Solo jorge bucay ( 3 )
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No hay ninguna felicidad, y de eso estoy seguro, que se pueda obtener del escapar, y mucho menos de huir hacia el pasado.
Jorge Bucay
La elaboración del duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no está, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia.
Jorge Bucay
También nos educan diciéndonos que es con esfuerzo que se consiguen cosas y que, junto esas cosas, llegará la felicidad. La verdad que yo creo que eso es una gran mentira. Una mentira socialmente aceptada, universalmente determinada, pero una mentira al fin
Jorge Bucay
Libertad es correr los riesgos que yo decida correr, siempre y cuando esté dispuesto a afrontar por mi mismo los costos de dicho riesgo
Jorge Bucay
(...) También nos educan diciéndonos que es con esfuerzo que se consiguen cosas y que, junto esas cosas, llegará la felicidad. La verdad que yo creo que eso es una gran mentira. Una mentira socialmente aceptada, universalmente determinada, pero una mentira al fin. Yo no creo para nada en el esfuerzo como camino para hacer algo. Digo, no creo que haya que esforzarse, sino que hay que dedicarse, que no es lo mismo. La dedicación a algo, la apuesta de todo lo que soy al servicio de un proyecto, no es un esfuerzo. Yo no creo en el esfuerzo, en el sentido de forzarme a hacer lo que no quiero hacer. No creo en los logros que se consiguen desde el esfuerzo. Sí creo en la elección de un camino, si creo en los rumbos que me fijo.
Jorge Bucay
Bradshaw llama a este recuerdo de la herida primigenia ?el niño herido?. Es este niño herido que llevamos dentro el que nos hace actuar así.
Jorge Bucay
El fracaso, si es que queremos llamarlo así, es la expresión que usamos para decir que el vínculo ha dejado de ser nutritivo para alguno de los dos. (No somos para todos todo el tiempo ni todos son para nosotros todo el tiempo.) Cada uno de los encuentros en mi vida ha sido como cada libro que leí: una lección de vida que me condujo a ser éste que soy.
Jorge Bucay
Cualquier pensamiento dañino, en la mente de cualquier hombre, puede en cualquier momento destruir el mundo.
Jorge Bucay
Cada vez que construyamos la certeza de que un hecho irremediablemente siniestro va a pasar, no sabiendo cómo (o sabiéndolo) nos ocuparemos de producir, de buscar, de disparar (o como mínimo de no impedir) que algo de lo terrible y previsto nos pase realmente.
[... ] Cuando creemos y confiamos en que se puede seguir adelante, nuestras posibilidades de avanzar se multiplican.
[... ] Cuando creemos y confiamos en que se puede seguir adelante, nuestras posibilidades de avanzar se multiplican.
Jorge Bucay
Un neurótico no necesita un terapeuta que le cure ni un padre que le cuide. Todo lo que necesita es un maestro que le muestre en qué punto del camino se perdió.
Jorge Bucay
Mi manera de definir el amor entre dos amigos, el amor entre dos hermanos, el amor entre padres e hijos, el amor en una pareja, el amor:
Quiero que me oigas sin juzgarme.
Quiero que opines sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí sin exigirme.
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides sin anularme.
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí.
Quiero que me abraces sin asfixiarme.
Quiero que me animes sin empujarme.
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas sin mentiras.
Quiero que te acerques sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten.
Quiero que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas que hoy contás conmigo...
Sin condiciones.
Quiero que me oigas sin juzgarme.
Quiero que opines sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí sin exigirme.
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides sin anularme.
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí.
Quiero que me abraces sin asfixiarme.
Quiero que me animes sin empujarme.
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas sin mentiras.
Quiero que te acerques sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten.
Quiero que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas que hoy contás conmigo...
Sin condiciones.
Jorge Bucay
Amantes Ii
Desnudos afrentamos el cuerpo
como dos ángeles equivocados,
como dos soles rojos en un bosque oscuro,
como dos vampiros al alzarse el día,
labios que buscan la joya del instante entre dos muslos,
boca que busca la boca, estatuas erguidas
que en la piedra inventan el beso
sólo para que un relámpago de sangres juntas
cruce la invencible muerte que nos llama.
