Solo-una-cosa-convierte
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A ver, el mundo no es solo como lo vemos sino también como lo entendemos, ¿no? Y al entender una cosa, le añadimos algo, ¿no? ¿Eso no convierte a la vida en un cuento?
Yann Martel
Cuando no hay amor en nuestro corazón, solo nos queda una cosa: el placer; y ese placer es el sexo, por lo tanto este se convierte en un enorme problema.
Jiddu Krishnamurti
No tenía nada. Solo un deseo frenético de aferrarme a algo, a cualquier cosa que me mantuviera a flote en el desierto de mi existencia.
Sophie Jordan
La única cosa que me tiene a donde estoy sentado es mi instinto, ya sabes, y estoy impaciente. No quiero esperar años para trabajar, solo quiero salir y hacerlo.
Heath Ledger
Jack la miró largamente. ¿Cómo había imaginado que podría vivir sin ella?
Durante todo el infernal trayecto por la autopista cubierta de agua en un Jeep
robado, mejor dicho, prestado, había ensayado lo que iba a decir, había pensado
cómo iba a abordarla.
Una vez allí, en la misión más arriesgada de toda su vida, solo podía hacer una
cosa.
Durante todo el infernal trayecto por la autopista cubierta de agua en un Jeep
robado, mejor dicho, prestado, había ensayado lo que iba a decir, había pensado
cómo iba a abordarla.
Una vez allí, en la misión más arriesgada de toda su vida, solo podía hacer una
cosa.
Maureen Child
Solo una cosa tiene mala el sueño, según he oido decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia.
Miguel de Cervantes
Se está perdiendo la literatura en favor de la lectura, que es una cosa que solo beneficia a la industria editorial. No es importante que todos lean, sino que algunos lean y lo hagan bien.
Eduardo Mendoza
Por más que diga, la mayoría de la gente no piensa más que en sí misma -proseguí-. Con que yo coma bien, vale. Con que yo pueda comprarme lo que quiera, vale. Pero enamorarse de alguien significa pensar primero en el otro. Si yo solo tuviera un poco de comida, querría dártela a ti. Si tuviera muy poco dinero, antes que comprarme algo que me gustara a mí, te lo compraría a ti. Y, solo con que tu me dijeras que estaba bueno, ya se me quitaría el hambre y, si tú estuvieras contenta, también lo estaría yo. El amor es esto. ¿Crees que hay algo más importante que eso? A mi no se me ocurre ninguna otra cosa.
Kyoichi Katayama
El agradecimiento que solo consiste en el deseo, es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
Miguel de Cervantes
Solo sé una cosa: en el fondo nadie es demasiado fantástico, tengo la impresión de que todos dedican la mayor parte de su vida a fastidiar a los demás.
Ken Kessey
Todos vamos a fracasar en la vida, pero nadie tiene que ser un fracaso. A falta de una cosa no te convierte en un fracaso. Usted solo es un fracaso cuando sale intentarlo.
Joyce Meyer
Como cualquier cosa, no forzar a los niños a cocinar. Solo se convierte en parte de la vida - haga que sea alrededor, mantenerlos informados - hablar de ello. Trato de transmitir mi pasión por ella de esta manera. El segundo trata de forzar nada en su propio hijo, se rebelan.
Todd English
Un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Gabriel GarcÃa Márquez
El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno solo se convierte en un hombre cuando supera estos combates.
André Malraux
Si afirmas que tu vida carece de sentido porque un día deberás morir. ¿Cuál sería su sentido si hoy te dijeran que nunca morirás?... Mira que la cosa no cambia por el solo hecho de durar.
Adolfo Roberto Arman
Tengo un importante mensaje que dar a la gente linda de todo el mundo. Si crees que eres lindo, tal vez creas que eres hermoso. Solo quiero decirles una cosa: hay más gente como nosotros, unos Feos Hijos de Puta, que ustedes, así que... ¡tengan cuidado!
Frank Zappa
Si se admite que el suicidio es un crimen, solo la cobardía puede impulsarnos a él. Si no es un crimen, tanto la prudencia como el valor nos obligan a desembarazarnos de la existencia cuando ésta se convierte en una carga
David Hume
Sufrir por la libertad... es marchar por un sendero de abrojos que solo se convierte en rosas cuando uno ha pasado
Ignacio Manuel Altamirano
...las leyes reveladas por Dios a Moisés no fueron otra cosa que el derecho particular del Estado hebreo y que, por tanto, ningún otro tenía obligación de aceptarlas, y que incluso ellos mismos solo estaban sujetos a ellas mientras durara su Estado.
Baruch Spinoza
Solo hasta un cierto grado la propiedad hace al hombre más independiente y libre; pero en un grado más la propiedad se convierte en amo y el propietario en esclavo.
