-Se muere siempre porque uno mismo quiere.
Friedrich Nietzsche
A veces uno toca un cuerpo y lo despierta, por él pasamos la noche que se abre, la pulsación sensible de los brazos marinos y como al mar lo amamos, como a un canto desnudo como al solo verano.
Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Que ningún hombre se glorie de que ama a su patria, que más bien se glorie de que ama a sus semejantes.
Un piloto debe ser un magnífico deportista, un hombre sin fama, y sobre todo que sea impotente, pues de esta forma se evitará que llegue tarde a cualquier prueba.