Sobre la falda tenia el libro abierto ( 2 )
Sobre la falda tenia el libro abierto. Encuentra docenas de sobre la falda tenia el libro abierto con fotos para copiar y compartir.
Galope Súbito
A veces cruza mi pecho dormido
una alada magnolia gimiendo,
con su aroma lascivo, una campana
tocando a fuego, a besos,
una soga llanera
que enlaza una cintura,
una roja invasión de hormigas blancas,
una venada oteando el paraíso
jadeante, alzado el cuello
hacia el éxtasis,
una falda de cámbulos,
un barco que da tumbos
por ebrio mar de noche y de cabellos
un suspiro, un pañuelo que delira
bordado con diez letras
y el laurel de la sangre,
un desbocado vendaval, un cielo
que ruge como un tigre,
el puñal de la estrella fugaz
que solo dos desde un balcón han visto,
un sorbo delirante de vino besador,
una piedra de otro planeta silbando
como la leña verde cuando arde,
un penetrante río que busca locamente
su desenlace o desembocadura
donde nada la Bella Nadadora,
un raudal de manzana y roja miel,
el arañazo de la ortiga más dulce,
la sombra azul que baila en el mar de Ceilán,
tejiendo su delirio,
un clarín victorioso levantado hacia el alba,
la doble alondra del color del maíz
volando sobre un celeste infierno
y veo, dormido, un precipicio súbito
y volar o morir...
A veces cruza mi pecho dormido
una persona o viento,
un enjambre o relámpago,
un súbito galope:
es el amor que pasa en la grupa de un potro
y se hunde en el tiempo hacia el mar y la muerte.
A veces cruza mi pecho dormido
una alada magnolia gimiendo,
con su aroma lascivo, una campana
tocando a fuego, a besos,
una soga llanera
que enlaza una cintura,
una roja invasión de hormigas blancas,
una venada oteando el paraíso
jadeante, alzado el cuello
hacia el éxtasis,
una falda de cámbulos,
un barco que da tumbos
por ebrio mar de noche y de cabellos
un suspiro, un pañuelo que delira
bordado con diez letras
y el laurel de la sangre,
un desbocado vendaval, un cielo
que ruge como un tigre,
el puñal de la estrella fugaz
que solo dos desde un balcón han visto,
un sorbo delirante de vino besador,
una piedra de otro planeta silbando
como la leña verde cuando arde,
un penetrante río que busca locamente
su desenlace o desembocadura
donde nada la Bella Nadadora,
un raudal de manzana y roja miel,
el arañazo de la ortiga más dulce,
la sombra azul que baila en el mar de Ceilán,
tejiendo su delirio,
un clarín victorioso levantado hacia el alba,
la doble alondra del color del maíz
volando sobre un celeste infierno
y veo, dormido, un precipicio súbito
y volar o morir...
A veces cruza mi pecho dormido
una persona o viento,
un enjambre o relámpago,
un súbito galope:
es el amor que pasa en la grupa de un potro
y se hunde en el tiempo hacia el mar y la muerte.
Eduardo Carranza
En Mi Jardín
Sobre el césped los árboles me hablan
del divino poema del silencio.
La noche me sorprende sin sonrisas,
revolviendo en mi alma los recuerdos.
* * *
¡Viento! ¡oye!
¡espera! ¡no te vayas!
¿De parte de quién es? ¿Quién dijo eso?
Besos que yo esperé, tú me has dejado
en el ala dorada de mi pelo.
¡No te vayas! ¡alegra más mis flores!
Y sé, tú, viento amigo mensajero;
contéstale diciendo que me viste,
con el libro de siempre entre los dedos.
Al marcharte, enciende las estrellas,
se han llevado la luz, y apenas veo,
y sé, viento, enfermo de mi alma;
y llévale esta «cita» en raudo vuelo.
...Y el viento me acaricia dulcemente,
y se marcha insensible a mi deseo...
Sobre el césped los árboles me hablan
del divino poema del silencio.
