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Volvere ( 2 )

Volvere. Encuentra docenas de volvere con fotos para copiar y compartir.


Yo no tengo miedo a enfrentarme a la muerte
no tengo miedo de equivocarme y
comprender que hay cosas que aun no se

a lo que mas temo es a amar
a darlo todo sin pensar
y quizas sea por eso
que esta vez por ese camino
digo no volvere a pasar.


Tovléz


No veo la hora... estoy ciego
No puedo volar... nunca antes lo haz podido lograr
Por nada de nada... volvere a querer
En tus pupilas... jamas olvidare el reflejo de la luz.


Tovléz




EL DIA K TE MARCHASTE:
TE FUISTE, ME DEJASTE
PENSASTE QUE NO SUFRIRIA,
PERO TE EQUIVOCASTE,
LLORE,LLORE, TE BUSQUE
Y JAMAS TE ENCONTRE,
HICISTE TU VIDA
Y TE HA IDO MUY BIEN
ME LASTIMO TU PARTIDA
YBESO JAMAS LO OLVIDARE
TE ENCONTRE Y ME ALEGRE
PERO TU CORAZON YA LE PERTENECE A OTRA MUJER
Y YO SE QUE JAMAS ME
VOLVERAS A QUERER
ME DUELE SABER QUE
ENTRE TUS BRAZOS YA
JAMAS TE VOLVERE A TENER
LA VIDA ES ASI, ME DIJISTE
TINENE UN LIMITE, PERO
YO NO LO ENTENDI ASI,
SEGUIRAS EN MI CORAZON
AUNQUE TU YA NO SIENTAS NADA POR MI
QUE SEAS FELIZ
TE LO DIJE
Y TE REPETI UNA VEZ MAS
SI TU ERES FELIZ
YO TAMBIEN LO SERE
PERO SI ESTAS TRISTE
YO TAMBIEN LO ESTARE


EDITH


Yavé es bueno; para los que confían, y los salva de las aguas embravecidas. Mas extermina a los que se alzan contra él, a sus enemigos los persigue hasta en la oscuridad. ¿Qué traman contra Yavé? él va a llevar a cabo la ruina. Este desastre no sucederá dos veces, porque ellos, espinos enredados, serán consumidos enteramente como paja seca, hasta que haya salido de en medio de ellos el enemigo de Yavé, el que medita el mal. Así dice Yavé: "Por más potentes y poderosos que sean, serán cortados y desaparecerán. Si te he humillado, no volveré a humillarte más y ahora voy a quebrar de sobre ti su yugo y a romper tus cadenas. Pero sobre ti ha dado orden Yavé: No habrá más descendencia de tu nombre; de la casa de tu Dios extirparé ídolos y estatuas fundidas y haré de tu sepulcro una ignominia.


Sagradas Escrituras


no volvere atras,no volvere a llorar,no volvere a sufrir,tal ves volvere pero no denuevo a ti.


romelicita


Lágrimas de cocodrilo

Estás tan lejos que ya no llego a alcanzarte...
Pese nuestra distancia, no dejo de amarte en cada instante..
Aun me acuerdo de aquellas tardes en el parque...
Cuanto extraño tus besos interminables...

Mi corazón dejó de latir porque sin ti no se vivir...
Ya no me importa morir si es para dejar de sufrir...
Desapareciste sin avisar y contigo no pude hablar...
¿De qué me sirve estar solo y sin nadie a quien amar?

Lentamente me congelo, como en un gélido invierno...
Te amé hasta el final pero me dejaste en el sufrimiento...
Me dejaste de lado, como a un perro abandonado
y dejaste cicatrices en mi corazón congelado...

