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Silencioso

Silencioso. Encuentra docenas de silencioso con fotos para copiar y compartir.


Los pecados escriben la historia, el bien es silencioso.


Johann Wolfgang Von Goethe


te amo tanto .,niño de mi alma que mal que no te das cuenta de eso.no sabes cuanto te amo.siempre que te veo pasar junto ami.me pones tan feliz me encantas.tienes una mirada que es imposible de ignorar tu sorisa me alegra el dia, tu mirada me llena el alma de amor. Tu forma de ser encanto ami corazon te gritha que la peles pero no escuchas ami corazon ni siquieras me ves pork para ti no exizto esto es una mor silencioso.=(


EsMeRaLdHa15




Ordenar bibliotecas es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica.


Jorge Luis Borges


El hombre silencioso no presta testimonio contra sí mismo.


Aldous Huxley


Las lágrimas son el lenguaje silencioso del dolor.


Voltaire


La luna, como una flor en el alto arco del cielo, con deleite silencioso, se instala y sonríe en la noche.


William Blake




El libro es una pértiga que permite dar saltos inimaginables en el espacio y en el tiempo; el testigo de la más hermosa carrera de relevos; un infalible e íntimo amigo silencioso


Antonio Gala


El odio más grande es silencioso.


Morris West


Cuando el tiempo pase y tu me olvides, silencioso vivirás en mí; porque en la penumbra de mis pensamientos, todos los recuerdos me hablarán de tí


Gustavo Adolfo Bécquer




La realidad no se acota; olvidemos el calendario, y atendamos al manantial constante y silencioso que nos brota del alma.


Rafael Barrett


No hay nada más silencioso que un cañon cargado


Heinrich Heine


Soledad es igual que independencia,la había deseado y conquistado en el transcurso de largos años. Resultaba fría, ¡oh sí!, pero también quieta, maravillosamente quieta y grande como el espacio frío y silencioso en el que giran las estrellas. ? El lobo estepario


Hermann Hesse


En ciertas circunstancias de la vida conviene que el amigo permanezca silencioso a nuestro lado; el consuelo hablado ensancha la llaga y nos deja ver su profundidad


Honoré de Balzac




El dolor silencioso es el más funesto.


Jean Baptiste Racine


Anunciación

Inserto en soledad
de palabra vertida
que apenas hiriera el silencio,
siento la voz del sueño
con su descenso casi imperceptible
y sus labios de hielo,
mas no el letal dolor que de mí nace,
ni la perenne dicha del misterio aclarado
más allá de las cosas,
del último verano de la sangre
que en su final latir
crece trémula y nos inunda
de su postrer sollozo,
sino el misterio mismo con su propia presencia,
sus invisibles alas, sus invencibles olas
y la marea con que ahoga
la más inundada palabra
o aun la propia voz,
y llega sobre el lecho, silencioso,
negando su sonido,
a destacar su dura esencia
a despertar mi sueño con su sombra,
a rescatarse en mí
como cristal que guarda el recuerdo del aire,
como cuando el silencio
navega en aguas del silencio,
y sobre mi cuerpo desnudo,
tocando con su piel la húmeda frialdad
de mis labios y voz,
llegando hasta debajo de mis párpados,
me inunda lentamente, me apresa con sus redes
y en su océano quedo
como última voz abandonada
o el naufragio de sombra sobre sombra,
y comprendo que sueño y sombra,
confusos para siempre,
no pueden exclamar: "Ésta es mi sangre".


Alí Chumacero


El jardín silencioso. donde la camelia, ofrece su blancura.


Uejima Onitsura


Solo el amor resistirá alimentando silencioso la lámpara encendida, el canto anudado a la garganta, la poesía en la caricia del cuerpo abandonado.


