
José MartÃ
Los hombres son como las estrellas, algunos generan su propia luz, mientras que otros reflejan el brillo que reciben.
José MartÃ
Un apetito insaciable de gloria lleva al sacrificio y la muerte, pero el instinto innato conduce a la auto-preservación y la vida.
José MartÃ
Un niño, desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que ve, debe padecer por todos los que no pueden vivir con honradez, debe trabajar para que todos los hombres pueden ser honesto, y debe ser honesto sí mismo.
José MartÃ
Al igual que las piedras rodando por las colinas, las ideas justas alcanzan sus objetivos a pesar de todos los obstáculos y barreras. Puede ser posible para acelerar o dificultar, pero imposible de detener.
José MartÃ
El voto es un deber más delicado que cualquier otro, ya que no implica solo a los intereses de los votantes, pero su vida, honra y futuras.
José MartÃ
Todo lo que divide a los hombres, todo lo que especifica, aparta o acorrala es un pecado contra la humanidad.
José MartÃ
No hay perdón para los actos de odio. El puñal que se clava en nombre de la libertad, se clava en el pecho de la libertad.
José MartÃ
El hombre necesita sufrir. Cuando no tiene pesares reales los crea. Los pesares lo purifican y lo preparan
José MartÃ
El respeto a la libertad y al pensamiento ajenos, aun del ente más infeliz, es mi fanatismo: si muero, o me matan, será por eso.
José MartÃ
Mi verso al valiente agrada: mi verso breve y sincero, es del vigor del acero con que se funde la espada.
José MartÃ
Raro don es la justicia. Todo hombre tiene un poco de león, y quiere para sí en la vida la parte del león. Se queja de la opresión ajena; pero apenas puede oprimir, oprime. Clama contra el monopolio ajeno; pero apenas puede monopolizar, monopoliza: No en balde, cuando el libro de los hebreos quería dar nombre a un varón admirable lo llamaba un justo
José MartÃ
Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro
José MartÃ
Cuando la política tiene por objeto, bajo nombres de libertad, el reemplazo en el poder de los autoritarios arrellanados por los autoritarios hambrientos, el deber del hombre honrado no será nunca, ni aun con esa excusa, el de echarse a un lado de la política, para dejar que sus parásitos la gangrenen.
José MartÃ
Otros hombres famosos, todos palabra y pocas obras, pronto se evaporan. La acción es la dignidad de la grandeza.
José MartÃ
Cada pueblo se cura conforme a su naturaleza, que pide diversos grados de la medicina, según falte éste u otro factor en el mal, o medicina diferente. Ni Saint-Simon, ni Karl Marx, ni Marlo, ni Bakunin. Las reformas que nos vengan al cuerpo. Asimilarse lo útil es tan juicioso, como insensato imitar a ciegas.
José MartÃ
El color tiene límites,la palabra: labios, la música: cielo. Lo verdadero es lo que no termina y la música está perpetuamente palpitando en el espacio
José MartÃ
El mundo tiene dos campos: los que aborrecen la libertad, porque solo la quieren para si, están en uno; los que aman la libertad, y la quieren para todos, están en otro.
José MartÃ
El amor, madre, a la patria, no es el amor ridículo a la tierra, ni a la hierba que pisan nuestras plantas
José MartÃ
El hombre ama la libertad, aunque no sepa que la ama, y anda empujando de ella y huyendo de donde no la halla.
José MartÃ
Para sacudir todos los corazones con las vibraciones del propio corazón, es preciso tener los gérmenes e inspiración de la humanidad.
José MartÃ
Asesino alevoso, ingrato a Dios y enemigo de los hombres, es el que, so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas, les eneseña un cúmulo aislado y absoluto de doctrinas, y les predica al oído, antes que la dulce plática de amor, el evangelio bárbaro del odio.
José MartÃ
No valen antifaces en los países de prensa libre, que sale cada mañana, como un viento duende, levantando caretas.
José MartÃ
Es culpable el que ofende la libertad en la persona sagrada de nuestros adversarios, y más si la ofende en nombre de la libertad.
José MartÃ
Son terribles en manos de los políticos de oficio las masas ignorantes; que no saben ver tras la máscara de justicia del que explota sus resentimientos y pasiones.
José MartÃ
La crítica es el ejercicio del criterio: destruye los ídolos falsos, pero conserva en todo su fulgor a los dioses verdaderos
José MartÃ
Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo
José MartÃ