Es doloroso saber que jamás te volveré a ver,
porque tus mentiras me dañaron y en ti no volveré a creer.
Tus lágrimas de cocodrilo ya no me afectan en absoluto,
porque con la ayuda de mis amigos, de ti me quedo impoluto


Sherwin John Delfin Regalado




QUIZÁ


Quizás te diga un día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas en esa despedida, que, aunque el amor nos une, nos separa la vida, la distancia que prohibe que este amor se consume que llegue a su cumbre tengo que marchar a buscar un nuevo lugar donde depositar....todo esto que dejaste al marchar voltea mirame a la cara mientras me dices que no me amas y te alejas me dejas en llams llega un nuevo amor a curar mi alma abandonada y sere feliz mas feliz que ayer y al fin dire a que a ti yo te borre mi vida por fin dara el respiro que en unos meces tanto busque dejare de pensar en ti en tu voz tu rostro de angel y tu amor se desvanecera como el viento seca la humedad y como el sol evapora el mar oara regresarlo en suave y dulce lluvia asi regresare a la vida dulce suavemente amada por alguien mas que no seras tu alguin mas tocara mi boca , mi piel ardiente en deceo y finalmente un día habre despertado sin pensar en ti y de nuevo volvere a ser feliz


Nancy Vanessa Gonzalez Ortega


mañana muy lejos me ire
dejame besar tus labios
porque quien sabe
si volvere....


cesar gustavo benitez


por cada mentira qme has dicho estas terminado por lograr hacerme crer q tu no tines palbras y nunca volvere a confiar en ti no y tu palabrano valen nada no son mas que pura mmierda


niña mala




ztoii arthe de zegiir fiingiendo
qe nda paza x mi qabeza qada vz qe the veo
cada vz qe the zqucho ablar
ziiempre eh zoñado qon zthar a thu lado
pero ese sueña qada vz resultha zthar maz lejos de mii alqanze

zavz the amo the amoo
ii iia me qanze de oqultharlo
qiiziiera griitarlo ii qe thu ziintiieraz lo miizmo
pero la realiidad es otra
thu nunqa me vaz a qerer
ii nunqa the podre tener
ziempre zoñare qontiigoo
qe me amaz ii qe thu erez miioo
qe thu alma me pertheneze a mi
zolo a mii
ii qe qada zuzpiro ez dediqado para mii
ii qe qada latiido zolo diiga un "io the amo zolo a ti"
pero al dezperthar volvere a la realiidad


lovee


Estoy sentada,
justo en medio de la nada,
tengo ganas de amar,
ya no quiero llorar.

Quiero saber que se siente saber,
lo que jamas entendere,
quiero entender lo que paso,
sin entender, el por que,
quiero estar, sin estar,
y si algún día llego a estar,
no quiero sentir,
y si algún día llego a sentir,
prefiero morir.

Y si llego a morir,
volvere a vivir.

Y entonces,
mis cenizas,
renaceran,
y se iran con el
vendaval.

Para no volver jamas.


mariana jaimes perez


hay veces que te sientes solos
estando rodeado de tanta gente que te ven
con sus sonrisas plastica y su amistad falsa
y cai en la trampa dela mor ahora soy esclavo de ti
y admito que sinti no puedo vivir eres lo mejor de mi vida
y ahora debo de renunciar a ti y aun asi quiero que tu
sepas que nadie te amara como yo bebe y aun asi
no se volvere a amar igual lo que si se es que siempre
te amare niña hermosa


pedro marquez rosas el OINA


Cada día al despertar miro hacia el cileo para encontrar algo que este mas aya me dirigo al school sintiendome mal mis animos andan por el suelo no pude hacer un pacto con el tiempo y vi como las agujas del reloj, lentamente atrvezavan mi corazon me e inentado refuguiar en el vicio del cigarro pero hay veces que yo mismo me pregunto no puede ser e caido en algo en que no estava metido empiezo a sentir una depresion muy grande mas unos me caonsegan que hacer ahora que intento de dar lo mejor de mi se me va de las manos yo cada vez me pongo a pensar

me pregunté mas de una vez si yo podría haberlo evitado y no encontré el motivo ni el momento en que todo se perdió.

Tampoco recuerdo su última mirada esa en la que solía perderme entera.

Hubiese eternizado su último aliento, la última huella de su risa si hubiese sentido que jamás regresaría

Hoy veo desde lejos la inquietud agitada de su espíritu y puedo oler el perfume de su distancia.

Vuelvo a mirar mis manos todavía siento su piel.

