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Vivencias

Vivencias. Encuentra docenas de vivencias con fotos para copiar y compartir.


Aunque pertenezcamos a una misma especie nuestras vivencias son únicas.


Roxana Hoces Montes


La paciencia es un invento de los adultos. Socialmente está mejor vista que la bebida, la defienden los que ya no pueden tener más que paciencia. No hagas caso, tú, sin miedo; lo importante es que llegues a mi edad con vivencias de las que arrepentirte.


Use Lahoz




La mejor parte de la vida, es compartir con los que te rodean, y dar sin esperar recibir nada a cambio, el destino solo se encargara de decidir en sus momento si alguien compartira sus vivencias contigo.
Dar es el mejor regalo que puedo recibir.


Rozeti


Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo.


Friedrich Nietzsche


MEMORIA LEJANA…

El olor a pasto, de los campos de fútbol
O de polvo levantado
en los salones escolares
me lleva a memorias lejanas:
¡Anécdotas personales!

De cuentos grandiosos y disimulados,
sobre nosotros –¡los gemelos!-
las travesuras inocentes
de poesías hechas de espejos,
al ver a los frutos de mi hermano y de Miriam
-Rafael Micher Jr y Génesis Miribraham-
de palabras hiladas en oro
¡como mi madre nos conducía!
de imágenes labradas en silencio.

Desde entonces la experiencia,
el hecho, tiene el sabor
a un gran valor y a divina creación.
Gruñe apretada –la memoria- en su origen,
se agrieta internamente
cubriendo sus mundos mundo
con su calor, con su textura
con su inexperiencia.

¡Ah, qué memoria!
El campo y las aulas, para nosotros
probablemente ya fondos frenados.
El niño y la niña, con sus vivencias,
se estrechan inequívocamente
desde el comienzo de su historia mutua.
El primer fuego humano
consumió una rama pequeña
de un –tal vez- árbol genealógico milenario.

Michel -Zuñiga
Al calor de esa llama se
Gestó la historia humana,
de dos seres preciosos y no lo dudo
Amados e inteligentes.

Rafael


RAFAEL M. MICHEL


Os recuerdos son imágenes en nuestra mente y sentimientos en el corazón,vivencias que se disfrutaron al máximo en el momento en que ocurrieron, aprende a gozar de cada instante de tu corta o larga vida!!!


Izrael De la Roza




Kda día t necesito mas, se q no he sido una buena persona pero comprende q los errores q cometo son vivencias del d destino como piedras en mi kmino gracias x amarme tal y como soy....


Alessandro Mazariegos


Los clics y la computadora son necesarios.
Relacionarte y tener vivencias muy necesarias e imprescindibles.


dochanlu


Tiempo generoso, tiempo infinito, juez implacable de los acontecimientos, testigo veras de la transformación y del cambio, fiel y leal en el transito de este viaje. De experiencias de vivencias. Tiempo maravilloso, frente a ti transcurren nuestras vidas. Tan importante como el tiempo es nuestro tiempo. El desperdicio del tiempo es la mayor rémora de la vida, aprovecharlo una excelente inversión.


Carlos Casanti




Un poema escribí
Un poema escribí, para que cuando lo leas, te deleite con cada punto, coma, acentuación, cuando se crea un poema el autor piensa en cada persona que lo va a leer, se necesita de una gran inspiración que vienen desde el alma y se escriben con el corazón.
Es mejor intentarlo a rendirse en el valle lleno de mentiras y dolor donde las almas se funden con el agua que es fuego que incinera los pecados.
Se podría decir que hoy hablare de ti como un poema, con suaves palabras, trazos y una bella inspiración que hoy llega a mi pensando que lo que cuentas eres tu porque eres mi pasado presente y futuro; pero sin embargo me siento atrapada entre hojas, letras..
Un poema pide a gritos que lo lean!! Sin importar el autor. Cada autor tiene inspiración, quizás sean vivencias, palabras, experiencias, en fin es imposible NO escribir un poema, ya que viene sola la inspiración de escribir palabras que al final se vuelvan una sola y conforme lo que se llama titulo.
Un poema escribí pensando en ti…
Un poema escribí mirándote…
Un poema escribí para ti…
Un poema escribí para dedicarlo hasta el fin…


Valentina Sevilla


Sintiéndome confundido comprendo lo que es la vida adquiriendo diversas opiniones y vivencias, entiendo y comprendo!!!!.... estoy VIVO!!


