Para mayores desgracias guarda la fortuna a quien favorece.
Séneca
Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará.
Quien busca, halla.
¡Brotes en el otoño! tan fresco como la cara de una mujer enamorada.
De los defectos solo se da cuenta el desamorado; de ahí que para verlos tengamos que volvernos también desamorados, aunque no más de lo necesario.