Saboreo mis labios y su boca tibia regresa

Sus pasos se siguen escuchando al lado de los míos será tal vez mis ganas de creer que aun sigo su camino.

Una vez más vuelvo a preguntarme y vuelvo a castigarme

En qué momento de esta historia de amor llegué a perderlo todo



Cuando se me fue todo de las manos Cual fue el día en que dejó de reír junto a mi y en que yo dege de reir



Acaso era yo esa persona valiente que temeroso le confesó su amor y intente demostrar estando asu lado pero avia veces que llegava a sentirme deprimido con una triztesa que haveces de demostraserlo me hacia hacia a un lado



!Donde quedó mi fuerza¡ donde quedó mi coraje para amarla tanto escucho varios consegos y intento buscar el correcto pero creo que no lo e logrado solo me queda en escucharme ami mismo



Se que no importa que me derrumben, solo importa es que me vuelva a levantarme ahora me uqeda por

Acariciar mi llanto y velar en mi cansancio



Yo tenía su brillo en mis manos y en mis ojos

Hoy escucho su voz a lo lejos y a veces me cuesta entender.

Sé que ya está lejos de acá Sé que ya no piensa en mí

Volveré entonces a esa esquina la que fue solo mía por un día

ahora comprendo que todo el daño que hise antes alas personas se regresa ami solo por intentar cambiar pero ahora no me importa mi orgullo a regresado me a hecho fuerte pero también me a destruido por dentro por no desaogarme el dolor me hace mas fuerte y me hace aprender algo nuevo que no devo de olvidarme en esta vida



.


jose manuel meza hernandez




Que fue de nosotros?
del día aquel guardado en mi corazon
que fue de nuestra risa y la simple alegria incrustrada en mi recuerdo? la dicha acabo, pero la sangre que fluye por mis venas, fluye en las tuyas y también pasa por tu corazon.
que fue hermano mio de lo que nos unia, aun a sabiendas de la pobreza,fuimos mas fuerte que la tormenta, solo que la sequia el verde seco,
Mirame y dime que no me necesitas y ya no volvere, sere para ti como la dicha que se quedo olvidada en el ayer


genoveva martinez guerrero


MI FUTURO: TÚ
Vivir cada día con ese pensamiento
de tenerte conmigo toda la vida.
Vivir imaginando con detalle mi futuro
estando junto a ti.
Pero al mismo tiempo:
Vivir pensando de que algún día te perderé
q te irás de mi lado para siempre.
Tener ese miedo q atomisa mi mente,
que dejaras de quererme algún día
Que te marcharas y no volveré a verte más.
Miedo de no poder ser lo que te mereces
Todo es MIEDO, porque te quiero y no quiero perderte
y si eso llega a pasar
Mi corazón moriría por segunda vez,
pero esta vez no habrá nadie que lo repare de la manera que tu lo reparaste la primera vez!
TE QUIERO mi love y no dejare de soñar mi vida entera junto a ti JAMAZ :)


Nati


Nunca más volveré a cometer el error de leer opiniones de expertos. Pero evidentemente, uno solamente tiene una vida. Comete en ella todos los errores y aprende qué cosas no debe hacer. Y cuando lo sabes, es que has llegado al final.


Richard Feynman


Claro, 'Twilight' es realmente enorme en este momento y todo el mundo está volviendo loco por ella, pero se irá pronto y volveré a hacer lo que yo estoy acostumbrado a hacer: pequeñas películas raras que nadie ve.


Kristen Stewart


El problema conmigo, por lo que casarse y tener una familia, es que mi comedia es tan importante para mí. Así que no sé si volveré a ser tan buen padre como mi padre.


Adam Sandler


Cierro mis ojos, te imagino junto a mi, cuando los abro no estas ahí, quisiera en el tiempo poder regresar, amor; volveré el día y no diré nada, para eso es tarde ahora, ya sé que te has marchado y no vas a volver...




Quiero decir muy sincero agradecimiento por la bienvenida a casa - es una maravillosa bienvenida a casa. Es el lugar a donde regresar y donde siempre volveré porque es de Galway que soy.


