Si la mujer fuera buena, Dios tendría una.
Cuando se dice que el dinero no hace la felicidad se alude, evidentemente, al de los demas.
La diferencia entre un hombre inteligente y un tonto radica en que el inteligente se repone fácilmente de sus fracasos, mientras que el tonto jamás logra reponerse de sus éxitos.
Hay personas que hablan y hablan. . . Hasta que encuentran algo que decir.
Si los que hablan mal de mí supieran exactamente lo que yo pienso de ellos, hablarían peor.
¡por fin voy a vivir solo! y, enseguida, me pregunto con quién.
El secreto de un matrimonio feliz es perdonarse mutuamente el haberse casado.
Jamás hacen el amor el sábado por la noche. Pues, si llovería el dómingo,ya no sabrían que hacer.
Nunca se debe mirar a una persona que duerme. Es como sí abriéramos una carta que no ha sido dirigida a nosotros.
Definitivamente habrá que rendirse a la evidencia de que este mundo está loco.
Lo poco que sé es fruto de mi ignorancia.
Flirtear es el arte de hacer caer a una mujer en tus brazos sin caer en sus manos.
¡Dios mío, qué guapa estabas esta tarde cuando hablamos por teléfono!
Me anuncian la muerte de uno cuya presencia no me entusiasmaba y pienso: yo no pedía tanto.
Si alguno os quiere robar la esposa, la mejor forma de vengaros de él es dejar que se la lleve.
Si la muerte fuera un bien, los dioses no serían inmortales.
Las mujeres hablan hasta que tienen algo que decir.
A veces estoy tan cansado que bostezo mientras duermo.
Cuando un hombre se roba a tu mujer no hay mayor venganza que dejarlo quedársela.
Nada me distrae, nada me divierte. Y lo que no me apasiona, me aburre.