Gioconda Belli


Ola

Hacia la arena tibia se desliza
la flor de las espumas fugitivas,
y en su cristal navega el aire herido,
imperceptible, desplomado, oscuro
como paloma que de pronto niega
de su mármol idéntico el estío
o el miedo que en silencios se apresura
y solo huella fuese de un viraje,
melancólica niebla que al oído
dejara su tranquilo desaliento.
mas el aire es quien fragua, sosegado,
la caricia sombría, el beso amargo
que al fin fatigará el oculto aroma
de la arena doliente, deseosa,
ávida, estéril sombra pensativa,
cuerpo anegado en un cansancio oscuro
sometido al murmullo de aquel beso.

Hermosa así, desnuda, ya no es
la carne iluminada cual la flecha
que en el viento describe lujuriosa
el temblor que después ha de entregar;
ni es la boca ardiente, enamorada,
insaciable al contacto, al beso ávida
como profundo aroma silencioso;
Ni la pasión del fuego hacia el aliento
destruyendo lo inmóvil de la sombra
para precipitarla en lo que ha sido,
sino que, ya ternura del cautivo
que sabe dónde amor le está esperando,
quiebra su forma, pierde su albedrío
y en un instante de candor o ala
ahogada en un anhelo suspendido,
como ciega tormenta despeñada
abandónase al cuerpo que la acosa
y a su encuentro es caricia, oscura imagen
de rudo impulso convertido en plumas
o tinieblas perdidas para siempre,
y sabe cómo al fin la arena es tumba,
frontera temblorosa donde se abren
las flores fugitivas de la espuma,
resueltas ya en silencio y lentitud.


Alí Chumacero


Adolescencia

En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
desde la dulce mañana
de aquel día éramos novios.

-El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño-.

Le dije que iba a besarla;
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas
como quien pierde un tesoro.

-Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos-.

No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
...y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.


Juan Ramón Jiménez


A Veces Una Hoja Desprendida

A veces una hoja desprendida
de lo alto de los árboles, un lloro
de las ninfas que pasan un sonoro
trino de ruiseñor, turban mi vida.

Vuelven a mí medrosos y lejanos
suaves deliquios, éxtasis supremos;
aquella estrella y yo nos conocemos,
ese árbol, esa flor son mis hermanos.

En el abismo del dolor penetra
mi espíritu, bucea, va hasta el fondo,
y es como un libro misterioso y hondo
en que puedo leer letra por letra.

Un ambiente sutil un aura triste
hacen correr mi silencioso llanto,
y soy como una nota de ese canto
doloroso de todo lo que existe.

Me cercan en bandada los delirios...
¿Es alucinación..., locura acaso?
Me saludan las nubes a su paso
y me besan las almas de los lirios.

¡Divina comunión!... Por un instante
son mis sentidos de agudeza rara...
Ya sé lo que murmuras, fuente clara;
ya sé lo que me dices, brisa errante.

De todo me liberto y me desligo
a vivir nueva vida, de tal modo,
que yo no sé si me difundo en todo
o todo me penetra y va conmigo.

Mas todo huye de mí y el alma vuela
con torpes alas por un aura fría,
en una inconsolable lejanía,
por una soledad que espanta y hiela.

Por eso en mis ahogos de tristeza,
mientras duermen en calma mis sentidos,
tendiendo a tus palabras mis oídos
tiemblo a cada rumor, naturaleza;

y a veces una hoja desprendida
de lo alto de los árboles, un lloro
de las linfas que pasan, un sonoro
trino de ruiseñor, turban mi vida.


Enrique González Martínez


El Alba Inútil

A los labios del hombre taciturno, la aurora
trajo un ebrio recuerdo de olvidados cantares.
El alba en las pupilas noctámbulas había
sorprendido la angustia de las viejas saudades.
En los círculos hondos de las mustias ojeras
se azulaba un exceso de veladas sensuales.
Vertió el vino de Francia
en la copa vibrante.
-La noche prolongaban
los grises cortinajes-.
Miró la flor marchita
de su frac un instante,
y evocó vagamente:
Casi estaba desnuda
en la fiebre del baile.
El breve seno apenas
velaban los encajes.
Oprimía la espalda
la caricia insinuante
que vagaba furtiva
de deseos. El talle
cedía entre su brazo
como un junco ondulante.
Después... aun más desnuda
la tuvo que en el vals,
y pensó vagamente:
Flor y mujer, vosotras
sólo duráis un baile.
-En la mano brillaba la heráldica sortija
herencia antigua y noble de un tiempo inmemorable.
Trémula entre los dedos fatigados, la copa
despertó una añoranza de mujeres fugaces-.