Michael D. Higgins


Acabo de recibir un beso de Rihanna. ¡La vida es grandiosa!... significa que probablemente nunca me volveré a lavar la cara.


Justin Bieber


Nunca volveré a casa con el mismo carácter moral salí con; una cosa u otra se convierte en inestable donde había logrado la paz interna; una u otra de las cosas que me había puesto a reaparece vuelos en la escena.


Séneca


Mis primeros dos años en la CFL, lo único que pensé fue volviendo a la NFL - era como 'Voy a poner mi tiempo aquí y volveré. ' Entonces fui y firmé un buen contrato en Calgary y estaba como, 'Hey, puedo hacer una vida aquí, este es un gran fútbol, ??y estoy divirtiendo. '


Doug Flutie


En mis primeros años de carrera yo era como un pez de colores. El rechazo no me afectó, que acababa de olvidar lo malo que era y volveré a por más.


Emily Watson


Sólo me tengo que reconciliar con los errores que volveré a cometer.


Enrique Bunbury


En su honor nunca me volveré a subir a un Fórmula Uno. Ha sido un maestro de su tiempo


Alain Prost




«Te volveré loca ?gritó su memoria cuando Tatiana se sentó a respirar la brisa salada de la eternidad en el alféizar de la ventana?. Andarás sonriente por la calle como una mujer normal, pero en tu interior te retorcerás como en la hoguera. No te liberaré, nunca serás libre.»


Paullina Simons


Una mano pequeña y fría me acarició la mejilla.
?No pasa nada ?dijo Auri en voz baja?. Ven aquí.
Empecé a llorar en silencio, y ella deshizo con cuidado el apretado nudo de mi cuerpo hasta que mi cabeza reposó en su regazo. Empezó a murmurar, apartándome el cabello de la frente; yo notaba el frío de sus manos contra la ardiente piel de mi cara.
?Ya lo sé ?dijo con tristeza?. A veces es muy duro, ¿verdad?
Me acarició el cabello con ternura, y mi llanto se intensificó. No recordaba la última vez que alguien me había tocado con cariño.
?Ya lo sé ?repitió?. Tienes una piedra en el corazón, y hay días en que pesa tanto que no se puede hacer nada. Pero no deberías pasarlo solo. Deberías haberme avisado. Yo lo entiendo.
Contraje todo el cuerpo y de pronto volví a notar aquel sabor a ciruela.
?La echo de menos ?dije sin darme cuenta. Antes de que pudiera agregar algo más, apreté los dientes y sacudí la cabeza con furia, como un caballo que intenta liberarse de las riendas.
?Puedes decirlo ?dijo Auri con ternura.
Volví a sacudir la cabeza, noté sabor a ciruela, y de pronto las palabras empezaron a brotar de mis labios.
?Decía que aprendí a cantar antes que a hablar. Decía que cuando yo era un crío ella tarareaba mientras me tenía en brazos. No me cantaba una canción; solo era una tercera descendente. Un sonido tranquilizador. Y un día me estaba paseando alrededor del campamento y oyó que yo le devolvía el eco. Dos octavas más arriba. Una tercera aguda y diminuta. Decía que aquella fue mi primera canción.
?Nos la cantábamos el uno al otro. Durante años. ?Se me hizo un nudo en la garganta y apreté los dientes.
?Puedes decirlo ?dijo Auri en voz baja?. No pasa nada si lo dices.
?Nunca volveré a verla ?conseguí decir. Y me puse a llorar a lágrima viva.
?No pasa nada ?dijo Auri?. Estoy aquí. Estás a salvo.


Patrick Rothfuss


No sólo no volveré por estos lares ?continuó Geralt pacientemente?, sino que dejaré de actuar del todo como brujo. Nunca más mataré a ninguno de vosotros.


Andrzej Sapkowski


Milly o la tierra natal

¿Por qué, pues, pronunciar ese nombre de patria?
En su exilio brillante se estremece mi pecho
y resuena de lejos en el alma afligida
como lo hacen los pasos o la voz de un amigo.

