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Sabor ( 2 )

Sabor. Encuentra docenas de sabor con fotos para copiar y compartir.


La Primera Mujer Que Recorrió Mi Cuerpo...

La primera mujer que recorrió mi cuerpo
tenía labios de maga: labios verdes y azules,
con sabor a fruto silvestre,
con señales indescifrables como la miel o el aire.
Muchas veces incendió mis cabellos con siete granos y
siete aguas, con ensalmos que sonaban a campanillas
de barro, con nubes de copal que se mezclaban al embrión
que recorría mi frente coronada por ramos de albahaca.
Toda la noche ardía la pócima bajo mi cama.
Al día siguiente, un niño nacido después de mellizos
la arrojaba al río, de espaldas, para no ver el sitio
donde caía ni el vuelo repentino de los zopilotes.
Entre tanto, mi madre me contaba
lo que Colmillo Blanco no sabía de la nieve
y el recuerdo del mar era un espejismo bajo la sábanas.


Francisco Hernández


Agua Oscura

Es hablar de la llanura que se quiebra en la noche,
interminablemente oscura,
que se desborda al horizonte, silenciosa y sin límite

El círculo roto, el murmullo que desatendido se multiplica,
se convierte en un ejército con mil frentes,
sonido inacabable, incomprensión inacabable

(es tu olor la firmeza única,
la única sobrevivencia del sabor del día)

Tengo abiertas las manos para tocar la caída de agua oscura
que en múltiples texturas se desenmaraña
He abierto conscientemente las manos: nada me detiene, nada detengo.
En esta limpia fluidez tumultuosa perdí el modo de jugar la ronda:
En este movimiento he dejado el último resquicio virgen al movimiento,
el último e infinito resguardo.

Ya nada me distingue del mundo.

-Sí, tú eres la firmeza única, el momento cierto que me espera
a un lado de la noche para abordarme, pero eres el único eco capaz
de nombrar lo que ejerce la oscuridad sobre la llanura-

Ya nada me distingue del mundo porque nada detengo.
Pero (sopla lento el viento) cada partícula de polvo, cada gota de agua
que viene en el viento, un instante antes de entrar en mí se detiene.
Nada me distingue del mundo, es cierto, pero nada me traspasa.
Todo, justo un instante antes de perforarme, me señala,
me sostiene, me demarca.


Carmen Boullosa




estoy en uno de esos días en uno de momentos en los cuales necesito tus besos sabor a alcohol para olvidarte
calmar el dolor y marearme con Tu amor un buen recuerdo a la ves
emborracharme feliz compartiendo contigo
aunk mi corazon fracturado en cada trago se va consumiendo porq me es necesario tu olvido


cesar obregone


Serás mi amor por siempre, no importa que el tiempo vaya en contra, que los días terminen en la ansiada espera, que tu boca desconozca el sendero de mi cuerpo, que tu calor no abrigue mi frío.
¡Si nos amamos que importa que nos separe el mismo cielo!
Caerán despacio las hojas del calendario, diciembre trae en sus pasos la melancolía que se abraza a la nostalgia, y querré tenerte entre mis brazos, besarte el alma con ternura, disipar aquella extraña soledad que envuelve tu figura, recorrerte con mi risa, llenarte la mirada con los detalles hermosos, mientras te llevo de la mano al mismo cielo.
Y no entenderás mis miedos, romperás entonces el encanto, cayendo aquel crudo llanto del mismo cielo.
La tristeza volverá conmigo, callaré y diré que ese es mi destino.
Se irá tu nombre escondido entre el sabor dulce de mis labios, se irán conmigo los tantos sueños que escribí por ti a diario, pasos lentos, mirada extraviada, disimulo obligado que solamente el corazón entenderá.
No he de negarte lo mucho que te amo, ¿acaso serviría a mi corazón la hipocresía? ¿Mitigaría el dolor? – sería una blasfemia a este amor.
Serás mi amor por siempre, el destino tejió nuestros caminos en un encuentro, mientras en mi bolsa de retazos una agenda escrita, cargada de años, hace tan lento mí andar hasta tus brazos.
Diré que te amo, lloraré lo mucho que te extraño, esperaré paciente y si te marchas y el olvido lo haces tuyo, escribiré poemas de amor en mi gastado calendario.


