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Tristes

Tristes. Encuentra docenas de tristes con fotos para copiar y compartir.


Los buenos tiempos de hoy son los pensamientos tristes de la mañana.


Bob Marley


A palabras tristes, corazón solitario.


NINES




Lo que yo quiero, Regia de ojos tristes es que mueras por mi


Joaquín Sabina


Ya no hay artistas como los de antaño, de aquellos cuya vida y alma eran el instrumento ciego del apetito de belleza, órganos de Dios mediante los cuales se probaba a sí mismo su existencia. Para ellos el mundo no importaba. Nadie supo nada de sus dolores. Se acostaban tristes todas las noches y contemplaban la vida humana con una mirada de asombro, igual que nosotros contemplamos un hormiguero.


Gustave Flaubert


Esperanza, nodriza de los tristes


Amado Nervo


Cada vida tiene sus horas tristes o alegres. La felicidad proviene de elegir cuáles recordar.






Me percaté entonces de que la alegría es un estado del alma y no una cualidad de las cosas; que las cosas en sí mismas no son alegres ni tristes, sino que se limitan a reflejar el tono con que nosotros las envolvemos


Miguel Delibes


La medicina hace enfermos; la matemática, tristes; y la teología, gente pecadora.


Martín Lutero


Una de las cosas más tristes es que lo único que un hombre puede hacer durante ocho horas, día tras día, es trabajar. No se puede comer ocho horas, ni beber ocho horas diarias, ni hacer el amor ocho horas... lo único que se puede hacer durante ocho horas es trabajar. Y esa es la razón de que el hombre se haga tan desdichado e infeliz a sí mismo y a todos los demás.


William Faulkner




Todas las madres son ricas cuando aman a sus hijos. No hay pobres, no hay feas, no hay madres viejas. Su amor es siempre la más bella de las Alegrías. Y cuando parecen tristes, basta un beso que reciban o que den para que todas sus lágrimas se conviertan en estrellas en el fondo de sus ojos.


Maurice Maeterlinck


¡Qué prodigiosa memoria! -No diga usted memoria; diga usted años. Cuando uno va de capa caída, se entretiene en ajustar estas tristes cuentas, en comparar vejeces...


Benito Pérez Galdós


Cuando la realidad se vuelve irresistible, la ficción es un refugio. Refugio de tristes, nostálgicos y soñadores.


Mario Vargas Llosa


Cuando entré en tu casa me pareció volver de nuevo al pasado, a uno de esos hermosos crepúsculos tristes del año 1843, cuando aspiraba el aire desde mi ventana, lleno de tedio y con la muerte en el alma.


Gustave Flaubert




Aparento vivir en un sopor permanente para que supongan que ignoro el final... Es mi fin en este mundo y en mi patria, pero no en la memoria de los míos. Ellos siempre me tendrán presente, por la simple razón de que siempre habrá injusticias y regresarán a mi recuerdo todos los tristes desamparados de esta querida tierra.


Eva Perón


Decíos hasta empaparos de ello que la literatura es uno de los más tristes caminos que llevan a todas partes.


André Breton


La medicina hace enfermar a la gente, las matemáticas los hacen tristes, y la teología los hace pecaminosos.


Martín Lutero


Viejo, vas a morir; cuando los pájaros se vuelven tristes, ésa es la señal


Jack Kerouac


Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes. Tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes. Tristes. Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes. Tristes


Miguel Hernández


Toda felicidad se compone de dos sensaciones tristes: el recuerdo de la privación en el pasado y el temor de perderla en el porvenir


Jean Baptiste Alphonse Karr


Los ojos, en los cuales no se refleja el cielo de la Patria, son tristes


Ignacio Manuel Altamirano


Puedo escribir los versos más tristes esta noche; escribir, por ejemplo: 'La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos'.


Pablo Neruda


¡Qué triste y qué hermoso! Le daban ganas de llorar mansamente, pero no de llorar por él, de llorar por aquellas palabras tristes y hermosas como música.


James Joyce


Lo más triste es la tristeza de una persona alegre.


Paco




Tristeza y melancolía no las quiero en casa mía.


Amor

Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.

Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía
amarte más.
Y todavía
amarte más
y más.


Pablo Neruda


Triste cosa es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, señal de que no tiene: ni talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni honra que le murmuren, ni bienes que le codicien, ni cosa buena que le envidien.


