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Roba ( 2 )

Roba. Encuentra docenas de roba con fotos para copiar y compartir.


A veces, la oportunidad golpea, pero la mayoría de las veces se cuela y luego en silencio roba.


Doug Larson


Las personas de ambos partidos políticos han reconocido que el bienestar sin trabajo genera incentivos negativos que conducen a la pobreza permanente. Le roba a las personas de autoestima.


Mitt Romney




Una verdadera heredera nunca es malo a nadie - excepto una chica que le roba a su novio.


Paris Hilton


Un hombre roba el primer beso, aboga por la segunda, exige la tercera, la cuarta toma, acepta la quinta - y permanece todo el resto.


Helen Rowland


Un atleta se le paga mucho dinero. Y alguien que es después de eso, un ladrón, un ladrón o alguien que roba a las personas, que están tomando una oportunidad con la ley que si son atrapados, van a la cárcel o se enfrentan a otro problema. En mi caso, usted va a recibir un disparo.


Luke Scott


SOCIEDAD GUBERNAMENTAL

Socavado por la pena que me ha herido
tamaño ultraje sin sentido
menester de los gnomos enfurecidos.

Muchos han callado...
Muchos se han escondido...
Y otros como yo
hemos gemido!

Por nuestra causa…
Por el ideal…
Por nuestra patria…
Por nuestra bandera…
Hay! Hay! Hay!

Que en el mástil hoy está
como si no estuviera
embelecida por el norte arrasador…
¡Maldita sea!

Cuantas picanas han tenido
hombres de libre ideal
tal vez ustedes se han ido
pero su pensamiento quedará.

(Y la justicia… ¿es realmente justa? ¿Cuántos presos que eran y son inocentes estuvieron y están tras los barrotes. ¿Y el padre que por vicisitudes de la vida esta separado, que quiere ver a su hijo le otorgan dos días de tantas horas. Y millones de ejemplos más. “señor juez usted no es la justicia sino que es un ser humano técnico, y como ser humano se puede equivocar; pero le digo que hay una justicia divina que todo lo ve.)

Soy gaucho no lo niego
mi patria es una
por ende patriota sin igual!
Ay! Ay! Ay!
¡Hombres y Mujeres que esperan para actuar!?

Más como la hormiga
lleva la comida a su nido
muchos llenan de víveres…
Su bienestar.

No se dan cuenta
que con vientos de libertad
el pueblo Argentino salud
podría estar… podría marchar…

La rabia y la bronca mezcladas
burlándose de los demás
papirotizando un yo que sé…

Nos tratan como a un burro
haciéndonos bufar como tal!
(Cambiemos la manera)

¡Fugaz rapiña! Aprovechando…
la carne de los tirados.
Más el cuervo tiene moralidad
de esperar el cuerpo finiquitado.

Tú eres más bestia que las bestias
englobando a todos
en tu siniestra mezquindad.
Oculta… secreta… tapada…
(Pocos la pueden ver)

Muchos son de buen comer
pero son los más los que piden pan
los negociados que cometes…
y los bajones que existen en la sociedad
¡Bien ocultos están!

¡Si no es un mundial,
son noticias fantásticas,
o el famoso parloteo, bla bla bla!

Los disconformes como yo
muchas veces…
No podemos levantar la vos
¡Por nuestro ideal en pos a una causa noble y justa!

¡Nos censuran!
¡Nos marginan!
Y algunas veces…
Son capaces con métodos de feo calibre
(De hacernos callar)

A veces suben los precios y bajan los sueldos
y se escucha que tal gremial reclama mediante paro
de cinco mil pesos básico jornal de seis horas
a cinco mil setecientos pesos
¡Guau!

¡QUE IRÓNICA IRONÍA!

Mientras otros ganan ochocientos pesos por mes
por doce horas diarias o más
y les cuesta llegar a mitad de mes.
¡Que digo… a una semana y media tal vez!