Mioahora


El placer de leer implica transportarse al lugar y tiempo que el autor relata, introducirse en la escena, internalizar las acciones y vivencias, conocer, reir, llorar, sentir temor, angustia, alegría. Leer implica verlo todo a través de un libro.


Luz Cortijo


PRIMAVERA IDA

Aunque he tenido muchas vivencias
En mi no había preocupación alguna
Aunque llore no conocí pena alguna
Ya que por nada me sentía apurado

De mi adolescencia perdí las esencias
La aroma de esta no pude evitar saliera
Se volatizo sin que retenerla yo pudiera
en mis insomnios vienen reminiscencias

Que me hacen ver la aurora de mis días
Ha sido consumida por el ocaso entrado
El cual me va acercando las noches frías


Que absorben con el tiempo transcurrido
Las fragancias que el ayer me hubo dado
Donde quedó lo mas grato que he vivido


jureme




PRECIADA VIDA

Maravillado estoy con tu presencia
gracias a ella el goce he conocido
Con el muchas vivencias he tenido
en el transcurso de mi existencia

Es por ti que he conocido la vivencia
y en ella codificado sin mas he sido
Gracias al estar desde que fui nacido
haciéndome notar que sois mi esencia

Mientras puedan verme tú ahí estarás
haciéndote real; así en mi existencia
y cuando verme no puedan, tu te iras

Dejando toda mi esperanza consumida
pues si tu en mi no haces ya presencia
anulado quedo, ¡oh! mi adorada vida


jureme


RECUERDO DE MI COLEGIO

Pasé, gran parte de mi vida en mi gran colegio
Junto a mis compañeros.
Aún recuerdo que cada vez que pasaban los años
Mi estudio ascendía
Y cada vez más la comprendía.

Quizá pueden decir
Que recordar es volver a vivir;
Pero yo digo que recordar
Es renacer mis vivencias reales
En mi gran colegio.

Hice cosas que no debí hacerlos,
Hice cosas más de lo que me pidieron,
Hice cosas buenas y malas,
Pero siempre supe que mi colegio
Es más que mi segunda casa.
Y que mis compañeros
Son más que mis amigos.

Ahora puedo decir con abundante seguridad
Que en mi gran colegio
Tuve más que amigos,
Tuve más que una familia.

Aún recuerdo todo mi pasado
Cuando me enseñaban todos mis maestros.
Y mis compañeros de mi gran colegio
Estuvieron conmigo en cada examen.

Cada dificultad que se me presentaba
Ahí siempre estaba
Mi profesor y mis compañeros
Para salir del problema juntos.

Algunas veces ellos
Algunas veces yo.
Pero siempre juntos y unidos;
Cada trabajo lo realizamos.

Algunas veces ellos
Algunas veces yo.
Pero siempre con amor recordaremos
Nuestro gran colegio.


Lo digo y lo repito
Es mi gran colegio…
Donde comprendí y aprendí
Lo que es estudiar,
Y lo que es “ser” después de estudiar.


Victor Alfredo Ticlla Calla


El tiempo de Dios es Perfecto desde un principio formo el Cielo y la Tierra y con sus propias manos formo el hombre y con su propio aliento le dio vida como un verdadero padre hoy me inclino ante ti padre de toda la humanidad como un Dios espiritual y celestial donde tu dices padre mio cielo y tierra pasaran mas tus palabras no pasaran porque eres el padre de toda obra y de toda criatura.

En lo carnal llegaste tu padre después que Dios de una costilla le dio la mujer al hombre como compañera idonia en matrimonio los unió y de esa unión vengo yo cuanto te forjaste padre mio trabajando en el campo de sol a sol por lograr el sustento de tu hogar sin quejas y sin murmuración así como tu trabajaste así trabajo Dios por darnos lo mejor de su Gloria y de su Amor y hoy salta mi corazón cuando viene a mi tu recuerdo lleno de motivo viéndote Padre con todo tus hijos.

Aunque el tiempo tumbo tus fuerzas pero te miramos con certeza de un padre fiel y lleno de pureza de un Amor humilde que te dio la naturaleza porque fuiste grande y nos quedo tu ejemplo por tu lucha por la sobre la vivencias hoy estas en nuestro lado un poco viejo y cansado pero te queremos viejo mio por tu amor inigualado porque nos daba calor cuando teníamos frío.

