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Amemonos hoy digamonos adios mañana becquer ( 2 )

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Mientras la música siga estando allí, y mientras la gente la compre, todo va bien. Cuando dejen de comprar nuestros discos, entonces diré adiós y haré otra cosa, tal vez me vuelva stripper.


Freddie Mercury


En cada brindis hay un compromiso, un amor por cada miembro y un adios pal indeciso


ZPU




El amor es un paso. El adiós es otro... y ambos deben ser firmes, nada es para siempre en la vida


Chavela Vargas


Te amaré, te amaré lo que queda, te amaré cuando acabe de amar. Te amaré, te amaré si estoy muerto, te amaré el día siguiente además, te amaré, te amaré como siento, te amaré con adiós, con jamás. Te amaré, te amaré junto al viento, te amaré como único ser. Te amaré hasta el fin de los tiempos, te amaré, y después, te amaré


Silvio Rodríguez


Nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós


Joan Manuel Serrat


¡Hola! O como decimos en Cataluña: ¡Adiós!, y así nos ahorramos un saludo.


Andreu Buenafuente




Venid a visitarme cada año, que es pecado el adiós si es para siempre.


Naguib Mahfouz


El hombrecito promedio a veces sueña con vacaciones y libertad. Siempre sueña con concluir las cuentas, hasta que un día el corazón se para y adiós.


José Mujica


En costa lejana y en mar de Pasión, dijimos adioses sin decir adiós


Gabriela Mistral




-Morir altivamente cuando no es posible vivir altivamente. Morir cuando todavía es posible un adiós real.


Friedrich Nietzsche


Va a ser mejor olvidarse de todo esta vez, va a ser mejor volver a casa después. En el reloj cu-cú solo son las seis, adiós bebé, parece que fue ayer.


Celeste Carballo


¡Feliz el hombre que puede rezar o tiene alguien a quién decirle adiós!


Adam Mickiewicz


Cuéntame, otra vez, como iba aquella melodia, que hablaba de nosotros dos, la escribió el que inventó el adiós


Alejandro Sanz




Adiós, compadecedme y no dejéis de amarme.


Marqués de Sade


Marie: te amo; eres muy buena conmigo. Pero debo irme, no sé exactamente por qué; estoy loco supongo. Adiós.


Charles Bukowski


Poder decir adiós es crecer.


Gustavo Cerati


¿Adiós? No, nunca se dice adiós. Se dice: Te amo


Chavela Vargas


Soy mucha mujer para ti quedate con tus iguales que yo soy diferente a ellas...adios pz


Ricardo Arjona


¿Donde estuviste de noche? Nadie lo sabe. No intentes responder, por amor de Dios. No quiero saber la respuesta. Adiós.


Clarice Lispector


Adiós, hermanos, camaradas y amigos


Miguel Hernández


Adiós, hermanos, camaradas y amigos. Despedidme del sol y de los trigos


Miguel Hernández


La única cosa importante en la vida son las huellas de amor que dejamos atrás cuando tenemos que dejar las cosas sin preguntar y decir adiós.


Albert Schweitzer


Suspiraban lo mismo los dos y hoy son parte de una lluvia lejos, no te confundas no sirve el rencor son espasmos después del adiós.


Gustavo Cerati


Amémonos en el arte como los místicos se aman en Dios, y que todo palidezca frente a ese gran amor


Gustave Flaubert


Decirle adiós al personaje que has interpretado es muy duro. Le has conocido y has sido él durante un buen período de tiempo, porque virtualmente comes, duermes, bebes y trabajas con ese tipo en tu mente. Y de pronto un buen día, tienes que decirte a ti mismo que ya está, y te despides


Johnny Depp


¡Lo terrible no es la llegada de la muerte, sino el adiós a la vida!


Maurice Maeterlinck




Escapando una noche de un bostezo del sol, me pediste que te diera un beso, con lo baratos que salen mi amor que te cuesta callarme con uno de esos; pasaron seis meses y me dijiste adiós: un placer coincidir en esta vida


Amaia Montero


El sueño y la fatiga llamaban a mi puerta, pero me resistí a rendirme.
No quería perder el hechizo de la historia ni todavía decir adiós a sus personajes


Carlos Ruiz Zafón


Tu rostro está aquí: cómo nos mira y cómo lo miramos. Te fuiste sin decir adiós. Nadie te sabe, todos te añoran


Mario Benedetti


Sólo decimos adiós con palabras, me morí cien veces, tú vuelves a ella y yo vuelvo al luto...


Amy Winehouse


El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo.


Gustavo Adolfo Bécquer


X

Como en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora! No te avergüences
de confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.


Gustavo Adolfo Becquer


Xliv

Dices que tienes corazón, y solo
lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es corazón... es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido.


Gustavo Adolfo Becquer


Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados una a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque.


Gustavo Adolfo Bécquer


¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¡Que es poesía!, Y tú me lo preguntas?. Poesía... eres tú.


Gustavo Adolfo Bécquer


Xc

¿No has sentido en la noche,
cuando reina la sombra
una voz apagada que canta
y una inmensa tristeza que llora?

¿No sentiste en tu oído de virgen
las silentes y trágicas notas
que mis dedos de muerto arrancaban
a la lira rota?

¿No sentiste una lágrima mía
deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve
estrechar a la tuya de rosa?

¿No viste entre sueños
por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso
que estalló misterioso en la alcoba?

Pues yo juro por ti, vida mía,
que te vi entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo
y tu boca pegada a mi boca.


Gustavo Adolfo Becquer


Lxxix

Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar te quejas;
verdes los tienen las náyades,
verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las hurís del Profeta.

El verde es gala y ornato
del bosque en la primavera.
Entre sus siete colores
brillante el Iris lo ostenta.
Las esmeraldas son verdes,
verde el color del que espera
y las ondas del Océano
y el laurel de los poetas.

Es tu mejilla temprana
rosa de escarcha cubierta,
en que el carmín de los pétalos
se ve al través de las perlas.
Y sin embargo,
sé que te quejas,
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas.

Que parecen sus pupilas,
húmedas, verdes e inquietas,
tempranas hojas de almendro
que al soplo del aire tiemblan.
Es tu boca de rubíes
purpúrea granada abierta
que en el estío convida
a apagar la sed con ella.

Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas.
Que parecen, si enojada
tus pupilas centellean,
las olas del mar que rompen
en las cantábricas peñas.

Es tu frente que corona
crespo el oro en ancha trenza,
nevada cumbre en que el día
su postrera luz refleja.
Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas.

Que, entre las rubias pestañas,
junto a las sienes, semejan
broches de esmeralda y oro
que un blanco armiño sujetan.
Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar te quejas;
quizás si negros o azules
se tornasen lo sintieras.


Gustavo Adolfo Becquer


Xxxviii

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquéllas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
nadie así te amará.


Gustavo Adolfo Becquer


Al brillar un relámpago nacemos y aún dura su fulgor cuando morimos; tan corto es el vivir.


Gustavo Adolfo Bécquer


Mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas, ¡habrá poesía!.


Gustavo Adolfo Bécquer