pacoyo


La vida continua...
aun sabiendo que te amo y me amas
aun sabiendo que te extraño y me extrañas,
no sujetar la cuerda y atarla, es tedioso.
Sabes últimamente a sabor amargo,apenas puedes entristecer mi corazon, pero luego él se levanta y toma camino hacia el laberinto de los castigos.
El único testigo es el tiempo,él da la cara porque no soporta la verdadera razon de existir, si eres o soy la razon de vivir,ya no te apresures.
No permitire que tu aliento gris,rodeara ya mas mi vida.
Mucho ya has disfrutado mis enojos,mis caderas al caminar llendome de tu hogar dejando huellas que dejan siempre huellas.
Hogueras vacias al dejarte ir de la casa blanca que te encubrio de amor.
Sabanas limpias cuando apoyabas tu espalda al dormir por las noches después de los cuentos con juegos amarillos.
Vistete, ya es tarde, toma tus zapatillas, tu ropa que se despida de mi amarga lucura.
No hay rescate a la batalla... no pierdes... pero tampoco ganas,
solo disfruta de los momentos que quisimos solucionar, momentos sin sentido.
Rescates que se quisieron rehacer...
no pidas nada y solo vete en silencio.
Tu voz ya se torma insoportoble y mi voz se quebranta al no poder escucharte.
La vida continua,
ya veras...yo sin ti y tu sin mi.


Paloma Fernandez


Sus ojos me hablaron de cosas eternas, su boca me hizo conocer el sabor de la vida.


Alfonso Orantes




Lo Cotidiano

Para el amor no hay cielo, amor, solo este día;
este cabello triste que se cae
cuando te estás peinando ante el espejo.
Esos túneles largos
que se atraviesan con jadeo y asfixia;
las paredes sin ojos,
el hueco que resuena
de alguna voz oculta y sin sentido.

Para el amor no hay tregua, amor. La noche
se vuelve, de pronto, respirable.
Y cuando un astro rompe sus cadenas
y lo ves zigzaguear, loco, y perderse,
no por ello la ley suelta sus garfios.
El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla
el sabor de las lágrimas.
Y en el abrazo ciñes
el recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.


Rosario Castellanos


La desilucion despiadadamente a dejado un mal sabor en mis labios que no logro endulsar si no tengo un amor nuevamente, es triste no ayarlo, y encontrarlo y no tenerlo, tenerlo y no besarlo, verlo y no habrazarlo
¿como se explica esto?


Romanet figueroa vergara


Viejas tardes de verano, donde la nostalgia queda alojada detras de los últimos rayos de sol que se esconden detras del rojizo de las aguas iluminadas con el recuerdo de tu mirada, mis suspiros acarician el sentir de mi alma donde te llaman con pasión desesperada detras de las lagrimas desprendidas por no tener mas, el sabor inolvidable de tus besos.
El tiempo es el único dueño de los momentos vividos, poque en mis recuerdos se vuelve baga la imagen de tu rostro, el que no quiero perder pero me roba despiadamente el paso de los años por mi cabeza solo me queda el sentir en mi alma de la seguridad que tus manos ponian en las mias cuando las tomabas entre las tuyas, solo me queda el sentir de tu mirada , elevando mi alma al sentimiento puro, solo me queda decirte gracias por pasearme por los caminos del amor.


muza




Así Era

Canta, me dices. Y yo canto.
¿Cómo callar? Mi boca es tuya.
Rompo contento mis amarras,
dejo que el mundo se me funda.
Sueña, me dices. Y yo sueño.
¡Ojalá no soñara nunca!
No recordarte, no mirarte,
no nadar por aguas profundas,
no saltar los puentes del tiempo
hacia un pasado que me abruma,
no desgarrar ya más mi carne
por los zarzales, en tu busca.

Canta, me dices. Yo te canto
a ti, dormida, fresca y única,
con tus ciudades en racimos,
como palomas sucias,
como gaviotas perezosas
que hacen sus nidos en la lluvia,
con nuestros cuerpos que a ti vuelven
como a una madre verde y húmeda.

Eras de vientos y de otoños,
eras de agrio sabor a frutas,
eras de playas y de nieblas,
de mar reposando en la bruma,
de campos y albas ciudades,
con un gran corazón de música.