Friedrich Nietzsche
Un poema solo es tal cuando existe en lo habitual. Desde el momento en que un poema se convierte en algo habitual, no emociona, no maravilla, no inquieta más, y deja, por lo tanto, de ser un poema, pues inquietar, maravillar, emocionar nuestras raíces es lo propio de la poesía.
Vicente Huidobro
Además, como colijo de tu ejemplo, mezclas el todo con la causa. Porque, mientras yo digo: el todo consta tan solo de (o por) sus partes, tú representas el poder pensante como una cosa de la que depende el entendimiento, el amor, etc.
Baruch Spinoza
Toda cosa se convierte en un placer cuando se hace a menudo. Éste es uno de los secretos más importantes de la existencia.
Oscar Wilde
Y, por tanto, si dos hombres desean una misma cosa que no puede ser disfrutada por ambos, se convierten en enemigos; y, para lograr su fin, que es, principalmente, su propia conservación y, algunas veces, solo su deleite, se empeñan en destruirse y someterse mutuamente.
Thomas Hobbes
DESPEDIDA DE UN PAISAJE
No le reprocho a la primavera
que llegue de nuevo.
No me quejo de que cumpla
como todos los años
con sus obligaciones.
Comprendo que mi tristeza
no frenara la hierba.
Si los tallos vacilan
será sólo por el viento.
No me causa dolor
que los sotos de alisos
recuperen su murmullo.
Me doy por enterada
de que, como si vivieras,
la orilla de cierto lago
es tan bella como era.
No le guardo rencor
a la vista por la vista
de una bahía deslumbrante.
Puedo incluso imaginarme
que otros, no nosotros,
están sentados ahora mismo
sobre el abedul derribado.
Respeto su derecho
a reír, a susurrar
y a quedarse felices en silencio.
Supongo incluso
que los une el amor
y que él la abraza a ella
con brazos llenos de vida.
Algo nuevo, como un trino,
comienza a gorgotear entre los juncos.
De veras los deseo
que lo oigan.
No exijo ningún cambio
de las olas a la orilla,
ligeras o perezosas,
pero no obedientes.
Nada le pido
a las aguas junto al bosque,
a veces esmeralda,
a veces zafiro,
a veces negras.
Una cosa no acepto.
Volver a ese lugar.
Renuncio al privilegio
de la presencia.
No le reprocho a la primavera
que llegue de nuevo.
No me quejo de que cumpla
como todos los años
con sus obligaciones.
Comprendo que mi tristeza
no frenara la hierba.
Si los tallos vacilan
será sólo por el viento.
No me causa dolor
que los sotos de alisos
recuperen su murmullo.
Me doy por enterada
de que, como si vivieras,
la orilla de cierto lago
es tan bella como era.
No le guardo rencor
a la vista por la vista
de una bahía deslumbrante.
Puedo incluso imaginarme
que otros, no nosotros,
están sentados ahora mismo
sobre el abedul derribado.
Respeto su derecho
a reír, a susurrar
y a quedarse felices en silencio.
Supongo incluso
que los une el amor
y que él la abraza a ella
con brazos llenos de vida.
Algo nuevo, como un trino,
comienza a gorgotear entre los juncos.
De veras los deseo
que lo oigan.
No exijo ningún cambio
de las olas a la orilla,
ligeras o perezosas,
pero no obedientes.
Nada le pido
a las aguas junto al bosque,
a veces esmeralda,
a veces zafiro,
a veces negras.
Una cosa no acepto.
Volver a ese lugar.
Renuncio al privilegio
de la presencia.
WisÅawa Szymborska
Charlie Watts es mi favorito absoluto. Tiene todas las virtudes que admiro de la gente. Gran sentido del humor, un adorable toque de excentricidad, un talento verdadero, mucha modestia. La única cosa que ha sido siempre cierta sobre Charlie es que odia ser una estrella del rock. Genuinamente lo detesta. El quería ser solo un tipo tranquilo. Y de golpe se encontró en medio de todo esto, que no es su imagen verdadera
Keith Richards
Nunca seremos amigos, lo sabe usted de sobra. Seremos las personas más felices o las más desdichadas. De usted depende. (...) Sólo le pido una cosa: que me permita concebir esperanzas y seguir sufriendo como hasta ahora. Y, en caso de que eso no sea posible, ordéneme que desaparezca y desapareceré. No volverá a verme, si mi presencia le resulta tan molesta.
