Poesias cortas a la virgen
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DIME AMOR MIO, DIME POR FAVOr
quisiera saber como manejas la situacion.
como le haces para no tenr dolor
o como le has echo para olvidarte de este amor o aquellas noches que soliamos mensajearnos tu y yo
DIME AMOR MIO , DIME POR FAVOR
como le has echo para borrar el recuerdo de mi amor
para borrar las ilusiones que teniamos tu y yo
DIME AMOR MIO , DIME POR FAVOR
como le hago para olvidarte y sacarte de mi corazon,
no tardes amor, dame la solucion,
no tardes amor , recuerda que el tiempo pasa,
y yo con el muriendo de amor,
DIME AMOR MIO , DIME POR FAVOR,
AUTORA: JESSICA B. HDZ.LA CHICA DE LAS POESIAS
quisiera saber como manejas la situacion.
como le haces para no tenr dolor
o como le has echo para olvidarte de este amor o aquellas noches que soliamos mensajearnos tu y yo
DIME AMOR MIO , DIME POR FAVOR
como le has echo para borrar el recuerdo de mi amor
para borrar las ilusiones que teniamos tu y yo
DIME AMOR MIO , DIME POR FAVOR
como le hago para olvidarte y sacarte de mi corazon,
no tardes amor, dame la solucion,
no tardes amor , recuerda que el tiempo pasa,
y yo con el muriendo de amor,
DIME AMOR MIO , DIME POR FAVOR,
AUTORA: JESSICA B. HDZ.LA CHICA DE LAS POESIAS
JESSICA BUENABAD HERNANDEZ
paseando por el monte vi una flor y era esa flor la mas bella de todas las flores, y pensé en ti y le puse tu nombre por que tu eras la mas hermosa de todas las chicas,
mas adelante vi un rió y era de aguas limpia y pura y la compare con tu pureza y vi que no se podía comparar por que por ese rió muchos han pasado, mas tu eres virgen y pura
y no hay hombres alguno con tal dicha...y hasta el día de hoy digo podrías tener diez hijos para seguirás siendo la misma virgen de siempre, la que ame y admire por toda una vida, la que con una mirado se dueño de mi corazón, siempre seras mi sol y mi luna...te amo no por que te amo, te amo por que si no lo hago muero, te amo por que me das vida., te escribo poemas y canción y pienso en ti para que tenga sentido cada latido de mi corazón... te amo
mas adelante vi un rió y era de aguas limpia y pura y la compare con tu pureza y vi que no se podía comparar por que por ese rió muchos han pasado, mas tu eres virgen y pura
y no hay hombres alguno con tal dicha...y hasta el día de hoy digo podrías tener diez hijos para seguirás siendo la misma virgen de siempre, la que ame y admire por toda una vida, la que con una mirado se dueño de mi corazón, siempre seras mi sol y mi luna...te amo no por que te amo, te amo por que si no lo hago muero, te amo por que me das vida., te escribo poemas y canción y pienso en ti para que tenga sentido cada latido de mi corazón... te amo
Denny rafael Polanco Damas
He Cometido El Peor de Los Pecados...
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.
He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.
Jorge Luis Borges
Creo que mi madre fue siempre fiel a la infidelidad de mi padre y eligió la castidad. La castidad de mi madre era peor que la de una virgen, porque ella había conocido el placer durante unos meses y luego renunció a él para toda la vida.
Reinaldo Arenas
Dos velas tengo encendidas en el altar de mi alma, y en él adoro a una virgen que tiene tu misma cara.
