Todo el que tiene un corazón, pero ignorantes de la arquitectura que sea, se siente la belleza trascendente y la poesía de las iglesias medievales.
En cuanto a Londres, debemos consolarnos con la idea de que si la vida fuera es menos poético de lo que era en los días de antaño, dentro de su poesía es mucho más profundo.
Por encima de todas las naciones es la humanidad.
Ningún estudiante de la historia puede dejar de ver el interés moral de la Edad Media, al igual que un artista puede dejar de ver su interés estético.
Roma era grande en los brazos, en el gobierno, en la ley.
Los materiales de la novelista debe ser real, sino que deben conseguirse en el campo de la humanidad por la observación real.
El novelista debe mirar a la humanidad sin parcialidad ni prejuicios. Su simpatía, como la del historiador, debe ser ilimitada y sin mancha de secta o partido.