La noche me sorprende sin sonrisas,
revolviendo en mi alma los recuerdos.
* * *
¡Viento! ¡oye!
¡espera! ¡no te vayas!
¿De parte de quién es? ¿Quién dijo eso?
Besos que yo esperé, tú me has dejado
en el ala dorada de mi pelo.
¡No te vayas! ¡alegra más mis flores!
Y sé, tú, viento amigo mensajero;
contéstale diciendo que me viste,
con el libro de siempre entre los dedos.
Al marcharte, enciende las estrellas,
se han llevado la luz, y apenas veo,
y sé, viento, enfermo de mi alma;
y llévale esta «cita» en raudo vuelo.
...Y el viento me acaricia dulcemente,
y se marcha insensible a mi deseo...
Gloria Fuertes
Escribo Y Apareces Siempre
Este amor ¿canta o atestigua?
¿Confesión o hilos invisibles
sueño o verdad
la luz que visita
para hacerse vestido
tantos como mundos
que en este hermoso oficio
yo procuro?
Espiando tú mi pensamiento
aventuras:
canto y testimonio
no pueden separar
ave sobre velero
en el dominio mar y
siempre pagarás ser dueña
pues de agua llamaste un barco
que obedece.
No estoy conforme. Mira el ancho
de los versos:
Te amo bajo los astros
(testimonio sería)
o
Estamos abrazando al mundo
(canto parece).
Y te acercas a la mesa
para decirme
no pierdas más tiempo
de tus manos que escriben
cosa mejor conmigo
ni busques más amparo
que el de tu voz nunca indecisa
ni temerosa al lado de tu amor
que sabe el movimiento puro
del zarpazo cuando habitas
un rostro de escribiente
que me parece abismo
si acerco tu cintura
clavada en esta sala.
Ven, tu poema mejor
es el mío, lo mío, la esfera.
La presa en tus brazos
¿será este libro
puntada de la sangre
fisura del pensamiento
camino de sencillez
amor crecido las estrellas
pegadas a mi cuerpo
egoísmo salvación
condena manzana dulce?
De: Pasión inédita
Este amor ¿canta o atestigua?
¿Confesión o hilos invisibles
sueño o verdad
la luz que visita
para hacerse vestido
tantos como mundos
que en este hermoso oficio
yo procuro?
Espiando tú mi pensamiento
aventuras:
canto y testimonio
no pueden separar
ave sobre velero
en el dominio mar y
siempre pagarás ser dueña
pues de agua llamaste un barco
que obedece.
No estoy conforme. Mira el ancho
de los versos:
Te amo bajo los astros
(testimonio sería)
o
Estamos abrazando al mundo
(canto parece).
Y te acercas a la mesa
para decirme
no pierdas más tiempo
de tus manos que escriben
cosa mejor conmigo
ni busques más amparo
que el de tu voz nunca indecisa
ni temerosa al lado de tu amor
que sabe el movimiento puro
del zarpazo cuando habitas
un rostro de escribiente
que me parece abismo
si acerco tu cintura
clavada en esta sala.
Ven, tu poema mejor
es el mío, lo mío, la esfera.
La presa en tus brazos
¿será este libro
puntada de la sangre
fisura del pensamiento
camino de sencillez
amor crecido las estrellas
pegadas a mi cuerpo
egoísmo salvación
condena manzana dulce?
De: Pasión inédita
Pureza Canelo
Agua Oscura
Es hablar de la llanura que se quiebra en la noche,
interminablemente oscura,
que se desborda al horizonte, silenciosa y sin límite
El círculo roto, el murmullo que desatendido se multiplica,
se convierte en un ejército con mil frentes,
sonido inacabable, incomprensión inacabable
(es tu olor la firmeza única,
la única sobrevivencia del sabor del día)
Tengo abiertas las manos para tocar la caída de agua oscura
que en múltiples texturas se desenmaraña
He abierto conscientemente las manos: nada me detiene, nada detengo.
En esta limpia fluidez tumultuosa perdí el modo de jugar la ronda:
En este movimiento he dejado el último resquicio virgen al movimiento,
el último e infinito resguardo.
Ya nada me distingue del mundo.
-Sí, tú eres la firmeza única, el momento cierto que me espera
a un lado de la noche para abordarme, pero eres el único eco capaz
de nombrar lo que ejerce la oscuridad sobre la llanura-
Ya nada me distingue del mundo porque nada detengo.
Pero (sopla lento el viento) cada partícula de polvo, cada gota de agua
que viene en el viento, un instante antes de entrar en mí se detiene.
Nada me distingue del mundo, es cierto, pero nada me traspasa.
Todo, justo un instante antes de perforarme, me señala,
me sostiene, me demarca.
Es hablar de la llanura que se quiebra en la noche,
interminablemente oscura,
que se desborda al horizonte, silenciosa y sin límite
El círculo roto, el murmullo que desatendido se multiplica,
se convierte en un ejército con mil frentes,
sonido inacabable, incomprensión inacabable
(es tu olor la firmeza única,
la única sobrevivencia del sabor del día)
Tengo abiertas las manos para tocar la caída de agua oscura
que en múltiples texturas se desenmaraña
He abierto conscientemente las manos: nada me detiene, nada detengo.
En esta limpia fluidez tumultuosa perdí el modo de jugar la ronda:
En este movimiento he dejado el último resquicio virgen al movimiento,
el último e infinito resguardo.
Ya nada me distingue del mundo.
-Sí, tú eres la firmeza única, el momento cierto que me espera
a un lado de la noche para abordarme, pero eres el único eco capaz
de nombrar lo que ejerce la oscuridad sobre la llanura-
Ya nada me distingue del mundo porque nada detengo.
Pero (sopla lento el viento) cada partícula de polvo, cada gota de agua
que viene en el viento, un instante antes de entrar en mí se detiene.
Nada me distingue del mundo, es cierto, pero nada me traspasa.
Todo, justo un instante antes de perforarme, me señala,
me sostiene, me demarca.
Carmen Boullosa
Heladas Por El Presente
Soy una mujer que se alejó del mar.
El pequeño fin, como dije.
Ponerse la toalla, el pequeño
trozo de pared, pon la mano
y échate sobre mí, un poco lejos,
el pecho es piedra. Sobre mí
deja la cal un rastro de tres dedos,
debió apretar más con el pulgar
que con el índice. Luego esa porquería
de libro y la camarera que nos trajo
la bandeja oxidada el amor
no cabe en fuente alguna tumbas
tierra adentro ondulaciones
de tierra raíces secas brotes
de ramas retorcida hiedra
tierra adentro la mano, la cal,
la bandeja, la camarera,
el mar.
1994
Soy una mujer que se alejó del mar.
El pequeño fin, como dije.
Ponerse la toalla, el pequeño
trozo de pared, pon la mano
y échate sobre mí, un poco lejos,
el pecho es piedra. Sobre mí
deja la cal un rastro de tres dedos,
debió apretar más con el pulgar
que con el índice. Luego esa porquería
de libro y la camarera que nos trajo
la bandeja oxidada el amor
no cabe en fuente alguna tumbas
tierra adentro ondulaciones
de tierra raíces secas brotes
de ramas retorcida hiedra
tierra adentro la mano, la cal,
la bandeja, la camarera,
el mar.
1994
Concha GarcÃa
El Estanque
¡El verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
está en olvido
miserable!
En las lejanas, bellas horas
eran sus linfas cantadoras,
eran granates y auroras,
a campánulas y jazmines
iban insectos mandarines
con lamparillas purpuradas,
insectos cantarines
con las músicas coloreadas;
mas, del jardín, en la belleza
mora siempre arcana tristeza:
como la noche impenetrable,
como la ruina miserable.
Temblaba Vésper en los cielos,
gemían búhos paralelos
y, de tarde, la enramada
tenía vieja luz dorada;
era la hora entristecida
como planta por nieve herida;
como el insecto agonizante
sobre hojas secas navegante.
Clara, la niña bullidora,
corrió a bañarse en linfa mora,
para ir luego a la fiesta
de la heredad vecina;
ya a su oído llegaba orquesta
de violín, piano y ocarina.
Brilló un momento, anaranjada,
entre la sombra perfumada,
con las primeras sensaciones
del sarao de orquestaciones.
¡Oh! en la linfa funesta y honda
fue a bañarse la virgen blonda;
de los amores encendida,
la mirada llena de vida. ..
¡EI verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
hoyes derrumbe
miserable!
¡El verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
está en olvido
miserable!
En las lejanas, bellas horas
eran sus linfas cantadoras,
eran granates y auroras,
a campánulas y jazmines
iban insectos mandarines
con lamparillas purpuradas,
insectos cantarines
con las músicas coloreadas;
mas, del jardín, en la belleza
mora siempre arcana tristeza:
como la noche impenetrable,
como la ruina miserable.
Temblaba Vésper en los cielos,
gemían búhos paralelos
y, de tarde, la enramada
tenía vieja luz dorada;
era la hora entristecida
como planta por nieve herida;
como el insecto agonizante
sobre hojas secas navegante.
Clara, la niña bullidora,
corrió a bañarse en linfa mora,
para ir luego a la fiesta
de la heredad vecina;
ya a su oído llegaba orquesta
de violín, piano y ocarina.
Brilló un momento, anaranjada,
entre la sombra perfumada,
con las primeras sensaciones
del sarao de orquestaciones.
¡Oh! en la linfa funesta y honda
fue a bañarse la virgen blonda;
de los amores encendida,
la mirada llena de vida. ..
¡EI verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
hoyes derrumbe
miserable!
José MarÃa Eguren
¿por Qué No?
Bañábase en la playa
sin corazón
y sin el velo de la desposada.
Y tenía su cuerpo,
sin corazón,
por la arena salada recubierto.
Tendida sobre el aire,
sin corazón,
comenzó a despojarse de su carne.
¿Y el corazón?
Los peces lo llevaban,
mar adentro, colgado de sus alas.
Bañábase en la playa
sin corazón
y sin el velo de la desposada.
Y tenía su cuerpo,
sin corazón,
por la arena salada recubierto.
Tendida sobre el aire,
sin corazón,
comenzó a despojarse de su carne.
¿Y el corazón?
Los peces lo llevaban,
mar adentro, colgado de sus alas.
José MarÃa Hinojosa
Rebelión
Miraba yo la pampa inmensa soñando con el mar.
Miraba yo la pampa tensa, tan alta, tan serena,
tocando con el cielo su frente de cristal;
un acorde de grises y violetas su manto,
que altura en la belleza!
que altura en la belleza!
que majestad estática en el día altiplánico!
De pronto un niño llora.
Entre la paja brava, con su ponchito viejo
llora un niño. Por que?
Quien sabe...
El indio aymará se lleva el grito en su raza,
y su clamor innato
desgarra la serena nobleza del paisaje.
Un niño, un llanto humano es una herida abierta
que ensangrienta este mundo.
Tiemblan y se estremecen los monolitos míticos:
se rompen y entreveran los caminos de paz.
Hay maldad en la tierra.
Arde lo que era de hielo.
Las palabras suaves se crispan en los puños
desafiando al relámpago.
Corro sobre la pampa desaforadamente;
me quema el corazón como una brasa.
Hay maldad en la tierra, hay injusticia.
Quizás mas lejos halle la bandera que busco.
Quiero la gleba abierta con sus labios de surcos
como un libro de música.
Quiero que se calme este llanto de niño
que es llanto del mundo.
Miraba yo la pampa inmensa soñando con el mar.
Miraba yo la pampa tensa, tan alta, tan serena,
tocando con el cielo su frente de cristal;
un acorde de grises y violetas su manto,
que altura en la belleza!
que altura en la belleza!
que majestad estática en el día altiplánico!
