¡Ese soy yo!
Cuando vi sacar aquel cadáver del agua, grité:
-Ese soy yo? Yo.
Todos me miraron asombrados, pero yo continué: ?Ese soy yo? Ese es mi reloj de pulsera con un brazalete extensible? Soy yo?.
-¡Soy yo!? ¡Soy yo! -les gritaba y no me hacían caso, porque no comprendían cómo yo podía ser el que había traído el río ahogado aquella mañana.
Ramón Gómez de la Serna