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Tarde que socavó nuestro adiós ( 3 )

Tarde que socavó nuestro adiós. Encuentra docenas de tarde que socavó nuestro adiós con fotos para copiar y compartir.


Pero tenemos que unirnos rápidamente; sí no, puede ser tarde.


José Díaz Ramos


No tardé en darme cuenta que tendría que abrirme paso por mi propia capacidad, no por la de mis antepasados.


Nelson Mandela




¿Qué es lo único que Mahoma tomó en préstamo más tarde al cristianismo? El invento de Pablo, su medio de lograr la tiranía sacerdotal, de formar rebaños: la creencia en la inmortalidad ? es decir la doctrina del juicio.


Friedrich Nietzsche


Como la tarde que te perdiste y encontraste el corazón


Alejandro Sanz


El sufrimiento nos hace egoístas porque nos absorbe por entero: solo más tarde, en forma de recuerdo, nos enseña la compasión.


Marguerite Yourcenar


El cristianismo nos arrebató la cosecha de la cultura antigua, más tarde volvió a arrebatarnos la cosecha de la cultura islámica.


Friedrich Nietzsche




Solo a veces, de noche, cuando vuelven tarde de alguna fiesta, sus vestidos parecen raídos ante el espejo, deformados, sucios, ya observados por demasiada gente y casi impresentables


Franz Kafka


¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!, ¡viva el pueblo!, ¡vivan los trabajadores!


Salvador Allende


Más tarde comencé a merodear por el umbral del sueño. A veces creo que se descansa mejor en la frontera que separa la vigilia y el sueño que durmiendo. La mente erra bajo el crepúsculo de ambos estados y es capaz de desvelar las verdades que guardan tanto la luz del día como los sueños. Todo aquello que no estamos preparados para descubrir pervive en ese límite, a la espera de encontrarse con ese rincón desprotegido de la psique.


Robin Hobb




Quien, por un amor demasiado grande, lo que al fin y al cabo es monstruoso, muere de sufrimiento, renace para no conocer ni amor ni odio, sino para disfrutar. Y ese disfrute de la vida, por haberse adquirido de forma no natural, es un veneno que tarde temprano corrompe al mundo entero. Lo que nace más allá de los límites del sufrimiento humano actúa como un boomerang y provoca destrucción.


Henry Miller


¿Cómo tiene el ojo? -preguntó ella. Tenía peor aspecto con la fuerte luz diurna, casi como si la magulladura se extendiera sobre el caballete de su nariz. Pero al menos ahora sabía de qué color tenía los ojos: azul claro intenso. Era casi absurdo lo mucho que le había intrigado aquello.
-No me molesta demasiado si no me lo toco -le dijo-. Intente reprimirse y no arrojarme piedras a la cara, se lo agradeceré de corazón.
-Todos mis planes para esta tarde al traste -bromeó ella-. Así de sencillo.


Julia Quinn


Respecto al vino, decía el capitán que ya tendría tiempo en la vida de beber hasta reventar, si lo quisiera, y que para eso nunca se le hacía demasiado tarde a un hombre;


Arturo Pérez-Reverte


El lugar en donde ataqué a Frau Kühn lo visite dos veces en la misma tarde y luego fui volví varias veces. Al hacer esto, tenía a veces eyaculaciones. Al rociar la gasolina sobre el cadáver de Ohliger y vi el fuego sobre el cuerpo, tuve una eyaculación de la altura del fuego.


Peter Kürten




Siempre muere uno demasiado pronto... o demasiado tarde.


Jean Paul Sartre


Esta tarde, cuando salía del California, vi desde lejos a la del ómnibus, la ?mujer del codo?. Venía con un tipo corpulento, de aspecto deportista y con dos dedos de frente. Cuando el tipo reía, era como para ponerse a reflexionar sobre las imprevistas variantes de la imbecilidad humana. Ella también reía, echando la cabeza hacia atrás y apretándose mimosamente contra él. Pasaron frente a mí y ella me vio en mitad de una carcajada, pero no la interrumpió. No podría asegurar que me reconoció. Por lo pronto, le dijo al centroforward: ?Ay, querido? y con un movimiento musculoso y coqueto arrimó su cabeza a la corbata con jirafas. Después dieron vuelta por Ejido. Gran interrogante. ¿Qué tiene que ver esta tipa con la que la otra tarde se desnudó en tiempo récord?