José Hierro


Me entristece no haber sido más que un niño, que jugaba, que aprendía en tu sabor cómo es la carne, cómo el hombre es una bestia.


Luis Alfredo Arango


Comida que mucho hierve, sabor pierde.


Refrán


El necio no sabrá apreciar ni el sabor de una flor ni el olor de una fruta.


Ernesto Esteban Echenique




Un sabor eterno se nos ha prometido, y el alma lo recuerda.


Leopoldo Marechal


Ningún Otro Cuerpo Como El Tuyo

Ningún otro cuerpo como el tuyo
vino a salir sobre la tierra,
porque él es tú. Domingo diario,
simposio y lecho y mesa puesta
para los sentidos no platónicos.

Sin verte ni oírte, voy formándole
el molde de un instante tuyo;
el estuche justo, tu morada.
Espacio puro, impenetrable,
donde guardarlo aprisionado.

Siguiendo los innumerables
peldaños infinitesimales
de tu olor, bajando y ascendiendo,
las superficies reconozco,
maravilladas, de tu cuerpo.

Hueles a escollo soleado,
a huertas en la sombra, a tienda
de perfumes; a desierto hueles,
tierra grávida, a llovizna;
a carne de nardo macerada,
a impulsos de ansias animales.

Y cada aroma halla respuesta
en un sabor que lo sostiene,
y el regusto de la sal, el agrio
del fruto en agraz; dulcísimo,
el del fruto maduro y pleno,
el amargor donde floreces,
mezclándose, ardiendo, disolviéndose,
hacen de ti un sabor; el único
sabor, el que te vuelve en suya.

Y con él completo la armadura
del perfecto espacio: tu recinto
inequívoco, el sitio de ti misma.


Rubén Bonifaz Nuño


Pausas

I

¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya solo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.

II

No canta el grillo. Ritma
la música
de una estrella.

Mide
las pausas luminosas
con su reloj de arena.

Traza
sus órbitas de oro
en la desolación etérea.

La buena gente piensa
- sin embargo -
que canta una cajita
de música en la hierba.


José Gorostiza


Soneto Del Emigrado

Cataluña hilandera y labradora,
viñedo y olivar, almendra pura,
Patria: rememorada arquitectura,
ciudad junto a la mar historiadora.

Ola de la pasión descubridora,
ola de la sirena y la aventura
-Mediterráneo- hirió tu singlatura
la nave del destierro con su proa.

Emigrado, la ceiba de los mayas
te dio su sombra grande y generosa
cuando buscaste arrimo ante sus playas.

Y al llegar a la Mesa del Consejo
nos diste el sabor noble de tu prosa
de sal latina y óleo y vino añejo.


Rosario Castellanos


De la celebración dominical surgen los motivos de alegría y esperanza, que dan nuevo sabor a la vida de cada día y constituyen un antídoto vital contra la posible tentación del aburrimiento, la falta de sentido y la desesperación.


Juan Pablo II


Ven

Ven, oye, yo te evoco.
Extraño amado de mi musa extraña,
ven, tú, el que meces los enigmas hondos
en el vibrar de las pupilas cálidas.
El que ahondas los cauces de amatista
de las ojeras cárdenas...
Ven, oye, yo te evoco,
extraño amado de mi musa extraña!

Ven, tú, el que imprime un solemne ritmo
al parpadeo de la tumba helada!
el que dictas los lúgubres acentos
del decir hondo de las sombras trágicas.
Ven, tú, el poeta abrumador, que pulsas
la lira del silencio: la más rara!
La de las largas vibraciones mudas,
la que se acorda al diapasón del alma!
Ven, oye, yo te evoco,
extraño amado de mi musa extraña!

Ven acércate a mí, que en mis pupilas
se hunden las tuyas en tenaz mirada,
vislumbre en ellas el sublime enigma
del "más allá", que espanta...
Ven... acércate más... clava en mis labios
tus fríos labios de ámbar,
guste yo en ellos el sabor ignoto,
de la esencia enervante de tu alma!

Ven, oye, yo te evoco,
extraño amado de mi musa extraña!


Delmira Agustini


Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero,
si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna.


