Valora lo que tienes
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Valora lo que tienes en el instante porque no eslo mismo perder 1 minuto de amor que perder el amor en un minuto.
Gines
En esta vida la humildad es nuestra mejor herramienta para sobrevivir en la vida aunque hay muchas personas que tratan mal a otras mientras están subiendo, ironicamente las encuentran cuando están bajando x eso valora siempre lo q tienes y no lo q deseas...
Alessandro Mazariegos
Un amigo te llama solo para decirte hola, perdona tus errores y esta contigo incondicionalmente, esta ahí solo para ti pero comprende que no todo el tiempo es para estar con él, te dice la verdad cuando tienes que saberla, te grita cuando lo necesitas, te valora y cuando es necesario te devuelve a la realidad.
Valora alas personas que amas :
nunca los valore y en verdad yo los amaba como no se lo pueden imaginar. un día partieron de mi lado derrepente y hasta el momento no logro asimilarlo me falto decirles tanta cosas demostrar todo el amor que yo les tenia pero mi carácter se oponia. y hoy me arrepiento porque los extraños y me hacen falta y daria lo que fuera por un solo instante estar con ustedes. pero ya no puedo hacer nada. solo me queda decirles que los amo aunque nunca los valore como mis hermanos. (q.d.e.) juan y hector
nunca los valore y en verdad yo los amaba como no se lo pueden imaginar. un día partieron de mi lado derrepente y hasta el momento no logro asimilarlo me falto decirles tanta cosas demostrar todo el amor que yo les tenia pero mi carácter se oponia. y hoy me arrepiento porque los extraños y me hacen falta y daria lo que fuera por un solo instante estar con ustedes. pero ya no puedo hacer nada. solo me queda decirles que los amo aunque nunca los valore como mis hermanos. (q.d.e.) juan y hector
Si no eres feliz.. Busca tu felicidad. Si tienes sueños... Realizalos. Si tienes miedos... Vencelos. Si quieres cambiar tu vida... Actua y si quieres ser infeliz... Sigue donde estas.
Arlene Mulero
Si tienes la paciencia de la tierra, la pureza del agua y la justicia del viento, entonces eres libre.
Paulo Coelho
Me enamoré de mi mujer y nunca más me volví a enamorar. La fidelidad te la propones inconscientemente: tienes una familia, unos hijos. ¿Cómo vas a jugar al amor por ahí?.
Pablo Picasso
Y si protesta el corazon en la farmacia puedes preguntar, tienes pastillas para no soñar?
Joaquin Sabina
En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad.
Facundo Cabral
Di a cada uno: tienes razón. Porque tiene razón. Pero condúcelos más alto en su montaña; pues el esfuerzo de escalar, que rehusarían por ellos mismos, exige tanto de los músculos como del corazón. . . ¿cómo conocerán los hombres sus actos si no han escalado trabajosamente la montaña, en soledad, para trasmutarse en silencio?.
Antoine de Saint-Exupéry
Amo En Ti
Amo en ti lo que en otros
hubiera despreciado:
tus pasos algo tardos,
tus pies casi pesados;
tu cabeza inclinada hacia la frente;
tu madurez,
y tu cansancio.
Amo el gesto de tus labios,
tus sonrisas,
trago a trago.
Tu traje también lo amo:
es tu presencia;
sus arrugas son la marca
de tus luchas.
Tus zapatos son un signo de mi espera,
cuando van tristemente hacia tus calles.
¿Por qué tienes
las manos desatadas?
¿Quieres llevar la frente levantada
y estar firme,
y regresar a tu voz
hoy, y mañana,
con la misma palabra
decantada?
Te hallarías
inundado de fango,
enturbiadas tus manos,
y los hombros
agobiados de pronto por un peso
acerbo
tan intenso
que te arrastraría encadenado hacia los años
venideros.
Un sabor cáustico de acíbar
purifica mis labios.
Tengo envenenada la garganta.
Gritaría con rabia,
tumbaría mis puertas, mis techos, mis aldabas,
destruiría sin conciencia mi casa y tu casa,
para romper las ataduras
de tu alianza.
Pero sería la derrota de lo que vale adentro,
y estarías
empequeñecido por ti frente a tus ojos,
débil para la lucha de los odios
no tan grande, no tan fiero, no tan alto,
cuando tu cruz se levante
sobre el altar de tus años.
Amo en ti lo que en otros
hubiera despreciado:
tus pasos algo tardos,
tus pies casi pesados;
tu cabeza inclinada hacia la frente;
tu madurez,
y tu cansancio.
Amo el gesto de tus labios,
tus sonrisas,
trago a trago.
Tu traje también lo amo:
es tu presencia;
sus arrugas son la marca
de tus luchas.