De pie como perezosos árboles en el estío,
sentados como dioses ebrios
para que me abrasen en el polvo tus dos astros,
tendidos como guerreros de dos patrias que el alba separa,
en tu cuerpo soy el incendio del ser.
Desnudos afrentamos el cuerpo
como dos ángeles equivocados,
como dos soles rojos en un bosque oscuro,
como dos vampiros al alzarse el día,
labios que buscan la joya del instante entre dos muslos,
boca que busca la boca, estatuas erguidas
que en la piedra inventan el beso
sólo para que un relámpago de sangres juntas
cruce la invencible muerte que nos llama.
De pie como perezosos árboles en el estío,
sentados como dioses ebrios
para que me abrasen en el polvo tus dos astros,
tendidos como guerreros de dos patrias que el alba separa,
en tu cuerpo soy el incendio del ser.
Jorge Gaitán Durán
Sábados
Afuera hay un ocaso, alhaja oscura
engastada en el tiempo,
y una honda ciudad ciega
de hombres que no te vieron.
la tarde calla o canta.
Alguien descrucifica los anhelos
clavados en el piano.
Siempre, la multitud de tu hermosura.
A despecho de tu desamor
tu hermosura
prodiga su milagro por el tiempo.
Está en ti la ventura
como la primavera en el hoja nueva.
Ya casi no soy nadie,
soy tan solo ese anhelo
que se pierde en la tarde.
En ti está la delicia
como está la crueldad en las espadas.
Afuera hay un ocaso, alhaja oscura
engastada en el tiempo,
y una honda ciudad ciega
de hombres que no te vieron.
la tarde calla o canta.
Alguien descrucifica los anhelos
clavados en el piano.
Siempre, la multitud de tu hermosura.
A despecho de tu desamor
tu hermosura
prodiga su milagro por el tiempo.
Está en ti la ventura
como la primavera en el hoja nueva.
Ya casi no soy nadie,
soy tan solo ese anhelo
que se pierde en la tarde.
En ti está la delicia
como está la crueldad en las espadas.
Jorge Luis Borges
Ya No Seré Feliz
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Solo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Solo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Jorge Luis Borges
Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en el que el hombre sabe para siempre quién es.
Jorge Luis Borges
Ya No Seré Feliz
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Solo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Solo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Jorge Luis Borges
Credo
No acostumbro a decir amo, te amo,
sino cuando el amor me inunda todo
desde los ojos hasta los zapatos.
Mi cuerpo es una sola verdad y cada músculo
resume una experiencia de entusiasmo.
Una vez dije: ¡sufro! Y era que el sufrimiento
agitaba a mi lado sus cascos de caballo.
Y siempre digo: espero. Porque a mí me podrían
arrancar el recuerdo como un brazo,
pero no la esperanza que es de hueso
y cuando me la arranquen dejaré de ser esto
que te estrecha las manos.
Creo en todos los frutos que tienen jugo dulce,
y creo que no hay frutos que tengan jugo amargo.
No es culpa de los frutos si tenemos
el paladar angosto y limitado.
Creo en el corazón del hombre, creo
que es de pura caricia a pesar de las manos
que a veces asesinan, sin saberlo,
y manejan fusiles sanguinarios.
Creo en la libertad a pesar de los cepos,
a pesar de los campos alambrados.
Creo en la paz, amada, a pesar de las bombas
ya pesar de los cascos.
Creo que los países serán un solo sitio
de amor para los hombres, a pesar de los pactos,
a pesar de los límites, los cónsules,
a pesar de los libres que se dan por esclavos.
Y creo en el amor, en este amor de acero
que va fortaleciendo las piernas y los brazos,
que trabaja en secreto,
a escondidas del odio y del escarnio,
que debajo del traje se hace músculo,
órgano, experiencia, nervio, ganglio,
a pesar del rencor que nos inunda
el corazón de funerales pájaros.
Yo creo en el amor más que en mis ojos
y más que en el poder y el entusiasmo.
No acostumbro a decir amo, te amo,
sino cuando el amor me inunda todo
desde los ojos hasta los zapatos.
Mi cuerpo es una sola verdad y cada músculo
resume una experiencia de entusiasmo.
Una vez dije: ¡sufro! Y era que el sufrimiento
agitaba a mi lado sus cascos de caballo.
Y siempre digo: espero. Porque a mí me podrían
arrancar el recuerdo como un brazo,
pero no la esperanza que es de hueso
y cuando me la arranquen dejaré de ser esto
que te estrecha las manos.
Creo en todos los frutos que tienen jugo dulce,
y creo que no hay frutos que tengan jugo amargo.
No es culpa de los frutos si tenemos
el paladar angosto y limitado.
Creo en el corazón del hombre, creo
que es de pura caricia a pesar de las manos
que a veces asesinan, sin saberlo,
y manejan fusiles sanguinarios.
Creo en la libertad a pesar de los cepos,
a pesar de los campos alambrados.
Creo en la paz, amada, a pesar de las bombas
ya pesar de los cascos.
Creo que los países serán un solo sitio
de amor para los hombres, a pesar de los pactos,
a pesar de los límites, los cónsules,
a pesar de los libres que se dan por esclavos.
Y creo en el amor, en este amor de acero
que va fortaleciendo las piernas y los brazos,
que trabaja en secreto,
a escondidas del odio y del escarnio,
que debajo del traje se hace músculo,
órgano, experiencia, nervio, ganglio,
a pesar del rencor que nos inunda
el corazón de funerales pájaros.
Yo creo en el amor más que en mis ojos
y más que en el poder y el entusiasmo.
Jorge Debravo
Un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Gabriel GarcÃa Márquez
Vocación Terrena
No he venido a burlarme de este mundo.
Sino a amar con pasión todos los seres.
No he venido a burlarme de los hombres.
Sino a vivir con ellos la aventura terrestre.
No he venido a hablar mal de los insectos
a descubrir las llagas del ocaso
a encarcelar la luz en una jaula.
No he venido a sembrar de sal los campos.
No he venido a decir que la jirafa
quiere imitar al cisne, que los pinos
sirven solo de adorno entre las rocas.
No he venido a burlarme de los nidos.
He venido a mirar el mundo hasta la entraña
y acariciar las cosas simplemente
único patrimonio de los hombres.
No he venido a burlarme de la muerte.
No he venido a burlarme de este mundo.
Sino a amar con pasión todos los seres.
No he venido a burlarme de los hombres.
Sino a vivir con ellos la aventura terrestre.
No he venido a hablar mal de los insectos
a descubrir las llagas del ocaso
a encarcelar la luz en una jaula.
No he venido a sembrar de sal los campos.
No he venido a decir que la jirafa
quiere imitar al cisne, que los pinos
sirven solo de adorno entre las rocas.
No he venido a burlarme de los nidos.
He venido a mirar el mundo hasta la entraña
y acariciar las cosas simplemente
único patrimonio de los hombres.
No he venido a burlarme de la muerte.
Jorge Carrera Andrade
Amantes
Somos como son los que se aman.
Al desnudarnos descubrimos dos monstruosos
desconocidos que se estrechan a tientas,
cicatrices con que el rencoroso deseo
señala a los que sin descanso se aman:
el tedio, la sospecha que invencible nos ata
en su red, como en la falta dos dioses adúlteros.
Enamorados como dos locos,
dos astros sanguinarios, dos dinastías
que hambrientas se disputan un reino,
queremos ser justicia, nos acechamos feroces,
nos engañamos, nos inferimos las viles injurias
con que el cielo afrenta a los que se aman.
Solo para que mil veces nos incendie
el abrazo que en el mundo son los que se aman
mil veces morimos cada día.
Somos como son los que se aman.
Al desnudarnos descubrimos dos monstruosos
desconocidos que se estrechan a tientas,
cicatrices con que el rencoroso deseo
señala a los que sin descanso se aman:
el tedio, la sospecha que invencible nos ata
en su red, como en la falta dos dioses adúlteros.
