Colección de pilar
Si alguien llama a tu puerta, amiga mÃa,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una lÃquida armonÃa.
Si alguien llama a tu puerta y todavÃa
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el dÃa.
Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesÃa.
Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mÃa.
La marioneta
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo, y me regalara un trozo de vida, posiblemente no dirÃa todo lo que pienso, pero, en definitiva pensarÃa todo lo que digo.
DarÃa valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
DormirÃa poco y soñarÃa mas, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
AndarÃa cuando los demás se detienen, despertarÃa cuando los demás duermen, escucharÃa mientras los demás hablan, y ¡cómo disfrutarÃa de un buen helado de chocolate...!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestirÃa sencillo, me tirarÃa de bruces al sol, dejando al descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Dios mÃo, si yo tuviera un corazón.... escribirÃa mi odio sobre el hielo, y esperarÃa a que saliera el sol.
PintarÃa con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat serÃa la serenata que le ofrecerÃa a la luna.
RegarÃa con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mÃo, si yo tuviera un trozo de vida... no dejarÃa pasar un solo dÃa sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
ConvencerÃa a cada mujer de que ella es mi favorita y vivirÃa enamorado del amor.
A los hombres les probarÃa cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le darÃa alas, pero dejarÃa que él solo aprendiese a volar.
A los viejos, a mis viejos, les enseñarÃa que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres.....
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad esta en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho de mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero finalmente de mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo...