Victor hugo el infierno esta todo en esta palabra soledad ( 7 )
Victor hugo el infierno esta todo en esta palabra soledad. Encuentra docenas de victor hugo el infierno esta todo en esta palabra soledad con fotos para copiar y compartir.
Disidente es una palabra que me atrae más que inadaptado. El disidente está activo, el inadaptado es pasivo.
Alan Rickman
Los músicos solían ir cortos de dinero; de hecho esta era una de las definiciones de la palabra 'músico'.
Terry Pratchett
Gente que no me molestaría que muriera, esta es mi lista: cincuentones llamados 'Skip', tipos que paguen gel vaginal con su tarjeta de crédito Exxon, un proxeneta que conduzca un Toyota Corolla, un ginecólogo que quiere que mi esposa se tome dos o tres tragos antes de su cita, tipos con un montón de pines [botones] en sus sombreros, alguien que mencione a Jesús más de 300 veces en una conversación de 2 minutos, un dentista con sangre en su pelo, cualquier mujer cuyo pasatiempo sea amamantar animales de zoológico, un dueño de funeraria que diga 'espero verlos de nuevo muy pronto, amigos', chicas que se emborrachan y vomitan su desayuno, un hombre con un solo labio, un líder Boy Scout que tenga una tienda de consoladores, cualquier abogado que se refiera a la policía como los 'federales', una monja bizca con un látigo y una botella de ginebra, un neurocirujano que tenga tatuadas en las manos las palabras 'nacido para perder', parejas que tengan hijos con nombres que comiencen todos con las mismas iniciales, un hombre con una bata de hospital dirigiendo el tráfico, una mesera con una visible infección en la mano con la que sirve, gente con encías grandes y dientes pequeños, tipos que se ponen la misma ropa interior hasta que comienza a cortarse la circulación a los pies, y un tipo que tenga tanto vello en sus brazos que le cubra el reloj, de acuerdo, ya ha sido suficiente de todo esto.
George Carlin
Oye, que sepas que eres un poco (cualquier cosa aquí), pero que no pasa na, es más, ahora eso está mejor visto. Lo digo en el buen sentido de la palabra.
José Mota
Investigarme ni me digas la palabra, el otro día un periodista desde su gran prestigio me dijo: "quisiera hacerte una biografía" y me pareció bien; tantas biografías chafas me han hecho y tantas que no he permitido y bien tuvimos citas, tuvimos grabaciones, tuvimos visitas, nos encuatachamos en esta historia de la biografía para que a un momento dado esta persona me diga "ya no puedo hacer tu biografía por que ya fui tu amiga ya me siento tu amiga ya no te quiero investigar" y la palabra me llenó: por qué me vas a investigar si yo no soy Porfirio Díaz o Emiliano Zapata por qué me vas a investigar a esos se les investiga, a una actriz se le inventa, una actriz es sueño.
MarÃa Félix
Si el veredicto era culpable había castigo severo. Una forma de la doctrina concebía este castigo como eterno, y transmitió a la teología posterior la noción del infierno. Otra forma adoptó la idea de la transmigración: el alma renacía vez tras vez en vidas más felices o amargadas que antes según la pureza o impureza de su existencia anterior; y esta rueda de renacimientos continuaba girando hasta que se lograba pureza completa, y el alma era admitida en las Islas de los Benditos. Otra variante ofrecía la esperanza de que el castigo en Hades pudiera terminar por medio de penitencias ejecutadas de antemano por el individuo, o después de su muerte, por sus amigos. De esta manera surgió una doctrina de purgatorio e indulgencias.
Will Durant
Muchos de nuestros descubrimientos pueden no ser de mucha utilidad, incluso puede que no sean concluyentes. Pero eso está bien. Lo que intentamos es iniciar una conversación, no tener la última palabra. Y eso significa que en las páginas que siguen puede encontrar unas cuantas cosas de las que discrepe. De hecho, nos decepcionaría que no las encontrara.
Steven D. Levitt
Para el futuro o para el pasado, para la época en que se pueda pensar libremente, en que los hombres sean distintos unos de otros y no vivan solitarios... Para cuando la verdad exista y lo que se haya hecho no pueda ser deshecho:
Desde esta época de uniformidad, de este tiempo de soledad, la Edad del Gran Hermano, la época del doblepensar... ¡muchas felicidades!
Desde esta época de uniformidad, de este tiempo de soledad, la Edad del Gran Hermano, la época del doblepensar... ¡muchas felicidades!
George Orwell
»En verdad, querida, me molestáis sin tasa y compasión; diríase, al oíros suspirar, que padecéis más que las espigadoras sexagenarias y las viejas pordioseras que van recogiendo mendrugos de pan a las puertas de las tabernas.
»Si vuestros suspiros expresaran siquiera remordimiento, algún honor os harían; pero no traducen sino la saciedad del bienestar y el agobio del descanso. Y, además, no cesáis de verteros en palabras inútiles: ¡Quiéreme! ¡Lo necesito «tanto»! ¡Consuélame por aquí, acaríciame por «allá»! Mirad: voy a intentar curaros; quizá por dos sueldos encontremos el modo, en mitad de una fiesta y sin alejarnos mucho.
»Contemplemos bien, os lo ruego, esta sólida jaula de hierro tras de la cual se agita, aullando como un condenado, sacudiendo los barrotes como un orangután exasperado por el destierro, imitando a la perfección ya los brincos circulares del tigre, ya los estúpidos balanceos del oso blanco, ese monstruo hirsuto cuya forma imita asaz vagamente la vuestra.
»Ese monstruo es un animal de aquéllos a quienes se suelen llamar ?¡ángel mío!?, es decir, una mujer. El monstruo aquél, el que grita a voz en cuello, con un garrote en la mano, es su marido. Ha encadenado a su mujer legítima como a un animal, y la va enseñando por las barriadas, los días de feria, con licencia de los magistrados; no faltaba más.
¡Fijaos bien! Veis con qué veracidad ?¡acaso no simulada!? destroza conejos vivos y volátiles chillones, que su cornac le arroja. ?Vaya ?dice éste?, no hay que comérselo todo en un día?; y tras las prudentes palabras le arranca cruelmente la presa, dejando un instante prendida la madeja de los desperdicios a los dientes de la bestia feroz, quiero decir de la mujer.
»Si vuestros suspiros expresaran siquiera remordimiento, algún honor os harían; pero no traducen sino la saciedad del bienestar y el agobio del descanso. Y, además, no cesáis de verteros en palabras inútiles: ¡Quiéreme! ¡Lo necesito «tanto»! ¡Consuélame por aquí, acaríciame por «allá»! Mirad: voy a intentar curaros; quizá por dos sueldos encontremos el modo, en mitad de una fiesta y sin alejarnos mucho.
»Contemplemos bien, os lo ruego, esta sólida jaula de hierro tras de la cual se agita, aullando como un condenado, sacudiendo los barrotes como un orangután exasperado por el destierro, imitando a la perfección ya los brincos circulares del tigre, ya los estúpidos balanceos del oso blanco, ese monstruo hirsuto cuya forma imita asaz vagamente la vuestra.
»Ese monstruo es un animal de aquéllos a quienes se suelen llamar ?¡ángel mío!?, es decir, una mujer. El monstruo aquél, el que grita a voz en cuello, con un garrote en la mano, es su marido. Ha encadenado a su mujer legítima como a un animal, y la va enseñando por las barriadas, los días de feria, con licencia de los magistrados; no faltaba más.
¡Fijaos bien! Veis con qué veracidad ?¡acaso no simulada!? destroza conejos vivos y volátiles chillones, que su cornac le arroja. ?Vaya ?dice éste?, no hay que comérselo todo en un día?; y tras las prudentes palabras le arranca cruelmente la presa, dejando un instante prendida la madeja de los desperdicios a los dientes de la bestia feroz, quiero decir de la mujer.
