Tierno
Tierno. Encuentra docenas de tierno con fotos para copiar y compartir.
Que el aliento vital te vuelva tierno y fresco como tierno y fresco es un niño recién nacido.
Lao Tse
Una especie de rigidez monacal destacaba la expresión de su semblante. Nada triste o tierno ablandaba aquella mirada pálida. En el trato con los animales, había adquirido su mutismo y su placidez.
Gustave Flaubert
Usted ama se transfigura y ama por una eternidad tan provisoria que hasta el orgullo se le vuelve tierno y el corazón profético se convierte en escombros
Mario Benedetti
Él que sobre todas las cosas amaba la muerte, y que quizá solo amaba a la muerte, amó y vivió con deliberada y pervertida curiosidad, tal y como ama un enamorado que deliberadamente se reprime ante el prodigioso cuerpo complaciente, dispuesto y tierno de su amada, hasta que no puede soportarlo y entonces se lanza, se arroja, renunciando a todo, ahogándose.
William Faulkner
Una ola de una alegría más tierna escapó de su corazón para correrle en cálido torrente por las arterias. Como el tierno calor de las estrellas, rompieron a iluminar su memoria.
James Joyce
Es tierno lo que nace es tierna Cuba es decir que te ofrezco todos mis nacimientos, lo que me das, lo que aprendí de mí queriéndote, la sed que das, exactamente.
Juan Gelman
No hallo palabras para describir toda la voluptuosidad que aquel ser encantador me reservaba. Ella fue quien se acercó a mí. Sin hablarnos, se confundieron nuestros besos y caricias. Dejaba vagar mi mirada por aquel hermoso rostro, animado del más tierno amor.
Giacomo Casanova
Si no tenemos nada amable que decir, ningún sentimiento tierno para expresar, sentimos una sensación de vergüenza.
Ugo Betti
Todos tenemos nuestra casa, que es el hogar privado; y la ciudad, que es el hogar público.
Enrique Tierno Galván
La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas.
Enrique Tierno Galván
El torero sigue siendo mítico y, cuando expresa la valentía el pueblo se enardece y los viejos entusiasmos reaparecen.
Enrique Tierno Galván
La buena didáctica es aquella que deja que el pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, sin notarlo, ir tomando buena dirección.
Enrique Tierno Galván
En política se está en contacto con la mugre y hay que lavarse para no oler mal.
Enrique Tierno Galván
Toda gran revolución política es una gran revolución moral. Toda gran revolución moral supone una gran revolución política.
Enrique Tierno Galván
Es difícil ser bueno y fuerte a la vez. Y, por lo común, cuando más fuertes se es menos razón se tiene.
Enrique Tierno Galván
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Enrique Tierno Galván
Melancolía: extraña dolencia del alma que agujerea al cuerpo; de sabor agridulce. Un poeta le otorgó un pico voraz y dolorosamente tierno. Otro poeta la llamó rosa del aliento y damisela soledad. Para el sujeto desprevenido, la melancolía puede ser -en definitiva suena así y origina confusiones varias- un dulce tentador. Ingerir en grandes proporciones puede ocasionar trastornos serios en los recuerdos y desequilibrar la dieta de vida de cada jornada. Es improbable que un animal sentipensante pueda existir sin haber paladeado alguna vez un poco de melancolía.
Rosa Elvira Peláez
Souvenir
Este amor que ha llegado entre la niebla,
igual que en otro invierno, sigiloso,
todo un ayer con su presencia puebla.
No turbarán el don de su reposo
crueles palabras ni celosos daños.
Solo la facha en la oquedad del foso.
Así vuelve el amor con sus engaños
a ser fiel esta tarde en que el invierno
le augura nieve a los perdidos años.
Vuelve otra vez amor con ese tierno
acento de ilusión en que creímos
hallar la clave de un amor eterno.
Y otra vez a la carne le pedimos,
por hallar otra vez lo que encontramos,
rosas negras y cándidos racimos.
Pero el amor de ayer no lo olvidamos.
Este amor que ha llegado entre la niebla,
igual que en otro invierno, sigiloso,
todo un ayer con su presencia puebla.
No turbarán el don de su reposo
crueles palabras ni celosos daños.
Solo la facha en la oquedad del foso.
Así vuelve el amor con sus engaños
a ser fiel esta tarde en que el invierno
le augura nieve a los perdidos años.
Vuelve otra vez amor con ese tierno
acento de ilusión en que creímos
hallar la clave de un amor eterno.
Y otra vez a la carne le pedimos,
por hallar otra vez lo que encontramos,
rosas negras y cándidos racimos.
Pero el amor de ayer no lo olvidamos.