Baltasar Gracián




Las Voces Tristes

Por las blancas estepas
se desliza el trineo;
los lejanos aullidos de los lobos
se unen al jadeante resoplar de los perros.

Nieva.
Parece que el espacio se envolviera en un velo,
tachonado de lirios
por las olas del cierzo.

El infinito blanco...
sobre el vasto desierto
flota una vaga sensación de angustia,
de supremo abandono, de profundo y sombrío desaliento.

Un pino solitario
dibújase a lo lejos,
en un fondo de brumas y de nieve,
como un largo esqueleto.

Entre los dos sudarios
de la tierra y el cielo
avanza en el Naciente
el helado crepúsculo de invierno...


Ricardo Jaimes Freyre


Fácil sería demostrar que desde las Cruzadas hasta los últimos conatos de revoluciones, la historia de Europa ha estado movida por utopías, por grandes imposibles. Y, sin embargo, de esos delirios ha salido la historia efectiva. Y más aún que como realidades, bien tristes si se las mira sin dejarse deslumbrar por su gloria, conmueve por lo que tienen de monumentos funerarios de las esperanzas europeas, de las concreciones que en forma de empresas ha tomado la esperanza europea. Son sus rastros, las huellas en la arena del tiempo de su anhelo. Son las cenizas de sus sueños.


María Zambrano


Narghile

Raki al atardecer,
turbio en el vaso.
El cafetín humea
y las narghiles
dispersan por el aire
un olor a manzana.
Fija el sol su reflejo
de sangre en los cristales.
Mostachos casi azules,
ojos negros con cercos
misteriosos y tristes.
La tarde ya se va,
pero en el alma
nos queda este perfume,
y en la boca,
el almíbar rabioso
que tienen tus palabras.


José Lupiáñez


Cuando Se Vive Al Borde

Cuando se vive al borde
de una ciudad de conmovidas piedras-
a la que obviaron un destino
de naufragio y ceguera
y el invierno -que agobia oscuramente-
es la pared de su verdín cubierta,
no es fácil Garcilaso
ni la Egloga;

-aún el helado visitante filtra
su humor entre las piedras-
mírenlo -alumnos de poesía- y miren
el vaticinio de las quemas...

No es fácil ver
ando la calle llega
con sus volados árboles y muros
y entre hojas y lágrimas nos ciega.
Ni enviar un ramo de palabras tristes
cuando la carta obstina
en barajar sus fechas...

De "Poemas de la ciega" 1968


Washington Benavides


Mujeres

Oh, blancura. ¿Quién puso en nuestras vidas
de frenéticas bestias abismales
este claror de luces siderales,
estas nieves, con sueño enardecidas?

Oh dulces bestezuelas perseguidas.
Oh terso roce. Oh signos cenitales.
Oh músicas. Oh llamas. Oh cristales.
Oh velas altas, de la mar surgidas.

Ay, tímidos fulgores, orto puro,
quién os trajo a este pecho de hombre duro,
a este negro fragor de odio y olvido?

Dulces espectros, nubes, flores vanas...
¡Oh tiernas sombras, vagamente humanas,
tristes mujeres, de aire o de gemido!


Dámaso Alonso


Suma Transida

Encerrarte en palabras...
¡Que tú, tú, quepas en verbos, nombres,
y adjetivos intactos!
Que yo lo pueda decir todo:
lo nuestro, esto que hacemos
y estaremos haciendo siempre,
eternísimamente:
hablar, callar, ser tú y yo
siéndonos nuestros.

Darte una dimensión humana,
representación de ti en la tierra:
estatua, color, arrebatado paso,
y sereno mirar con esos ojos tuyos
y míos: nuestra mirada del mundo.

Que un día, los mortales sin remedio sepan
cómo tuviste sangre,
y abierta pasión por todo;
y te diste cantando, sufriendo,
a mis brazos locos, y lentos, y débiles,
y fuertes, y fríos, y pobres de luz,
pero enamorados tuyos.
Para saber que has sido verdad,
que has sido, ¡pero no eres entonces!

Buscar las palabras de cuando no vivas,
para que vivas mientras se hable.
Dios de dolor, nunca decir podré
cómo eres tú, mi amor, amor mío,
criatura de glorificación que hallo
derramada en océanos,
cielos, campos, ríos y árboles;
y hasta en palomas tristes que en la aurora
¡te despiertan a mi amor por ti!


