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A veces le damos larga a lo que ya no da más, mientras estiras más delgado es, se debilita hasta que se rompe y al atar queda el nudo que te aprieta, te ahorca, te retiene pero no te da esa libertad
Juan Guillermo Arenas Marin
Nuestra sensibilidad por la estatua mutilada, por el bronce de las excavaciones arqueológicas, es reveladora. No coleccionamos ni los bajorrelieves borrosos ni las oxidaciones; no es la presencia de la muerte lo que nos retiene sino la de la supervivencia.
André Malraux
LÃmite
Esfera ceñida de esferas que no pueden
escaparse de la esfera única.
Manos esféricas ciñéndose a unas piernas
que se abrazan redondas, perfectÃsimas.
Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,
desgajara de sà un anillo y lo arrojara,
se caerÃa
cogido por su extremo, prolongándose
hasta pisar el polvo.
OndularÃa siglos, y su música
subirÃa por temblores a la esfera
que le retiene siempre jamás, tan suyo.
SerÃa vertical, hasta que un siglo
la curva reclamara ser redonda
desde un albor sin ritmo. subirÃa
otra vez a ser anillo, anegándose
por amor de querencia inmarchitable,
en la esfera total.
Yo he sido anillo
tembloroso al caer, y erguida
me dejaba correr desde los tiempos...
Mas la esfera sintió que al fin mi esencia
debÃa descansar en lo redondo.
Esfera ceñida de esferas que no pueden
escaparse de la esfera única.
Manos esféricas ciñéndose a unas piernas
que se abrazan redondas, perfectÃsimas.
Si esta esfera que soy ya, que fui yo siempre,
desgajara de sà un anillo y lo arrojara,
se caerÃa
cogido por su extremo, prolongándose
hasta pisar el polvo.
OndularÃa siglos, y su música
subirÃa por temblores a la esfera
que le retiene siempre jamás, tan suyo.
SerÃa vertical, hasta que un siglo
la curva reclamara ser redonda
desde un albor sin ritmo. subirÃa
otra vez a ser anillo, anegándose
por amor de querencia inmarchitable,
en la esfera total.
Yo he sido anillo
tembloroso al caer, y erguida
me dejaba correr desde los tiempos...
Mas la esfera sintió que al fin mi esencia
debÃa descansar en lo redondo.
Carmen Conde
AsÃ, el estudio sin voluntad malogra la memoria, que no retiene entonces nada de lo que toma.
Leonardo Da Vinci
Andinismo
Los labios suben;
laboriosos, escalan las uñas,
las rodillas
-andinistas de fuego-,
ávidos, se demoran en los pozos de sombra
que conceden la luz.
La exploración se adentra
entre el follaje hirsuto y la fuente pequeña.
Se someten al hueso de un codo guerrillero,
a la remota axila,
a la nuca en declive;
hacen alto en las manos,
manantial de arcanas vibraciones.
La lengua los retiene
en el desfiladero que aÃsla los pezones,
morados promontorios que erguidamente gimen.
Poderosos ascienden el risco del latido,
la inminencia de amar.
el tembloroso aliento de las cumbres sedientas.
Lentos, suben los labios
hacia el santuario del deseo,
hasta la sonrosada quemazón que los espera.
Noviembre de 1993
Los labios suben;
laboriosos, escalan las uñas,
las rodillas
-andinistas de fuego-,
ávidos, se demoran en los pozos de sombra
que conceden la luz.
La exploración se adentra
entre el follaje hirsuto y la fuente pequeña.
Se someten al hueso de un codo guerrillero,
a la remota axila,
a la nuca en declive;
hacen alto en las manos,
manantial de arcanas vibraciones.
La lengua los retiene
en el desfiladero que aÃsla los pezones,
morados promontorios que erguidamente gimen.
Poderosos ascienden el risco del latido,
la inminencia de amar.
el tembloroso aliento de las cumbres sedientas.
Lentos, suben los labios
hacia el santuario del deseo,
hasta la sonrosada quemazón que los espera.
Noviembre de 1993
Renée Ferrer
Una Mujer En La Escalera
Escalón a escalón, una cansada
mujer asciende como si del centro
de la tierra subiera. De allá adentro
honda sombra retiene la mirada.
Implacable le impone la escalera
su destino de tramos sucesivos.
Muertos ahora parecen los que vivos
deseos fueron de la primavera.
Al mirarla subir tan abatida,
me pareció la imagen de la vida
resignada, y haciéndose la fuerte.