Antoine de Saint-Exupéry


Las Gastadas Palabras de Siempre

Déjame recordarte las gastadas palabras de siempre,
los armarios que encierran la humedad de los puertos
y el sabor a betel que dejas en mis labios
cuando desapareces en el aire.
Déjame tender tu cabello a la sombra
para que la penumbra madure como el día.
Déjame ser una ciudad inmensa, un bote de cerveza
o el fruto desollado ante la espiga.
Déjame recordarte dónde me ahogué de niño
y por qué hace brillar mi sangre la tristeza.
O déjame tirado en la banqueta, cubierto de periódicos,
mientras la nave de los locos zarpa
hacia las islas griegas.


Francisco Hernández


Café Beach Café

El amargo sabor de los sueños
volverá para darte una muchacha
con el pelo suelto
contando recibos del paso del día.

Desnúdate de ti
y ella vendrá a vestirse
con las caderas, los ojos y los gestos
que hubo en tu camino
ese verano del ochenta y dos.


Harold Alvarado Tenorio


Igual, Igual

Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.

Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. “Perded toda esperanza” “prohibido el paso” o “entren sin llamar” y otras mentiras, pone siempre.

Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.

Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.

Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.

No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.

De "Todo es papel" 2002
Accésit del Premio Ciudad de Torrevieja, 2002


Enrique Gracia Trinidad


Vals de Aniversario

Nada hay tan dulce como una habitación
para dos, cuando ya no nos queremos demasiado,
fuera de la ciudad, en un hotel tranquilo,
y parejas dudosas y algún niño con ganglios,

si no es esta ligera sensación
de irrealidad. Algo como el verano
en casa de mis padres, hace tiempo,
como viajes en tren por la noche. Te llamo

para decir que no te digo nada
que tú ya no conozcas, o si acaso
para besarte vagamente
los mismos labios.

Has dejado el balcón.
Ha oscurecido el cuarto
mientras que nos miramos tiernamente,
incómodos de no sentir el peso de tres años.

Todo es igual, parece
que no fue ayer. Y este sabor nostálgico,
que los silencios ponen en la boca,
posiblemente induce a equivocarnos

en nuestros sentimientos. Pero no
sin alguna reserva, porque por debajo
algo tira más fuerte y es (para decirlo
quizá de un modo menos inexacto)
difícil recordar que nos queremos,
si no es con cierta imprecisión, y el sábado,
que es hoy, queda tan cerca
de ayer a última hora y de pasado

mañana
por la mañana...


Jaime Gil de Biedma


EL CANTO DEL COLIBRÍ

Tomando el sol de la tarde,

sentado junto al jardín,

escuché el hermoso canto

de un singular colibrí.



Con una pertinaz prisa,

volaba de flor en flor,

oliendo sus aromas

y probando su sabor.



De pronto en un parpadeo,

detuvo su veloz vuelo

y prendiéndose de una rama,

me dirigió su mirada.



Sentí su vibrante presencia

y percibí que la mía sintió.

De momento paró mi existencia

y creí escuchar a Dios;



¿Oyes el canto del pájaro?

¿Sientes el calor del sol?

¿Que más tu necesitas,

para sentir mi amor?



No supe que contestar,

pero enseguida entendí,

que para estar feliz,

solo basta Dios.



¡Cuanto me afano en tener!

¡Cuanto me esfuerzo en saber!

Si lo que realmente existe,

es el placer de SER.



Gracias te doy Colibrí,

por la paz que me has traído,

espero como tu algún día,

cantar mientras camino.



Llevar calor donde vaya,

disfrutar de mi alrededor,

poner pasión en lo que haga

y encender mi luz de amor.