Mario Benedetti


Y no había palabras, porque no había pensamiento posible para esa fuerza capaz de convertir jirones de recuerdo, imágenes aisladas y anodinas, en un repentino bloque vertiginoso, en una viviente constelación aniquilada en el acto mismo de mostrarse, una contradicción que parecía ofrecer y negar a la vez lo que Juan, bebiendo la segunda copa de Sylvaner, contaría más tarde a Calac, a Tell, a Hélène, cuando los encontrara en la mesa del Cluny, y que ahora le hubiera sido necesario poseer de alguna manera como si la tentativa de fijar ese recuerdo no mostrara ya que era inútil, que estaba echando paladas de sombra contra la oscuridad.


Julio Cortázar


Karl Marx, el creador del comunismo moderno y el archivillano y competidor a ojos de los nazis, quien no obstante ayudó a pavimentar el camino para el Nazismo, popularizando todos lo principios fundamentales de Hegel, incluyendo su rechazo a la lógica aristotélica. Marx fue un pionero de la técnica, más tarde adoptada por los racistas, de secularizar las ideas de Hegel, sustituyendo a el Absoluto por la fuerzas económicas como determinantes de la Historia, y reemplazando así las naciones en guerra de Hegel por la lucha de clases, y la monarquía de Hegel por la dictadura del proletariado." Fuente: "The Ominous parallels.


Leonard Peikoff


Se está haciendo tarde, tendré que marcharme. En unos segundos vas a despertar...


Amaia Montero


No soy mujer de las que creen que entienden lo que es sentirse bien o mal, nunca tendré las palabras que te digan cosas sin lastimarte. Sé que no es fácil hacer lo que quieras sin importarme. Puedes ser parte de mí, déjame ir o será muy tarde, no te pido perdón pues sé que fue tu error; ¡Ámame, déjame, búscame pero déjame seguir!


RBD (band)


Pues si todo el mundo disfrutara del ocio y la seguridad, la gran masa de personas que por lo general están embrutecidas por la pobreza terminarían cultivándose y aprendiendo a pensar por sí mismas; y, más tarde o más temprano, repararían en que dicha minoría privilegiada carecía de función y acabarían con ella. A largo plazo, una sociedad jerárquica solo era posible si se basaba en la pobreza y la ignorancia.


George Orwell


Sólo un recelo chiquito y fastidioso, como el grano de tierra que en un ojo se nos mete y nos hace sufrir tanto, me estorba para la felicidad absoluta. Y es la sospecha de que todavía no me quieres bastante, que no has llegado al supremo límite del querer, ¿qué digo límite, si no lo hay?, al principio del último cielo, pues yo no puedo hartarme de pedir más, más, siempre más; y no quiero, no quiero sino cosas infinitas, entérate... todo infinito, infinitísimo, o nada... ¿Cuántos abrazos crees que te voy a dar cuando llegues? Ve contando. Pues tantos como segundos tarde una hormiga en dar la vuelta al globo terráqueo. No; más, muchos más. Tantos como segundos tarde la hormiga en partir en dos, con sus patas, la esferita terrestre, dándole vueltas siempre por una misma línea... Con que saca esa cuenta, tonto.


Benito Pérez Galdós


Nunca es demasiado tarde para nada verdaderamente importante.


Nicolás Gómez Dávila


Una idea es como un microbio del resfriado: tarde o temprano siempre hay alguien que lo pille.