Charles Baudelaire
... Macondo Esta palabra me había llamado la atención desde los primeros viajes con mi abuelo, pero sólo de adulto descubrí que me gustaba su resonancia poética.
Gabriel GarcÃa Márquez
Ante la Ley hay un guardián. Hasta ese guardián llega un campesino y le ruega que le permita entrar a la Ley. Pero el guardián responde que en ese momento no le puede franquear el acceso. El hombre reflexiona y luego pregunta si es que podrá entrar más tarde. ?Es posible ?dice el guardián?, pero ahora, no. Las puertas de la Ley están abiertas, como siempre, y el guardián se ha hecho a un lado, de modo que el hombre se inclina para atisbar el interior. Cuando el guardián lo advierte, ríe y dice: ?Si tanto te atrae, intenta entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda esto: yo soy poderoso. Y yo soy sólo el último de los guardianes. De sala en sala irás encontrando guardianes cada vez más poderosos. Ni siquiera yo puedo soportar la sola vista del tercero. El campesino no había previsto semejantes dificultades. Después de todo, la Ley debería ser accesible a todos y en todo momento, piensa. Pero cuando mira con más detenimiento al guardián, con su largo abrigo de pieles, su gran nariz puntiaguda, la larga y negra barba de tártaro, se decide a esperar hasta que él le conceda el permiso para entrar. El guardián le da un banquillo y le permite sentarse al lado de la puerta. Allí permanece el hombre días y años. Muchas veces intenta entrar e importuna al guardián con sus ruegos. El guardián le formula, con frecuencia, pequeños interrogatorios. Le pregunta acerca de su terruño y de muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y al final le repite siempre que aún no lo puede dejar entrar. El hombre, que estaba bien provisto para el viaje, invierte todo ?hasta lo más valioso? en sobornar al guardián. Este acepta todo, pero siempre repite lo mismo: ?Lo acepto para que no creas que has omitido algún esfuerzo. Durante todos esos años, el hombre observa ininterrumpidamente al guardián. Olvida a todos los demás guardianes y aquél le parece ser el único obstáculo que se opone a su acceso a la Ley. Durante los primeros años maldice su suerte en voz alta, sin reparar en nada; cuando envejece, ya sólo murmura como para sí. Se vuelve pueril, y como en esos años que ha consagrado al estudio del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de pieles, también suplica a las pulgas que lo ayuden a persuadir al guardián. Finalmente su vista se debilita y ya no sabe si en la realidad está oscureciendo a su alrededor o si lo engañan los ojos. Pero en aquellas penumbras descubre un resplandor inextinguible que emerge de las puertas de la Ley. Ya no le resta mucha vida. Antes de morir resume todas las experiencias de aquellos años en una pregunta, que nunca había formulado al guardián. Le hace una seña para que se aproxime, pues su cuerpo rígido ya no le permite incorporarse. El guardián se ve obligado a inclinarse mucho, porque las diferencias de estatura se han acentuado señaladamente con el tiempo, en desmedro del campesino. ?¿Qué quieres saber ahora? ?pregunta el guardián?. Eres insaciable. ?Todos buscan la Ley ?dice el hombre?. ¿Y cómo es que en todos los años que llevo aquí, nadie más que yo ha solicitado permiso para llegar a ella? El guardián comprende que el hombre está a punto de expirar y le grita, para que sus oídos debilitados perciban las palabras. ?Nadie más podía entrar por aquí, porque esta entrada estaba destinada a ti solamente. Ahora cerraré.
Franz Kafka
El resultado es que el texto aceptado en los siglos dieciséis y diecisiete, a los cuales nos hemos apegado debido a que naturalmente vacilamos en cuanto a cambiar las palabras que hemos aprendido como las de la Palabra de Dios, está en verdad lleno de inexactitudes, muchas de las cuales se pueden corregir con absoluta certeza por medio de usar la información mucho más extensa que tenemos a nuestra disposición hoy día.