Gustavo Estrada Luque


Canción Para Billie Holiday

Y la muerte
nadie la oía
pero hablaba muy cerca del micrófono

Con careta antigás daba un beso a los niños

Lady Day las gaviotas heridas vuelven a la luz del puerto
Extraña fruta en el aire el crepúsculo se ausenta
Con una espada con un guante con una bola de cristal
la pecera magnética la cueva del pasado el submarino bajo las
mareas que fulgen
Lady Day cuánto amor en una juventud cuántos errores
cuántas tardes hablando qué deseo qué eléctricos
jazmines
cuántos cow-boys muertos como trovadores la sonrisa en los
labios que se tiñen de sangre
los gritos en las calles las manifestaciones disueltas bajo el
arco voltaico del poniente y los lóbregos edificios
irreales
Lady Day el amor como una libélula
cazador de libélulas
Lady Day qué despacio nos viene la experiencia todo cobra un
sentido se ordena como el paisaje en los ojos cuando
recién despiertos corremos las persianas
o intentamos ordenar las palabras de un
poema
Lady Day
Animales heridos en el bosque nuestros ojos qué piden qué
desean
qué desea esta voz en el viento de otoño un lebrel o su presa
disueltos en la fría oscuridad del tiempo
escamoteados como naipes de una baraja los años de nuestra
juventud
Con dos vueltas de llave cerraron la cocina
No nos dan mermelada ni pastel de cereza
ni el amor ni la muerte extraña fruta que deja un sabor ácido.

"Extraña fruta y otros poemas" 1968 - 1969


Pere Gimferrer




Fuerza es arrancarte de mi alma

Llegaste un día con esperanza
ese sabor de vida q en mi faltaba
la sensación de alegría q tanto anhelaba

Tu eras mi diario
como los rayos del sol cada mañana entrando por la ventana
como las estrellas q cada noche brillas unas cuantas y millones
como el aire q día y noche toca mis pulmones

Mal estar sin fin, probabilidades de vivir
eso me hacias sentir, aunq eras una sonrisa sin fin
cautivo en tus ojos me tenias a tus pies
sin mas de ti me enamore

Preso de tus palabras, de tu bella voz
alucinado y de mala fama, me causaba tu mirada
pero tus besos eran como brisa fresca de una mañana
tus besos eran mi única esperanza

Pronto te alejaste, y aun mas pronto te extrañe
cada mañana esa brisa q llenaba mi alma me hacía falta
con cada mirada recordaba tus dulces palabras
cada noche me hacía falta tu llamada

Hoy no busco ni quiero nada q me recuerde tu almohada
por las noches duerme mi esperanza
cuidando las estrellas a mi espalda
mientras cada mañana el sol guía mi mirada

Mal estar sin fin, probabilidades de vivir
eso me hacias sentir, aunq eras una sonrisa sin fin
cautivo en tus ojos me tenias a tus pies
sin mas de ti me enamore

Preso de tus palabras, de tu bella voz
alucinado y de mala fama, me causaba tu mirada
pero tus besos eran como brisa fresca de una mañana
tus besos eran mi única esperanza


Tovléz


YA NUNCA VOLVEREMOS

Ya nunca volveremos al viejo paraíso donde nace la lluvia,
donde huelen a alfalfa cortinas y manteles.

Ya nunca volveremos a medir la distancia
que queda entre las ramas del drago florecido.
Ni a remover la tierra,
ni a regar los maizales,
ni a pintar las ventanas,
ni a recoger el agua en cubos transparentes.

Ya nunca vendrá el frío
a llenarnos el pozo de zarzamora verde.
No volverá tu boca a dejar en la mía el sabor
de la almendra.


Elsa López


Raíz Salvaje

Me ha quedado clavada en los ojos
la visión de ese carro de trigo
que cruzó rechinante y pesado
sembrando de espigas el recto camino.

¡No pretendas ahora que ría!
¡Tu no sabes en qué hondos recuerdos
estoy abstraída!

Desde el fondo del alma me sube
un sabor de pitanga a los labios.
Tiene aún mi epidermis morena
no sé que fragancias de trigo emparvado.

¡Ay, quisiera llevarte conmigo
a dormir una noche en el campo
y en tus brazos pasar hasta el día
bajo el techo alocado de un árbol!

Soy la misma muchacha salvaje
que hace años trajiste a tu lado.


Juana de Ibarbourou


Salmo de Las Maderas

Hay maderas oscuras y profundas
como tus ojos y tus cabellos.
Porque tus ojos y tus cabellos son
como maderas profundas y charoladas.

Hay maderas suaves y livianas
como tu piel y tu alegría.
Porque tu piel y tu alegría son
como maderas suaves y livianas.

Hay maderas recias y macizas
como tus piernas y tus espaldas.
Porque tus piernas y tus espaldas son
como maderas recias y macizas.

Hay maderas húmedas y rojas
como la piel de tus labios y de tu lengua.
Porque la piel de tus labios y de tu lengua es
como una madera roja y empapada de savia.