De pronto un niño llora.
Entre la paja brava, con su ponchito viejo
llora un niño. Por que?
Quien sabe...
El indio aymará se lleva el grito en su raza,
y su clamor innato
desgarra la serena nobleza del paisaje.
Un niño, un llanto humano es una herida abierta
que ensangrienta este mundo.
Tiemblan y se estremecen los monolitos míticos:
se rompen y entreveran los caminos de paz.
Hay maldad en la tierra.
Arde lo que era de hielo.
Las palabras suaves se crispan en los puños
desafiando al relámpago.
Corro sobre la pampa desaforadamente;
me quema el corazón como una brasa.
Hay maldad en la tierra, hay injusticia.
Quizás mas lejos halle la bandera que busco.
Quiero la gleba abierta con sus labios de surcos
como un libro de música.
Quiero que se calme este llanto de niño
que es llanto del mundo.
Yolanda Bedregal
Ofrendando El Libro A Eros
Porque haces tu can de la leona
más fuerte de la Vida, y la aprisiona
la cadena de rosas de tu brazo.
Porque tu cuerpo es la raíz, el lazo
esencial de los troncos discordantes
del placer y el dolor, plantas gigantes.
Porque emerge en tu mano bella y fuerte,
como en broche de míticos diamantes
el más embriagador lis de la Muerte.
Porque sobre el espacio te diviso,
pueste de luz, perfume y melodía,
comunicando infierno y paraíso
-con alma fúlgida y carne sombría...
Porque haces tu can de la leona
más fuerte de la Vida, y la aprisiona
la cadena de rosas de tu brazo.
Porque tu cuerpo es la raíz, el lazo
esencial de los troncos discordantes
del placer y el dolor, plantas gigantes.
Porque emerge en tu mano bella y fuerte,
como en broche de míticos diamantes
el más embriagador lis de la Muerte.
Porque sobre el espacio te diviso,
pueste de luz, perfume y melodía,
comunicando infierno y paraíso
-con alma fúlgida y carne sombría...
Delmira Agustini
Yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro.
Groucho Marx
Un libro es una versión del mundo. Si no te gusta, ignóralo u ofrece tu propia versión.
Salman Rushdie
Alguien me dijo que cada ecuación que incluyese en mi libro reduciría las ventas a la mitad. He puesto una ecuación, la famosa ecuación de Einstein e = mc2. Espero que esto no asuste a la mitad de mis potenciales lectores.
Stephen William Hawking
Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.
Groucho Marx
No hay ninguna duda de que existe el más allá. Sin embargo, hay que preguntarse a qué distancia se encuentra del centro de la ciudad y hasta qué hora está abierto.
Woody Allen
Su libro es bueno y original, pero la parte que es buena no es original y la parte que es original no es buena.
Samuel Johnson
Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada.
Lord Byron
Desconfiá de todo lo que veas en este libro o en cualquier otro y mantené la mente abierta.
Gordon Delamont
Se debe desconfiar de un mal libro como de una seroiente, que temprano o tarde da muerte a los que se distraen en ella.
Proverbio Peruano
Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el día menos pensado encuentra en el libro que menos valga a sus ojos, alguna frase que le enseña algo que ignora.
Mariano Jose de Larra
Cuando se lee un libro según qué estado de ánimo, solo se encuentran en él interpretaciones de ese estado.
Georges Duhamel
La radio marca los minutos de la vida; es diario, las horas, el libro; los días.
Jacques H de la Lacreitelle
Un bello paisaje, una hermosa jornada, un libro selecto... ¿Qué más necesitáis para ser felices? El sol resplandece por dentro.
Joseph Leo Mankiewicz
Gran diferencia existe entre la persona que pide leer un libro y la que pide un libro para leer.
Gilbert Keith Chesterton
Todos, en el fondo, estamos metidos en un libro, porque la literatura abarca todo aquello que entendemos por real.
Gonzalo Suárez