¡Oh montañas veladas por la niebla de otoño,
valles que entapizaban las escarchas del alba,
sauces cuya corona deshojaba la poda,
viejas torres doradas por el sol de la tarde,

muros negros del tiempo, lomas, cuestas abruptas,
manantial donde van a beber los pastores,
gota a gota esperando aguas raras y límpidas,
con sus urnas dispuestas mientras hablan del día!

Choza que hace brillar el fulgor de la lumbre
y que amaba el viajero por humear a lo lejos,
sólo objetos, ¿o acaso tenéis alma también
que se pega a nuestra alma y a la fuerza de amar?

Yo vi cielos azules cuya noche es sin brumas,
toda de oro hasta el alba bajo un brillo de estrellas
que en su curva infinita redondeaban la cúpula
de cristal que jamás ha empañado algún viento.

Y vi montes cargados de limones y olivas
reflejar en las aguas sus inquietos perfiles;
y en sus valles profundos al impulso del céfiro
balancearse la espiga y la cepa madura;

en los mares que apenas son un leve murmullo
vi del agua luciente la ondulante cintura
apretando y soltando en sus pliegues azules
de sus riscos mellados los contornos inciertos

extenderse en el golfo como mantos de luz,
y blanqueando el escollo con sus flores de espuma
llevar hasta lo lejos de un poniente rojizo
islas» que eran el lecho como de oro del sol;

allí abriéndose a mí me mostraban sin límite
todo un mar infinito donde habita el misterio;
vi las cumbres altivas, cual del aire pirámides,
donde estío fundía el abrigo invernal,

descendiendo en peldaños hasta el fondo de valles
con laderas pobladas por aldeas y frondas,
con picachos y rocas que se yerguen, bajando
en pendientes de hierba para huir deslizándose,

mientras curvas humeantes, con un ruido de trueno
sus torrentes de espuma y sus ríos en polvo,
en sus flancos que son ya de luz ya de sombra,
con oleadas oscuras y con islas radiantes,

se ven valles profundos caros al soñador,
ascendiendo, bajando y ascendiendo otra vez,
y allí desde la raíz de sus amplias murallas,
entre abetos y robles por la tierra esparcidos,

en los lagos o espejos que a su sombra dormitan
dar sus verdes reflejos o su imagen oscura,
y en el tibio azul claro de estas límpidas aguas
ser la nieve un temblor y algo fluido los cerros.

Visité esas orillas y ese albergue divino
que la sombra del vate eligió como tumba,
esos campos que pudo la Sibila-" mostrarle,
y el Elíseo y Cumas; y a pesar de todo eso
no está allí el corazón...

Pero existe también una estéril montaña
que no tiene ni bosques ni hontanares, con una
cumbre humilde minada por la acción de los años,
que por su propio peso día a día se inclina

y que pierde su tierra derramada en barrancos
conservando un boj seco de raíz descarnada,
con roquedos a punto de caer si los pisa
con su pata ligera algún chivo nervioso.

Con el tiempo esos restos al caer han formado
como un cerro que mengua y que va escalonándose
hasta muros que sirven de pared protectora
a unos campos avaros que ha regado el sudor;

unas cepas con brazos que no encuentran sus arces
por la tierra serpean o en la arena se arrastran,
y hay zarzales en donde el zagal de la aldea
coge un fruto olvidado que disputa a los pájaros;

allí ovejas escuálidas de las chozas vecinas
ramonean dejando entre espinos su lana.
Lugar donde la música de las aguas de estío
o el temblor del follaje que sacuden las brisas

o los himnos que entrega el ruiseñor a los aires,
no conmueven el pecho ni el oído seducen,
sino que bajo un cielo que es de bronce perpetuo
la cigarra ensordece con su grito escondido.

Hay en estos desiertos una rústica casa
que recibe tan sólo de este monte la sombra,
con paredes golpeadas por la lluvia y los vientos,
con los musgos antiguos ocultando su edad.

En su umbral pueden verse tres peldaños de piedra
y allí puso el azar de una yedra las raíces
que mezclando cien veces sus enredos de nudos
con sus brazos esconde las injurias del tiempo,

y curvando en un arco sus volutas agrestes
es el único adorno de aquel rústico porche.
Un jardín que desciende por el flanco de un cerro
muestra cara al poniente un sediento arenal.