Hay maderas olorosas y vivas
como el olor de tu cuerpo.
Porque el olor de tu cuerpo es
como el olor de las maderas
cortadas en los tiempos de lluvias.

Hay maderas que al ser trabajadas
dan notas musicales y perfectas.
Tu amor es una nota musical y perfecta
como el sonido que dan ciertas maderas
cuando son trabajadas.

Hay maderas que se quejan en las noches de lluvia
y en las tardes de tormenta.
Porque eres triste, y esto te embellece y purifica,
te pareces a esas maderas que se quejan
en las noches de lluvia y en las tardes de tormenta.

Hay maderas que tienen un sabor y perfume
tan propios que, cuando se las huele o se las besa,
ya no son olvidadas nunca más en la vida.
Porque eres fatalmente inolvidable,
te pareces a esas maderas que se recuerdan
hasta la muerte cuando se las huele o se las besa.


Jorge Debravo


Fiesta para mis oídos
Y todos mis demás sentidos
Cada que siento tu corazón
Latir junto al mió.

Sentir tu corazón acelerase
Tu mirada y tu pulso correr,
El sabor y el aroma a placer
Que brota de tu piel.

El amarte se ha vuelto una fiesta
A la cual quiero asistir mas seguido
El escucharte decirme te adoro
El bromear con un oh may


David F. Online


El sabor del pan Compartido es diferente


Amaury Rodriguez


La tarde, llena de suspiros juveniles, las rosas regalan el perfumado capullo , la anciana guarda despacio su banco dentro de su casa,ella camina disfrutando del paisaje gastado de un viejo barrio,
la noche se esta cerca , murmuran las paredes , con deseperacion, el dolor, la soledad, y la piedad en un solo latir del universo,
ella frente al vacio miedo sin cara y sin nombre que le roba inescrupulosamnte su su intimo sentir femenino.
ella camina triste por la calle vacia , un pensanmiento vaga entre la injusticia y la gratitud por seguir estando,
solo queda el sabor de lo diferente de estar bien y lo mal que se puede estar.


muza


Mi Amante

Desnuda, mi funesta amante
de piel vencida y casta como deshabitada,
sacudes sobre el lecho voces
y ternuras contrarias a mis manos,
y un crepúsculo escucho entre tu cuerpo
cuando al caer en ti agonizo
en un nacer marchito, sin el duelo
comparable al temor de tu agonía.

Contigo transparento la caída
de un alud o huracán de rosas:
suspiros de manzanas en tumulto
diciéndome que el hombre está vencido,
confuso en amarguras y vacías miradas.
En ti respondo al mundo, y en tu cuerpo
respiro ese sabor de los sepulcros;
una noche no más, y tu mirada
persiste, implora y vence entre mis ojos,
decidida a una lucha prolongada
donde el recuerdo se convierte
en esa área languidez del pensamiento,
como materia de tus ojos mismos.

Lloras a veces arrojando
fúnebres aguas de perfume ciego,
como si desprendida de una antigua idea
vinieras hasta mí, tan clara
como un ángel dormido en el espacio,
a dejar evidencia, luz y vida;
y en tus lágrimas miro surgir tu suave piel
como si en ellas prolongaras
o hicieras más probable tu existencia,
derramando el aroma de tu sueño
sobre esta soledad de tu desnudo.


Alí Chumacero


Siento tu mirada que me recorre por completo, siento tus labios que rosan los míos, tu piel que se quema junto a la mía y ambas se funden en una sola, tus manos me dominan y no dejan actuar las mías, y mi corazón se acelera tratando de alcanzarte, el estomago se me aprieta y las mariposas comienzan a juguetear dentro de mi, todo es causa y efecto, sin tenerte presente tus brazos me envuelven y me aprietan a tu pecho hasta lograr sentir tu alma, mi respiración se entrecorta y tu no estas, me entrego por entera sin medir espacio ni tiempo, quisiera que existieras, que estuvieras materializado, para poder entregarte las sensaciones de un amar, estoy enamorada del amor, sentimiento frágil, liviano como una burbuja, que al atraparla bruscamente se esfuma dejando solo su marca, amor palabra infinita, difícil definición porque solo hay que sentirlo y poder lograr retenerlo, pero aunque logre escapar debes dar gracias por haber podido conocerlo, y si te deja un sabor agrio, endúlzalo con los bellos momentos que tuviste con el. No lo encarceles, por que debe ser libre y ter su propia luz en forma natural sin tapujos y sin condiciones, déjalo ser que fluya dentro de ti y así lo podrás saborear como el mejor de los manjares