Tus zapatos son un signo de mi espera,
cuando van tristemente hacia tus calles.
¿Por qué tienes
las manos desatadas?
¿Quieres llevar la frente levantada
y estar firme,
y regresar a tu voz
hoy, y mañana,
con la misma palabra
decantada?
Te hallarías
inundado de fango,
enturbiadas tus manos,
y los hombros
agobiados de pronto por un peso
acerbo
tan intenso
que te arrastraría encadenado hacia los años
venideros.
Un sabor cáustico de acíbar
purifica mis labios.
Tengo envenenada la garganta.
Gritaría con rabia,
tumbaría mis puertas, mis techos, mis aldabas,
destruiría sin conciencia mi casa y tu casa,
para romper las ataduras
de tu alianza.
Pero sería la derrota de lo que vale adentro,
y estarías
empequeñecido por ti frente a tus ojos,
débil para la lucha de los odios
no tan grande, no tan fiero, no tan alto,
cuando tu cruz se levante
sobre el altar de tus años.
Orietta Lozano
Espera
Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.
Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.
Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.
Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.
José Manuel Caballero Bonald
Hay una puerta por la que pueden entrar la buena o la mala fortuna, pero tú tienes la llave.
Proverbio Japonés
¡Tu tienes, para mí todo lo bello; yo tengo para ti, todo lo que ama; tú, para mí, la luz que resplandece, yo, para ti, sus llamas!.
Almafuerte
¿Mujer, qué máquina eres, que solo me tienes desesperado, confuso, niño para contenerte?.
Vinicius De Moraes
Muchos fotógrafos piensan que si compran una cámara fotográfica mejor podrán tomar fotografías mejores. Una cámara fotográfica mejor no hará nada si no tienes la idea en tu cabeza o en tu corazón.
Arnold Newman
Tus ojos son un delito negro como las tinieblas, y tienes para ocultarlo bosque de pestañas negras.
Salvador Rueda
Tengo 10 mandamientos. Los nueve primeros dicen: ¡no debes aburrir!. El décimo dice: tienes que tener derecho al montaje final de la película.
Billy Wilder
Si no tienes ganas de ser frustrado jamás en tus deseos, no desees sino aquello que depende de ti.
Epicteto
La sabiduría consiste no solo en ver lo que tienes ante ti, sino en prever lo que va a venir.
Terencio
Toda Tú
Toda tú eres santuario,
toda blanca;
se ha llenado tu cuerpo de designios.
Tienes la santidad de la esperanza
y la paz
generosa
de los lirios.
Toda tú eres milagro,
das tu lecho
de altas arenas
al naciente río;
enciendes en tu sangre
el claro fuego
y con tu carne pueblas el vacío.
Toda tu,
fervorosa,
temerosa,
frente a tu propio territorio vivo,
junto a los ventanales de tu alma,
bajo la blanca sombra de tu espíritu.
Toda tú,
niña,
blanca,
inmaculada,
santificada en el minuto limpio;
más mujer que la tierra,
más fecunda,
innumerable y grave
como un libro.
Cimiento de las horas,
silenciosa;
vértice de mi amor,
toda camino,
toda
inmanchable altura,
toda tiempo,
inflamada de vida,
toda
río.
Toda tú eres santuario,
toda blanca;
se ha llenado tu cuerpo de designios.
Tienes la santidad de la esperanza
y la paz
generosa
de los lirios.
Toda tú eres milagro,
das tu lecho
de altas arenas
al naciente río;
enciendes en tu sangre
el claro fuego
y con tu carne pueblas el vacío.
Toda tu,
fervorosa,
temerosa,
frente a tu propio territorio vivo,
junto a los ventanales de tu alma,
bajo la blanca sombra de tu espíritu.
Toda tú,
niña,
blanca,
inmaculada,
santificada en el minuto limpio;
más mujer que la tierra,
más fecunda,
innumerable y grave
como un libro.
Cimiento de las horas,
silenciosa;
vértice de mi amor,
toda camino,
toda
inmanchable altura,
toda tiempo,
inflamada de vida,
toda
río.
Manuel José Arce
Al final, utilizas Internet cuando lo necesitas. Es como cuando empiezas a ir al supermercado, que compras todas las ofertas y después ya sabes que tienes que comprar una lata de atún y un bote de suavizante.
JoaquÃn Oristrell
Cuanto más dinero entra, más inestable te sientes, porque tienes miedo de perderlo.
Luis GarcÃa Berlanga
Hay que reírse por lo menos dos horas diarias, y si tienes bonitos dientes hay que reírse a todas horas.
Arturo Fernández
Plaza Del Mundo
Tantas veces canté tu profundo
Vacío de teatro,
Que hace del hombre gárgola indefensa
En la turbia plenitud de las auroras
Pero no dije dónde.