(“La naturaleza de la mayoría es ambicionar más de lo que se tiene.” Ni hablar de los ñoquis gubernamentales y los salarios ostentosos del poder, … y en contrapartida los que como quien escribe estamos sin trabajo. ¡Para colmo de colmos! Perdí el DNI, para sacarlo “dada mi situación” hable con una asistente social; tengo que esperar un día determinado para hacer el tramite “gratis”, y luego esperar a que me lo den. Pero la entrevista que tenía en la cuál me exigían el DNI no me va a esperar. ¿Dónde esta DNI al día? ¡Pura elección no mas!)

Se ve en TV grandes banquetes
de exquisito paladar
pero no se piensa…
Que hay una família humilde
con techo de chapa
y quizás… gracias a Dios
un puchero tenga para comer.

Invitan a artistas
a participar de concursos…
en el que cualquiera pude estar.
Para colmo le dan grandes premios
y algún que otro culeado farandulesco
hemos visto pedir un extra más!

Válgame Dios
¡Mas de lo que tienen!
¿Por qué no invitar?
Al don nadie del barrio aquel.

En esta vida, todos (sinecuanom)
caminamos hacia la muerte
y la gran mayoría
(De lógica esperar)
Con tranquilidad.

Mas los vientos huracanados
del hastió… provocan…
Que el pibe…
Salga a robar… y hasta matar.

(El que roba a la cárcel va, y estate seguro que si no tiene un padrino, al comienzo la pasa mal, y si lo tiene, a la corta o a la larga la pasará. Pero a el que es rico y potentoso , le dan una vip como si fuera su casa, ¡o peor aun arresto domiciliario! Sin ir mas lejos… grandes genocidas ¡ni hablar del indulto final! ¡y mucho menos del régimen carcelario actual.
Bajemos un cambio, ¡cambiemos en algo!)

¡No más!
¡Hasta cuando!
El agua que tenemos es inmensa…
La tierra y todo lo que hay en nuestro suelo…
(¡ ¡Es nuestro! ¿O no?!)

La vemos y parece… no nos pertenece
¿Qué es lo que pasa?
¿Por qué me parece…?
¿¡Se la damos a los de afuera!?
¿Quién se la queda? ¿Quién se la lleva?

¿¡Y los nuestros!?
¡Y lo nuestro! ¿Dónde esta la bilz?
¡Era nuestra! …¡Aguante coca cola!
¡Y así…! ¡Así…! ¡Así!

¡Aguanten las empresas foráneas!
¡Las privatizaciones!
¡Y los grandes negociados!
¡Que increíble! ¡No vi nada! ¿Alguien lo vio?

¿Gobiernos de quien…? ¿Y para quien?
¿Gobierno para los demás?
¿Gobierno para unos pocos?
¿Gobierno para todos igual?
(mm… ¿¡Hay dudas por ahí!?)

Ay que ponerse
a pensar…
Y más que a pensar…
Diría a actuar…
(Con conciencia y raciocinio por la equidad)

¿Por qué seguir pagando?
Para tener hospitales en ruinas
educación en pena.
Y los muy pobres…
Inundando como agua
los cimientos…
Del vacio existencial de la clase media.

(Ha sido mi sentir de la mano de la bronca, en pensamiento; tal vez para el opuesto mi estupidez. Si es así… Entonces seré… un trastocado sin fundamentos a su manera de ver, y a mis deseos de progreso, libertad e igualdad, estos los etiqueten con un nombre paranoinesco.
Discúlpenme… Pero como ya me harte, prefiero no callar.)
¡LA PUNTA DEL OBELISCO! Alguno me entenderá.


Ignacio Hernan Gonzalez Zapata




Todas las lecciones de la historia en cuatro frases: quien los dioses quieren destruir, primero enloquecen con el poder. Los molinos de Dios muelen despacio, pero muelen sumamente pequeños. La abeja fertiliza la flor roba. Cuando es bastante oscuro usted puede ver las estrellas.


Charles A. Beard


No se preocupe por la gente que roba sus ideas. Si sus ideas son nada, tendrá que carnero que las gargantas de la gente.


Howard Aiken


Llegar tarde a menudo nos roba la oportunidad, y el envío de nuestras fuerzas.


Nicolás Maquiavelo




Tienes ojos ladrones: el izquierdo roba vidas y el derecho corazones.




El que roba un poco de robos con el mismo deseo que el que roba mucho, pero con menos poder.


Platón


Como Peter Bogdanovich diría de Paper Moon: Ryan maravillosa en él, y se sentó allí y vio que el chico roba la imagen.


Tatum O'Neal


Cada parte roba tantos artículos de la fe de los otros, y los candidatos pasan tanto tiempo en hacer discursos de los demás, que para el día de las elecciones el tiempo es pasado, no hay mucho que hacer ahorrar a su vez a los bribones que se sientan fuera y dejar que una nueva banda en .


H. L. Mencken




Es curioso cómo la industria de la música está enfurecido por la Internet y la forma en que las cosas se copian sin ser pagado. Pero sabes por qué la gente roba la música? Debido a que no pueden darse el lujo de la música.


Tom Petty


Si la propiedad naciera con la ley, el estado "no roba", porque mediante su ley generaría la propiedad. Así es impune y tiene todo el poder.


Fabricio Terán


No hay pasión roba tanta eficacia la mente de todas las facultades de actuar y razonar como el miedo.


Edmund Burke


El hombre es un animal de fuego que roba, y no podemos ayudar a las máquinas de construcción y equipo inteligencias, aunque, de vez en cuando, los usamos no solo para ser más astuto que nosotros mismos, sino para llevarnos hasta la puerta de la condenación.


Richard Dooling


Tengo envidia de la brisa que roza tu cuerpo, tengo envidia del agua que moja tus labios, tengo envidia de ella que te roba el pensamiento y hasta tengo envidia de ti que me quitas el sueño.




De acuerdo con el Centro de Derechos de privacidad, hasta 10 millones de estadounidenses son víctimas de robo de identidad cada año. Ellos tienen el derecho de ser notificado cuando se roba sus datos más delicados de salud.


Luis Gutierrez


Si una compañía de Internet le roba el contenido, lo cerraron. Y déjenme decirles, Apple Francia, Francia o Yahoo Google Francia, ninguno de ellos ha ido a la quiebra.


Harvey Weinstein


El burgués, no conforme con poseer grandes tesoros de los que a nadie participa, en su insaciable avaricia, roba el producto de su trabajo al obrero y al peón, despoja al indio de su pequeña propiedad y no satisfecho aún, lo insulta y golpea haciendo alarde del apoyo que le prestan los tribunales, porque el juez, única esperanza del débil, hállase también al servicio de la canalla


Emiliano Zapata


Amar puede costar mucho, pero no amar siempre cuesta más, y los que temen al amor a menudo encuentran que la falta de amor es un vacío que roba la alegría de la vida.


Merle Shan


Hay momentos de la vida que no se olvidan, que iluminan y alegran el tiempo roba.


James Gates Percival


Esta ciudad es bruja, sabe Usted, Daniel? Se le mete a uno en la piel y le roba el alma sin que uno se dé ni cuenta.


Carlos Ruiz Zafón


Dejas libros en el coche y nadie te los roba, aunque esté abierto.


Esther Tusquets


Algunos dicen que soy cruel, algunos dicen que estoy triste. Desde que un hermano rompe tu casa y te roba...


Big L




Mamá y papá no estarán nada contentos si lo descubren.
-¿Que liberaste a un posible criminal intercambiándolo por tu hermano a un brujo que parece una especie de Sonic el Erizo en versión gay y se viste como el Roba Niños de Chitty Chitty Bang Bang? -preguntó Simon-. No, probablemente no. [pp.158]


Cassandra Clare


Milly o la tierra natal

¿Por qué, pues, pronunciar ese nombre de patria?
En su exilio brillante se estremece mi pecho
y resuena de lejos en el alma afligida
como lo hacen los pasos o la voz de un amigo.

¡Oh montañas veladas por la niebla de otoño,
valles que entapizaban las escarchas del alba,
sauces cuya corona deshojaba la poda,
viejas torres doradas por el sol de la tarde,

muros negros del tiempo, lomas, cuestas abruptas,
manantial donde van a beber los pastores,
gota a gota esperando aguas raras y límpidas,
con sus urnas dispuestas mientras hablan del día!

