La vida no tiene vuelta. Como la juventud o el viento, la vida pasa y nunca retorna por más que nos neguemos a aceptarlo.
El tiempo, es una lluvia paciente y amarilla que apaga poco a poco los fuegos más violentos
La tragedia de los profesores es que cada curso que pasa tenemos un año más, mientras que nuestros alumnos tienen los mismos siempre.
Prefiero no defraudarlo y dejar que descubra por sí mismo la vacuidad de las ilusiones que perseguimos desde que nacemos, que tropiece como yo en cada peldaño de la escalera que recorremos en el cam...