Alberto Angel Montoya
Como revelación de ignoto arcano, hecha del germen mismo de lo tierno, eres misterio que al misterio humano aclara en tí su gema donde quiso mostrar la vida su prodigio eterno para que en tí yo viera el paraíso.
Alfonso Orantes
Las Lágrimas
Las lágrimas son el vino de los ángeles.
San Bernardo
Un día el hombre vio llorar al ángel.
Algo había pasado en los espacios,
algo muy tierno o algo muy terrible,
y el hombre contemplaba conmovido
la alada criatura en su congoja.
Vio en su rostro encendido por la gracia
una expresión tan honda, vio en sus rasgos
abrirse tales muestras de tristezas
y pasar por su frente tales nubes
de inmensos infortunios, que prendado
quedóse allí mirando la nobleza
de aquel dolor. El ángel suspiraba
cual si en sí mismo un mundo más potente
diera un extraño impulso a su amplio pecho.
Llevábase las manos tan hermosas
a su faz dolorida, y el trastorno
daba a su cabellera un indolente
sabor de adversidad. Cuando en sus ojos
comenzaron con lívidos fulgores
a cuajarse unas aguas con destellos
de sobrenaturales inclemencias,
el hombre se sintió sobrecogido
y allá en su corazón algo ignorado
fluyó a su vez; caían sobre el ángel
unas lágrimas densas, arrastrando
no se sabe qué peso delicioso,
y cada vez que abría sus pupilas
hacia el vaso horizonte le manaba
aquel triste caudal. ¡Ay!, dijo el hombre,
¿qué goce extraño es ése o desvarío
que siento remontar en mis entrañas,
qué turbadora imagen comunica
a mi ser un dolor irresistible?
Y cuando con dulzura abandonado
lloró también gimiendo amargamente,
una sal en los labios le vertían
las luces de sus ojos.
Las lágrimas son el vino de los ángeles.
San Bernardo
Un día el hombre vio llorar al ángel.
Algo había pasado en los espacios,
algo muy tierno o algo muy terrible,
y el hombre contemplaba conmovido
la alada criatura en su congoja.
Vio en su rostro encendido por la gracia
una expresión tan honda, vio en sus rasgos
abrirse tales muestras de tristezas
y pasar por su frente tales nubes
de inmensos infortunios, que prendado
quedóse allí mirando la nobleza
de aquel dolor. El ángel suspiraba
cual si en sí mismo un mundo más potente
diera un extraño impulso a su amplio pecho.
Llevábase las manos tan hermosas
a su faz dolorida, y el trastorno
daba a su cabellera un indolente
sabor de adversidad. Cuando en sus ojos
comenzaron con lívidos fulgores
a cuajarse unas aguas con destellos
de sobrenaturales inclemencias,
el hombre se sintió sobrecogido
y allá en su corazón algo ignorado
fluyó a su vez; caían sobre el ángel
unas lágrimas densas, arrastrando
no se sabe qué peso delicioso,
y cada vez que abría sus pupilas
hacia el vaso horizonte le manaba
aquel triste caudal. ¡Ay!, dijo el hombre,
¿qué goce extraño es ése o desvarío
que siento remontar en mis entrañas,
qué turbadora imagen comunica
a mi ser un dolor irresistible?
Y cuando con dulzura abandonado
lloró también gimiendo amargamente,
una sal en los labios le vertían
las luces de sus ojos.
Juan Gil-Albert
Isla En La Tierra
Al norte el frío y su jazmín quebrado.
Al este un ruiseñor lleno de espinas.
Al sur la rosa en sus aéreas minas,
y al oeste un camino ensimismado.
Al norte un ángel yace amordazado.
Al este el llanto ordena sus neblinas.
Al sur mi tierno haz de palmas finas,
y al oeste mi puerta y mi cuidado.
Pudo un vuelo de nube o de suspiro
trazar esta finísima frontera
que defiende sin mengua mi retiro.
Un lejano castigo de ola estalla
y muerde tus olvidos de extranjera,
mi isla seca en mitad de la batalla.
Al norte el frío y su jazmín quebrado.
Al este un ruiseñor lleno de espinas.
Al sur la rosa en sus aéreas minas,
y al oeste un camino ensimismado.
Al norte un ángel yace amordazado.
Al este el llanto ordena sus neblinas.
Al sur mi tierno haz de palmas finas,
y al oeste mi puerta y mi cuidado.
Pudo un vuelo de nube o de suspiro
trazar esta finísima frontera
que defiende sin mengua mi retiro.
Un lejano castigo de ola estalla
y muerde tus olvidos de extranjera,
mi isla seca en mitad de la batalla.
Sara de Ibáñez
Manos de Amor
¡Qué cercanas, qué lejanas,
tu mano y mi mano juntas!
