Recordó las últimas palabras del ordenador: Lo hecho, hecho está, he llevado a cabo mi cometido.
Douglas Adams
Repitió la lista, enumerando en voz baja todas las debilidades, los defectos, los errores y los males que lo atormentaban. Los confesó todos. En un prolongado y espléndido reconocimiento de sus fal...
La vieja paradoja: ¿Puede Dios hacer una piedra tan pesada que él no pueda levantarla?
...hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan tranquila y delicada, tan apacible, amable, cortés, mod...
El hombre es como un número: solo tiene valor por su posición