Mas sin embargo esta mujer está subiendo
la escalera infinita, ahora comprendo
que es la imagen segura de la muerte.
Escalón a escalón, una cansada
mujer asciende como si del centro
de la tierra subiera. De allá adentro
honda sombra retiene la mirada.
Implacable le impone la escalera
su destino de tramos sucesivos.
Muertos ahora parecen los que vivos
deseos fueron de la primavera.
Al mirarla subir tan abatida,
me pareció la imagen de la vida
resignada, y haciéndose la fuerte.
Mas sin embargo esta mujer está subiendo
la escalera infinita, ahora comprendo
que es la imagen segura de la muerte.
Leopoldo de Luis
Ghetto
Denso es el aire aquÃ. Y tibio. Lo respiro
entre casas que quiebran su fachada en el agua.
Un gato mansamente se me enreda en las piernas
y me retiene inmóvil delante de Yahveh.
De "El coleccionista" 1979
Denso es el aire aquÃ. Y tibio. Lo respiro
entre casas que quiebran su fachada en el agua.
Un gato mansamente se me enreda en las piernas
y me retiene inmóvil delante de Yahveh.
De "El coleccionista" 1979
MarÃÂa Victoria Atencia
Poema Del Amor Ajeno
Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo
como queda un perfume donde habÃa una flor.
Tú sabes que te quiero, pero no te lo digo;
y yo sé que eres mÃa, sin ser mÃo tu amor.
La vida nos acerca y a la vez nos separa,
como el dÃa y la noche en el amanecer...
Mi corazón sediento ansÃa tu agua clara,
pero es un agua ajena que no debo beber...
Por eso puedes irte, porque, aunque no te sigo,
nunca te vas del todo, como una cicatriz;
y mi alma es como un surco cuando se corta el trigo,
pues al perder la espiga retiene la raÃz.
Tu amor es como un rÃo, que parece más hondo,
inexplicablemente, cuando el agua se va.
Y yo estoy en la orilla, pero mirando al fondo,
pues tu amor y la muerte tienen un más allá.
Para un deseo asÃ, toda la vida es poca;
toda la vida es poca para un ensueño asÃ...
Pensando en ti, esta noche, yo besaré otra boca;
y tú estarás con otro... ¡pero pensando en mÃ!
Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo
como queda un perfume donde habÃa una flor.
Tú sabes que te quiero, pero no te lo digo;
y yo sé que eres mÃa, sin ser mÃo tu amor.
La vida nos acerca y a la vez nos separa,
como el dÃa y la noche en el amanecer...
Mi corazón sediento ansÃa tu agua clara,
pero es un agua ajena que no debo beber...
Por eso puedes irte, porque, aunque no te sigo,
nunca te vas del todo, como una cicatriz;
y mi alma es como un surco cuando se corta el trigo,
pues al perder la espiga retiene la raÃz.
Tu amor es como un rÃo, que parece más hondo,
inexplicablemente, cuando el agua se va.
Y yo estoy en la orilla, pero mirando al fondo,
pues tu amor y la muerte tienen un más allá.
Para un deseo asÃ, toda la vida es poca;
toda la vida es poca para un ensueño asÃ...
Pensando en ti, esta noche, yo besaré otra boca;
y tú estarás con otro... ¡pero pensando en mÃ!
José Angel Buesa
Todos estamos obligados al trono del Ser Supremo por una cadena flexible que retiene sin esclavizarnos. El aspecto más maravilloso del esquema universal de las cosas es la acción de los seres libres bajo la guÃa divina.
Joseph de Maistre
Nada retiene menos del deseo en el arte, en la ciencia, de la voluntad de la industria, el botÃn, la posesión.
Andre Breton
La imaginación cientÃfica siempre retiene en sà dentro de los lÃmites de la probabilidad.
Thomas Huxley
Pienso que cada uno retiene. Siempre estoy censurando a mà mismo y me siento al respecto. Pero siempre tengo que considerar si mis comentarios pueden causar dolor a alguien.
John Hall
Todos los funcionarios de la Comunidad de Inteligencia y, especialmente, su oficial de más alto rango, deben comportarse de una manera que gana y retiene la confianza pública. Los estadounidenses se sienten incómodos con las actividades del gobierno que no tienen lugar en el abierto, sujeto a escrutinio público y crÃtica.
Dennis C. Blair
¿No es de extrañar que no pueda complacer a todos mis conciudadanos? Ni siquiera el propio Zeus es del agrado de todo el mundo cuando envÃa lluvia o cuando la retiene.
Teognis de Megara