Me enloquezco cuando siento
que entre el amor de sus palmas
una mano taladrada
les separa los dos pulsos.
-Ya se acercan, ya están juntas,
como una flor con su tallo,
tu mano y mi mano juntas!
Quiero sentirles la sangre
junta;
¡las vivas raíces juntas!
¡Ay! Todavía las separa
el resplandor de una rosa
con su ser, que es, como el tuyo,
terrible, tierno, traslúcido!
Toda la noche tu mano,
convertida en una rosa,
fue sangre de sueño y flor
sobre el sueño de mi mano
silenciosa.
¡Qué cercanas, qué lejanas,
tu mano y mi mano juntas!
Me enloquezco cuando siento
que entre el amor de sus palmas
una mano taladrada
les separa los dos pulsos.
-Ya se acercan, ya están juntas,
como una flor con su tallo,
tu mano y mi mano juntas!
Quiero sentirles la sangre
junta;
¡las vivas raíces juntas!
¡Ay! Todavía las separa
el resplandor de una rosa
con su ser, que es, como el tuyo,
terrible, tierno, traslúcido!
Toda la noche tu mano,
convertida en una rosa,
fue sangre de sueño y flor
sobre el sueño de mi mano
silenciosa.
Esther de Cáceres
Contradictorio Amor
A Nancy Pulecio Muñoz
Quemadura glacial de fuego y nieve,
contradictorio amor, tierno y violento,
cerebro ardido, loco pensamiento;
ansioso corazón que no se atreve.
Su voz nos extermina y nos conmueve;
su vivo manantial muere sediento.
Amor, amor, amor, este que siento
como la vida misma eterno y breve.
Algo dentro del ser padece y canta
breve canción, larguísimo gemido
que hasta el infierno mismo nos levanta.
No sabe del amor quien no ha podido,
con un grito clavado en la garganta,
gozar el paraíso prometido.
A Nancy Pulecio Muñoz
Quemadura glacial de fuego y nieve,
contradictorio amor, tierno y violento,
cerebro ardido, loco pensamiento;
ansioso corazón que no se atreve.
Su voz nos extermina y nos conmueve;
su vivo manantial muere sediento.
Amor, amor, amor, este que siento
como la vida misma eterno y breve.
Algo dentro del ser padece y canta
breve canción, larguísimo gemido
que hasta el infierno mismo nos levanta.
No sabe del amor quien no ha podido,
con un grito clavado en la garganta,
gozar el paraíso prometido.
Dora Castellanos
Curriculum
El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente
usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica
usted ama
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros
usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío
entonces
usted muere.
El cuento es muy sencillo
usted nace
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente
usted sufre
reclama por comida
y por costumbre
por obligación
llora limpio de culpas
extenuado
hasta que el sueño lo descalifica
usted ama
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético
se convierte en escombros
usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío
entonces
usted muere.
Mario Benedetti
" Te diré "
Te diré que no hay distancias,
te diré que mi alma en las noches
escapa del espacio y del tiempo para encontrarte,
la Luna es mi cómplice eterna
su brillo está en tus ojos,
tienes ese encanto al que mi corazón accede.
Celoso estará el mar
por saber la forma en que te quiero,
y el aire mi fiel compañero
toma mi mano para llevarme hacia tí,
para hablar a tu oído mientras duermes,
para cuidar tus sueños.
Sueña,
sueña dulce tierno mío
mientras acaricio tu cabello
con la suave brisa del viento,
y con un beso de fuego eterno
besaré tus anhelos.
¡Y de nuevo te diré que te quiero!
Te diré que no hay distancias,
te diré que mi alma en las noches
escapa del espacio y del tiempo para encontrarte,
la Luna es mi cómplice eterna
su brillo está en tus ojos,
tienes ese encanto al que mi corazón accede.
Celoso estará el mar
por saber la forma en que te quiero,
y el aire mi fiel compañero
toma mi mano para llevarme hacia tí,
para hablar a tu oído mientras duermes,
para cuidar tus sueños.
Sueña,
sueña dulce tierno mío
mientras acaricio tu cabello
con la suave brisa del viento,
y con un beso de fuego eterno
besaré tus anhelos.
¡Y de nuevo te diré que te quiero!
Claudia Lorena GarcÃa Lara
El amor envuelve mi vida, y la felicidad cobija mis sueños...
Pero aun no entiende el corazon, que el frio desaparece, cuando la vida esta llena de emociones inexplicables.
Y eso señores es el amor...
Lastimero cuando se entrega; y tierno y sutil cuando se recibe.
Pero aun no entiende el corazon, que el frio desaparece, cuando la vida esta llena de emociones inexplicables.
Y eso señores es el amor...
Lastimero cuando se entrega; y tierno y sutil cuando se recibe.
Pablo Colin