Frederic Kenyon
No podemos perder el dominio de la Ñ, que casualmente es la letra que está la palabra español
Carmen Calvo Poyato
SAUDADE
SAUDADE...-Que será... yo no sé... lo he buscado
en unos diccionarios empolvados y antiguos
y en otros libros que no han dado el significado
de esta dulce palabra de perfiles ambiguos.
Dicen que azules son las montañas como ella,
que en ella se obscurecen los amores lejanos,
y un nobre y buen amigo mío(y de las estrellas)
la nombra en un temblor de trenzas y de manos.
Y hoy en Eça de Queiroz sin mirar la adivino,
su secreto se evade, su dulzura me obsede
como una mariposa de cuerpo extraño y fino
siempre lejos - tan lejos! - de mis tranquilas redes.
Saudade... Oiga, vencido, sabe el significado
de esta palabra blanca que como un pez se evade?
No... Y me tiembla en la boca su temblor delicado...
Saudade...
SAUDADE...-Que será... yo no sé... lo he buscado
en unos diccionarios empolvados y antiguos
y en otros libros que no han dado el significado
de esta dulce palabra de perfiles ambiguos.
Dicen que azules son las montañas como ella,
que en ella se obscurecen los amores lejanos,
y un nobre y buen amigo mío(y de las estrellas)
la nombra en un temblor de trenzas y de manos.
Y hoy en Eça de Queiroz sin mirar la adivino,
su secreto se evade, su dulzura me obsede
como una mariposa de cuerpo extraño y fino
siempre lejos - tan lejos! - de mis tranquilas redes.
Saudade... Oiga, vencido, sabe el significado
de esta palabra blanca que como un pez se evade?
No... Y me tiembla en la boca su temblor delicado...
Saudade...
Pablo Neruda
Es necesario para nosotros tener el Espíritu Santo para que nos revele la Palabra y nos traiga a la vida que es Cristo. Nunca podremos entender plenamente las maravillas de esta redención hasta que seamos llenos del Espíritu Santo. Estaba una vez en una reunión por
Smith Wigglesworth
No diré que ésta sea una forma perfecta de organizar la colaboración entre los pueblos de la Unión; no diré que esto sea la última palabra de la ciencia. (23 de abril de 1923).
Iósif Stalin
Me dijeron que las verdades eternas?
?¿Cómo cuáles ?Dios se rió?. ¡Si hubiera alguna verdad eterna Yo lo sabría ¡He creado todo un cosmos basado en el cambio y un ser minúsculo viene aquí para hablarme de verdades eternas
?No quería ofenderte. Es sólo que? Bueno sí no hay verdades eternas ¿cómo podemos saber dónde está la verdad
?No me has ofendido. Nunca creo cosas capaces de ofenderme. En cuanto a la verdad la verdad es lo que está escrito. Todas las cosas de la creación llevan mis intenciones escritas en sí mismas. Las rocas las estrellas los seres minúsculos? Para cada cosa sólo hay un camino natural el camino que Yo he concebido para ella. El problema es que los seres minúsculos escriben libros que contradicen a las rocas y luego dicen que Yo escribí los libros y que las rocas son mentiras. ?Se rió. El universo tembló?. Inventan reglas de conducta que ni los ángeles pueden obedecer y dicen que Yo las he ideado. El orgullo de la autoría? ?Dejó escapar una risita?. Dicen: «Oh estas palabras son eternas así que deben de haber sido escritas por Dios».