* * *


Las lámparas habían develado la alcoba.
El alba subrayaba de luz los ventanales.
Las severas efigies de los antepasados
miraban desde el fondo de remotas edades.
Con un grito argentado de dagas, la panoplia
al nieto recordaba las glorias ancestrales.
Dejó la copa exhausta
sobre la mesa grave.
Descorrió silencioso
los grises cortinajes,
y pensó vagamente:
¿Y de todo qué resta
tras el sensual alarde?
Solo una flor marchita
en la seda del traje.
-En las manos del hombre taciturno, la aurora
palideció una huella de victorias cobardes-.


Alberto Angel Montoya


Inmensidad de La Noche

En medio de la noche surge a veces
una pregunta, y la noche se agranda,
y es inmensa la noche hasta la angustia.
Como un barco sin luces, silencioso,
surca así nuestro cuarto tanta sombra
que parece sin límites el mundo.
Nos rodea el vacío, es agua oscura
más densa aún que la sangre. Nada se oye,
tan solo un chapoteo de hondo cieno
allá en lo más profundo de ese agua:
es nuestro corazón. Pero la noche
no cesa de crecer y ya es un ojo
de insoportable desnudez que mira
nuestro terror. Y es esa la pregunta,
y la noche lo sabe y mira entonces
(sólo a veces) el desvalido ser
que somos, con ternura, y vuelve el sueño.
Y la infinita gruta que es el universo
de nuevo resplandece.

De "Espejos" 1986 - 1991
Pre-Textos, 1991 Valencia-España


Abelardo Linares


Última Primavera

La luz bajaba desde la colina.
El sonido de un tren, un paso que he perdido.
Juventud, herida de otro tiempo,
te alejas soñolienta
como una verde lámpara sepultada en la noche...

Algo silencioso
estaba junto a mí. La lluvia
penetraba los techos perfumados.
Juventud, perdiste tu campana antigua,
tu yelmo mágico,
tu vara transparente.

Ésta es mi habitación. Ésta tu llama.
Éste el vestido. Ésta tu cintura.
«Tu nombre», dijiste, «se ha perdido en la sombra.
Búscalo más allá, detrás de las colinas».

Era yo el que cantaba.
Nadie ha de saciar nuestro encuentro perdido.
Me perdí en el bosque. Partiste a los canales.
La luz bajaba desde la colina.


Miguel Arteche


Palabras En La Noche

Cecilia, dulce amiga. Hoy yo quisiera hablarte
con la verdad que nace de un corazón pequeño.
Decirte cómo un día yo quise condenarte.
A ti que fuiste solo la luz para mi sueño.

A ti que fuiste siempre la luz para mi vida,
la luz parada en medio de mi existencia vana,
la luz suave y callada, la luz dulce, esparcida,
valiente en la tristeza, luciente en la mañana.

A ti, blanca presencia del día silencioso,
escala de ternura, licor que yo he bebido.
a ti, prado o colina que esparce su reposo.
A ti a quien tantas veces mi amor ha entristecido.

Decirte, suavizarte, hablarte del rocío,
hablarte de la noche que baja lenta a verte,
cual baja ya tu vida, más dulce al pecho mío,
que quiso un día amarte y vino a deshacerte...


Carlos Bousoño


Candor

Azul... azul... azul estaba el cielo.
El hálito quemaste del estío
comenzaba a dorar el terciopelo
del prado, en donde se remansa el río.