Tu vivirás mas allá del tiempo y donde te lleve el tiempo allí estaremos nosotros contigo así sea en el pensamiento hoy nos llenamos de regocijo por ser un día muy especial para ti padre querido luchaste a través del destino hoy le pido a Dios que te ilumine con su regalo mas divino por ser un padre emprendido que amaste como te aman tus hijos con Amor que nace de lo mas profundo del corazón se feliz en el día del padre porque siendo tu feliz nos llenas de alegría aunque tus manos y tus mirada se vean llenas de tristeza tu corazón es tierno y puro lleno de sentimiento por tu alma noble de ser un padre perfecto SEÑOR el día que me falte mi padre se tu mi consuelo .


jonathan alexander silveira


Entre todas mis vivencias; lo
que mas me ha marcado, por ser
algo inigualable, fue mi primera
fusión con una mujer.


jureme


La idea de un palacio para los recuerdos ha seguido viva desde entonces bajo diversas formas a lo largo de la historia. Una de ellas, misteriosa y sugerente, es aquella según la cual quien se mueve en esas salas infinitas es uno mismo, como una especie de máximo pontífice o de director de biblioteca que va extrayendo del pasado los recuerdos a medida que los reclama la conciencia. Por las noches dominan los otros bibliotecarios, de natural más salvaje y anárquico. Me los imagino a veces como un grupo de surrealistas precoces o de artistas pertenecientes al dadaísmo. Mezclan recuerdos y vivencias de una forma caótica, de modo que se convierten en fragmentos irreconocibles de la realidad. Esos agentes nocturnos fabrican absurdeces, pero también pesadillas, a menudo extraídas de las taquillas tóxicas donde almacenamos aquello que tratamos de ocultar detrás de puertas cerradas que se abren por la noche, cuando los malos sueños nos visitan en la oscuridad.


Henning Mankell


Las cosas como son, nos ponemos a soñar encantados con la gente que apenas hemos conocido y con las vivencias que aún nos adeuda el destino.


Milán Füst


PSICOLOGÍA SOCIAL, LA AMISTAD ES VIDA
AMISTAD Y SILENCIO
La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.

Asistir al desvelamiento de un secreto, al desvelamiento de la intimidad de las personas, produce en el ser humano un enmudecimiento del espíritu, un sentimiento de gratitud por lo que se percibe como un don o regalo inmerecido, una impresión de estar pisando terreno sagrado. De hecho, todos podemos remitirnos a alguna ocasión en la que, en conversación íntima con un amigo, al acabar de escuchar, no hemos encontrado palabras adecuadas para decir nada. En esos casos, quizá la prueba de mayor gratitud o de "correspondencia" sea precisamente el silencio; un silencio, eso sí, cuajado de respuesta.

Hay veces en las que no se puede decir nada... porque las palabras lo estropean todo. Hay cosas que la única contestación que merecen o que exigen es el silencio; hay cosas con las que solo puede mantenerse conversación en silencio. Porque o el lenguaje es limitado, o uno es limitado, o ambas cosas. Pero algunas cosas, si se expresan, se profanan. Así ocurre en las experiencias de encuentro: con un amigo, con un paisaje, una obra de arte. En esos momentos, pronunciar algo es mancharlo; hablar es romperlo. Algunas veces la comunicación con las cosas y también con las personas requiere como condición que haya silencio; solamente silencio. Y no un silencio para llenar, sino como medio de entendimiento.

Cuando se tiene la suerte de topar con alguien que tiene algo -poco o mucho- que decir; cuando se tiene la suerte de que esas personas te abran sus puertas y dejan que te asomes y penetres en su mundo interior, en la mayor parte de los casos solo se puede contestar enmudeciendo. Y ese silencio quiere ser entonces un homenaje: la mayor muestra de agradecimiento y de admiración. Porque no se trata de un silencio vacío sino pletórico de contenido: no significa carencia sino plenitud.

El silencio es importante en la amistad. Estar con un amigo es también poder estar en silencio sin miedo a que éste tenga que romperse y sin sentir la necesidad perentoria de tener que llenarlo con palabras. No hay verdadera amistad entre dos amigos si no saben disfrutar y valorar su silencio. El silencio es en sí mismo un espacio y un tiempo para compartir. Rico de contenido y esencialmente valioso porque supone una íntima comunión de espíritus.

LA INTERIORIDAD
La amistad está también muy relacionada con la interioridad. Entre dos amigos ésta es más rica y sólida cuanta mayor sea la intimidad, la interioridad de cada uno de ellos. Hay quienes tienen un gran mundo interior; tienen mucho que decir porque son personas que integran en sí todo lo que hay a su paso: una frase que ha dicho en clase el profesor, la actitud de tal o cual persona, la satisfacción de haber llegado al pico de la montaña, la crisis que le produce una situación difícil de trabajo, un libro que ha leído, los tirones de la madurez.