?¿Cómo cuáles ?Dios se rió?. ¡Si hubiera alguna verdad eterna Yo lo sabría ¡He creado todo un cosmos basado en el cambio y un ser minúsculo viene aquí para hablarme de verdades eternas
?No quería ofenderte. Es sólo que? Bueno sí no hay verdades eternas ¿cómo podemos saber dónde está la verdad
?No me has ofendido. Nunca creo cosas capaces de ofenderme. En cuanto a la verdad la verdad es lo que está escrito. Todas las cosas de la creación llevan mis intenciones escritas en sí mismas. Las rocas las estrellas los seres minúsculos? Para cada cosa sólo hay un camino natural el camino que Yo he concebido para ella. El problema es que los seres minúsculos escriben libros que contradicen a las rocas y luego dicen que Yo escribí los libros y que las rocas son mentiras. ?Se rió. El universo tembló?. Inventan reglas de conducta que ni los ángeles pueden obedecer y dicen que Yo las he ideado. El orgullo de la autoría? ?Dejó escapar una risita?. Dicen: «Oh estas palabras son eternas así que deben de haber sido escritas por Dios».
Sheri S. Tepper
Qué fiebre, no consigo parar de vivir. En esta densa selva de palabras que he envuelto frondosamente lo que siento y pienso y vivo y que transforma todo lo que soy en algo mío que sin embargo está completamente fuera de mí.
Clarice Lispector
Lo que pasa con el alma es que no se ve/ lo que pasa con la mente es que no se ve/ lo que pasa con el espíritu es que no se ve/ ¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?/ ninguna palabra es visible
Alejandra Pizarnik
Las palabras pueden ser como los rayos X si se emplean adecuadamente: pasan a través de todo. Las lees y te traspasan. Ésta es una de las cosas que intento enseñar a mis alumnos: a escribir de manera penetrante. Pero ¿de qué sirve que te penetre un articulo sobre un canto de comunidad o la última mejora en los órganos de perfume? Además, ¿es posible hacer que las palabras sean penetrantes como los rayos X, más potentes cuando se escribe acerca de cosas como éstas?
Aldous Huxley
-¡Anda ya! Vete a cagar. Ganas y te comportas así, gilipollas. Vences y te comportas así. Tienes que aprender"- (posteriormente) "Yo estaba un poco nervioso. Fernando se disculpó por las palabras y ya está todo arreglado.
Fernando Alonso
[... ] Hoy, sin embargo, y no hay ninguna contradicción en ello, sino corroboración y coherencia, voy a proponer que alguien tome medidas censorias porque ya está bien con los excesos de la telemierda, y perdónenme la palabra exactísima, pues la basura se recicla y la mierda no. [... ] ¿Hasta dónde van a llegar esos antropófagos devoradores de vísceras humanas que se despachan como periodistas del corazón, de la vagina, de los testículos y de la cirugía estética. Hay programas que parecen concebidos por quienes concibieron el nazismo y que deberían ser materia constituyente de delito? La libertad de opinión y de expresión, que es sagrada, sólo puede existir en el contexto y el caldo de cultivo del decoro, la buena educación, el buen gusto y el respeto a la dignidad de las personas.
Fernando Sánchez Dragó
Es perfectamente imaginable que el esplendor de la vida está dispuesto, siempre en toda plenitud, alrededor de cada uno, pero cubierto de un velo, en las profundidades, invisible muy lejos. Sin embargo está ahí, no hostil, no a disgusto, no sordo, viene si uno lo llama con la palabra correcta, por su nombre correcto, Es la esencia de la magia, que no crea, sino llama.
Franz Kafka
Desde hace más de un siglo el capitalismo está desgarrado por una crisis cultural profunda, abierta, que podemos resumir con una palabra, modernismo, esa nueva lógica artística a base de rupturas y discontinuidades, que se basa en la negación de la tradición, en el culto a la novedad y al cambio".
