Ni ahora somos el Bayer Leverkuser, ni antes la última mierda que cagó Pilatos
Manuel Preciado
Siempre estoy en el extremo opuesto del espectro, lo contrario de la cultura hipster, y me gusta eso.
No estoy lo suficientemente versado en el derecho constitucional a postularse para un cargo. Tendría que volver a la escuela o algo así.
Todo mi trabajo comparte una especie de equilibrio entre la comedia de humor negro y triste y desesperada melancolía.
Si nos fijamos en la literatura del siglo 19, se obtiene cosas como Kafka y Dostoievski, que, básicamente, escribir acerca de sentirse aburrido y alienado. Eso es porque hemos perdido el contacto con...