Así es como las personas se van enriqueciendo por dentro y como su interioridad cobra cada vez mayor volumen: integrando la experiencia, la vivencia personal y las de las otras personas. Aprendemos también a través de las vivencias de los demás, de la experiencia ajena. Quien está atento a su alrededor aprovecha todo intensamente.

Se puede aprender a sentir de un modo distinto al propio; se puede aprender a pensar de manera diferente a la que uno piensa; se puede aprender a valorar cosas que yo no valoro. Escuchar a las personas y tratar de ser ellas, nos permite conocer el mundo desde mil perspectivas diferentes a las nuestras. Y eso conlleva ampliación personal, crecimiento, enriquecimiento, altura, perspectiva y profundidad. La interioridad rica hace que la relación entre los amigos se amplíe. Una amiga me decía hace poco -hablando de otra persona-la satisfacción que le producía tratar con ella "porque es de esas personas que tienen algo que aportar".

El conocimiento que alimenta la intimidad es-una vez más-el que sabe mirar, sabe escuchar, sabe estar. La sola convivencia con las personas, o el mero estar junto a las cosas o entre las cosas (junto al mar rodeado de un bellísimo paisaje, o entre las obras magníficas del Louvre) no basta. Más de una vez las ratas habrán correteado por los pasillos del Louvre; sin embargo, todavía no hemos tenido ocasión de encontrarlas embelesadas frente a la Venus de Milo, tras haber pasado frente a ella toda la noche. Para las personas, las que son capaces de ello, las cosas tienen una historia que contar, la naturaleza tiene algo que transmitir y todo lo que encuentran es capaz de darles un mensaje.

El hombre con interioridad es capaz de ver sentido a todas las cosas; y en cierto modo de darles él mismo el sentido puesto que es él quien lo capta, lo descubre y -en ese sentido lo crea, lo recrea. Por eso, forma parte del "tesoro" de la amistad tener amigos con un gran mundo interior.

La amistad de las personas es un regalo. El regalo es mayor cuanta mayor sea la interioridad y la intimidad compartida. Esta debe cuidarse y en ella juega un papel muy importante el saber mirar porque puede franquearnos el paso al alma del amigo.
Una vez dentro, el mundo se abre ante nosotros de un modo desconocido y luminoso que provoca en nosotros muy diversos sentimientos (admiración, compasión, respeto, etc.), pero siempre el de "desear el bien del amigo, por el amigo mismo" (Aristóteles).


Diego Torrente


PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


El casamiento no es una posesión, sino un convenio de vivencias.


Jorge Cafrune


No hay camino sin democracia participativa y ésta no puede ser constreñida a dar la opinión una vez cada cuatro años. No, no, y no. Tenemos que buscar caminos para conocer, aceptar y desarrollar nuestros programas políticos e ideas de acuerdo con las vivencias y sentimientos de la ciudadanía


Juan José Ibarretxe


que la vida es simplemente una colección de vivencias a las que les ponemos un título, cada una de ellas de una duración limitada;


Nicholas Sparks


Me llamo Boris Balkan y una vez traduje La Cartuja de Parma. Por lo demás, las críticas y recensiones que escribo salen en suplementos y revistas de media Europa, organizo cursos sobre escritores contemporáneos en las universidades de verano, y tengo algunos libros editados sobre novela popular del XIX. Nada espectacular, me temo; sobre todo en estos tiempos donde los suicidios se disfrazan de homicidios, las novelas son escritas por el médico de Rogelio Ackroyd, y demasiada gente se empeña en publicar doscientas páginas sobre las apasionantes vivencias que experimenta mirándose al espejo.


Arturo Pérez-Reverte


No hay satisfacción mas grande en la vida que recordar:
haber amado,
haberte equivocado,
haber perdonado,
haber sido inmensamente feliz un instante,
haber superarado las tristezas, haber tenido un amigo,
haber honrado a tus padres,
haber reconocido tus errores
haber aprendido algo extraordinario y
haber sido intenso toda tu vida.


Michel Tanus Cruz




La mayoría de mis reflexiones los he obtenido pensando en lo maravillosa que es la vida, pero mis las mas profundas, de los golpes y tropiezas que la misma me ha puesto..el fracaso no es para que te sientes a lamentar..


Jose Mazariegos