Gilles Lipovetsky
Pero a mis torturadores no les interesaban los distintos grados de dolor. Únicamente les interesaba demostrarme lo que significaba vivir en un cuerpo, solo como un cuerpo, un cuerpo que puede abrigar ideas de justicia solo mientras esta ileso y en buen estado, y que las olvida tan pronto le sujetan la cabeza y le meten un tubo por la garganta y echan por él litros de agua salada hasta que tose y tiene arcadas y sufre convulsiones y se vacía... Vinieron a mi celda a enseñarme el significado de la palabra 'humanidad', y me enseñaron mucho en el espacio de una hora.
J. M. Coetzee
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una palabra vana,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando te inclinas sola ante el espejo.
Oh querida esperanza
también nosotros aquel día
sabremos que eres la vida y eres la nada!
La muerte tiene una mirada para todos.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
será como abandonar un vicio,
como ver que emerge de nuevo
un rostro muerto en el espejo,
como escuchar un labio cerrado.
Descenderemos, mudos, al abismo.
esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una palabra vana,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando te inclinas sola ante el espejo.
Oh querida esperanza
también nosotros aquel día
sabremos que eres la vida y eres la nada!
La muerte tiene una mirada para todos.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
será como abandonar un vicio,
como ver que emerge de nuevo
un rostro muerto en el espejo,
como escuchar un labio cerrado.
Descenderemos, mudos, al abismo.
Cesare Pavese
Quién me pregunta a mí, quién pregunta alguna vez a personas que piensan por sí mismas y se atreven a vivir, y en qué me habéis convertido, a mí y a tantas otras con esta absurda actitud comprensiva ante cualquier problema, acaso no se le ha ocurrido a nadie que también se asesina a las personas cuando se les priva de la palabra y con ello de la posibilidad de vivir y pensar.
Ingeborg Bachmann
Como ve, todos tenemos en nuestro interior los elementos necesarios para producir fósforo. Es más, déjeme decirle algo que a nadie le he confiado. Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre la energía al alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo
Laura Esquivel
Has oído decir que ésta es una época de crisis moral. Tú mismo lo has dicho, con temor y a la vez con la esperanza de que esas palabras no tuvieran un significado real. Te has quejado de que los pecados del hombre están destruyendo al mundo y has llegado a maldecir a la naturaleza humana por negarse a practicar las virtudes que le exigías. Como para ti la virtud consiste en el sacrificio, has exigido más sacrificios ante cada sucesivo desastre. En el nombre de la vuelta a la moralidad, has sacrificado todo aquello que creías era la causa de tus sufrimientos. Has sacrificado a la justicia por la misericordia. Has sacrificado a la independencia por la unidad. Has sacrificado a la razón por la fe. Has sacrificado a la riqueza por la necesidad. Has sacrificado a la autoestima por la negación de ti mismo. Has sacrificado a la felicidad por el deber.
Ayn Rand
Hace calof aquí- dije.
-Si, y esto no es nada- me contestó el otro.
Cálmese.
Ya lo sentirá mas fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno.
Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija.
-Si, y esto no es nada- me contestó el otro.
Cálmese.
Ya lo sentirá mas fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno.
Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija.
Juan Rulfo
¡Solo por fin! Ya no se oye más que el rodar de algunos coches rezagados y derrengados. Por unas horas hemos de poseer el silencio, si no el reposo. ¡Por fin desapareció la tiranía del rostro humano, y ya sólo por mí sufriré!
¡Por fin! Ya se me consiente descansar en un baño de tinieblas. Lo primero, doble vuelta al cerrojo. Me parece que esta vuelta de llave ha de aumentar mi soledad y fortalecer las barricadas que me separan actualmente del mundo.
¡Por fin! Ya se me consiente descansar en un baño de tinieblas. Lo primero, doble vuelta al cerrojo. Me parece que esta vuelta de llave ha de aumentar mi soledad y fortalecer las barricadas que me separan actualmente del mundo.
Charles Baudelaire
En realidad, estos seguidores del ?libre albedrío? nos han dado un ejemplo perfecto de ?caer de la sartén al fuego?. Al decir que el ?libre albedrío? tiene apenas poco mérito, empeora su posición en vez de mejorarla. Por lo menos los que hablan acerca de su gran mérito (llamados ?pelagianos?[3]) dan un gran valor a la gracia de Dios porque se necesita gran mérito para ganarse la salvación. Pero Erasmo abarata la gracia. Puede obtenerse con un mínimo esfuerzo. Pero Pablo arrasa con ambas ideas con esta palabra ?gratuitamente? en Romanos 3:24.
MartÃn Lutero
¿Pero se ha de tomar literalmente esta máxima? No, lo mismo que la que dice que nos arranquemos el ojo si nos es ocasión de escándalo. Llevada adelante con todas sus consecuencias, seria condenar toda represión, aun cuando fuese legal, y dejar el campo libre a los malos quitándoles todo miedo; si no se pusiera un freno a sus agresiones, muy pronto serían víctimas suyas todos los buenos. El mismo instinto de conservación, que es una ley de la naturaleza, dice que no debe uno presentar voluntariamente el cuello al asesino. Con estas palabras, pues, Jesús no prohibió la defensa; sino que "condenó la venganza". Diciendo que se presenta una mejilla cuando se ha herido la otra, es decir, bajo otra forma, que no debe volverse nunca mal por mal, que el hombre debe aceptar con humildad todo lo que tiende a rebajar su orgullo; que es más glorioso para él ser herido que herir, sobrellevar con paciencia una injusticia que cometerla él mismo; que vale más ser engañado que engañar y ser arruinado que arruinar a los demás. Es, al mismo tiempo, la condenación del duelo que no es otra cosa que un alarde de orgullo. La fe en la vida futura y en la justicia de Dios, que nunca deja el mal impune, puede sólo dar la fuerza para soportar con paciencia los tiros dirigidos a nuestros intereses y a nuestro amor propio y por esto decimos sin cesar: Dirigid vuestras miradas al porvenir, pues cuanto más os elevéis con el pensamiento sobre la vida material, menos os atormentarán las cosas de la tierra.
Allan Kardec
Y por esto conviene que las almas nobles estén siempre asociadas a sus semejantes: porque ¿quién hay tan firme que no pueda ser seducido?" (Casio)
"Ni las torres de piedra, ni los muros de bronce forjado, ni la presión subterránea, ni los fuertes anillos de hierro, pueden reprimir las fuerzas del alma; Porque la vida cansada de estas barreras del mundo, jamás pierde el poder de libertarse a sí misma. Y pues se esto, sepa además todo el mundo, que de la parte de tiranía que sufro me puedo sustraer cuando quiera." (Casio)
"El abuso de la grandeza existe cuando ésta separa del poder el remordimiento; y a decir verdad de César, nunca ha sabido que sus afectos hayan vacilado más que su razón. "(Bruto)
"Pero es prueba ordinaria que la humildad es para la joven ambición una escala, desde la cual el trepador vuelve el rostro; pero una vez en el más alto peldaño, da la espalda a la escala, alza la vista a las nubes y desdeña los bajos escalones por los cuales ascendió." (Bruto)
"No te lisonjees con la idea lleva en sí una sangre que pueda cambiar de su verdadera calidad, por lo que hace bullir la sangre de ls necios: quiero decir por las palabras almibaradas, las reverencias humillantes y las lisonjas bajas y rastreras "(Cesar)
"Hay lágrimas para su afecto, alegría para su fortuna, honra para su valor, y muerte para su ambición." (Bruto)
"Ni las torres de piedra, ni los muros de bronce forjado, ni la presión subterránea, ni los fuertes anillos de hierro, pueden reprimir las fuerzas del alma; Porque la vida cansada de estas barreras del mundo, jamás pierde el poder de libertarse a sí misma. Y pues se esto, sepa además todo el mundo, que de la parte de tiranía que sufro me puedo sustraer cuando quiera." (Casio)
"El abuso de la grandeza existe cuando ésta separa del poder el remordimiento; y a decir verdad de César, nunca ha sabido que sus afectos hayan vacilado más que su razón. "(Bruto)
"Pero es prueba ordinaria que la humildad es para la joven ambición una escala, desde la cual el trepador vuelve el rostro; pero una vez en el más alto peldaño, da la espalda a la escala, alza la vista a las nubes y desdeña los bajos escalones por los cuales ascendió." (Bruto)
"No te lisonjees con la idea lleva en sí una sangre que pueda cambiar de su verdadera calidad, por lo que hace bullir la sangre de ls necios: quiero decir por las palabras almibaradas, las reverencias humillantes y las lisonjas bajas y rastreras "(Cesar)
"Hay lágrimas para su afecto, alegría para su fortuna, honra para su valor, y muerte para su ambición." (Bruto)
William Shakespeare
Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo. Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno a uno. Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos de un solo golpe producen un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte...