A lo lejos, el humo de un bohío,
tal de una novia el intocado velo,
se alza hasta perderse en el vacío
con un ondulante y silencioso vuelo.

De pronto me dijiste: -El amor mío
es puro y blando, así como ese río
que rueda allá sobre el lejano suelo-

y me miraste al terminar, tranquila,
con el alma asomada a tu pupila.
Y estaba azul tu alma como el cielo.


Julio Florez


Lo que más indigna al charlatán es alguien silencioso y digno.


Juan Ramón Jiménez




#

* Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás.

* Recuerda : "Amarás al prójimo como a ti mismo". Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber; porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar a seis millones de hermanos judíos .

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido... por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.
#

* No estás deprimido, estás desocupado.

* Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas.

* Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.

* Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas.
13.
* El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?.
* Si Dios tuviera un refrigerador, tendría tu foto pegada en él. Si Él tuviera una cartera, tu foto estaría dentro de ella. El te manda flores cada primavera. Él te manda un amanecer cada mañana. Cada vez que tú quieres hablar, Él te escucha, El puede vivir en cualquier parte del universo, pero Él escogió tu corazón. Enfréntalo, amigo, ¡Él está loco por ti!
14.
* Manda esto a cada "bella persona" que tu quieras que sea bendecida.
* Dios no te prometió días sin dolor, risa sin tristeza, sol sin lluvia, pero él sí prometió fuerzas para cada día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino.


Facundo Cabral


Hay que guardarse bien de un agua silenciosa, de un perro silencioso y de un enemigo silencioso.


Proverbio judío


La Amante

Soy la amante
que estrenas,
la nueva, la eterna,
la de muslos trigueños,
columnas seguras
que se abren perfectamente
para dar paso
a tu mar ancho y espeso.
Soy la de paralelas montañas,
erectas, duras,
por donde han caminado
pájaros heridos de amor.

Soy la amante nocturna,
la de noctámbulos besos,
( mis ojos, túneles profundos
donde se pierde la soledad).

Soy la de siempre, la eterna,
la que te arranca el hastío
de cada costado,
la que se tiende plácidamente,
la que se para,
la que te sorprende,
la que se quita las vestiduras
y se lava en tu río claro.
Soy la que te crucifica
con mis ojos, con mi lengua,
la que se pierde
en tu mirada lela,
la que infatigable
recorre tu cuerpo,
la que vibra con devoción
en tu silencioso mundo.
Soy ella, la eterna,
la antigua, la nueva,
la de siempre
la que se cierra
la que se abre
la de ambivalentes tardes.
Soy la que renace,
la que se abre
la que se cierra.


Orietta Lozano


Canción Amarga

En la cara lleva
tres años perdidos
y el frío de las seis de la mañana.

Van a partirte el corazón.
De pronto
la luz apagada,
los pasillos turbios,
la puerta que clava su ruido en la espalda.

Van a partirle el corazón.
Y arrastra
una cadena oscura
de pasiones heladas,
ese frío que cabe solamente
detrás de una palabra.

Y yo la veo caminar,
despacio,
perderse en lo que anda,
fugitiva tristeza que va y viene
de la sombra a la puerta de mi casa.

La luz artificial deja en la calle
el temblor silencioso
de tres barcas ancladas.

cuando ella cruza por mi lado siento
como un golpe de remos
y un murmullo de agua.


Luis García Montero


Lo Inaudible

Es inaudible,
no podremos saber si las hojas
se acumulan y suenan al encaramarse
la mirona lagartija sobre la hoja.
Nos roza la frente
y creemos que es un pañuelo
que nos está tapando los ojos.
El oro caminaba
después hacia la hoja
y la hoja iba hacia la casa
vacía del otoño, donde lo inaudible
se abrazaba con lo invisible
en un silencioso gesto de júbilo.
Lo inaudible
gustaba del vuelo de las hojas,
reposaba entre el árbol inmóvil
y el río de móvil memoria.
Mientras lo inaudible lograba
su reino, la casa oscilaba,
pero su interior permanecía intocable.
De pronto, una chispa
se unió a lo inaudible
y comenzó a arder escondido
debajo del sonido facetado del espejo.
La casa recuperó su movilidad
y comenzó de nuevo a navegar.


José Lezama Lima


Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimenta a la vida.


Facundo Cabral


La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.


Platón


La Flor Blanca

Entraban en silencio el invitado,
la mujer de su amigo y la flor blanca.
Estaban en silencio. Y el espacio
de su amor era blanco y silencioso,
como la flor que lo representaba.
Y aquel silencio era deseo y culpa,
traición amarga, dulce desafío,
y había en él angustia y esperanza,
y era la plenitud, y el desengaño.

"El hacha y la rosa" 1993


Luis Alberto de Cuenca


Aeternum Vale

Un dios misterioso y extraño visita la selva.
Es un dios silencioso que tiene los brazos abiertos.
Cuando la hija de Thor espoleaba su negro caballo,
le vio erguirse, de pronto, a la sombra de un añoso fresno.
Y sintió que se helaba su sangre
ante el dios silencioso que tiene los brazos abiertos.

De la fuente de Imer, en los bordes sagrados, más tarde,
la Noche a los dioses absortos reveló el secreto;
El Águila negra y los Cuervos de Odín escuchaban,
y los Cisnes que esperan la hora del canto postrero;
y a los dioses mordía el espanto
de ese dios silencioso que tiene los brazos abiertos.

En la selva agitada se oían extrañas salmodias;
mecía la encina y el sauce quejumbroso viento;
el bisonte y el alce rompían las ramas espesas,
y a través de las ramas espesas huían mugiendo.
En la lengua sagrada de Orga
despertaban del canto divino los divinos versos.

Thor, el rudo, terrible guerrero que blande la maza,
-en sus manos es arma la negra montaña de hierro,-
va a aplastar, en la selva, a la sombra del árbol sagrado,
a ese Dios silencioso que tiene los brazos abiertos.
Y los Dioses contemplan la maza rugiente,
que gira en los aires y nubla la lumbre del cielo.

Ya en la selva sagrada no se oyen las viejas salmodias,
ni la voz amorosa de Freya cantando a lo lejos;
agonizan los Dioses que pueblan la selva sagrada,
y en la lengua de Orga se extinguen los divinos versos.

Solo, erguido a la sombra de un árbol,
hay un Dios silencioso que tiene los brazos abiertos.


Ricardo Jaimes Freyre


Poema Del No

Me decías que no. Por tu mirada
pasaban barcos lentamente. Había
gaviotas en tus ojos, en tus blandos,
oscuros ojos grandes,
donde iba cayendo la amargura
como un anochecer de altas sirenas
en los puertos del Sur.
Me decías que no serenamente.
Era un no original, que ya existía
antes que tú, que hablaba por sí mismo
mientras que tú, impotente, absorta, fijos
en mí tus ojos, lo sentías vivo,
palpabas su raíz por tus adentros.
Era un no adivinado,
mudo, pesadamente silencioso.
Tu duro cuerpo tibio
me decía que no, sin causas, iba
replegándose, como
si volviese a la infancia. Tú no eras.
Me decías que no, y en tu mirada
cabalgaba un dolor que yo diría
maternal. Un dolor implorando
comprensión. Un no de contenida
pesadumbre, pero total, abierto,
levemente asomado
a las playas del llanto.
Me decías que no lejana, sola,
terriblemente sola, maniatada,
sin un porqué donde apoyarte, pero
era no, era no, sin gritos, no...

Los puertos, las sirenas,
los barcos en la noche, todo iba
perdiéndose, alejándose.
Yo, delante de ti, triste, abatido.