Fui estancado río y llegué junto a ti;
Fui feliz en las estaciones de la flor
Y buscaba tus noches.
Sabedor me sé de cierta inclinación
Que tengo hacia los largos ecos;
Ya cualquier campana recuerda la medida
De alguna berenguela que no hizo
El póstumo poema.
Ahora que ya tienes la longitud
De un sueño
Y podemos, a tientas, proseguir
Viejos andares que van a morir al día,
Cómo voy a evocarte por vez primera!
Donde quise encuentros
Me espera un abrazo nunca dado.
De Pensar no tempestade, 1986
Tantas veces canté tu profundo
Vacío de teatro,
Que hace del hombre gárgola indefensa
En la turbia plenitud de las auroras
Pero no dije dónde.
Fui estancado río y llegué junto a ti;
Fui feliz en las estaciones de la flor
Y buscaba tus noches.
Sabedor me sé de cierta inclinación
Que tengo hacia los largos ecos;
Ya cualquier campana recuerda la medida
De alguna berenguela que no hizo
El póstumo poema.
Ahora que ya tienes la longitud
De un sueño
Y podemos, a tientas, proseguir
Viejos andares que van a morir al día,
Cómo voy a evocarte por vez primera!
Donde quise encuentros
Me espera un abrazo nunca dado.
De Pensar no tempestade, 1986
Ramiro Fonte
La Partida
Contigo, mano a mano. Y no retiro
la postura, Señor. Jugamos fuerte.
Empeñada partida en que la muerte
será baza final. Apuesto. Miro
tus cartas, y me ganas siempre. Tiro
las mías. Das de nuevo. Quiero hacerte
trampas. Y no es posible. Clara suerte
tienes, contrario en el que tanto admiro.
Pierdo mucho, Señor. Y apenas queda
tiempo para el desquite. Haz Tú que pueda
igualar todavía. Si mi parte
no basta ya por pobre y mal jugada,
si de tanto caudal no queda nada,
ámame más, Señor, para ganarte.
Contigo, mano a mano. Y no retiro
la postura, Señor. Jugamos fuerte.
Empeñada partida en que la muerte
será baza final. Apuesto. Miro
tus cartas, y me ganas siempre. Tiro
las mías. Das de nuevo. Quiero hacerte
trampas. Y no es posible. Clara suerte
tienes, contrario en el que tanto admiro.
Pierdo mucho, Señor. Y apenas queda
tiempo para el desquite. Haz Tú que pueda
igualar todavía. Si mi parte
no basta ya por pobre y mal jugada,
si de tanto caudal no queda nada,
ámame más, Señor, para ganarte.
José GarcÃa Nieto
Línea Del Alba
III
Tienes la frente al alba:
ella cuenta los poros de tu cuerpo,
en las laderas del sueño,
con los hombros quemados.
En el alba se vierte la costumbre del alma,
se agita el pulso del deseo
como si fuera un ciervo
duramente alanceado
con agujas de bronce
o pestañas de vírgenes.
Tienes la frente al alba
y pedazos de niebla
volando de tus senos
a mis manos.
III
Tienes la frente al alba:
ella cuenta los poros de tu cuerpo,
en las laderas del sueño,
con los hombros quemados.
En el alba se vierte la costumbre del alma,
se agita el pulso del deseo
como si fuera un ciervo
duramente alanceado
con agujas de bronce
o pestañas de vírgenes.
Tienes la frente al alba
y pedazos de niebla
volando de tus senos
a mis manos.
EfraÃn Huerta
Miedo Un Instante
Tengo miedo de ti, o de mí. Cabalgo,
cabalgas tú mi piel por los umbrales
sombríos del amor. Y nunca sales
a mi luz, a tu luz. Y nunca salgo.
Tengo un algo de ti. Tienes un algo
de mí por tus distancias siderales.
¡Ah, si Dios me dijese lo que vales
para poder saber lo que yo valgo!
Estoy, estás, como cumpliendo un rito,
como dando postura por el viento
a esta voz con que gritas, con que grito.
Todo termina, justo, en el momento
en que casi nos toca lo infinito.
tienes miedo, y me mientes. Y te miento.
Tengo miedo de ti, o de mí. Cabalgo,
cabalgas tú mi piel por los umbrales
sombríos del amor. Y nunca sales
a mi luz, a tu luz. Y nunca salgo.
Tengo un algo de ti. Tienes un algo
de mí por tus distancias siderales.
¡Ah, si Dios me dijese lo que vales
para poder saber lo que yo valgo!
Estoy, estás, como cumpliendo un rito,
como dando postura por el viento
a esta voz con que gritas, con que grito.
Todo termina, justo, en el momento
en que casi nos toca lo infinito.
tienes miedo, y me mientes. Y te miento.
Rafael Guillén