Salvador Rueda
Gloria a Dios en las alturas, paz en la tierra a los hombres, Dios ha nacido en Belén en esta dichosa noche. Nació de una pura Virgen; buscadle, pues sabéis donde, que en sus brazos le hallaréis envuelto en mantillas pobres
Félix Lope de Vega
Personalmente, cuando hablo solo con Dios y la Virgen, más que adulto prefiero sentirme niño. La mitra, el solideo, el anillo desaparecen; mando de vacaciones al adulto y también al obispo, para abandonarme a la ternura espontánea que tiene un niño delante de papá y mamá. El rosario, oración simple y fácil, a su vez, me ayuda a ser niño y no me avergüenzo de ello en absoluto
Juan Pablo I
El bolchevismo está llamando a nuestras puertas, no podemos darles el lujo de dejarles entrar... Tenemos que mantener a Estados Unidos seguro y virgen. Debemos tener al trabajador fuera de la literatura roja y de las artimañas rojas, hay que ver que su mente se mantiene saludable
Al Capone
Pemex es igual a la Virgen de Guadalupe, son símbolos para los mexicanos que deben manejarse con mucho cuidado.
Vicente Fox
Orando sobre la roca del milagro en España llegará un día la Virgen, llegará escoltada por Gabriel; ella dará a las campesinitas la mano y les enseñará las huellas a seguir. Cristo bajará de aquella mano
BenjamÃn Solari Parravicini
Ya me imagino a la Virgen María y el ángel: Soy la santa trinidad! ¡Sí, pero eres una paloma! ¡Tienes la gripe aviar!.
Andreu Buenafuente
Rompiendo mi promesa, de no volverte a verte ni en pintura, me he sentado a tu mesa, Virgen de la Amargura
JoaquÃn Sabina
Las canciones que me gustan son las que se tienen solas por sus letras, sin necesidad de la melodía. No necesitan melodía, son poesías.
John Lennon
Virgen de la Amargura, devuélveme la vida, sin ti todo es usura, y noches perdidas [Virgen de la Amargura (J. Sabina)]
JoaquÃn Sabina
El alma humana es el campo virgen que, mediante la ocupación y el aprendizaje, se cultiva y adquiere unos hábitos que se sobreañaden a su naturaleza.
Gustavo Bueno
No te pases un pelo de listo, no inviertas en cristos, no te hagas el tonto. [No Permita La Virgen (J. Sabina)]
JoaquÃn Sabina
Como en la playa virgen dobla el viento, el leve junco verde que dibuja un delicado círculo en la arena, así en mí tu recuerdo.
Idea Vilariño
Por eso es muy importante conocer el arte de no leer. Consiste en no leer lo que preocupa momentáneamente al gran público, como libelos políticos y eclesiásticos, novelas, poesías, etc., algunos de los cuales alcanzan varias ediciones.
Arthur Schopenhauer
Como la Virgen María, acojamos y custodiemos en nuestro corazón la Palabra de Jesús, para confesarlo como Señor de nuestra vida.
Benedicto XVI
El amor por esta patria sea la llama a través de la cual nuestro señor y la Santisima Virgen me iluminen para acertar*
Alvaro Uribe
¿Sois poetas? ¿amáis el arte?? Dónde hallaréis mejor modelo ni mejor maestro que en esa santa y buena y sabia naturaleza, siempre bella, siempre riente, siempre productora, siempre virgen y madre, de cuyo seno nace el arte griego como Venus de las espumas, como Minerva del cerebro de Jove.
Rubén DarÃo
Cuando el Hijo de Dios, lleno de un amor infinito, se dignó verter su sangre preciosa por la salvación del mundo, llamó a todos los hombres hermanos, haciéndoles igualmente hijos de la Virgen María.
Jerónimo Usera
La Virgen entiende el misterio de la entrega total ?prosiguió?. Y, por haber amado y sufrido, nos liberó del dolor.
Paulo Coelho
Me encargaste una canción y por décimas te salgo, hace meses que cabalgo sobre la contradicción de restaurar la emoción, en tiempos tan iscariotes, con la mano en el escote del verso a la antigua usanza. Así hablaba Sancho Panza con mi señor Don Quijote. Por lo demás, cuídate, cuando vengan por las malas, que no te rocen las balas, que no te falte papel, ni frijoles, ni mujer, que la virgen lacandona te esconda bajo su lona. Te lo pide un gachupín que se despierta en Madrid soñando con tu persona". *
JoaquÃn Sabina
Entonces cuéntanos todo al respecto, Edith, ya que sabes tanto. Cuéntanos una historia que comience: ?Érase una vez, una virgen nerviosa que se casó con el lord fantasmal de un castillo embrujado?.
Guillermo del Toro
Si tenéis la dicha de grabar en el corazón de los niños y de los jóvenes el amor y la confianza en la Virgen María, habéis asegurado su salvación.
Marcelino Champagnat
Abre la puerta que soy el diablo, que vengo con perras. Abre, chiquilla, las piernas que vengo a clavarte semillas. Como cada día en el infierno me aburría y me fui de bar en bar.. ví a la virgen María cansada de ser virgen, metida en un portal.
Roberto Iniesta
Había vida salvaje, virgen, una selva en la frontera del mar, nunca vista por aquellos que flotan sobre una superficie opaca.
Jacques-Yves Cousteau
Dentro de Una Esmeralda
Junto al plátano sueltas, en congoja
de doncella insegura, el broche al sayo.
La fuente ríe, y en el borde gayo
atisbo el tumbo de la veste floja.
Y allá, por cima de tus crenchas, hoja
que de vidrio parece al sol de mayo,
toma verde la luz del vivo rayo,
y en una gema colosal te aloja.
Recatos en la virgen son escudos;
y echas en tus encantos, por desnudos,
cauto y rico llover de resplandores.
Despeñas rizos desatando nudos;
y melena sin par cubre primores
y acaricia con puntas pies cual flores.
Junto al plátano sueltas, en congoja
de doncella insegura, el broche al sayo.
La fuente ríe, y en el borde gayo
atisbo el tumbo de la veste floja.
Y allá, por cima de tus crenchas, hoja
que de vidrio parece al sol de mayo,
toma verde la luz del vivo rayo,
y en una gema colosal te aloja.
Recatos en la virgen son escudos;
y echas en tus encantos, por desnudos,
cauto y rico llover de resplandores.
Despeñas rizos desatando nudos;
y melena sin par cubre primores
y acaricia con puntas pies cual flores.
Salvador DÃaz Mirón
Misal de La Virgen
-Usted nunca tuvo hijos.
-No. Aunque, un día, cuando era chica, surgieron de mí, de mi pelvis, tres
lagartos. En cartílago grueso y anillado. Tres.
-Eh.
-Sí. Iban por la hierba. Al parecer tenían ojos, pero no pude saberlo. Se
hundieron en el piso.
-Oh.
-Pero antes oí un alarido, como si dijesen: ¡Mamá! ¡Ay, madre! ¡Ay!
-Oh.
-No volvieron nunca. En el momento de la parición, salían de mis pechos (del
izquierdo y del derecho), una gotita de sangre y una gotita de leche.
-...!
Y ella quedó impasible. Y aunque era completamente blanca, pareció lo que
siempre había parecido:
Una princesa india, abajo de su anacahuita.
De "Obra completa " 2005
-Usted nunca tuvo hijos.
-No. Aunque, un día, cuando era chica, surgieron de mí, de mi pelvis, tres
lagartos. En cartílago grueso y anillado. Tres.
-Eh.
-Sí. Iban por la hierba. Al parecer tenían ojos, pero no pude saberlo. Se
hundieron en el piso.
-Oh.
-Pero antes oí un alarido, como si dijesen: ¡Mamá! ¡Ay, madre! ¡Ay!
-Oh.
-No volvieron nunca. En el momento de la parición, salían de mis pechos (del
izquierdo y del derecho), una gotita de sangre y una gotita de leche.
-...!
Y ella quedó impasible. Y aunque era completamente blanca, pareció lo que
siempre había parecido:
Una princesa india, abajo de su anacahuita.
De "Obra completa " 2005
Marosa di Giorgio
Yo Soy Danae
Yo soy Dánae. Desnuda caía en el lecho come
bianca neve scende senza vento.
Y llegó secreto con el fulgor
convertido en monedas de oro que cayeron
sobre mí, alrededor, en el suelo
Díjose a sí mismo una voz y aquel oro de ceca
se arremolinó en un amén y se hizo el varón.
Me encontró virgen, me surcó y me sembró.
Me bebió, como quien se echa con sed sobre un río.
Pero lo pasado pasado está.