Choza que hace brillar el fulgor de la lumbre
y que amaba el viajero por humear a lo lejos,
sólo objetos, ¿o acaso tenéis alma también
que se pega a nuestra alma y a la fuerza de amar?

Yo vi cielos azules cuya noche es sin brumas,
toda de oro hasta el alba bajo un brillo de estrellas
que en su curva infinita redondeaban la cúpula
de cristal que jamás ha empañado algún viento.

Y vi montes cargados de limones y olivas
reflejar en las aguas sus inquietos perfiles;
y en sus valles profundos al impulso del céfiro
balancearse la espiga y la cepa madura;

en los mares que apenas son un leve murmullo
vi del agua luciente la ondulante cintura
apretando y soltando en sus pliegues azules
de sus riscos mellados los contornos inciertos

extenderse en el golfo como mantos de luz,
y blanqueando el escollo con sus flores de espuma
llevar hasta lo lejos de un poniente rojizo
islas» que eran el lecho como de oro del sol;

allí abriéndose a mí me mostraban sin límite
todo un mar infinito donde habita el misterio;
vi las cumbres altivas, cual del aire pirámides,
donde estío fundía el abrigo invernal,

descendiendo en peldaños hasta el fondo de valles
con laderas pobladas por aldeas y frondas,
con picachos y rocas que se yerguen, bajando
en pendientes de hierba para huir deslizándose,

mientras curvas humeantes, con un ruido de trueno
sus torrentes de espuma y sus ríos en polvo,
en sus flancos que son ya de luz ya de sombra,
con oleadas oscuras y con islas radiantes,

se ven valles profundos caros al soñador,
ascendiendo, bajando y ascendiendo otra vez,
y allí desde la raíz de sus amplias murallas,
entre abetos y robles por la tierra esparcidos,

en los lagos o espejos que a su sombra dormitan
dar sus verdes reflejos o su imagen oscura,
y en el tibio azul claro de estas límpidas aguas
ser la nieve un temblor y algo fluido los cerros.

Visité esas orillas y ese albergue divino
que la sombra del vate eligió como tumba,
esos campos que pudo la Sibila-" mostrarle,
y el Elíseo y Cumas; y a pesar de todo eso
no está allí el corazón...

Pero existe también una estéril montaña
que no tiene ni bosques ni hontanares, con una
cumbre humilde minada por la acción de los años,
que por su propio peso día a día se inclina

y que pierde su tierra derramada en barrancos
conservando un boj seco de raíz descarnada,
con roquedos a punto de caer si los pisa
con su pata ligera algún chivo nervioso.

Con el tiempo esos restos al caer han formado
como un cerro que mengua y que va escalonándose
hasta muros que sirven de pared protectora
a unos campos avaros que ha regado el sudor;

unas cepas con brazos que no encuentran sus arces
por la tierra serpean o en la arena se arrastran,
y hay zarzales en donde el zagal de la aldea
coge un fruto olvidado que disputa a los pájaros;

allí ovejas escuálidas de las chozas vecinas
ramonean dejando entre espinos su lana.
Lugar donde la música de las aguas de estío
o el temblor del follaje que sacuden las brisas

o los himnos que entrega el ruiseñor a los aires,
no conmueven el pecho ni el oído seducen,
sino que bajo un cielo que es de bronce perpetuo
la cigarra ensordece con su grito escondido.

Hay en estos desiertos una rústica casa
que recibe tan sólo de este monte la sombra,
con paredes golpeadas por la lluvia y los vientos,
con los musgos antiguos ocultando su edad.

En su umbral pueden verse tres peldaños de piedra
y allí puso el azar de una yedra las raíces
que mezclando cien veces sus enredos de nudos
con sus brazos esconde las injurias del tiempo,

y curvando en un arco sus volutas agrestes
es el único adorno de aquel rústico porche.
Un jardín que desciende por el flanco de un cerro
muestra cara al poniente un sediento arenal.

No sujeta, la piedra que el invierno ha tiznado
es el triste jalón del recinto minúsculo.
Esa tierra que hieren las azadas exhibe
sus entrañas desnudas de la hierba y la sombra;

ni esmaltadas alfombras ni el verdor hecho bóveda,
ni un arroyo en los bosques, ni frescor ni murmullo;
solamente seis tilos que el arado olvidó,
con un poco de hierba extendida a sus pies

dan en tiempo de otoño sombra tibia y escasa,
que es más grata a la frente bajo un cielo tan duro;
árboles que en sus frondas, en mi infancia feliz,
albergaron los sueños más hermosos que tuve.

En aquellos lugares que suspiran por agua
hay un pozo en la roca que el frescor nos esconde,
y allí el viejo, después, de muy largos esfuerzos,
mientras gime descansa su urna sobre el brocal;

la era donde el mayal sobre tierra pisada
bate rítmicamente las dispersas gavillas,
y la blanca paloma y el humilde gorrión
se disputan la espiga que el rastrillo olvidó;

y esparcidas por tierra, herramientas del campo,
yugos rotos y carros que duermen bajo porches,
ejes ya sin los rayos que quebró la rodada,
y la reja inservible que embotaron los surcos.

Nada alivia la vista de su estéril prisión,
ni las cúpulas áureas de soberbias ciudades,
ni la senda de polvo, ni a lo lejos un no,
ni los blancos tejados a la luz de la aurora.

Solamente esparcidos de distancia en distancia
los refugios agrestes que los pobres habitan,
junto a sendas estrechas que dispuso el desorden,
con tejados de bálago y paredes ahumadas,

se ven donde el anciano que se sienta a la puerta,
en su cuna de juncos duerme al niño que llora.
¡Una tierra sin sombra, sin colores los cielos,
unos valles sin agua! ¡Y allí está el corazón!

Éstos son los lugares, los sagrados parajes
de los cuales el alma rememora la imagen,
y que forjan de noche mis ensueños más bellos
hechizando los ojos con antiguas visiones.

Allí cada momento, cada aspecto del monte,
cada ruido que se alza por la noche en los campos,
cada mes que retorna como un paso del tiempo,
y hace verdes o mustia esos bosques y prados,

y la luna que mengua o que crece en la sombra,
y la estrella que asciende por la oscura colina,
los rebaños del monte que la escarcha ha expulsado
y que vuelven al valle con su andar vacilante,

viento, espino florido, hierba verde o marchita,
y la reja en el surco y en los prados el agua,
todo me habla una lengua que resuena aquí dentro,
con palabras que entienden los sentidos y el alma:

resonancias, perfumes, tempestades y rayos,
y peñascos, torrentes, y esas dulces imágenes
y esos viejos recuerdos que en nosotros dormitan,
que un lugar nos conservan y devuelven más dulce.

Allí está el corazón que se vuelve a encontrar;
todo allí me recuerda, me conoce y me ama.
Allí abundan amigos en todo este horizonte,
en cada árbol releo una historia pasada

y también cada piedra tiene un nombre que es suyo;
«¿qué más da que este nombre, como Palmira o Tebas,»
no recuerde los fastos de un imperio grandioso
ni la sangre vertida a la voz de un tirano

o esos grandes que el hombre llama azotes de Dios?
El lugar cuya trama nos cautiva la mente,
que aún rebosa de fastos que no olvida nuestra alma,
me parece tan grande como el campo glorioso

que fue cuna o sepulcro de un imperio inseguro.
¡Nada es vil! ¡Nada es grande! Todo el alma lo mide.
Al nombrar una choza puede un pecho agitarse,
y sobre monumentos de los héroes y dioses
el pastor pasa y silba y desvía los ojos.

He aquí el banco rústico que servía a mi padre,
y la sala que oyó su voz fuerte y severa,
cuando aquí los pastores, en sus rejas sentados,
le contaban los surcos hechos en cada hora;

o tal vez palpitante de sus días de gloria
nos contaba la historia de los regios cadalsos;
y aún viviendo el combate en que había luchado,
al contarnos su vida la virtud enseñaba.

Y el vacío lugar en que siempre mi madre,
al suspiro más leve de su casa salía
para hacernos llevar o la lana o el pan,
y vestir la indigencia o dar vida al hambriento;

y aquí están las cabañas donde su mano amante
las heridas curaba con aceite y con miel,
y muy cerca del lecho del anciano expirante
no dejaba de abrir ese libro que da

todavía esperanza al que deja la vida,
recogiendo suspiros que eran casi estertores
y llevando hacia Dios su postrera ansiedad,
y cogiendo la mano del menor de nosotros,

a la viuda y al niño, de rodillas ante ella,
les decía enjugando de sus ojos las lágrimas:
«Os doy un poco de oro, devolvedlo en plegarias.»
Y el umbral a la sombra donde nos acunaba,

y la rama de higuera que curvaba su mano,
y el estrecho sendero que cuando las campanas
en el templo lejano atronaban el alba,
tras sus pasos subíamos al altar del Señor

con el fin de ofrecerle dos inciensos muy puros
que eran nuestra inocencia junto con nuestra dicha.
Y su voz aquí mismo, muy piadosa y solemne,
nos hablaba de un Dios que en la madre sentíamos,

señalando la espiga encerrada en su germen,
el racimo que daba su brebaje aromático,
la ternera" trocando plantas verdes en leche,
y la peña agrietada por manar de las fuentes,

y la lana de oveja que a las zarzas se roba
para así tapizar dulces nidos de pájaros,
y aquel sol siempre exacto en sus doce mansiones
repartiendo en su entorno estaciones y horas,

y esos astros nocturnos salvo a Dios incontables,
mundos que el pensamiento casi no osa escalar,
enseñaba la fe hija de agradecidos,
y hacía admirar a nuestra simple infancia

que el insecto invisible a los ojos y el astro
en los cielos tenían padre igual que nosotros.
Esos brezos y campos, esos prados y viñas
tienen muchos recuerdos y sus sombras amadas.

Aquí mismo jugaban mis hermanas, y el viento
las seguía jugando con sus rubios cabellos;
allí con los pastores en la cumbre del cerro
encendía fogatas con ramaje y espinos,

y mis ojos, pendientes de las llamas del fuego
las veían ondear horas y horas enteras.
Allí contra el furor del temible aquilón
este sauce vacío nos prestaba su tronco,

y yo oía silbar en su fronda ya muerta
brisas que aún rememora como música el alma.
Y aquí el álamo está, inclinado al abismo,
que en el tiempo de nidos nos mecía en su copa,

y el arroyo en los prados cuyas aguas dormidas
lentamente inundaban nuestras barcas de caña,
y la encina, la peña, el molino monótono,
y aquel muro que al sol, en los días de otoño,

me veía sentado, cerca de los ancianos,
contemplando el crepúsculo con atenta mirada.
Todo aún sigue en pie y en su sitio renace;
aún seguimos las huellas de mi andar por la arena;

sólo un corazón falta que lo pueda gozar.
¡Ay de mí! Que la luz disminuye y se pierde.
Como espigas en la era, dispersó la existencia
lejos de la paterna heredad a los hijos,

y a la madre también, y ese hogar tan amado
se parece a los nidos de los cuales ha huido
la veloz golondrina en los largos inviernos.
Ya la hierba que crece en las losas antiguas

borra en torno a los muros los senderos domésticos,
y la hiedra, flotando como un manto de luto,
cubre a medias la puerta y hasta invade el umbral.
Tal vez pronto... ¡Oh Dios mío, oh presagio funesto!,

tal vez pronto un extraño al que nadie conoce,
con el oro en la mano del lugar se hará dueño,
oh lugares que habitan, según nuestra memoria,
tantas sombras queridas, familiares, y entonces

todos nuestros recuerdos de las cunas y tumbas,
huirán a su voz igual que las palomas
echarán a volar de su nido en el árbol
de los bosques que el hacha abatió para siempre,