Rafael Guillén


A Dos Adolescentes Mojadas Por Las Lluvias de Primavera

Salud a esos cuerpos que llevan la frescura
de estas sombras lluviosas en el cielo de mayo.
La primavera llueve en dulces aguas claras.
Nubes de corazón brillante.

En la blancura de las frentes de silencioso viento
tenéis vuestra luz y estrellas húmedas
arden en vuestros ojos con íntima alegría.
Y sonreís al tiempo con rosadas mejillas
ofreciendo al mundo un inocente gesto
de primeros amores.

Salud a esos cuerpos de cabellos mojados
por esta lenta lluvia entre vuestro perfume
de poros deseados para beberlos todos.
Bajo los suaves vestidos sois ninfas alegres
que sueña este silencio de laguna desnuda.
En vuestra piel lleváis licor de flores resplandecientes,
azúcar enamorado en vuestros finos labios.
Qué sabrosos frutos se inflamarán un día
en vuestros cuerpos jóvenes de ciervas exquisitas.
La redondez suave de blandos pechos
tiene maravilla y gozo de cáliz ansiado
y que tierno terciopelo se adivina brillante
en vuestras caderas suaves de delicada blancura.

Salud profunda y larga a esos húmedos cuerpos
de lluvia y primavera,
cuerpos jóvenes y alegres,
hermosuras tan vivas,
adolescentes cuerpos para diosas futuras...

De "Seivas de amor e transito", 1984


Miguel Anxo Fernán_Vello


La amistad no se conquista, no se impone. La amistad se cultiva como una flor, se abona con detalles de ternura y de lealtad, y se riega con las aguas del desinterés y del cariño silencioso


ime


Te fuistes sin avisar, repentinamente, silencioso, con tu mejor sonrisa, sin darte cuenta. Nos dejaste tu alegría, tu pasión por la vida y tu coranzón en los nuestros.
Quizás algún día, estés donde estés, nos encontremos allí
y volvamos a abrazarnos y sentirnos como siempre lo hicimos, hermano, estuvistes, estás y siempre estarás en nuestros corazones.


Francis Aragón


Te veo bebiendo payaso de ojos tristes solías escribir locos poemas sobre ángeles y dios. Pensaba que dios estaba muerto pero al escucharte a ti……..no estaba seguro, no había mentira en tu fuego, tus poemas se vuelven tristes, tus amantes te traicionaban después de andar por los bares experimentar y experimentar solo la resaca y paredes heladas sin experimentar miedo por amar o por ser amado decías que solo los hombres de suerte carecían de imaginación para sufrir. Te ame como una madre ama a su hijo que está lejos y lo extraña. No había elección estábamos unidos por un destino singular, la soledad…….es tan grande que puedo verla en lento movimiento de las agujas del reloj, nunca nadie encuentra a quien busca, tenías un vaso de lamentos y te sentabas a beber con el, por las amantes que te habían herido, me enseñaste que no toda la gente es buena con los demás………………..tenías miedo, y nunca les pedirías que lo fueran, quizás si lo fueran la muerte no sería tan triste, siempre juntando más odios que amantes aprender a ganar es difícil, pero cualquiera, incluso uno mismo, podía ser un gran perdedor. Cuantas botellas de cerveza y vino principalmente de cerveza tomaste, esperando que la cosas mejoraran o cuando te peleabas con una mujer y esperabas que el teléfono sonara, mientras te volvías loco y la radio pasaba canciones de amor y el teléfono permanecía silencioso y las paredes frías y cerveza fría…………………………. cerveza fría era todo lo que había y cuando una botella caía, producía el único sonido en tu vida, mientras tanto los basureros de la ciudad se llenan, las plazas………..calles se llenan, los manicomios se llenan, los hospitales se llenan, los cementerios se llenan, ningún otra cosa se llena sentir el vacío……………esperabas a la muerte como a un gato que salta por sorpresa sobre la cama y ella llego, tu decías que el próximo era yo y que quizás tu sepas algo que yo todavía no se …………….


pensador