Ahora soy vieja, y en un reino de columnas derrumbadas
voy y vengo por entre los cipreses y las palomas.
Me tienen por loca, y piensan que miento
cuando digo que fui desvirgada por Zeus.
Para burlarse de mí baten una moneda en el mármol
y yo pienso que él vuelve, y me quito la ropa
y me dejo caer desnuda en la hierba come
bianca neve scende senza vento.
Ni escucho sus risas. Ya voy vieja
pero nunca pude salir de aquel sueño de antaño.
De "Herba aquí ou acolá" 1980
Tr. César Antonio Molina
Yo soy Dánae. Desnuda caía en el lecho come
bianca neve scende senza vento.
Y llegó secreto con el fulgor
convertido en monedas de oro que cayeron
sobre mí, alrededor, en el suelo
Díjose a sí mismo una voz y aquel oro de ceca
se arremolinó en un amén y se hizo el varón.
Me encontró virgen, me surcó y me sembró.
Me bebió, como quien se echa con sed sobre un río.
Pero lo pasado pasado está.
Ahora soy vieja, y en un reino de columnas derrumbadas
voy y vengo por entre los cipreses y las palomas.
Me tienen por loca, y piensan que miento
cuando digo que fui desvirgada por Zeus.
Para burlarse de mí baten una moneda en el mármol
y yo pienso que él vuelve, y me quito la ropa
y me dejo caer desnuda en la hierba come
bianca neve scende senza vento.
Ni escucho sus risas. Ya voy vieja
pero nunca pude salir de aquel sueño de antaño.
De "Herba aquí ou acolá" 1980
Tr. César Antonio Molina
Ãlvaro Cunqueiro
Amorosa Anticipación
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso
y tácito de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria
del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha que
la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tu misma no tienes.
Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré, por vez primera, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo,
sin el amor, sin mí.
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso
y tácito de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria
del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha que
la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tu misma no tienes.
Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré, por vez primera, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo,
sin el amor, sin mí.
Jorge Luis Borges
En Esta Lluvia
Os palpé en esta lluvia,
no en el aire,
sino en la tierra, tras haber caído
-entre la hierba fría
y caliente, como una boca
grande y verde que no devora tiempos:
mis manos ahora huelen
a aceite de podrido
y lujuriante azahar (mis dedos,
ya planetas del árbol)
y también a una axila rosa
y al escozor de un vientre
no virgen, tras la lluvia.
Estabais allí tras el agua
-o sea, allí en la lluvia-
como jugando a ser espejos
más que su fibra ambigua,
pero era vuestro el aire.
Os palpé en esta lluvia,
no en el aire,
sino en la tierra, tras haber caído
-entre la hierba fría
y caliente, como una boca
grande y verde que no devora tiempos:
mis manos ahora huelen
a aceite de podrido
y lujuriante azahar (mis dedos,
ya planetas del árbol)
y también a una axila rosa
y al escozor de un vientre
no virgen, tras la lluvia.
Estabais allí tras el agua
-o sea, allí en la lluvia-
como jugando a ser espejos
más que su fibra ambigua,
pero era vuestro el aire.
Ãngel Crespo
Xc
¿No has sentido en la noche,
cuando reina la sombra
una voz apagada que canta
y una inmensa tristeza que llora?
¿No sentiste en tu oído de virgen
las silentes y trágicas notas
que mis dedos de muerto arrancaban
a la lira rota?
¿No sentiste una lágrima mía
deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve
estrechar a la tuya de rosa?
¿No viste entre sueños
por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso
que estalló misterioso en la alcoba?
Pues yo juro por ti, vida mía,
que te vi entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo
y tu boca pegada a mi boca.
¿No has sentido en la noche,
cuando reina la sombra
una voz apagada que canta
y una inmensa tristeza que llora?
¿No sentiste en tu oído de virgen
las silentes y trágicas notas
que mis dedos de muerto arrancaban
a la lira rota?
¿No sentiste una lágrima mía
deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve
estrechar a la tuya de rosa?
¿No viste entre sueños
por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso
que estalló misterioso en la alcoba?