SUSANA MJ


AMANTES

He querido recorrerte Bajo la luna, cubrir tu ser y sentir tu piel,

con el simple roce de tus manos, me vienen a la mente expandidos deseos de convertirme en tu camisa, para lucirme en tu pecho, perderme en tu mirada y hacer realidad mis pensamientos.

cercarme a tu lado mientras tomo tus manos y la acerco a mi corazón para que sientas como late ante tu presencia.....

Mientras tomo tu mentón y con mis dedos recorro tus suave mejillas.

Rendida en ti, inhalando tu respiración, sintiendo tu dulce aliento en mi rostro, el cosquilleo en mi piel, para luego con mis labios probar el dulce sabor de tus besos, como lluvia de primavera depositas tus besos en mi, encargándome de q puedas percibir la agradable sensación q estos causan.

Te invito a recostarnos en la dulce tela sobre la arena, para acariciarnos lentamente con nuestras manos, mientras nuestros labios no dejan de sorber el dulce placer de ellos.

cada roce, cada caricia, se hace mas intensa mientras la brisa se encarga de hacernos compañía, siento tus manos tibias deslizándose en cada parte de mí como un baño de olas.

Solo la noche es testigo de nuestro dulce encuentro y las estrellas son nuestros luceros que nos recuerdan que somos únicos en ese instante.

Tú, sintiendo como mis manos te recorren como queriéndose fundir en tu piel

Beso a beso, suspiro a suspiro, siento como lentamente vas despojándome de mi vestido, en aires de deseo y pasión.

Perdidos en llamas de fantasías, y olvidandonos del tiempo, intentamos materializar aquel momento marcado por el amor, solo pensando en despojarnos de nuestras vestimentas para sentirnos mas cerca uno del otro, tanto como para ser un solo latido, un solo corazón.

Con mis labios recorro tus mejillas, para bajar detrás de tus orejas con suavidad y delicadeza, bajar por tu cuello mientras escucho el dulce deseo de tu ser en cada movimiento de mi cuerpo.

Con esa pasión q destella nuestro acto, desempeñamos el más delicado concierto de gemidos de excitación, aferrada a tus músculos como esposada en ti, encuentro allí mi puerto seguro del cual no deseo jamás soltarme.

Tú, con tus manos recorren los contornos de mi figura, sin nada que le cubra tan solo tu cuerpo y la noche calida como nuestro encuentro.

Mientras mis labios consumen cada espacio de tu piel sin dejar un centímetro sin recorrer, es como el mas exquisito perfume que se inpregna a la piel...

Mis labios bajan despacio hacia tus hombros desnudos, regreso mi mirada para contemplar tu hermoso rostro entregado a las sensaciones que producen tus besos,
Como queriendo absorberlos en cada movimiento que realizas en ellos para bajar luego sin perder detalle alguno,

Solo la luna es testigo de lo que pasó en esa noche maravillosa.........



NO ENCUENTRO LAS PALABRAS QUE DESCRIBAN LO QUE ME HACES SENTIR.....ESTO LO ESCRIBO TAL CUAL NACE DESDE EL FONDO DE MI CORAZON........



SOLO PUEDO DECIRTE QUE ME GUSTAS Y QUE TODO LO QUE HE VIVIDO CONTIGO HA SIDO GENIAL Y POR NADA DEL MUNDO LO CAMBIARIA!!!!!!!!!!!


SONIA RIVERA SUAREZ


MEMORIA LEJANA…

El olor a pasto, de los campos de fútbol
O de polvo levantado
en los salones escolares
me lleva a memorias lejanas:
¡Anécdotas personales!

De cuentos grandiosos y disimulados,
sobre nosotros –¡los gemelos!-
las travesuras inocentes
de poesías hechas de espejos,
al ver a los frutos de mi hermano y de Miriam
-Rafael Micher Jr y Génesis Miribraham-
de palabras hiladas en oro
¡como mi madre nos conducía!
de imágenes labradas en silencio.