y que ya no sabrán donde van a posarse.
¡No permitas, Señor, tanto llanto y ofensa!
No toleres, Dios mío, que nuestra humilde herencia
pase de mano en mano a vil precio comprada,

como el techo de gentes que vivieron del vicio,
arruinados, o el campo que fue de unos proscritos.
Que un extraño avariento venga con paso altivo
y que pise el humilde surco que años atrás

fue también nuestra cuna sobre un campo de hierba,
a expoliar a los huérfanos, a contar sus monedas
donde sólo tenía la pobreza un tesoro,
blasfemando tu nombre aquí bajo estos pórticos

donde antaño mi madre enseñaba a la voz
de sus hijos los cánticos que exaltaban tu gloria.
Ah, prefiero cien veces que entregada a los vientos
penda roto el tejado sobre el muro decrépito;

que las flores mortuorias, los espinos, las malvas,
broten entre las ruinas de los atrios deshechos.
Que el lagarto dormido allí al sol se caliente,
que en las horas del sueño Filomela allí cante,

que el humilde gorrión y las fieles palomas
allí junten en paz bajo el ala a sus crías,
y que el ave del cielo tenga allí su nidada
donde antaño durmió la inocencia en su lecho.

Ah, si el número escrito por los altos destinos
alcanzara la edad de los blancos cabellos,
ojalá, feliz viejo, allí mengüen mis días
entre tales recuerdos de mis simples amores.

Y ojalá cuando sean los benditos tejados
y estos tristes escombros para mí solamente
todo un pueblo de sombras, ojalá pueda entonces
reencontrar en los nombres, en los mismos lugares,

tantos seres amados que los ojos no ven.
Y vosotros que acaso viviréis cuando yo
sea helada ceniza, si queréis dedicarme
algo grato al recuerdo, elevadme algún día...

Pero no, no elevéis nada que me recuerde;
sólo cerca del sitio donde duerme la humilde
esperanza de aquellos que llamamos cristianos,
en los campos cavadme ese lecho que quiero,

como el último surco donde va a germinar
otra vida. Extended sobre mí un lecho herboso
que el cordero del pueblo ramonee en primavera,
donde todos los pájaros que años ha mis hermanas

consiguieron que fueran del lugar habitantes,
aquí acudan a amar y también a cantar
en mis noches tranquilas. Y para señalar
mi lugar de reposo, que despeñen rodando

de las altas montañas un fragmento de roca;
sobre todo que no haya un cincel que lo talle
ni que borre ese musgo de los días antiguos
que oscurece su cara, y que al paso de inviernos,

incrustado en la piedra, dé en sus letras vivientes
una fecha a sus años; y que no haya ni cifras
ni mi nombre grabado en tal página agreste.
Ante la eternidad toda edad se confunde,

y Aquel que con su voz a los muertos despierta,
aunque falte mi nombre sé que no va a olvidarme.
Allí bajo mis cielos, al pie de las colinas
que cubrieron antaño con sus sombras mi cuna,

junto al suelo natal, junto al aire y al sol,
con un sueño muy leve esperaré el despertar.
Mi ceniza mezclada con la tierra que me ama
volverá a tener vida incluso antes que el alma,

será verde en los prados y color en las flores,
en las noches de estío beberá los perfumes
y los llantos del aire; y al llegar de aquel día
que no tiene crepúsculo la primera centella

que podrá despertarme a la aurora sin fin,
cuando se abran los ojos volveré a ver lugares
que en mi vida adoré y que vi tantas veces,
nuestra aldea y sus piedras con el fiel campanario,

la montaña y el cauce seco de este torrente,
y los campos resecos; y juntando ante mí
con la nueva mirada tantos seres queridos,
cuya sombra dormía aquí cerca entre escombros,

mis hermanas, un padre y una madre que es alma,
no dejando cenizas que conserve la tierra,
igual que el viajero desembarca y dirige
al navío miradas en las que hay gratitud,

nuestras voces dirán al unísono entonces
a todo este lugar que rebosa delicias
nuestro único adiós ya sin mezcla de lágrimas.


Alphonse de Lamartine