Laura Esquivel
Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía al alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.
Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo.
Por eso hay que permanecer alejados de personas que tengan un aliento gélido. Su sola presencia podría apagar el fuego más intenso, con los resultados que ya conocemos. Mientras más distancia tomemos de estas personas, será más fácil protegernos de su soplo. Hay muchas maneras de poner a secar una caja de cerillos húmeda, pero puede estar segura de que tiene remedio.
Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno por uno. Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos de un solo golpe producen un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte...
Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo.
Por eso hay que permanecer alejados de personas que tengan un aliento gélido. Su sola presencia podría apagar el fuego más intenso, con los resultados que ya conocemos. Mientras más distancia tomemos de estas personas, será más fácil protegernos de su soplo. Hay muchas maneras de poner a secar una caja de cerillos húmeda, pero puede estar segura de que tiene remedio.
Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno por uno. Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos de un solo golpe producen un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte...
Laura Esquivel
Nunca he contado esta historia, y dudo mucho que vuelva a contarla. ?Se inclinó hacia delante?. Antes de empezar, debes recordar que soy del Edena Ruh. Nosotros ya contábamos historias antes de que ardiera Caluptena. Antes de que hubiera libros donde escribir. Antes de que hubiera música que tocar. Cuando prendió el primer fuego, nosotros, los Ruh, estábamos allí contando historias en el círculo de su parpadeante luz.
Kvothe miró al escribano, asintió y prosiguió:
?Conozco tu reputación de gran coleccionista de historias y cronista de sucesos. ?La mirada de Kvothe se endureció, se volvió dura como el pedernal y afilada como un trozo de cristal roto?. Ahora bien, ni se te ocurra cambiar ni una sola palabra de lo que voy a decir. Si te parece que me voy por las ramas, si te parece que divago, recuerda que las historias reales pocas veces toman el camino más recto.
Kvothe miró al escribano, asintió y prosiguió:
?Conozco tu reputación de gran coleccionista de historias y cronista de sucesos. ?La mirada de Kvothe se endureció, se volvió dura como el pedernal y afilada como un trozo de cristal roto?. Ahora bien, ni se te ocurra cambiar ni una sola palabra de lo que voy a decir. Si te parece que me voy por las ramas, si te parece que divago, recuerda que las historias reales pocas veces toman el camino más recto.
Patrick Rothfuss
Damien, ahí radica la posesión; no tanto en las guerras, como algunos quieren creer; y muy pocas veces en intervenciones extraordinarias como ésta... la de esta niña... esta pobre criatura. No, yo lo veo mucho más a menudo en cosas pequeñas, Damien; en los mezquinos o absurdos rencores, en las equivocaciones, en la palabra cruel e insidiosa que las lenguas desatadas lanzan entre amigos. Entre amantes. Unas cuantas de estas cosas ?susurró Merrin?, y ya no es necesario que sea Satán el que dirija nuestras guerras, pues las dirigimos nosotros mismos... nosotros mismos... Aún
William Peter Blatty