Sino ( 4 )
Sino. Encuentra docenas de sino con fotos para copiar y compartir.
Anunciación
Inserto en soledad
de palabra vertida
que apenas hiriera el silencio,
siento la voz del sueño
con su descenso casi imperceptible
y sus labios de hielo,
mas no el letal dolor que de mí nace,
ni la perenne dicha del misterio aclarado
más allá de las cosas,
del último verano de la sangre
que en su final latir
crece trémula y nos inunda
de su postrer sollozo,
sino el misterio mismo con su propia presencia,
sus invisibles alas, sus invencibles olas
y la marea con que ahoga
la más inundada palabra
o aun la propia voz,
y llega sobre el lecho, silencioso,
negando su sonido,
a destacar su dura esencia
a despertar mi sueño con su sombra,
a rescatarse en mí
como cristal que guarda el recuerdo del aire,
como cuando el silencio
navega en aguas del silencio,
y sobre mi cuerpo desnudo,
tocando con su piel la húmeda frialdad
de mis labios y voz,
llegando hasta debajo de mis párpados,
me inunda lentamente, me apresa con sus redes
y en su océano quedo
como última voz abandonada
o el naufragio de sombra sobre sombra,
y comprendo que sueño y sombra,
confusos para siempre,
no pueden exclamar: "Ésta es mi sangre".
Inserto en soledad
de palabra vertida
que apenas hiriera el silencio,
siento la voz del sueño
con su descenso casi imperceptible
y sus labios de hielo,
mas no el letal dolor que de mí nace,
ni la perenne dicha del misterio aclarado
más allá de las cosas,
del último verano de la sangre
que en su final latir
crece trémula y nos inunda
de su postrer sollozo,
sino el misterio mismo con su propia presencia,
sus invisibles alas, sus invencibles olas
y la marea con que ahoga
la más inundada palabra
o aun la propia voz,
y llega sobre el lecho, silencioso,
negando su sonido,
a destacar su dura esencia
a despertar mi sueño con su sombra,
a rescatarse en mí
como cristal que guarda el recuerdo del aire,
como cuando el silencio
navega en aguas del silencio,
y sobre mi cuerpo desnudo,
tocando con su piel la húmeda frialdad
de mis labios y voz,
llegando hasta debajo de mis párpados,
me inunda lentamente, me apresa con sus redes
y en su océano quedo
como última voz abandonada
o el naufragio de sombra sobre sombra,
y comprendo que sueño y sombra,
confusos para siempre,
no pueden exclamar: "Ésta es mi sangre".
Alà Chumacero
Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y la figura.
San Juan De La Cruz
La organización de marketing tendrá que redefinir su papel: ya no manejar las interacciones con los clientes, sino integrar todos los procesos de la empresa que tienen que ver con los clientes.
Philip Kotler
Esta frase aparece a veces en otra forma también atribuida al mismo autor: El arte es inútil, pero el hombre es incapaz de prescindir de lo inútil. ¿Qué es el arte, sino una manera de ver?.
Thomas Berguer
Cuando digo que mira, miento. No mira, sino que contempla distraídamente. De modo que quizá solo fugazmente, casi sin querer, puede ocuparse de lo que le rodea.
Fiodor Dostoievski
Quien discute sobre si se puede matar a la propia madre no merece argumentos sino azotes.
Aristóteles
El hombre no ha nacido para tener las manos amarradas al poste de los rezos. Dios no quiere rodillas humilladas en los templos sino piernas de fuego galopando, manos acariciando las entrañas del hierro, mentes pariendo brasas, labios haciendo besos. Digo que yo trabajo, vivo, pienso y que esto que yo hago es un buen rezo, que a dios le gusta mucho y respondo por ello. Y digo que el amor es el mejor sacramento, que os amo, que amo y que no tengo sitio en el infierno.
Jorge Debravo
No es el filósofo el que sabe donde esta el tesoro sino el que trabaja y lo saca.
Francisco De Quevedo
No miente solo el que habla contrariando su propio saber, sino sobre todo el que habla contrariando su propio no saber.
Friedrich Nietzsche
Los hombres que han cambiado el mundo no lo han conseguido remplazando a los gobernantes, sino siempre agitando a las masas.
Napoleón Bonaparte
Contra toda opinión, no son los pintores sino los espectadores quienes hacen los cuadros.
Marcel Duchamp
Aun pido enseñanza; pero ya no al hombre, sino a quien no recibe enseñanza del hombre.
Antonio Porchia
El rey está rodeado de gentes que no piensan sino en divertirlo y en impedir que piense en sí mismo. Porque, por muy rey que sea, es desgraciado si piensa en ello.
Blaise Pascal
La historia no es sino un diálogo, bastante dramático, por cierto, entre el hombre y el universo.
MarÃa Zambrano
Bien saben los amantes que hay caricias que son no una simple caricia sino una posesión
José Angel Buesa
El amor tiene la virtud de desnudar no a los dos amantes uno frente al otro, sino a cada uno delante de sí.
Cesare Pavese
El abuso de las drogas no es una enfermedad, es una decisión, como la decisión de saltar desde un coche en movimiento. No lo llamaría una enfermedad sino un error de juicio.
Philip Dick
El inconsciente no es algo malo por naturaleza, es también la fuente de bienestar. No solo oscuridad sino también luz, no solo bestial y demoníaca, sino también espiritual y divina.
Carl Jung
El hombre hace suyo un lugar no solo con el pico y la pala sino también con lo que piensa al picar y palear.
Sandor Marai
Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas.
Rabindranath Tagore
De la justicia no tienen nada que temer los pueblos, sino los que se resisten a ejercerla.
José MartÃ
En el fondo, un poema no es algo que se ve, sino la luz que nos permite ver, y lo que vemos es la vida.
Robert Penn Warren
Engrandecerás a tu pueblo, no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes.
Epicteto
Hay gentes que piensan que el amor no es sino una especie de perfume; cierto que la flor que lo exhala es la más bella de la creación.
Alfred de Musset
Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia.
Arthur Schopenhauer
A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino solo entre las lágrimas, y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas.
Maurice Maeterlinck
Cuando nos vimos por primera vez, no hicimos sino recordarnos. Aunque te parezca absurdo, yo he llorado cuando tuve conciencia de mi amor hacia ti, por no haberte querido toda la vida.
Antonio Machado