Stephen King


Si que­da­ba al­gu­na es­pe­ran­za, debía estar en los pro­les, por­que solo en esas masas des­pre­cia­das, que cons­ti­tuían el ochen­ta y cinco por cien­to de la po­bla­ción de Ocea­nía, podía ge­ne­rar­se la fuer­za ne­ce­sa­ria para des­truir al Par­ti­do. Este no podía de­rro­car­se desde den­tro. Sus enemi­gos, si es que los había, no te­nían forma de unir­se o si­quie­ra de re­co­no­cer­se mu­tua­men­te. In­clu­so en caso de que exis­tie­ra la le­gen­da­ria Her­man­dad ?lo cual no era del todo im­po­si­ble? re­sul­ta­ba in­con­ce­bi­ble que sus miem­bros pu­die­ran re­unir­se en gru­pos de más de dos o tres. La re­be­lión se li­mi­ta­ba a un cruce de mi­ra­das, una in­fle­xión de la voz o, como mucho, una pa­la­bra su­su­rra­da oca­sio­nal­men­te. En cam­bio los pro­les, si pu­die­ran ser cons­cien­tes de su fuer­za, no ten­drían ne­ce­si­dad de cons­pi­rar. Bas­ta­ría con que se en­ca­bri­ta­ran como un ca­ba­llo que se sa­cu­de las mos­cas. Si qui­sie­ran, po­drían volar el Par­ti­do en pe­da­zos a la ma­ña­na si­guien­te. Tarde o tem­prano tenía que ocu­rrír­se­les. Y sin em­bar­go?


George Orwell


Entre el día y el sueño estoy en casa
donde duermen los niños, tibios de correrías
y los viejos se sientan por la tarde,
y arden hogares y su espacio alumbran.
Entre el día y el sueño estoy en casa
donde suenan campanas de oración
y muchachas, cohibidas por ecos que se extinguen,
se apoyan fatigadas en el brocal del pozo.
Y hay un tilo, que es mi árbol predilecto:
y todos los veranos que en él callan
se vuelven a mover en las mil ramas
y entre el día y el sueño vuelven a despertar.


Rainer Maria Rilke


Las disciplinas franquean entonces el umbral ?tecnológico?. El hospital primero, después la escuela y más tarde aún el taller no han sido simplemente ?puestos en orden? por las disciplinas; han llegado a ser, gracias a ellas, aparatos tales que todo mecanismo de objetivación puede valer como instrumento de sometimiento, y todo aumento de poder da lugar a unos conocimientos posibles; a partir de este vínculo, propio de los sistemas tecnológicos, es como han podido formarse, en el elemento disciplinario, la medicina clínica, la psiquiatría, la psicología del niño, la psicopedagogía, la racionalización del trabajo.


Michel Foucault




Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".


Gabriel García Márquez


La cualidad más útil que me ha ayudado en los problemas psíquicos y me ha hecho afortunado en los descubrimientos físicos (a veces de cosas más bien inesperadas) ha sido simplemente mi conocimiento - mi conocimiento vital, si se me permite llamarlo - de mi propia ignorancia. La mayoría de los estudiosos de la naturaleza, tarde o temprano pasan a través de un proceso de descarte de una gran parte de su supuesto capital de conocimientos como un bien meramente ilusorio. Al seguir con mayor precisión ciertas secuencias familiares de fenómenos comenzamos a darnos cuenta de lo cerca que estas secuencias, o leyes, como las llamamos, están de otras leyes de las cuales no podemos ni hacernos una idea.


William Crookes


No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.


Federico García Lorca


¿Cómo tiene el ojo? -preguntó ella. Tenía peor aspecto con la fuerte luz diurna, casi como si la magulladura se extendiera sobre el caballete de su nariz. Pero al menos ahora sabía de qué color tenía los ojos: azul claro intenso. Era casi absurdo lo mucho que le había intrigado aquello.
-No me molesta demasiado si no me lo toco -le dijo-. Intente reprimirse y no arrojarme piedras a la cara, se lo agradeceré de corazón.
-Todos mis planes para esta tarde al traste -bromeó ella-. Así de sencillo.


Julia Quinn


La lucha dormida, latente durante siglos, y que tendrá lugar tarde o temprano es la lucha del pueblo contra los bancos.