Enamorados como dos locos,
dos astros sanguinarios, dos dinastías
que hambrientas se disputan un reino,
queremos ser justicia, nos acechamos feroces,
nos engañamos, nos inferimos las viles injurias
con que el cielo afrenta a los que se aman.
Solo para que mil veces nos incendie
el abrazo que en el mundo son los que se aman
mil veces morimos cada día.
Jorge Gaitán Durán
Israelitas, cristianos y musulmanes profesan la inmortalidad, pero la veneración que tributan al primer siglo prueba que solo creen en él, ya que destinan todo lo demás, en número infinito, a premiarlo o castigarlo.
Jorge Luis Borges
Se Juntan Desnudos
Dos cuerpos que se juntan desnudos
solos en la ciudad donde habitan los astros
inventan sin reposo el deseo.
No se ven cuando se aman, bellos
o atroces arden como dos mundos
que una vez cada mil años se cruzan en el cielo.
Solo en la palabra, luna inútil, miramos
cómo nuestros cuerpos son cuando se abrazan,
se penetran, escupen, sangran, rocas que se destrozan,
estrellas enemigas, imperios que se afrentan.
Se acarician efímeros entre mil soles
que se despedazan, se besan hasta el fondo,
saltan como dos delfines blancos en el día,
pasan como un solo incendio por la noche.
Dos cuerpos que se juntan desnudos
solos en la ciudad donde habitan los astros
inventan sin reposo el deseo.
No se ven cuando se aman, bellos
o atroces arden como dos mundos
que una vez cada mil años se cruzan en el cielo.
Solo en la palabra, luna inútil, miramos
cómo nuestros cuerpos son cuando se abrazan,
se penetran, escupen, sangran, rocas que se destrozan,
estrellas enemigas, imperios que se afrentan.
Se acarician efímeros entre mil soles
que se despedazan, se besan hasta el fondo,
saltan como dos delfines blancos en el día,
pasan como un solo incendio por la noche.
Jorge Gaitán Durán
La Tierra Que Era Mía
Únicamente por reunirse con Sofía Kühn,
amante de trece años, Novalis creyó en el otro mundo;
mas yo creo en soles, nieves, árboles,
en la mariposa blanca sobre una rosa roja,
en la hierba que ondula y en el día que muere,
porque solo aquí como un don fugaz puedo abrazarte,
al fin como un dios crearme en tus pupilas,
porque te pierdo, con la tierra que era mía.
Únicamente por reunirse con Sofía Kühn,
amante de trece años, Novalis creyó en el otro mundo;
mas yo creo en soles, nieves, árboles,
en la mariposa blanca sobre una rosa roja,
en la hierba que ondula y en el día que muere,
porque solo aquí como un don fugaz puedo abrazarte,
al fin como un dios crearme en tus pupilas,
porque te pierdo, con la tierra que era mía.
Jorge Gaitán Durán
Quiero Apenas
Presto cesó la nieve, como música.
Pájaros y verdes cruzan por el frío.
Vas a morir, me dicen. Tu enfermedad
es incurable. Solo puede salvarte
el milagro que niegas.
Mas quiero apenas
arder como un sol rojo en tu cuerpo blanco.
Presto cesó la nieve, como música.
Pájaros y verdes cruzan por el frío.
Vas a morir, me dicen. Tu enfermedad
es incurable. Solo puede salvarte
el milagro que niegas.
Mas quiero apenas
arder como un sol rojo en tu cuerpo blanco.
Jorge Gaitán Durán
Mundo 1980
Millares de personas
iguales
sentadas en sillas
iguales
en cafés y bares
iguales.
Millares de vitrinas
iguales
sobre calles y plazas
iguales
en ciudades y pueblos
iguales.
Solo la nube finge
una isla
Poblada de figuras
distintas.
Millares de personas
iguales
sentadas en sillas
iguales
en cafés y bares
iguales.
Millares de vitrinas
iguales
sobre calles y plazas
iguales
en ciudades y pueblos
iguales.