Pues yo juro por ti, vida mía,
que te vi entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo
y tu boca pegada a mi boca.
Gustavo Adolfo Becquer
La Diosa
Cuando filmo en mi frente tu figura
y reúno las tardes y tu cara
en un fanal bellísimo, ya en sueños,
como en un cine mágico con niños,
todo forma un mural maravilloso:
la belleza me da, de parte tuya,
todos sus golpes en el corazón,
y entonces me parece propiamente
que amarte es convivir con una diosa.
Cuando digo tu rostro sin un ruido
en un mundo de amor. mundo del mundo,
veo, Marisa, aquel racimo virgen
-tus dos uvas solares- al apego
de su viña, latiendo palpitante
en mis manos que anidan la cosecha.
Siento tus labios que fermentan cerca
de los míos, tanteando entre las sombras
de aquel tiempo invencible, escucho luego
el dolorido corte, el ruido que hace
el cuerpo de una diosa que se entrega.
Ahora vivo contigo de memoria;
proyecto tu recuerdo, cine dulce,
que morirá conmigo, si es que mueren
las imágenes puras en su reino.
"Marisa sabia y otros poemas" 1963
Cuando filmo en mi frente tu figura
y reúno las tardes y tu cara
en un fanal bellísimo, ya en sueños,
como en un cine mágico con niños,
todo forma un mural maravilloso:
la belleza me da, de parte tuya,
todos sus golpes en el corazón,
y entonces me parece propiamente
que amarte es convivir con una diosa.
Cuando digo tu rostro sin un ruido
en un mundo de amor. mundo del mundo,
veo, Marisa, aquel racimo virgen
-tus dos uvas solares- al apego
de su viña, latiendo palpitante
en mis manos que anidan la cosecha.
Siento tus labios que fermentan cerca
de los míos, tanteando entre las sombras
de aquel tiempo invencible, escucho luego
el dolorido corte, el ruido que hace
el cuerpo de una diosa que se entrega.
Ahora vivo contigo de memoria;
proyecto tu recuerdo, cine dulce,
que morirá conmigo, si es que mueren
las imágenes puras en su reino.
"Marisa sabia y otros poemas" 1963
Eladio Cabañero
Noche Del Amor
Ay, qué podré decirte, dulce amada,
joven virgen feliz que no conoces
en un cielo cerrado, suaves roces,
el peso del amor, noche entregada.
Desde este corazón, isla olvidada,
-oye del mar sus clamorosas voces-,
me elevaré hasta ti que desconoces
la flecha que en lo oscuro está clavada.
Los cuerpos se revuelven tan certeros,
guiados del amor, como esos astros
que, arriba, solo ven tus ojos puros.
Órbita de pasión y verdaderos,
resplandecientes e infalibles rastros.
Celestes nuestros cuerpos aunque oscuros.
Ay, qué podré decirte, dulce amada,
joven virgen feliz que no conoces
en un cielo cerrado, suaves roces,
el peso del amor, noche entregada.
Desde este corazón, isla olvidada,
-oye del mar sus clamorosas voces-,
me elevaré hasta ti que desconoces
la flecha que en lo oscuro está clavada.
Los cuerpos se revuelven tan certeros,
guiados del amor, como esos astros
que, arriba, solo ven tus ojos puros.
Órbita de pasión y verdaderos,
resplandecientes e infalibles rastros.
Celestes nuestros cuerpos aunque oscuros.
Vicente Gaos
Tala
Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar
y las poesías más selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las uñas y dientes y le completo el peso.
No sirve esa manera de sentir.
Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
déjeme como un hueco, o una estaca.
Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre no más, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.
Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar
y las poesías más selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las uñas y dientes y le completo el peso.
No sirve esa manera de sentir.
Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
déjeme como un hueco, o una estaca.
Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre no más, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.
Julio Cortázar
Virginal
Te vi en el vórtice del remolino
de luz, ceñido en torno a tus caderas,
la túnica arrancada por el viento,
sobre fondo de estrellas,
rebaños de centauros
chapoteando en juego en la ribera.