No sujeta, la piedra que el invierno ha tiznado
es el triste jalón del recinto minúsculo.
Esa tierra que hieren las azadas exhibe
sus entrañas desnudas de la hierba y la sombra;

ni esmaltadas alfombras ni el verdor hecho bóveda,
ni un arroyo en los bosques, ni frescor ni murmullo;
solamente seis tilos que el arado olvidó,
con un poco de hierba extendida a sus pies

dan en tiempo de otoño sombra tibia y escasa,
que es más grata a la frente bajo un cielo tan duro;
árboles que en sus frondas, en mi infancia feliz,
albergaron los sueños más hermosos que tuve.

En aquellos lugares que suspiran por agua
hay un pozo en la roca que el frescor nos esconde,
y allí el viejo, después, de muy largos esfuerzos,
mientras gime descansa su urna sobre el brocal;

la era donde el mayal sobre tierra pisada
bate rítmicamente las dispersas gavillas,
y la blanca paloma y el humilde gorrión
se disputan la espiga que el rastrillo olvidó;

y esparcidas por tierra, herramientas del campo,
yugos rotos y carros que duermen bajo porches,
ejes ya sin los rayos que quebró la rodada,
y la reja inservible que embotaron los surcos.

Nada alivia la vista de su estéril prisión,
ni las cúpulas áureas de soberbias ciudades,
ni la senda de polvo, ni a lo lejos un no,
ni los blancos tejados a la luz de la aurora.

Solamente esparcidos de distancia en distancia
los refugios agrestes que los pobres habitan,
junto a sendas estrechas que dispuso el desorden,
con tejados de bálago y paredes ahumadas,

se ven donde el anciano que se sienta a la puerta,
en su cuna de juncos duerme al niño que llora.
¡Una tierra sin sombra, sin colores los cielos,
unos valles sin agua! ¡Y allí está el corazón!

Éstos son los lugares, los sagrados parajes
de los cuales el alma rememora la imagen,
y que forjan de noche mis ensueños más bellos
hechizando los ojos con antiguas visiones.

Allí cada momento, cada aspecto del monte,
cada ruido que se alza por la noche en los campos,
cada mes que retorna como un paso del tiempo,
y hace verdes o mustia esos bosques y prados,

y la luna que mengua o que crece en la sombra,
y la estrella que asciende por la oscura colina,
los rebaños del monte que la escarcha ha expulsado
y que vuelven al valle con su andar vacilante,

viento, espino florido, hierba verde o marchita,
y la reja en el surco y en los prados el agua,
todo me habla una lengua que resuena aquí dentro,
con palabras que entienden los sentidos y el alma:

resonancias, perfumes, tempestades y rayos,
y peñascos, torrentes, y esas dulces imágenes
y esos viejos recuerdos que en nosotros dormitan,
que un lugar nos conservan y devuelven más dulce.

Allí está el corazón que se vuelve a encontrar;
todo allí me recuerda, me conoce y me ama.
Allí abundan amigos en todo este horizonte,
en cada árbol releo una historia pasada

y también cada piedra tiene un nombre que es suyo;
«¿qué más da que este nombre, como Palmira o Tebas,»
no recuerde los fastos de un imperio grandioso
ni la sangre vertida a la voz de un tirano

o esos grandes que el hombre llama azotes de Dios?
El lugar cuya trama nos cautiva la mente,
que aún rebosa de fastos que no olvida nuestra alma,
me parece tan grande como el campo glorioso

que fue cuna o sepulcro de un imperio inseguro.
¡Nada es vil! ¡Nada es grande! Todo el alma lo mide.
Al nombrar una choza puede un pecho agitarse,
y sobre monumentos de los héroes y dioses
el pastor pasa y silba y desvía los ojos.

He aquí el banco rústico que servía a mi padre,
y la sala que oyó su voz fuerte y severa,
cuando aquí los pastores, en sus rejas sentados,
le contaban los surcos hechos en cada hora;

o tal vez palpitante de sus días de gloria
nos contaba la historia de los regios cadalsos;
y aún viviendo el combate en que había luchado,
al contarnos su vida la virtud enseñaba.

