Hasta en una declaración de guerra deben observarse las reglas de urbanidad.
Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.
Amo a los perros porque nunca le hacen sentir a uno que los haya tratado mal.
No podemos hacer la historia, sino solo esperar a que se desarrolle.
La política no es una ciencia exacta.
Cuando alguien dice estar de acuerdo, en principio, en hacer algo, quiere decir que no tiene la menor intención de hacerlo.
La política no es ninguna ciencia, sino un arte.
La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse.
Con las leyes pasa como con las salchichas, es mejor no ver como se hacen.
Cuídate de los que solo ven desorden en el ruido y paz en el silencio.
Hay ocasiones en que un gobierno debe ser liberal y otras en que debe ser dictatorial: aquí todo cambia y no hay eternidad.
Ante cualquier desavenencia no caigamos en el error de dudar o bien de su inteligencia, o de su buena voluntad.
Los grandes políticos deben su reputación, cuando no a la pura casualidad, a circunstancias que ellos mismos no podían prever.
La conciencia recta se rie de las mentiras de la fama.
El hombre que nada teme es tan fuerte como el que es temido por todo el mundo.
Cualquiera que haya mirado a los ojos vidriosos de un soldado moribundo en el campo de batalla será el tema antes de empezar una guerra.
Lo principal es hacer historia, no escribirlo.
Política ruinas del personaje.
La vida me ha enseñado a perdonar mucho, pero nunca a esperar perdón.
Cuando se quiere engañar al mundo, decir la verdad.