¡Dios de los pobres!" suspiró el general. "Estamos llegando". Y así era. Pues ahí estaba el mar, y del otro lado del mar estaba el mundo.
Gabriel García Márquez
Las minitas aman los payasos y la pasta de campeón.
¡Qué hermoso, cuando una muchacha olvida su buena educación
No quieras, del placer de dar, cobrar más paga que el placer que el otro toma, dure mucho o poco.
La mano y la vista hacen al artista.