Lord Acton


Guardaos de confundir la fe con la presunción. La verdadera fe se aviene con la humildad; el que la posee pone su confianza en Dios más que en sí mismo, porque sabe que, simple instrumento de la voluntad de Dios, nada puede sin El, y por esto los buenos Espíritus vienen en su ayuda. La presunción más bien es orgullo que fe, y el orgullo es siempre castigado, más o menos tarde, por los desengaños y las desgracias que sufre.


Allan Kardec


Durante el día había deseado muchas veces no haber traicionado al elefante y por la tarde recordó que había deseado no haberlo visto nunca. Despierto a la luz de la luna, comprendió que esto no era cierto


Ernest Hemingway


Aquella tarde de brumas y llovizna, Clara Barceló me robó el corazón, la respiración y el sueño. Al amparo de la luz embrujada del Ateneo, sus manos escribieron en mi piel una maldición que habría de perseguirme durante anhos


Carlos Ruiz Zafón


La nostalgia terrible de una vida perdida, el fatal sentimiento de haber nacido tarde, o la ilusión inquieta de un mañana imposible con la inquietud cercana del dolor de la carne.


Federico García Lorca


La primera conversación telefónica, la que hizo Pelletier, empezó de manera difícil, aunque Espinoza esperaba esa llamada, como si a ambos les costara decirse lo que tarde o temprano iban a tener que decirse. Los veinte minutos iniciales tuvieron un tono trágico en donde la palabra destino se empleó diez veces y la palabra amistad veinticuatro. El nombre de Liz Norton se pronunció cincuenta veces, nueve de ellas en vano. La palabra París se dijo en siete ocasiones. Madrid, en ocho. La palabra amor se pronunció dos veces, una cada uno. La palabra horror se pronunció en seis ocasiones y la palabra felicidad en una (la empleó Espinoza). La palabra resolución se dijo en doce ocasiones. La palabra solipsismo en siete. La palabra eufemismo en diez. La palabra categoría, en singular y en plural, en nueve. La palabra estructuralismo en una (Pelletier). El término literatura norteamericana en tres. Las palabras cena y cenamos y desayuno y sándwich en diecinueve. La palabra ojos y manos y cabellera en catorce.


Roberto Bolaño


Mariposa ebria, la tarde, giraba sobre nuestras cabezas estrechando sus círculos de nubes blancas hacia el vértice áspero de tu boca que se abría frente al mar alineando sus blancos lobeznos.


Alfonsina Storni


Hay ocasiones en las que uno tarda una fracción de segundo en aceptar la brusca ausencia de todo lo que le ha pertenecido: igual que la luz es más veloz que el sonido, la conciencia es más rápida que el dolor, y nos deslumbra como un relámpago que sucede en silencio. Por eso aquella noche Biralbo no sentía nada contemplando a Lucrecia ni comprendía del todo lo que significaban sus palabras ni la expresión de su rostro. El verdadero dolor llegó varias horas más tarde, y fue entonces cuando quiso recordar una por una las palabras que los dos habían dicho y no pudo lograrlo. Supo que la ausencia era esa neutra sensación de vacío.


Antonio Muñoz Molina


Francisco encontró en esos sencillos elementos un profundo sentido estético y decidió que más tarde tomaría algunas fotografías para su colección. Nunca pudo hacerlo


Isabel Allende


El contraste [.. ] que he considerado necesario establecer entre la audaz y gozosa esperanza en la resurrección de los muertos de los antiguos cristianos y la serena expectativa filosófica en la supervivencia del alma inmortal... [.. ] El hecho de que el cristianismo haya establecido más tarde un vínculo entre esas dos creencias y que hoy el cristiano medio simplemente las confunda no me ha persuadido a guardar silencio sobre lo que yo, al igual que la mayoría de exégetas, tenemos por verdadero; y sobre todo dado que el vínculo establecido entre la expectativa de la "resurrección de los muertos" y la creencia en "la inmortalidad del alma" no es de hecho una vinculación, sino una renuncia de una en favor de la otra


Oscar Cullmann