Solo la nube finge
una isla
Poblada de figuras
distintas.
Jorge Carrera Andrade
el amarte duele el desearte mata dime que que aser no quiero ilusionarme ya no quiero llorar sufrir por algo q no vale la pena el verte me quena el escucharte me ahoga al solo esperate es como la noche mas larga q numca pude aver tenido quin eres para enamorarme asi dime ya que no se estar un día sinti por favor dime que aser para morir
jorge armando mendoza salgado
¡qué Duro Estar Prensado Sin Remedio!
Qué duro estar prensado sin remedio
entre los muebles tristes de la pena!
Sacar de todas partes tedio y tedio
como un innumerable mar de arena...
Qué duro ir por la vida haciendo sueños
y encontrárselos todos en el suelo,
andrajosos, sin alma, pedigüeños,
como un largo telón de desconsuelo...
Y qué duro caer sobre una cama
donde nadie nos mira ni nos ama,
donde solo la sábana se mueve!
Y qué duro pensar que no hay remedio,
que aquí y allá no brota siempre el tedio
como una nube gris que llueve y llueve!
Qué duro estar prensado sin remedio
entre los muebles tristes de la pena!
Sacar de todas partes tedio y tedio
como un innumerable mar de arena...
Qué duro ir por la vida haciendo sueños
y encontrárselos todos en el suelo,
andrajosos, sin alma, pedigüeños,
como un largo telón de desconsuelo...
Y qué duro caer sobre una cama
donde nadie nos mira ni nos ama,
donde solo la sábana se mueve!
Y qué duro pensar que no hay remedio,
que aquí y allá no brota siempre el tedio
como una nube gris que llueve y llueve!
Jorge Debravo
Solo como el aire estuve por mucho tiempo, pero, al encontrar mi corazón faltante nunca mas volvi a verme solo.
Franco Jorge Bel
Soledad Y Gaviota
Cuaderno albo del mar,
la gaviota o mensaje
se despliega al volar
en dos hojas de viaje.
Su marítima hermana
la soledad, la mira
y, en una espera vana,
en la costa suspira.
Insectos, vegetales,
se enredan en el suelo:
torcidas iniciales
de un subterráneo anhelo.
Aquí, en el centro, vivo
con las aves marinas,
de mí mismo cautivo,
compañero de ruinas,
y mirando y oyendo
sólo la lluvia armada
la soledad batiendo
con su líquida espada.
Cuaderno albo del mar,
la gaviota o mensaje
se despliega al volar
en dos hojas de viaje.
Su marítima hermana
la soledad, la mira
y, en una espera vana,
en la costa suspira.
Insectos, vegetales,
se enredan en el suelo:
torcidas iniciales
de un subterráneo anhelo.
Aquí, en el centro, vivo
con las aves marinas,
de mí mismo cautivo,
compañero de ruinas,
y mirando y oyendo
sólo la lluvia armada
la soledad batiendo
con su líquida espada.
Jorge Carrera Andrade
Lechos de Purificación
Los lechos son países deliciosos
donde solo los seres elegidos
se pueden madurar. Desconocidos
se levantan de ellos los esposos
que los dioses protegen: silenciosos,
como después de ser purificados
con un agua divina; deslumbrados
como dulces terneros saludosos.
¡Ah, qué miedo me dan los que se alojan
en los lechos de amor y se remojan
en aguas de ternura hasta los huesos!
Qué miedo cuando surgen dulces, hondos,
transparentes y frescos hasta el fondo,
lavados con el agua de los besos...
Los lechos son países deliciosos
donde solo los seres elegidos
se pueden madurar. Desconocidos
se levantan de ellos los esposos
que los dioses protegen: silenciosos,
como después de ser purificados
con un agua divina; deslumbrados
como dulces terneros saludosos.
¡Ah, qué miedo me dan los que se alojan
en los lechos de amor y se remojan
en aguas de ternura hasta los huesos!
Qué miedo cuando surgen dulces, hondos,
transparentes y frescos hasta el fondo,
lavados con el agua de los besos...
Jorge Debravo