Desde entonces la experiencia,
el hecho, tiene el sabor
a un gran valor y a divina creación.
Gruñe apretada –la memoria- en su origen,
se agrieta internamente
cubriendo sus mundos mundo
con su calor, con su textura
con su inexperiencia.

¡Ah, qué memoria!
El campo y las aulas, para nosotros
probablemente ya fondos frenados.
El niño y la niña, con sus vivencias,
se estrechan inequívocamente
desde el comienzo de su historia mutua.
El primer fuego humano
consumió una rama pequeña
de un –tal vez- árbol genealógico milenario.

Michel -Zuñiga
Al calor de esa llama se
Gestó la historia humana,
de dos seres preciosos y no lo dudo
Amados e inteligentes.

Rafael


RAFAEL M. MICHEL


Dulce Amor

Las cosas suceden así,
sencillamente:

Vuelven del trabajo
con sabor de cal viva entre los dientes.
la esposa les contempla con costumbre.
-¿Quién dice amor, si la palabra estalla?-.

Y cogen del pan,
como si fuera barro y arena,
un puñado tan sólo.
(Es pan de pobres, desalado y negro
y triste como el silencio de la casa toda.)

Y se marchan.

(La esposa les oye cerrar la puerta,
pero no dice nada. ¡Está tan cansada!
Prefiere aquella fría soledad
con olor de abandono.

Pudiera recordar su juventud y dormir,
pero ¿quién sueña o duerme?
Los pobres no recuerdan;
mueren como las piedras roídas de las murallas.

Ellos, en tanto, beben
un agrio vino con sabor de azufre;
y si ríen y gritan y golpean,
es porque -¡Dios, qué vida!-
da rabia beber sin alegría.

Acaso entonces lleguen hombres
de esos que velan por la paz de las familias,
y les hablen del dulce amor de las esposas
y del descanso junto al fuego,
escuchando, por la radio, una dulce canción,
mientras los niños buscan en el atlas
países coronados de yedras o corales...

Si esto sucede, gritan con más fuerza
y beben más vino agrio con sabor de azufre,
hasta que ya no saben dónde tienen los ojos,
ni por qué les duele el corazón.

Les arrojan con prisa.
La calle es larga, y en el firmamento
las estrellas relucen.

Regresan a la casa -¡oh dulce hogar!- llorando.
La esposa les contempla con costumbre.
-¿Quién dice amor, si la palabra estalla?-.


Victoriano Crémer


Nocturno Iv

Así estás todavía de pie bajo la lluvia,
bajo la clara lluvia de una noche de invierno.
De pie bajo la lluvia me llega tu sonrisa,
de pie bajo la lluvia te encuentra mi recuerdo.
Siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
con un polvo de estrellas muriendo en tus cabellos
y tu voz que nacía del fondo de tus ojos
y tus manos cansadas que se iban en el viento
y aquel cielo de plomo y el rumor de los árboles
y hasta la hoja aquella que te cayó en el seno
y el rocío nocturno dormido en tus pestañas
engarzando diamantes en tu vestido negro.

Así estás todavía lejanamente cerca
desde tu lejanía de sombra y de silencio.
Mi corazón te llama de pie bajo la lluvia,
de pie bajo la lluvia te acercas en el sueño.
La vida es tan pequeña que cabe en una noche.
Quizá fue que en la sombra me encontré con tu beso
y por eso me envuelve, de pie bajo la lluvia,
el sabor de tu boca y el olor de tu cuerpo.

Sí, me has dejado triste porque pienso que acaso
ya no estarás conmigo cuando llueva de nuevo.
Y no he de verte entonces de pie bajo la lluvia
con las manos temblando de frío y de deseo.
Pero aunque habrá otras noches cargadas
de perfumes
y otras mujeres, y otras, a lo largo del tiempo,
siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
bajo la lluvia clara de una noche de invierno....


José Angel Buesa


Gota Pequeña, Mi Dolor

Gota pequeña, mi dolor.
La tiré al mar.
Al hondo mar.
Luego me dije: ¡A tu sabor
ya puedes navegar!

Más me perdió la poca fe...
La poca fe
de mi cantar.
Entre onda y cielo naufragué.

Y era un dolor inmenso el mar.


Dámaso Alonso