Y el vacío lugar en que siempre mi madre,
al suspiro más leve de su casa salía
para hacernos llevar o la lana o el pan,
y vestir la indigencia o dar vida al hambriento;

y aquí están las cabañas donde su mano amante
las heridas curaba con aceite y con miel,
y muy cerca del lecho del anciano expirante
no dejaba de abrir ese libro que da

todavía esperanza al que deja la vida,
recogiendo suspiros que eran casi estertores
y llevando hacia Dios su postrera ansiedad,
y cogiendo la mano del menor de nosotros,

a la viuda y al niño, de rodillas ante ella,
les decía enjugando de sus ojos las lágrimas:
«Os doy un poco de oro, devolvedlo en plegarias.»
Y el umbral a la sombra donde nos acunaba,

y la rama de higuera que curvaba su mano,
y el estrecho sendero que cuando las campanas
en el templo lejano atronaban el alba,
tras sus pasos subíamos al altar del Señor

con el fin de ofrecerle dos inciensos muy puros
que eran nuestra inocencia junto con nuestra dicha.
Y su voz aquí mismo, muy piadosa y solemne,
nos hablaba de un Dios que en la madre sentíamos,

señalando la espiga encerrada en su germen,
el racimo que daba su brebaje aromático,
la ternera" trocando plantas verdes en leche,
y la peña agrietada por manar de las fuentes,

y la lana de oveja que a las zarzas se roba
para así tapizar dulces nidos de pájaros,
y aquel sol siempre exacto en sus doce mansiones
repartiendo en su entorno estaciones y horas,

y esos astros nocturnos salvo a Dios incontables,
mundos que el pensamiento casi no osa escalar,
enseñaba la fe hija de agradecidos,
y hacía admirar a nuestra simple infancia

que el insecto invisible a los ojos y el astro
en los cielos tenían padre igual que nosotros.
Esos brezos y campos, esos prados y viñas
tienen muchos recuerdos y sus sombras amadas.

Aquí mismo jugaban mis hermanas, y el viento
las seguía jugando con sus rubios cabellos;
allí con los pastores en la cumbre del cerro
encendía fogatas con ramaje y espinos,

y mis ojos, pendientes de las llamas del fuego
las veían ondear horas y horas enteras.
Allí contra el furor del temible aquilón
este sauce vacío nos prestaba su tronco,

y yo oía silbar en su fronda ya muerta
brisas que aún rememora como música el alma.
Y aquí el álamo está, inclinado al abismo,
que en el tiempo de nidos nos mecía en su copa,

y el arroyo en los prados cuyas aguas dormidas
lentamente inundaban nuestras barcas de caña,
y la encina, la peña, el molino monótono,
y aquel muro que al sol, en los días de otoño,

me veía sentado, cerca de los ancianos,
contemplando el crepúsculo con atenta mirada.
Todo aún sigue en pie y en su sitio renace;
aún seguimos las huellas de mi andar por la arena;

sólo un corazón falta que lo pueda gozar.
¡Ay de mí! Que la luz disminuye y se pierde.
Como espigas en la era, dispersó la existencia
lejos de la paterna heredad a los hijos,

y a la madre también, y ese hogar tan amado
se parece a los nidos de los cuales ha huido
la veloz golondrina en los largos inviernos.
Ya la hierba que crece en las losas antiguas

borra en torno a los muros los senderos domésticos,
y la hiedra, flotando como un manto de luto,
cubre a medias la puerta y hasta invade el umbral.
Tal vez pronto... ¡Oh Dios mío, oh presagio funesto!,

tal vez pronto un extraño al que nadie conoce,
con el oro en la mano del lugar se hará dueño,
oh lugares que habitan, según nuestra memoria,
tantas sombras queridas, familiares, y entonces

todos nuestros recuerdos de las cunas y tumbas,
huirán a su voz igual que las palomas
echarán a volar de su nido en el árbol
de los bosques que el hacha abatió para siempre,