Carmen Conde


Rebelde

Caronte: yo seré un escándalo en tu barca.
Mientras las otras sombras recen, giman o lloren,
y bajo tus miradas de siniestro patriarca
las tímidas y tristes, en bajo acento, oren,

Yo iré como una alondra cantando por el río
y llevaré a tu barca mi perfume salvaje,
e irradiaré en las ondas del arroyo sombrío
como una azul linterna que alumbrara en el viaje.

Por más que tú no quieras, por más guiños siniestros
que me hagan tus dos ojos, en el terror maestros,
Caronte, yo en tu barca seré como un escándalo.

Y extenuada de sombra, de valor y de frío,
cuando quieras dejarme a la orilla del río
me bajarán tus brazos cual conquista de vándalo.


Juana de Ibarbourou


La Muchacha Del Balcón

La tarde bajaba por esa calle junto al puerto
Con paso lento, balanceándose, llena de olor,
Las viejas casas palidecen en tardes como ésta,
Nunca es mayor su harapienta melancolía
Ni andan más tristes de paredes,
En las profundas escaleras brillan fosforescencias
como de mar,
ojos muertos tal vez que miran a la tarde como si
recordaran,

eran las seis, una dulzura detenía a los desconocidos,
una dulzura como de labios de la tarde, carnal,
carnal,
los rostros se ponen suaves en tardes como ésta,
arden con una especie de niñez
contra la oscuridad, el vaho de los dancings.

Esa dulzura era como si cada uno recordara a una
mujer
Sus muslos abrazados, la cabeza en su vientre,
El silencio de los desconocidos
Era un oleaje en medio de la calle
Con rodillas y rostros de ternura chocando
Contra el "New Inn", las puertas, los umbrales de
color abandono.

Hasta que la muchacha se asomó al balcón
de pie sobre la tarde íntima como su cuarto con la
cama deshecha

donde todos creyeron haberla amado alguna vez
antes de que viniera el olvido.


Juan Gelman


Siente, no seas una máquina de pensar.


Enrique Miret Magdalena


La vida son solo momentos
no la desperdicies con tristes sentimientos


juancho


La sonrisa es el idioma general de los hombres inteligentes. Solo son tristes los tontos y los delincuentes.


Víctor Ruiz Iriarte


YO SE QUE HE DE AMARTE, TODA LA VIDA,
PERO TAMBIEN SE ,QUE HE DE SUFRIR HASTA LA MUERTE
NO SE PORQUE EL DESTINO, TAN CRUEL Y DESMEDIDO
TE TUVO QUE PONER EN MI CAMINO.
DIAS ALEGRES, NOCHES TRISTES
DIAS SIN SOL, NOCHES SIN LUNAS
ASI, ME SIENTO YO, CUANDO ME BESAS Y ME ACARICIAS
CUANDO ME HABLAS Y ME EMBELESAS.
NO SE SI HE DE SEGIR CON ESTE ENGAÑO, PERO NO
ENCUENTRO UN ESCAPE, QUISIERA DEJAR TODO DE LADO
Y SALIR CORRIENDO A BUSCAR OTRO CAMINO...........
...........OTRO DESTINO.
ENCONTRAR UN AMOR SINCERO...
QUE ME SEPA AMAR COMO YO AMO,
ENTREGAR COMO YO ENTREGO,...........
EL CORAZON, EL ALMA Y LA VIDA ENTERA.


NEMESIS666


Mis amigos, aquellos que le dan respiro a mi alma, dejan que flote, que divulgue mis penas, mis aciertos, mis locuras y pasiones, esos que me llenan de aire nuevo, limpio y puro, como la brisa que a veces me recorre en los días tristes, son mis transfusiones de sangre, esos que dejan que todo circule como si nada pasara, esos son mis amigos, los que siempre me muestran ese camino difícil de encontrar…


VANESA VELARDE


El Pedregal

¿Son alas deshojadas, huesos, tristes
restos de algún naufragio,
trances sin nombre,
tiempo derrumbado
-o no son más que piedras?
Detrás de ellas habrá un paisaje abierto
o soledad tan solo;
habrá un vuelo, un tumulto acre de plumas,
un fragor de olas contra el casco vivo,
o una muralla, por la que pasean
centinelas y brumas
y el mediodía se alzará lo mismo
que una rama que crece.

O tal vez no.

Me paro junto a este
pedregal: no me atrevo
a dar un paso más
hacia lo que me engaña revelándose.


Ángel Crespo