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Solo hay un amor hasta la muerte: el último.
Y cuando el mundo entero esté superpoblado de habitantes, el último recurso será la guerra, la cual vendrá a poner remedio para cada hombre, o con la victoria, o con la muerte.
El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante, mismo supo que era inmortal; porque la muerte solo existe en la mirada del otro
Cuando esté en el lecho de muerte, pido a Dios que me deje un último momento de lucidez para dirigirme a la Prensa y decirles: sois todos unos hijos de...
La muerte es el último viaje, el más largo y el mejor.
La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de...
Escribo para que la muerte no tenga la última palabra.
Carta a Ana María Foglia (Mara). 13/01/49 al 22/02/2010
Te fuiste la mañana del 22 de febrero de este año víctima de esa maldita enfermedad (cáncer) a la que peleamos (juntos y terriblemente so...
Por conservar la libertad, la muerte, que es el último de los males, no debe temerse.
La muerte es el último enemigo: una vez que tenemos pasado que creo que todo estará bien.
Debe no todas las cosas en el último sea absorbida en la muerte?
La muerte es el último enemigo - y no encuentro nada reprochable en los que luchan encarnizadamente contra la muerte de la luz.
El último enemigo en ser destruido será la Muerte
La muerte es el último límite de todas las cosas
Últimas palabras del doctor Juvenal Urbino, quien deja a la muerte aguardando, hasta ver al motivo de su último aliento y le dice:...Solo Dios sabe cuánto te quise.
Hacinados en las alturas, hambrientos, sometidos a violentas tempestades y extrañas epidemias, rotos todos los lazos familiares y sociales, los supervivientes empezarían a sufrir la falta de oxígen...
La muerte es el remedio de todos los males; pero no debemos echar mano de éste hasta última hora.
Sabía por propia experiencia que la vida era un laberinto en el que la única puerta de salida conocida era la última: la muerte.
La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto.
Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.
La muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.
No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo.
La muerte es un momento, la vida muchos.
Vivir no es otra cosa que una resistencia inútil. El hombre sabio sabe que va a morir, pero vive y se resiste a la muerte tanto como puede..
La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje.
La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
¿Qué es la muerte? Si todavía no sabemos lo que es la vida, ¿Cómo puede inquietarnos el conocer la esencia de la muerte?.
Después de todo la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.
La muerte no es más que un sueño y un olvido.
No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre.
Con la muerte todo se acaba.
No puedo imaginarme a un dios que premia y castiga a los objetos de su creación, cuyos propósitos han sido modelados bajo el suyo propio; un dios que no es más que el reflejo de la debilidad humana...
No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.
La muerte es ese amigo que aparece en las fotografías de la familia, discretamente a un lado, y al que nadie acertó nunca a reconocer.
La muerte es el puerto de todos los dolores.
Sí, en el toreo está presente la muerte, pero como aliada, como cómplice de la vida: la muerte hace de comparsa para que la vida se afirme.
La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque yo formo parte de la humanidad; por tanto nunca mandes a nadie a preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
Y he aquí la muerte, la muerte que siempre vuelve a empezar...
El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas.