Oidos. Encuentra docenas de oidos con fotos para copiar y compartir.
Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras, el punto g está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo.
A palabras necias, oídos sordos.
Los medios de comunicación han acostumbrado a ciertos sectores sociales a escuchar lo que «halaga los oídos».
Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para percibir los movimientos de la armonía.
Aquellos que anuncian que luchan en favor de Dios son siempre los hombres menos pacíficos de la Tierra. Como creen percibir mensajes celestiales, tienen sordos los oídos para toda palabra de humanid...
Muchos mueren demasiado tarde y algunos prematuramente. No entra aún en los oídos la doctrina del morir a tiempo.
Nada suena tan estridente a los oídos del autor como el silencio de la crítica.
Fiesta para mis oídos
Y todos mis demás sentidos
Cada que siento tu corazón
Latir junto al mió.
Sentir tu corazón acelerase
Tu mirada y tu pulso correr,
El sabor y el aroma a placer
Que ...
Recordad que la naturaleza nos ha dado dos oídos y una sola boca para enseñarnos que más vale oír que hablar
El bailarín tiene los oídos en las puntas de los pies
Hay una teoria que dice que los hombres aman con los ojos, y que las mujeres aman con los oidos.
No hay oídos para lo que no se tiene acceso desde la vivencia.
Hay palabras que se retraen, que se niegan, porque tienen demasiado significado para nuestros oídos cansados de palabras.
Cuando percibas los aplausos del triunfo, que suenen también en tus oídos las risas que provocaste con tus fracasos.
Estómago hambriento no tiene oídos.
Es de sabios prestar oídos no a mí, sino (al logos) a la palabra, y reconocer que todas las cosas son una
Escucha el sonido del remo al cortar sus aguas. Y en las tardes de invierno cuando la fantasía sueña en el crepitar de la chimenea, en sus oídos de viejos enamorados el río de su amor canta en los...
Y de repente el mar: la rabiosa rebeldía del Atlántico henchía sus oídos.
He aprendido a hablar murmurando en tus oídos
Ahora que no estás el silencio es un ruido que lastima tremendamente mis oídos
Cuando nos transformamos radicalmente, nuestros amigos, los que no se han transformado, se convierten en los fantasmas de nuestro propio pasado; su voz resuena en nuestros oídos como si viniera de la...
Los oídos no pueden escuchar ni la lengua puede escribir las torturas de ese infierno interior.
Que debe llenar las manos, lenguas, ojos, oídos y corazones de todos los hombres. La Biblia sin comentarios es el sol que por sí solo da luz a todos los profesores y pastores
No fue como si no me hubiera oído, como si no me hubiera visto; fue como si los oídos que tenía no sirvieran para oír, como si los ojos no sirvieran para ver.
Suele decirse que las paredes tienen oídos, imaginemos el tamaño que tendrán las orejas de las estrellas.
Incluso el discípulo sirve para algo. Él está de pie tras nuestro trono, y en el momento de nuestra victoria susurra a nuestros oídos que, a fin de cuentas, somos inmortales.
Por mucho que se diga, el corazón habla al corazón, mientras que la lengua no habla más que a los oídos
Cerrar los ojos... no va a cambiar nada. Nada va a desaparecer simplemente por no ver lo que está pasando. De hecho, las cosas serán aún peor la próxima vez que los abras. Solo un cobarde cierra l...
Los ojos son testigos más exactos que los oídos.
El inconsciente puede reservar mensajes esenciales para los oídos que sepan ponerse a la escucha.
En ella se constató el hecho de que las palabras de amor son siempre agradables a los oídos, independientemente de lo que sienta el corazón. Son como un bálsamo para las almas cerradas.
Cuando se ama de verdad -decían nuestros antiguos trovadores-, se oiga lo que se oiga, se vea lo que se vea en contra de la amada, no se debe dar crédito ni a los oídos ni a los ojos; hay que escuc...
Los hombres aman los razonamientos abstractos y las sistematizaciones bien elaboradas, al punto de que no les molesta deformar la verdad; cierran los ojos y los oídos a todas las pruebas que los cont...
Si has de casarte, cásate por los oídos y no por los ojos
La poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos.
Presta oídos al mundo que yace en algún rincón de ti mismo y que no precisa mostrarse para ser.
Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música, que, para mí, es la palabra del pueblo argentino
De nada aprovecha esconderse y evitar los ojos y los oídos de los hombres: si la conciencia es buena venga la muchedumbre, si es mala, aún en la soledad estará inquieta y angustiada.
Jamás resuene en nuestros oídos la terrible palabra enemistad.
Los oídos no sirven de nada a un cerebro ciego.