y que ya no sabrán donde van a posarse.
¡No permitas, Señor, tanto llanto y ofensa!
No toleres, Dios mío, que nuestra humilde herencia
pase de mano en mano a vil precio comprada,

como el techo de gentes que vivieron del vicio,
arruinados, o el campo que fue de unos proscritos.
Que un extraño avariento venga con paso altivo
y que pise el humilde surco que años atrás

fue también nuestra cuna sobre un campo de hierba,
a expoliar a los huérfanos, a contar sus monedas
donde sólo tenía la pobreza un tesoro,
blasfemando tu nombre aquí bajo estos pórticos

donde antaño mi madre enseñaba a la voz
de sus hijos los cánticos que exaltaban tu gloria.
Ah, prefiero cien veces que entregada a los vientos
penda roto el tejado sobre el muro decrépito;

que las flores mortuorias, los espinos, las malvas,
broten entre las ruinas de los atrios deshechos.
Que el lagarto dormido allí al sol se caliente,
que en las horas del sueño Filomela allí cante,

que el humilde gorrión y las fieles palomas
allí junten en paz bajo el ala a sus crías,
y que el ave del cielo tenga allí su nidada
donde antaño durmió la inocencia en su lecho.

Ah, si el número escrito por los altos destinos
alcanzara la edad de los blancos cabellos,
ojalá, feliz viejo, allí mengüen mis días
entre tales recuerdos de mis simples amores.

Y ojalá cuando sean los benditos tejados
y estos tristes escombros para mí solamente
todo un pueblo de sombras, ojalá pueda entonces
reencontrar en los nombres, en los mismos lugares,

tantos seres amados que los ojos no ven.
Y vosotros que acaso viviréis cuando yo
sea helada ceniza, si queréis dedicarme
algo grato al recuerdo, elevadme algún día...

Pero no, no elevéis nada que me recuerde;
sólo cerca del sitio donde duerme la humilde
esperanza de aquellos que llamamos cristianos,
en los campos cavadme ese lecho que quiero,

como el último surco donde va a germinar
otra vida. Extended sobre mí un lecho herboso
que el cordero del pueblo ramonee en primavera,
donde todos los pájaros que años ha mis hermanas

consiguieron que fueran del lugar habitantes,
aquí acudan a amar y también a cantar
en mis noches tranquilas. Y para señalar
mi lugar de reposo, que despeñen rodando

de las altas montañas un fragmento de roca;
sobre todo que no haya un cincel que lo talle
ni que borre ese musgo de los días antiguos
que oscurece su cara, y que al paso de inviernos,

incrustado en la piedra, dé en sus letras vivientes
una fecha a sus años; y que no haya ni cifras
ni mi nombre grabado en tal página agreste.
Ante la eternidad toda edad se confunde,

y Aquel que con su voz a los muertos despierta,
aunque falte mi nombre sé que no va a olvidarme.
Allí bajo mis cielos, al pie de las colinas
que cubrieron antaño con sus sombras mi cuna,

junto al suelo natal, junto al aire y al sol,
con un sueño muy leve esperaré el despertar.
Mi ceniza mezclada con la tierra que me ama
volverá a tener vida incluso antes que el alma,

será verde en los prados y color en las flores,
en las noches de estío beberá los perfumes
y los llantos del aire; y al llegar de aquel día
que no tiene crepúsculo la primera centella

que podrá despertarme a la aurora sin fin,
cuando se abran los ojos volveré a ver lugares
que en mi vida adoré y que vi tantas veces,
nuestra aldea y sus piedras con el fiel campanario,

la montaña y el cauce seco de este torrente,
y los campos resecos; y juntando ante mí
con la nueva mirada tantos seres queridos,
cuya sombra dormía aquí cerca entre escombros,

mis hermanas, un padre y una madre que es alma,
no dejando cenizas que conserve la tierra,
igual que el viajero desembarca y dirige
al navío miradas en las que hay gratitud,

nuestras voces dirán al unísono entonces
a todo este lugar que rebosa delicias
nuestro único adiós ya sin mezcla de lágrimas.


Alphonse de Lamartine