Protegías los senos descubiertos
con ambas manos, y la cabellera
larga, sedosa,
flotaba al aire suelta.
Qué contraste de labios y mirada,
sedientos y sensuales, con la entera
actitud de tu cuerpo,
de virgen indefensa.
Te vi como surgiendo de las olas,
aunque los pies se anclaban en la tierra,
y desaté el deseo en mis entrañas,
y le envié a enroscarse entre tus piernas,
sin advertir que en torno a los tobillos
arqueaba su lomo la pantera.
Y me quedé perdido en mi distancia,
y tú quedaste en permanente ofrenda.
Te vi en el vórtice del remolino
de luz, ceñido en torno a tus caderas,
la túnica arrancada por el viento,
sobre fondo de estrellas,
rebaños de centauros
chapoteando en juego en la ribera.
Protegías los senos descubiertos
con ambas manos, y la cabellera
larga, sedosa,
flotaba al aire suelta.
Qué contraste de labios y mirada,
sedientos y sensuales, con la entera
actitud de tu cuerpo,
de virgen indefensa.
Te vi como surgiendo de las olas,
aunque los pies se anclaban en la tierra,
y desaté el deseo en mis entrañas,
y le envié a enroscarse entre tus piernas,
sin advertir que en torno a los tobillos
arqueaba su lomo la pantera.
Y me quedé perdido en mi distancia,
y tú quedaste en permanente ofrenda.
Francisco Alvarez
No Son Para La Lira...
No son para la Lira manos que odian la calma;
¡para cantarte me he pulsado el alma!
Con un temblor de novia que se inicia,
con un azoramiento de novicia,
el candor de las páginas, rebaño de gacelas,
aguarda ante mis ojos la llegada del Cántico,
virgen como la espuma del Atlántico
antes del paso de las carabelas...
No son para la Lira manos que odian la calma;
¡para cantarte me he pulsado el alma!
Con un temblor de novia que se inicia,
con un azoramiento de novicia,
el candor de las páginas, rebaño de gacelas,
aguarda ante mis ojos la llegada del Cántico,
virgen como la espuma del Atlántico
antes del paso de las carabelas...
Andrés Eloy Blanco
Cae Impenitente Una Lluvia de Palos Una Virgen Se Lamenta
De noche cuando el eunuco
duerme
soñando con mi tercera muerte y mi corazón
divide el oro de la sangre
un pequeño temblor me habita por la boca.
Pulsar útiles arpas
entonces,
templar cálido hierro, cerrar
sobre algún sxo las manos aún gritando
sólo puedo morir, solo puedo morir,
quizás signifique
estar cerca
de mi soledad con un nudo.
Quizás signifique verter fotografías en una zona
a menudo extranjera
golpeando una arena cimentada.
Pero cuando duerme o se empeña en la venta de
mis bienes,
en mi rostro sobre el palo, solo queda
morir, sólo
queda morir, lo doloroso
es la mañana con himno y camareras,
lo doloroso
es mi cuerpo con andamiaje de ola como edificio
de
aire.
A las cinco se llena de mujeres como
un parque.
A las seis un viento que oscurece
lo recorre como un
sable.
De "Los versos del Eunuco" 1986
De noche cuando el eunuco
duerme
soñando con mi tercera muerte y mi corazón
divide el oro de la sangre
un pequeño temblor me habita por la boca.
Pulsar útiles arpas
entonces,
templar cálido hierro, cerrar
sobre algún sxo las manos aún gritando
sólo puedo morir, solo puedo morir,
quizás signifique
estar cerca
de mi soledad con un nudo.
Quizás signifique verter fotografías en una zona
a menudo extranjera
golpeando una arena cimentada.
Pero cuando duerme o se empeña en la venta de
mis bienes,
en mi rostro sobre el palo, solo queda
morir, sólo
queda morir, lo doloroso
es la mañana con himno y camareras,
lo doloroso
es mi cuerpo con andamiaje de ola como edificio
de
aire.
A las cinco se llena de mujeres como
un parque.
A las seis un viento que oscurece
lo recorre como un
sable.
De "Los versos del Eunuco" 1986
Luisa Castro