León Tolstói
Dado que Imre era un refugio para la música y el teatro, quizá penséis que yo pasaba mucho tiempo allí, pero nada podría estar más lejos de la verdad. Solo había estado en Imre una vez. Wilem y Simmon me habían llevado a una posada donde tocaba un trío de hábiles músicos: laúd, flauta y tambor. Pedí una jarra de cerveza pequeña que me costó medio penique y me relajé, dispuesto a disfrutar de una velada con mis amigos?
Pero no pude. Apenas unos minutos después de que empezara a sonar la música, casi salí corriendo del local. Dudo mucho que podáis entender por qué, pero supongo que si quiero que esto tenga algún sentido, tendré que explicároslo.
No soportaba oír música y no formar parte de ella. Era como ver a la mujer que amas acostándose con otro hombre. No. No es eso. Era como?
Era como los consumidores de resina que había visto en Tarbean. La resina de denner era ilegal, por supuesto, pero había partes de la ciudad en que eso no importaba. La resina se vendía envuelta en papel encerado, como los pirulís o los tofes. Mascarla te llenaba de euforia. De felicidad. De satisfacción.
Pero pasadas unas horas estabas temblando, dominado por una desesperada necesidad de consumir más, y esa ansia empeoraba cuanto más tiempo llevabas consumiéndola. Una vez, en Tarbean, vi a una joven de no más de dieciséis años con los reveladores ojos hundidos y los dientes exageradamente blancos de los adictos perdidos. Le estaba pidiendo un «caramelo» de resina a un marinero, que lo sostenía fuera de su alcance, burlándose de ella. Le decía a la chica que se lo daría si se desnudaba y bailaba para él allí mismo, en medio de la calle.
La chica lo hizo, sin importarle quién pudiera estar mirando, sin importarle que fuera casi el Solsticio de Invierno y que en la calle hubiera diez centímetros de nieve. Se quitó la ropa y bailó desenfrenadamente; le temblaban las pálidas extremidades, y sus movimientos eran patéticos y espasmódicos. Entonces, cuando el marinero rio y negó con la cabeza, ella cayó de rodillas en la nieve, suplicando y sollozando, agarrándose desesperadamente a las piernas del marinero, prometiéndole que haría cualquier cosa que le pidiera, cualquier cosa?
Así era como me sentía yo cuando oía tocar a unos músicos. No podía soportarlo. La ausencia diaria de mi música era como un dolor de muelas al que me había acostumbrado. Podía vivir con ello. Pero no soportaba ver cómo agitaban delante de mí el objeto de mi deseo.
Pero no pude. Apenas unos minutos después de que empezara a sonar la música, casi salí corriendo del local. Dudo mucho que podáis entender por qué, pero supongo que si quiero que esto tenga algún sentido, tendré que explicároslo.
No soportaba oír música y no formar parte de ella. Era como ver a la mujer que amas acostándose con otro hombre. No. No es eso. Era como?
Era como los consumidores de resina que había visto en Tarbean. La resina de denner era ilegal, por supuesto, pero había partes de la ciudad en que eso no importaba. La resina se vendía envuelta en papel encerado, como los pirulís o los tofes. Mascarla te llenaba de euforia. De felicidad. De satisfacción.
Pero pasadas unas horas estabas temblando, dominado por una desesperada necesidad de consumir más, y esa ansia empeoraba cuanto más tiempo llevabas consumiéndola. Una vez, en Tarbean, vi a una joven de no más de dieciséis años con los reveladores ojos hundidos y los dientes exageradamente blancos de los adictos perdidos. Le estaba pidiendo un «caramelo» de resina a un marinero, que lo sostenía fuera de su alcance, burlándose de ella. Le decía a la chica que se lo daría si se desnudaba y bailaba para él allí mismo, en medio de la calle.
La chica lo hizo, sin importarle quién pudiera estar mirando, sin importarle que fuera casi el Solsticio de Invierno y que en la calle hubiera diez centímetros de nieve. Se quitó la ropa y bailó desenfrenadamente; le temblaban las pálidas extremidades, y sus movimientos eran patéticos y espasmódicos. Entonces, cuando el marinero rio y negó con la cabeza, ella cayó de rodillas en la nieve, suplicando y sollozando, agarrándose desesperadamente a las piernas del marinero, prometiéndole que haría cualquier cosa que le pidiera, cualquier cosa?
Así era como me sentía yo cuando oía tocar a unos músicos. No podía soportarlo. La ausencia diaria de mi música era como un dolor de muelas al que me había acostumbrado. Podía vivir con ello. Pero no soportaba ver cómo agitaban delante de mí el objeto de mi deseo.
Patrick Rothfuss
Las mujeres sólo quieren una cosa, que los hombres quieran acostarse con ellas. Pero si te acuestas con una mujer, ella te puede dejar jodido. Y si no quieres, ella te jode igual por no haber querido.
Enrique Vila-Matas